kuma-kuroko Kuma Kuroko

Es simple. Él es quien le da todo mientras se mantenga junto a él. Es como un trato donde no importa pensar en el mañana... solo disfrutar el día, no pensar el mañana. Lo que importa es que hoy es su Daddy y él, su Baby. Pairing: FranQueen [Francesco Bernoulli x Lightning McQueen] - Others Advertencia: Lemon/Smut, Sad, Hurt/Confort, Suggar Daddy Portada hecha por: @Heisabetth


Fanfiction Películas Sólo para mayores de 21 (adultos).

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Know me more...

Francesco no es del tipo de persona billonaria que despilfarre su dinero precisamente. Si, quizá compre algún que otro artículo con la intención de lucirlos, pero en comparación a otros de sus amigos que se compran un lobo tibetano solo por una foto y luego olvidarlo... Él está bastante bien.

Es decir, viaja a las trece mansiones que tiene. No es despilfarre si lo usa.

La cosa era que como tal no lo gasta en Francesco, sino en... Esa pequeña y mimada personita que tenga al lado. Sin vergüenza de admitirlo porque es de saber publicó él tiene una manía bastante fuerte por los titulados "Suggar Baby". No hacían falta en realidad, a pesar de su edad es bastante codiciado en el ámbito sexual sin tener que ver con lo monetario.

Solo que ¡Hey! ¡Es Francesco Bernoulli! Si le encanta mimar y construir pequeños castillos de oro para sus protegidos de turno es su "fetiche", su asunto. Uno muy raro. Sea como sea ha tenido problemas con el asunto y es que entre más acorta el plazo con estos "compañeros", más irritable se pone. Lo aburre no encontrar algo que no sea más de lo mismo. Al último lo abandonó en pleno salto con paracaídas.... En su defensa, es su culpa por haber querido eso y al final solo acabó con los pantalones mojados. No pasó nada más.

teniendo este panorama debe ser comprensible que visite regularmente el local de un amigo suyo -un molesto e indiscreto amigo suyo-, con la intención de hallar a su siguiente... Consentido. Suena un poco extraño, porque Francesco piensa en si mismo casi como un asesino serial estando así. El local es muy bueno en servicio, tamaño, higiene y no le brinda la necesidad de salir a tomar aire.

Ha buscado por largas y ajetreadas noches a quien pueda significar una renovación a su necesidad. El problema es que no se percató de ello en el primer instante. Para empezar lo vio a duras penas y desde la distancia tras la vistosa barra del local, seguido pudo acercarse un poco más para detallar a placer: Una larga melena rubia en un casi perfecto moño redondo y su fleco enmarcando su rostro, rostro bien proporcionado y perfilado, ojos terriblemente azules y actitud juguetona y risueña. Nada que no haya visto ya hablando con la verdad, lo único que tendría que resaltar es que por alguna razón más allá de su entendimiento es terriblemente...

Andrógino

Ha estado con una retahíla de hombres afeminados, eso no es cosa nueva, pero él resultaba tan en ambos lados que lo intriga. Encontrar a alguien así es lo raro, sin contar que parece albino por las pestañas casi amarillas. Una vez con la presa en mirilla decidió investigarlo -su amigo fue tan amable de darle el currículum y demás-, descubriendo una que otra cosa que lo ayudó a... Acosarlo, si, la palabra sería esa.

Un acoso discreto y no "invasivo".

Alrededor de un mes después podía decir que tenía su perfil perfectamente construido y llegar a la conclusión de que quiere que él sea su nuevo consentido. El problema es que seguramente el hombre de veintidós años no lo va a querer y con ello se da por satisfecho, probar a la insistencia debe ser bueno por una vez. También valdría la pena si lograba hacer todo lo que quería.

Aunque francamente debió escoger otra noche para acercarse con su caprichosa intención.

Para empezar el lugar está abarrotado; tiene a alguien acercándose cada dos por tres interrumpiendo sus pensamientos; es reconocido y bueno, la lista de problemas sigue y sigue. Lo peor del caso es que ya entrada la noche y algún que otro borracho presente no hicieron más que volverla el doble de pesada. Francesco vio cómo su objetivo era abordado, casi besado y fastidiado por un borracho en pésima condición...

Con paso lento se acercó y una risita se escapó por ver como sacaba un bate del mostrador y lo golpeaba en las costillas. Los de seguridad no tardaron en llevárselo arrastrado en lo que el rubio acomodaba su cabello apenas un poco desordenada. Su expresión jocosa debió darle una idea de porque toma asiento en la barra.

—Sí vino por lo mismo que él, lo siento, pero soy barman; no bailarín—Francesco vio discretamente como el muchacho guardaba el bate con el que había golpeado en el costado al pobre tipo que ahora debe tener una costilla perforando su pulmón—. ¿Se le ofrece algo?

—Un whisky a las rocas. —pide con una sonrisa galante. El rubio literalmente pasó de largo sin prestar la más mínima atención a su gesto, logrando que la sonrisa del italiano se extendiera.

— ¿Ya tiene cuenta o alguien lo invitó? — interroga al momento de colocar al bebida frente a él.

—Normalmente no me cobran.

—Cuanta suerte. —responde sin interés.

—Pareces muy joven ¿Siquiera tienes edad para trabajar aquí?

— ¿Siquiera tiene edad para seguir bebiendo? No queremos que le dé un paro aquí. —dice mordaz y sonrisa pedante. Francesco bufó, de las veces que ha ido al club y lo ha visto, es la primera que está tan arisco.

Menuda suerte la suya haberse acercado justo hoy, pero con lo fastidiosa que ha estado la gente a su alrededor no lo sorprende. Con los que están a su alrededor debe estarlo sacando de quicio. También pensaba ligeramente en que la oscuridad del sitio no lo ayuda. Claro que tiene un par -tan mínimo que el mismo se sorprende-, de arrugas, pero tampoco es para creer que sufriría un ataque cardiaco.

— ¿Algún motivo para trabajar aquí? —buscar platica no es algo my común, normalmente se la inician. Se nota que debe salir un poco de su zona de confort. Por no decir que conoce la respuesta, al menos buena parte de ella.

