Vivir bajo una prisión no es vivir en libertad.
Cuando eres joven, adulto, e incluso mayor, tiendes a hacer tu vida tal como quisiste.
En mi caso, jamás pude.
Mi libertad estaba condenada, y yo estaba condenada a pasar un infierno bajo el mismo techo que un depredador violento. Las marcas, que estaban destinadas a no ser vistas por nadie, se ocultaban tras un maquillaje barato. Y el aliento a sobrevivir eran nulas.
Hasta que un día todo cambió.
Y ese día, le di otra oportunidad al destino.
La oportunidad de ser libre al fin.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.