—Necesito dinero, mi horario es una mierda y solo aquí me permitieron ser barman. En los demás lugares me querían de stripper. —colocó el vaso limpio en la bella pirámide. Francesco pasa el dedo por el borde del brazo.

— ¿No bailas? Eso sí que es un poco decepcionante.

—Lamento desilusionarte, pero si bailo, solo que con ropa. —responde con falsa sonrisa.

—No creo que esté tan mal. Es algo que me gustaría ver.

—señor—inhaló y soltó aquello como buscando paciencia donde no la tiene—. Usted tiene dinero, es obvio, busque a alguien a quien le importe y deje de molestarme ¿quiere? No estoy de buen humor. —hizo un derroche de gentileza al informarlo. Realmente Lo Que menos necesitaba era otro pleito esa noche.

—Por lo general eres más sumiso, lo he notado—se encoge de hombros—. Sin embargo y aunque tenga dinero no me interesa buscar a nadie más aquí.

— ¿Ah no? A las bailarinas les fascinaría tener tu atención. —señala sin disimulo a las mujeres que tienen su vista clavada en ese hombre de cuarenta y tantos años. No solo que tuviera dinero, simplemente llama la atención de cualquiera... Excepto de quien quiere en este momento.

—No, realmente no. Busco algo un poco distinto... si te dijera que puedo pagarte la universidad a la que asistes, esa de artes a unas... ocho calles ¿Que me dirías? —su mueca cambió a una ligeramente fruncida y asustada.

—Que no me acose y no me importa. Puedo yo solo.

— ¿a si? Puedo pagarte toda la carrera, incluso si repruebas.

—No repruebo jamás y no me interesa.

—El dueño de este lugar es amigo mio ¿Qué pasaría si le digo que haces mal tu trabajo y te despide?

—Busco las otras opciones que tengo ¿A dónde coño quiere llegar? —El mundo estaba conspirando en su contra el día de hoy.

—Quiero llegar a que yo podría pagar lo que necesites si me lo pides y evidentemente mantienes contacto conmigo

—Estoy desesperado, pero no tanto como para buscar a un magnate que me mantenga a cambio de favores sexuales. Gracias, pero no gracias—llenó nuevamente el vaso de cristal—. Ya se lo dije, busque a quien le interese, hay muchos así aquí.

— ¿Por qué Francesco debe conformarse con uno igual a los demás? Quiero algo especial y que lucir, por no decir que es divertido cuando al principio muerden la mano que los alimenta. Debes entender una cosa y es que si sigo aquí es porque no me pienso cansar de insistir hasta que aceptes, así sea a regañadientes.

— ¿Aceptar que me pagues una Universidad en la que soy becado? ¿Qué me pagues la comida, luz, agua, internet y pueda no desvelarme? eso, señor, se llama masoquismo. Nadie gasta dinero en un extraño y yo no estoy dispuesto a meterme en una habitación de sadomaso a cambio. —No pudo evitar carcajearse por la forma en que lo dijo. Parece un animalito arrinconado sin saber qué hacer.

—Obvio que no. Ya no serías un extraño, ahora ni siquiera lo eres, Lightning—hizo una especie de puchero—. Es como un pequeño juego, soy tu Daddy, tu eres mi Baby, te complazco y tú me complaces. así funciona

—Asqueroso...

—Y precisamente porque lo pienses así es que me gustas. Ya he tenido algunos que simplemente se mueren cuando los miro, no es tan entretenido como puedas creer—comenta cerrando un ojos con expresión dubitativa—. Francesco quiere algo interesante y diferente para variar... Y qué mejor que un universitario de artes rehuyendo para obtenerlo.

—usted está loco y la respuesta sigue siendo no. Vaya a por alguien más. Le aseguro que habrá alguien mil veces más extravagante, bello y peor que yo para que tenga algo _diferente_ —imitó el acento italiano y el mayor se carcajeó por ello.

Y después de esto insinúa que busque algo más interesante. Siente que ese niño no se conoce ni el mismo.

A Lightning le fascinaría decir que Francesco Bernoulli, un empresario dueño de una marca de autos y de ropa italiana con un puesto entre los diez más ricos del mundo, lo dejó en paz. Eso no paso, ni de chiste, se aparecía incluso en la cafetería de la universidad y aunque hablaban terminaba en lo mismo. El italiano se divertía, el americano se exasperaba. Ya perdió la cuenta de las veces que lo ha mandado a volar y está rotundamente negado a aceptar nada de él.

Insiste, está un poco apretado de dinero, pero no lo suficiente como para aceptarlo. Si es un hombre que le gusta tener demasiados caprichos, principalmente en comida, pero dada su edad y que estudia está resignado a vivir en abstinencia de antojos hasta que se gradué y trabajé en alguna agencia publicista o de artista por encargo. Lo que se presentara primero.

Una cosa es la que se dice y otra es la que pasa desgraciadamente... Desgracia por su lado cabe destacar.

Francesco tenía planeado ir a buscar a Lightning a la universidad, arrastrarlo a algún lugar y hablar más. Las charlas no eran malas a pesar de acabar en rechazo siempre, se divertía como no lo había hecho con ningún otro en el lugar del rubio. Era claro que él no iba a ceder a menos que siguiera molestando o eso creyó hasta que vio en su celular una llamada del ocupante de sus pensamientos.

Si te pidiera dinero... Mucho dinero—aclara con voz nerviosa—. ¿Me lo prestaría?

—Sabes que podría regalártelo sin problemas—el rumbo de la conversación le agrada—. Tanto como quieras. Aunque claro, ya sabes cuales son los términos.

N-no hablo de eso. Sería préstamo y yo se lo pago después. —ahora suena apurado y solo por eso Francesco habla más lento.

—Ummm... No, no se me antoja ser prestamista. Tardarías siglos en pagarme. Francesco prefiere dar el dinero y obtener lo que desea. Es una compra. —ronronea complacido de estarlo desesperando.

Soy un ser humano, gracias por entenderlo—comenta irónico—. Necesito dinero ahora y-

—Entonces ven a mi casa ahora y yo transfiero la cantidad que se te antoje. Sabes cuál es el trato, Lightning. Acepta ser mi bambino y todo resuelto.

— ¡Esto no es un juego! ¡Es algo muy serio y alguien depende de que me digas si puedes o no prestármelo! —alzó una ceja. Qué raro, no sabía que Lightning tuviera familiares enfermos... O familiares.

—Sigo diciendo no—suspira melodramático—. Puedo ver cómo me estafas y nada a cambio. El mundo tiene sus reglas y Francesco no es nadie para romperlas. Suerte con un préstamo bancario. —dice con voz cantarina y en despedida.

— ¡NO CUELGUES! —sonrió recostándose en su elegante diván de terciopelo. Unos cuantos segundos de silencio y... —. ESTÁ BIEN, SEA LO QUE SEA, LUEGO ME LO EXPLICAS, PERO NECESITO EL DINERO YA.

—Vale vale, dime la cantidad y a donde la necesitas. Mandaré a alguien a buscarte en un rato.

Se sorprendió un poco por la suma. No es una cosa exorbitante, pero lo primero que haría al verlo sería preguntar porque necesitaba tal cantidad de dinero con tanta prisa ¿Secuestraron a una persona cercana y debe pagar? Sea como sea y que abran desde ya un lugar en algún círculo infernal... Agradece que pasara, quizá así hubiera un poco más de agilidad y pueda cumplir su capricho en crecimiento que es lograr que Lightning se trague cada palabra de rechazo.

Como esa en la que sería horrible acostarse con él... Su orgullo masculino y viril quedó herido. Sin mencionar el «No hay nada que logre que eso me guste en el caso imaginario de aceptar tu trato.» la mitad ya está cumplida. Solo queda mimarlo tanto, hacerlo tan feliz que llegado el momento de dejarlo le llore por no hacerlo... ¿Que? No es eterno, es un gusto fuera de cualquier sentimentalismo imbécil. Una vez se canse Addio Lightning. Así funciona. Al menos una hora después lo tuvo viendo a todos lados por su preciosa sala de estar.

Benvenuto—susurra a espalda del rubio, este tiene un ligero escalofrío pues no lo escuchó llegar—. ¿Te gusta mi casa?

— Creo que la palabra casa queda un poco corta siendo esto una mansión de... ¿Tres pisos?

—En realidad son cuatro sin contar sótano para jugar billar y un ático para guardar documentos y cosas inútiles. —responde con esa sonrisa que Lightning siempre ve en su cara y se pregunta muy seriamente si no le dolerán las mejillas de mantener esa expresión.

—Un calabozo para los que te deben favores me imagino. —silba distrayéndose con todo lo que hay decorando la sala. No se imaginó que Francesco tendría una decoración tan... dinámica por llamarlo de alguna manera. Algunos discos en las paredes y enmarcados, guitarras eléctricas, algún que otro cuadro monocromático de bandas musicales...

Imaginaba un panorama mucho más sobrio y elegante que este. Se declara sorprendido y hasta cierto punto, satisfecho.

—Es una decoración muy bonita ¿de dónde sacó todo? —pregunta tocando un par de cuerdas de una guitarra con los colores de la bandera de Italia. Ni una sola mota de polvo vuela por el lugar.

—Son premios que gané e instrumentos que usé... ¿No lo sabes? —pregunta con diversión, Lightning ladeó la cabeza como un cachorro—. Antes de todo esto era cantante.

— ¿A si? ¿De qué? —empezó a seguirlo, asesinado por la curiosidad. Llegó a una sala completamente insonorizada con instrumentos por millón. Todos carísimos, nuevos y equipo de sonido.

—Rock pesado. Francesco es el mejor de Italia—con un par de aplausos se iluminó un gran poster enmarcado, Lightning acercó para verlo mejor. Francesco no ha cambiado mucho con los años, apenas tiene el pelo corto, más estatura y podría decirse que carencia de delineador—. Es raro que no lo sepas.

—No soy muy fanático del género. Escucho el reproductor automático de YouTube. —admite intentando comprender como la imagen mutó de eso a esto...

— Vaya decepción, tenía la esperanzas que supieras al menos de que banda era—suspira desilusionado—. Americanos.

—Ya que te molesta mi ignorancia te haré el favor de irme. Creo que la caminata de aquí a mi casa no me matará. —resopla con molestia, Francesco dio un atisbo de risa antes de bloquearle el paso con su cuerpo; logró que Lightning chocara con su pecho.

—Acabo de pagar más de trescientos mil dólares a un universitario que conocí en un club, llegamos a un acuerdo y ahora quiere huir de él. Lo lamento por ti, pero vas a tardar un rato en salir de aquí—Lightning desvió la mirada con expresión obstinada—. ¿Algún secuestro del que deba enterarme?

— ¿secuestro? ¡No! Escucha—el gesto de poner tras su oreja el mechón de cabello de que se le viene a la cara se le hizo tierno. Quizá es culpa de ese sueter enorme que le cubre casi toda la mano—. Vivo con un amigo y su futura esposa... si es que hay boda pronto—farfulla—. Ella está esperando a un niño, pero... La chocaron hace como cinco horas.

—Espera ¿Qué? —alzó ambas cejas y abrió los ojos de par en par.

—sí, exacto. La levaron a un hospital en el cual no querían atenderla a menos que se pagará absolutamente toda la operación, tratamiento y demás asuntos. Mate no tenía ese dinero ni de chiste, otros amigos tampoco aun cuando ayudaron y aunque se consumió toda mi cuenta bancaria faltaba... Así que como entenderás, estaba muy desesperado, tanto que vine hasta aquí.

—Muy, muy desesperado. —regodea enseñando sus blancos dientes en una alargada sonrisa.

— Es malo reírse de la desgracia ajena y más cuando pude haber perdido a mi ahijado ¿sabes? —destaca con gesto irritado e incluso asqueado.

Mi dispiace, solo pensaba en que debió ocurrir una desgracia para que vinieras hasta los generosos brazos de Francesco—suspira abrazándolo. Con lo bajo -una diferencia de diecisiete centímetros-, y delgado que es Lightning es esconderlo con su cuerpo—. Me siento utilizado.

—Y yo asfixiado... suéltame... —pide con voz ahogada.

—Umm... no. Francesco gusta de abrazar mucho a sus cari y ahora tu eres uno. —el corazón de Lightning se alborotó cuando viajo sus manos a la cintura estrecha hasta finalizar agarrando el par de redondos y suaves glúteos. Empezó a removerse, Francesco no lo suelta a pesar de esto y en su lugar cuela una mano por debajo del sueter.

— ¡YA SUÉLTEME! —Al dejarse caer Francesco casi cae con él—. ¿¡Que cree que hace!?

—Tocarte, buscar de sacarte la ropa y tener sexo tal vez... Francesco pensó que era obvio. — ¿Hay algún momento en el que no parezca hacerse el sabiondo? Por supuesto que no, más que eso Lightning sabe que le habla como si tratara con un niño y dados los casi veinte años de diferencia no es una sorpresa.

— No soy imbécil, solo que-

—Dadas las insinuaciones que diste con respecto a lo que quería de ti creí que era evidente que quiero hacer contigo—Entrecerró los ojos, a cada segundo el italiano se le hace más extraño—. O será que... ¿Eres Heterosexual? —cuestiona con una sonrisa demasiado burlona—. Lo dudo mucho, nadie heterosexual daria unos coqueteos tan evidentes en una barra.

—No soy hetero, aunque si tuve una novia hace un tiempo, soy pansexual—Francesco gesticulo con la boca, eso no lo vio venir—. Lo que me sorprende es que usted sea-

—Soy bi, Francesco no ve necesidad en medirse por algo tan banal como el género. Sin embargo tu eres como tener de ambos—resalta con tono coqueto—. Ahora, podemos seguir con el asunto aquí sin problema o llevarlo a alguna habitación. Hay una con un acuario si te interesa.

— ¡No pienso hacerlo con usted! —replica levantándose de un salto. La expresión de Francesco se endureció y Lightning sufrió un escalofrío por toda la columna.

— No sé si estás entendiendo que esa es una de las razones por las que estás aquí. Tocarte, besarte, hacer lo que me dé la gana y logrando que tu disfrutes también obviamente. Es pagarte por ello.

— Eso suena a prostitución.

—No, te pago por ser mi pareja—Lightning abrió la boca, aunque Francesco no permitió que dijera lo que quería—. Lo hago porque quiero y tengo el dinero para hacerlo, no porque me haga falta. Llámalo como gustes, pero puedes quedarte conmigo y dejar que te mime de la manera en que más te guste o.... buscar la manera de pagarme todo el dinero que te di, sumando el dinero que pague a tu universidad hace una semana para que puedas seguir en ella.

— ¿Q-que? Pe-pero...

—Tranquilo—sonrió nuevamente, lo tomó del rostro—. Francesco es muy cariñoso y más o menos paciente. No fuerza a nada—da un pequeño beso a la frente del americano que arrugó la cara—. Ya que tenemos esta situación, supongo que puedo explicarte cómo funcionan las cosas y no llevarnos más sorpresas del estilo.

Lightning hizo una lista mental de todas y cada una de las condiciones que Francesco dio. Ser su "pareja" a cambio de ser "mimado" le parece prostitución con otro nombre, pero aparentemente la palabra en esa mansión está terminantemente prohibida. Volviendo al tema de las condiciones, son las siguientes: Vivir los dos en esa mansión con habitaciones contiguas de momento -gracias al cielo, Mate le dijo que no iban a poder seguir compartiendo casa-; no tener relaciones románticas con un tercero; nada ilegal; cumplir con lo que pidiera y crear "reciprocidad"; tener sexo -aunque le daria chance de pensarlo o mentalizarlo-; hablar de cualquier incertidumbre; pedir lo que quiera aun si es tonto...

Muy bien, eran demasiadas cosas y posiblemente olvido más de la mitad de solo pensar que debería tener sexo con él. Quizá es lo que dejó en peor funcionamiento sus desgastadas neuronas. Fuera de eso todo sonaba a un capricho de un ricachón así que no hay mucho lugar a intimidación o sorpresa en ello. No sería tan malo, solo debía continuar con su día a día como si no tuviera a un magnate italiano respirando en su nuca y dándole besos en el cuello. Cosa simple.

Al día siguiente Lightning regresó a su hogar con sus pertenecías que no son tantas, lo que realmente ocupa espacio son los libros y materiales de arte que se trae encima. Pinturas; pinceles; brochas; lápices; cuadernos; acuarelas y tanta cosa que Francesco llegó a sentirse tonto por no conocer la mitad de ellos. Se colocaron en un estudio más o menos vacío y que no suele usar. No hablaron mucho en todo el transcurso del día, ambos ocupados en algo, pero llegada la noche el italiano tuvo antojo de platicar así fuera lo más banal.

Quizá conocerlo mejor ya que no necesita tomar desvíos para ofrecerle sus... Atenciones. Claro, no pensó que abrir la puerta a las once de la noche, sin tocar porque es su casa y simplemente saludar como si nada iba a causar que Lightning prácticamente se desmayara del susto. Por no decir que Francesco tuvo un intenso brillo en los ojos junto un repentino subidón de temperatura que apenas se controló.

— ¡FUERA! —chilló asestando un felpa con forma de Tsum-Tsum Iron Man.

— ¿Ha-haces esto a menudo? —pregunta con sonrisa temblorosa. Lightning Enrojeció unos cuantos tonos antes de coger una sudadera y un pantalón estirado para ponérselo—. ¡No te lo pongas!

No fue completamente su intención, pero acabó tirándolo en la cama para deshacerse del par de molestas prendas extra. Al concluir con su tarea permaneció unos cuantos segundos en silencio tan solo viendo analíticamente lo que se exhibe. Lo que estuvo al abrir la puerta era Lightning usando lencería. Así de la nada y sin una explicación previa que impidiera desconectar unas cuantas neuronas en su cerebro.

📷

Sei bellisima. —suspiró obnubilado, acercando un poco más su cuerpo. Un temblor le llamó la atención y con un sobresalto acabó por soltar sus brazos ¿Por qué llora tan de repente? No pensaba hacer nada a menos que babear como imbécil contara. Lightning se acurruco cubriéndose la cara con otro muñeco de felpa en la cama—. ¿Qué pasa? Francesco no-

—Solo vete ¿sí? No me mires. —quejumbra con el corazón alborotado.

— ¿Por qué no? A Francesco le gusta mucho lo que ve. Sei bellisima —repite con sonrisa condescendiente—. Tienes la piel muy blanca, el encaje te luce al igual que el color y el estilo... ¿Que tienes?

—Vete, deja de—tomó impulso para lanzar con fuerza el muñeco—. Verme. —lo atajó a tiempo. Lightning tomó asiento recostado en el cabecero y escondiendo su cara tras sus rodillas.

— Aun no me respondes—menciona—. Será que... te da vergüenza que te vea o algo así. —el menor lo observó con los ojos aguados y enrojecidos.

—Estoy así, hasta con el cabello suelto y ¿Crees que quiero que me veas? —interroga con voz pañosa.

—No veo el problema... aunque debiste mencionarlo, tal vez pude evitarte este sobresalto—susurra acariciando la melena rubia—. ¿Siempre duermes así? —interroga con sonrisa amplia y pícara. Lightning negó con la cabeza—. ¿Te gusta usarlo? No tengo ningún problema con ello, me gusta y créeme que he visto cosas más raras a un hombre usando lencería... Lo raro es que te luzca tan bien.

—No me... gusta que me vean así. Es muy...

— ¿Femenino? Asumo que no te gusta porque no me tienes confianza—suspira con pesar—. Puedes andar con el hábito que te plazca. No tendré problema con ello mientras no sea beber, fumar o drogarte. Esto lo encuentro tierno y bastante alentador. Además, eres-

—Soy un hombre con cara de niña—mira a otro lado—. Incluso tu acabaras riéndote...

—Entonces tienes permiso de abofetearme. —afirma al invadir su espacio para iniciar un beso que roba el poco aliento que Lightning tenía. Francesco sonrió para sus adentros por la relajación en Lightning, pero se mantuvo pensativo.

Podría decirse que este fue el primer acercamiento real. Francesco entendió una cosa y es que Lightning está terriblemente acomplejado por su físico. Llevar el cabello recogido siempre junto a la ropa holgada y neutra son la forma de "contrarrestar el efecto", el problema es que su propia manera de ser no lo ayuda. Lo ha observado a detalle por lo mismo. Es delicado, afincado en los detalles y con la capacidad de desprender una energía que aturde a cualquiera: Gentil y de alegría energética -si no te lo cruzas de malas obviamente-.

Sin embargo existía ese problema de no dejarse ver en sus mañas más afeminadas. A veces duerme en pijama, otras en lencería, a veces en boxers o con la misma ropa que usa mientras pinta. Observar su comportamiento se ha hecho parte de su diario vivir junto al cálculo de cuándo podría llegar al final del camino pavimentado por besos fogosos en la cocina, sala, estudio, habitación, mañanas en las que entra a su habitación por sonambulismo o la habitación del italiano cuando Lightning tiene el deber de despertarlo.

Ya ha dado tiempo ¿¡No!?

—Tendré más de cuarenta años, pero te aseguro soy bien capaz de cumplir tu idea del sadomasoquismo, iniciando por ataduras. —advierte a medio almuerzo con irritación. Lightning casi devolvió un par de espaguetis por la nariz.

—A-aun no me siento listo para algo así.

—Deberías. Apenas saliste de la adolescencia. Yo tenía las hormonas tan alborotadas que tuve siete novias al mismo tiempo y luego en un mismo cuarto. —entrecerró los ojos y mantuvo la expresión por aquella acotación tan peculiar.

—No me hacía falta saber y.... simplemente no necesitaba esa información—aprieta su entrecejo—. Volviendo al tema... Yo no creo poder hacerlo. Se que ha dado tiempo, pero-

—Lightning—inhala y exhala el nombre. Sabe que esto es anómalo porque usualmente se empieza haciendo de todo. Que apenas lo pueda besar y tocar sobre la ropa es nuevo y llegado a este punto... exasperante—. Sabes a que te invite y viniste, no puedes dejar a Francesco esperando por siempre.

—Puedes buscar a alguien más en lo que me mentalizo. —propuso tembloroso.

—Mi Bambino eres tú. No necesito buscar a nadie—gruñe ofendido por la insinuación de dejar pasar a alguien más—. Es solo tener sexo ¿Acaso hay algo que no quieres que vea?

—N-no nada. Es solo que... es solo que... —su cara se volvió un rojo brillante y luminoso.

— ¿Sabes que es Carpe Díem?

—Aprovecha el hoy sin preocuparte del mañana.

—Exacto. Ha sido mi filosofía de vida desde que estaba en primero de secundaria y como notaras me ha servido de mucho—apoya un codo en la mesa—. A lo que quiero llegar es que no lo pienses tanto. Es una forma de darnos placer mutuamente. No te voy a golpear o lastimar si es lo que te asusta, ya te lo dije, soy muy cariñoso... Solo que ya estoy perdiendo la paciencia.

Dicho eso salió del comedor. Lightning soltó un lánguido suspiro con los labios apretados. Tener sexo... Claro, él ya lo ha hecho antes y seguramente con los que ha estado también. No solo iba a pasar vergüenza, sino que se siente un poco más utilizado. Quien lo manda a aceptar esto de todos modos... Quisiera enumerar los puntos positivos, pero su ánimo no se lo permitió. Tomó aire, no quedaba de otra. Tiene la ligera sospecha de que un Francesco enojado no es bueno para nadie.

...

Eran casi las doce de la noche cuando escucho toquecitos a su puerta. Dejó unos papeles en su mesa de noche en lo que avisa que puede pasar. Lightning abrió la puerta y asomó la cabeza con la vergüenza centellando en sus mejillas rojas y ojos nerviosos. Francesco se aguantó la risita en lo que el rubio se acercaba. Viste un suéter gigante color negro que se le desliza por el hombro, asume que boxers y el cabello recogido en una trenza. Él juega con las mangas tan largas y se acerca tímidamente.

—Lo del sadomasoquismo es un chiste ¿Sabes? No hace falta que vengas tan asustado—bromea, Lightning resopla haciendo una especie de puchero. De un tirón lo subió a su regazo—. Creí que vendrías en Lencería.

—Ni siquiera yo sé cómo llegue a esto. —responde sincero. Su cuarto es un desastre por probarse todo lo que tiene y no decidirse en que usar. Al final salió rezando a dios a no hacer una tontería.

—No importa.

Francesco siempre es dominante al momento de besar. Por lo que sentir que roba el aliento y energías es cosa normal a la que no puede acostumbrarse. Siente sus manos en la cintura subiendo por su espalda y de modo inevitable tiembla como un conejo que sabe será asesinado. Aferra las manos a la camisa holgada que Francesco lleva puesta. El italiano corto el beso una vez consideró que Lightning necesitaba aire, empezaba a asustarse por lo mucho que temblaba.

—Hey-

—No era mi expectativa de vida acostarme con alguien que me lleva veinte años ¿Está bien? —dice antes de dejar que pregunte—. Me da... miedo.

Prego... No debería asustarte tanto, ni que- Eres virgen. —un tren de pensamiento interrumpió su comentario jocoso dejándolo un blanco por un segundo. Aquello explicaba porque Lightning parecía tan asustado como un cervatillo, el problema es que ver a un veinteañero en esa condición es tan quimérico... Es casi una especie en peligro de extinción que no pensó que tendría la oportunidad de conocer.

Porque vamos, muchos decían ser vírgenes cuando era obvio que tenían una vida sexual más activa que una perra en celo.

—Admito que me tomaste desprevenido, nunca me había pasado. No obstante y ya que me estás dando el gusto de ser el primero, vamos a disfrutarlo ¿Vale?

Asintió aun inseguro de esto. El reclamo que iba a dar murió pronto en su boca culpa de otro beso y ser sujetado por la nuca. Frances deshace la trenza con lentitud para no enredar las hebras rubias. Una vez la melena estuvo suelta y quitó el suéter sin demasiado esfuerzo, acariciando la piel suave y temblorosa. Le hace gracia que Lightning no sabe dónde poner las manos, si a su pecho, alrededor del cuello.

Sei adorabile. —halaga elogia antes de comenzar a comerle el cuello. Lightning suspira inquieto y sumiso a cualquier cosa. Francesco tomó la diestra del americano y la colocó sobre su entrepierna, sacándole un chillido.

Muy bien, ahora está verdaderamente asustado.

Su respiración se vuelve irregular a medida que Francesco lo sigue acariciando, besando y mordiendo; asumiendo por el instinto básico metió la mano por debajo del pantalón y con cierto temor empezó a acariciar la erección medianamente despierta del contrario como supone que quiere. Siente un calor arremolinándose en la zona de su vientre, causando eco en cualquier cosa que Francesco haga así sea pequeño como solo respirar sobre su piel.

Respingo al momento de sentir que Francesco también lo está tocando. Cubre su boca con la mano, negado a que se escuche ese sonido bochornoso que amenaza con salir. El mayor sonríe ampliamente por la reacción tan natural—Fran... —balbucea temblando como una gelatina. El italiano lo soltó un momento y lo hizo sentarse al borde de la cama, se agachó y bajo el boxers rojo de liga negra.

—aunque es muy sexy que me llames por mi nombre... Suelen decirme Daddy en momentos como este.

—Da... ¿Dadd...?

La pregunta murió muy rápido, su primer instinto fue cerrar las piernas, cosa que Francesco no permitió y se dedica a seguirlas acariciando en lo que chupa el pene erecto de Lightning. Alza la mirada de tanto en tanto para verlo, encontrándose una expresión llorosa en el sentido más placentero de la palabra. Los dedos se enredaron en la corta melena de color café. Los lloriqueos no concluyen nunca y Francesco encontraba diversión en ello. Chupaba con más fuerza la erección ajena en lo que su mano derecha acaricia el muslo de Lightning hasta que -quizá sin querer-, Lightning lo presiona más y se corre.

—L-lo siento... —jadea con ojos nublado. Relame su labio para que no caiga la gota del líquido espeso.

—No importa, es bueno tener un cuerpo honesto. -da una juguetona lamida a la virilidad despierta y levantada. Lightning gime ahogado. Francesco se levanta y se quita la camisa, tirándola a un lado.

Lightning ya no sabe ni en donde está, su cerebro se fue de vacaciones dejándolo con el único conocimiento de que está con Francesco. Este lo había acostado casi en medio de la enorme cama y estando encima suyo siente como empuja -aún tiene el pantalón puesto-, su cadera en contra suya y el bulto bajo la repasen frota contra su piel. Su vista está clavada hacia abajo, en una especie de reacción curiosa.

— ¿Quieres hacerlo tu?

— ¿E-eh?

—Esto no va a entrar fácil ¿sabes? —Lightning gimió de oírlo tan cerca de su oído, volvió a hacerlo cuando nuevamente el italiano llevo su mano hasta la erección ahora totalmente despierta. Siente la piel caliente y palpitante en su palma—. Así que...

—Y-yo puedo... —balbucea. Francesco lo jaló y lo puso encima suyo casi acostado. Tembló ligeramente por el líquido frío que echó el otro entre sus nalgas.

— solo debes meter tus dedos, uno por uno... —dirigió la mano del americano a su propia entrada. Lightning apretó los labios viéndolo antes de desviar la mirada y hacer lo que dijo.

Quejumbró ante la sensación, era extraño y más aun siendo él quien lo hace. Nunca se imaginó así para ser sincero. Suspiros y gemidos algo doloridos se escapaban por su boca en lo que Francesco le acaricia la espalda y ve sus expresiones con satisfacción, susurrando en italiano para causarle mayores escalofríos.

Sentir el roce de su piel le esta quitando la paciencia que tiene con la intención de jugar. La imagen de Lightning haciéndolo por si mismo -sabiendo que no lo ha hecho antes-, le parece sumamente erótica. Lo tomó del mentón para besarlo mientras su mano derecha aprieta el glúteo. La sensación húmeda lo hizo romper el beso y ver abajo.

— ¿te corriste de solo apretarte la nalga y estarte tocando atrás? Que tierno eres... —ronronea bajando y mordiendo la nuez de Adán del rubio, su lloriqueo por no saber que siente se intensifico cuando Francesco lo masturba.

Llegado un punto de olvido de lo que hacía y aprieta lo brazos de Francesco en busca de un lugar en donde librar un poco lo que sea que lo enloquece en ese momento. Francesco retomó aquella tarea— ¡GAAH! —Tenía una cara de espanto única, decidió ignorarla sin más.

Sentía que prepararlo estaba tomando un maldita eternidad, no aflojaba por más que lo intentaba. Se pregunta si es por estar tenso o porque sencillamente no aflojará. Sea como sea, está lo suficientemente húmedo como para que se deslice. Posó ambas manos en la cadera ancha del americano continuo con el ataque a su cuello, quizá para tomarlo desprevenido.

—Es...esto duele... —quejumbra, Francesco lo besó en la frente.

—No me extraña.

Soltó un largo suspiro, acaricia un poco la cabeza de Lightning que esta semi levantado con las manos clavadas en el colchón. El cabello húmedo y liso se le desparrama por la espalda y los hombros. Francesco sonríe, es obvio que no sabe que hacer, le duele y no quiere que la meta entera. Muy triste...

Invirtió las posiciones girando en si mismo, alzó el muslo derecho de Lightning para subirlo a su hombro y con cierto esfuerzo se introdujo por completo. Bajó un poco la mirada—Vaya... estás sangran- Ay—cerró un ojo, Lightning le había rasguñado el pecho profundamente, luego el hombro hasta instalar las manos en su espalda.

—Fran-Francesco... —solloza aferrándose a su espalda tanto como puede mientras el mayor empieza a moverse con tanto cuidado como le es posible—. Fra-

— ¿Qué te dije hace rato sobre como decirme? —pregunta entre jadeos con sonrisa picará y maliciosa, Lightning enrojeció más de ser posible con expresión angustiada—. Dilo, Lightning, voi; È semplice inglese ... Liiightning~—insiste con voz gutural antes de morder el lóbulo de su oreja y tironearlo suavemente.

—Daddy. —Francesco pasa un brazo por debajo de la cintura de Lightning y lo atrae más hacía su persona, subiéndolo a sus muslos y dejando parte de su cuerpo separado del colchón.

Bravo mio bambino.

Quizá se está equivocando, pero Lightning parece más excitado por escucharlo hablar constantemente en italiano. Se preguntó vagamente como es que lo sabe, pues a veces en las conversaciones que han tenido, le responde. Le preguntara después, cuando no vaya a dejarlo sin espalda de tanto arañársela.

Siente que aprieta los muslos alrededor de su cintura, Lightning se atrae hacía Francesco y lo aferra por el cuello para empezar a besarlo, contoneándose ligeramente y apenas siguiente el ritmo que marca Francesco. Cerró con fuerza los ojos cuando sintió que algo líquido lo llenaba por dentro de forma casi desagradable. Miró abajo.

—Otra vez... —jadeo cansado, incluso sentía que le dolía un poco los testículos. En su vida se corrió tanto en un "corto" periodo de tiempo.

—Como mandes. —asegura dándole besitos tras la orejas.

—N-no quise decir eso —replica acelerado. Ya bastaba ¿¡No!? ¡Está cansado! —Yo-

—Lo sé, pero yo quiero que eso signifique, te dije que ibas a disfrutarlo mucho y con una sola vez no es suficiente para cumplir eso—asegura con sonrisa libidinosa. Lo recostó en la cama nuevamente... aunque Lightning se giró con todas las intenciones de fugarse a si fuera arrastrándose. Obviamente el italiano no lo dejó—. A donde crees que vas~

No costó tanto está vez y Lightning gimió lánguido, agudo y tenso. Francesco lo tomó de la mano, entre lanzando sus dedos con la diestra del rubio. El cabello le cae por los hombros, dejando su nuca descubierta y no desaprovecho para morderla. Su espalda fue el blanco esta vez y al igual que su pecho y cuello, quedo marcada de lado a lado.

Lightning podría estar todo lo cansado que quisiera, pero como tal se mantuvo despierto todo el tiempo, repitiendo "Daddy" como un adorable periquito de plumas amarillas. Francesco puede decir que quedó más -mucho más-, que satisfecho con esta primera noche teniendo al rubio. Tanto que la noche se volvió mañana y no se durmieron sino hasta las cinco cincuenta.

...

—Buenos días... —bosteza al escuchar un suave gruñido por parte del contrario—. Me duele... el cuerpo.

—Es lo normal. Te acabas acostumbrando—asegura girando perezosamente para abrazarlo. Una vez sintió la piel tibia del otro junto a la suavidad y ligero olor sudoroso con perfume natural se apegó más—. Siempre se... acostumbran...

—No creo acostumbrarme. Duele y- Fran-Francesco—gimoteo falto de aire—. A-acabas de... despertar... No... —gime apretando la sabana en su puño derecho, lagrimea y aprieta los dientes con expresión compungida. Hay algo entrando lenta, pero firmemente en por su entrada

—Francesco no cree que eso importe... —suspira estando por completo en el interior del rubio. Puede sentir como tiembla y aunque adormilado logra reírse—. Ahora está más suave... Más abierto... —susurra a su oreja y lame el hélix antes de morderlo y jalarlo un poco en lo que saca su erección con cierta lentitud.

—Qui-quiero baña...Ah... Ahh... —su respiración es lenta y los gemidos lánguidos. Ambos en el mismo sopor a pesar de lo que el mayor hace. Llegado un punto el sonido de la piel la ingle de Francesco contra los glúteos de Francesco se acelera. El mayor espabila y aumenta el ritmo en que entra y sale del cuerpo sensible y nuevamente perlado en sudor.

Mete un par de dedos en su boca, ahoga los gemidos de Francesco mientras juega con su lengua y hace que la baba escape por la comisura del labio. Recuesta la frente en la nuca del americano, enfocándose más en el calor que busca salirse de su bajo abdomen—Da-Daddy... —gimotea con los labios entreabiertos liberando más gemidos y suspiros. El apretar y rasguñar sus muslos cuando se corre sin importarle que no tiene condón se le hizo familiar, quizá porque hasta hace pocas horas se hizo esto.

Su respiración irregular iba desincronizada con la de Francesco que maldice bajo y entre dientes. Esto es muy extraño, incluso para él. Es rara la ocasión en que lo hace de día con algún "consentido", por no decir que quimérico esto que hace con Francesco: Hacerlo sin importar que se durmieron hace alrededor de tres horas y cuarenta minutos.

No quiere darle más vueltas al asunto, tan solo se endereza y lo pone boca arriba; se apoya con una mano del cabecero y con la otra alza la cadera ajena. Ve como sale su semen por la entrada de Lightning, también nota como su vientre está ligeramente hinchado; el rubio sigue en su nebulosa post-orgásmica, tan ido que no se queja por ser examinado tan minuciosamente, ni pendiente de lo que dice o hace— ¿Daddy...? —balbucea ladeando la cabeza con la cara roja, como si una parte de su cerebro entiende que eso es un poco embarazoso.

—Francesco~ —se hundió tan rápido y profundo como pudo.

—Ñnnahh... Ah... aaah... —cerró los ojos, apretó los labios y dejo salir el resto del sonido lastimero. Llevó una mano a su vientre sintiéndolo duro y un poco inflado. Francesco tomó su mano y entrelazó sus dedos.

—Si tuvieras un útero podría tocarlo justo ahora... —comenta morboso de la idea. Incluso llegando a pensar la posibilidad de que Lightning hubiese nacido hermafrodita y explique su cuerpo y rostro afeminado—. Me he corrido tanto en tu culo que ahora sale... —comenta viendo abajo como cada vez que saca su pene sale un poco del líquido blanquecino y viscoso—. Y tú me recibes tan bien... Vamos a disfrutar mucho ¿Cierto? Amore... —ronronea tomando la otra mano y enredado sus dedos en ella antes de clavarlas en el colchón, manteniendo su peso de esa manera.

Se acerca y lo besa, le muerde los labios, juega con su lengua viéndolo a los ojos. Siente apenas que Francesco se viene un par de veces y su abdomen está con los restos de su semen casi encharcado. Lo muerde, lame la piel con sabor salado y se deleita con los gemidos incoherentes entre su nombre y el pedido de la noche anterior. Entra y sale rápido chocando las pieles, Francesco puede percibir el golpeteo de los testículos del otro contra sus nalgas y aprieta sus manos cuando está más lleno que antes de ser posible.

El semen chorrea a la sabana y Francesco da una especie de beso esquimal. Francesco solo lo mira obnubilado y roza los labios con los de él, aferrando las manos entrelazadas con las suyas. Tenía la ligera sospecha de que Francesco aún no tenía ganas de dejarlo tranquilo y no sonaba del todo mal.

...

— ¿Hace cuánto dejaste de cantar?

Francesco lo mira por sobre el hombro. Lightning permanece echado boca abajo con cara adormilada y la sabana cubriendo a duras penas. Abraza una almohada y el pelo se desparrama por todos lados. Llega hasta su cadera. Meditó un poco antes de sentarse en el colchón junto a la bandeja de comida que trajo para él.

—Escuché algunas de tus canciones, lo hacías muy bien y no has cambiado mucho a lo que vi en clips de YouTube. —murmura.

—Hace alrededor de... dieciséis años deje de hacerlo—responde rascando su nuca—. Inicie a los... Diecisiete así que tampoco fue un tiempo corto. —sonríe satisfecho y nostálgico.

— ¿Qué te hizo retirarte? Digo... No te va mal ahora, pero es extraño teniendo tan buena carrera, apenas vi que la critica cuestiono un par de canciones teniendo más de trescientas en tu repertorio. —el asunto lo tenía comiéndose la cabeza, pero no creía que preguntar a un cantante por su retiro fuese algo bonito.

Es como preguntárselo a un deportista, debía doler.

—Fue mi voz—masculla llevando una mano a su garganta—. Un día me advirtieron que si seguía forzándome de ese modo iba a acabar casi mudo o dañando de tal forma mis cuerdas vocales que no iba a poder cantar nada nunca más... No sé. Supongo que a Francesco le asustó más no poder cantar jamás a dejar su carrera.

—Ya veo... —mira la almohada de tamaño completo que sigue entre sus brazos—. ¿Y aun cantas?

—Francesco es la estrella en reuniones y fiestas con amigos ¿No es obvio? Además, también tocaba guitarra. —intenta restar importancia al asunto. Lightning le toma la mano y juega con el anillo que tiene puesto.

— ¿Cantarías algo para mí? —Lo vio ligeramente sorprendido antes de aclararse la garganta.

She's like the wind through my tree. She rides the night next to me. She leads me through moonlight, only to burn me with the sun. She's taken my Heart, but she doesn't know what she's done—Lightning cierra los ojos y da un suspiro. La voz gruesa de Francesco es melodiosa aun cuando habla, que cante es simplemente bellísimo—. Feel her breath in my face, her body close to me. Can't look in her eyes. She's out of my league. Just a fool to believe I have anything she needs. She's like the wind.

Es un poco extraño, hasta la fecha nadie se había interesado por preguntarle a pesar de ser dudoso el asunto de su retiro repentino. Con nadie se refiere a los amantes que ha tenido. Tampoco a cantado para ninguno a solas; a mencionado que le importaba más...

—Igual no me molesta ¿sabes? Siempre me gustaron los autos y en cierta medida la ropa. Estoy bien así y se nota. —se encoge de hombros con una suave sonrisa. Lightning se levantó y recostó de la espalda del italiano.

When your dreams all fail and the ones we hail, are the worst of all and the blood's run stale. At the curtain's call, is the last of all. When the lights fade out all the sinners crawl. So they dug your grave and the masquerade will come calling out at the mess you made. —tararea distraído tomando una uva del tazón sobre la bandeja, Francesco giró la cabeza para ver por el rabillo del ojo.

Mi scusi?

—Eres un mentiroso. —y con ello concluyó la conversación para seguir con su merienda. Son las cinco de la tarde.

~***~

—Debo que ir a la universidad así que no tengo tiempo para la charla que quieras tener o lo que sea. —replica apurado viendo el reloj de su muñeca.

—Créeme, esta conversación la quieres. —afirma guiándolo. Para alivio de Lightning, fuera de la mansión. Fueron hasta el estacionamiento -con capacidad de diez autos y quién sabe si más-, y una vez ahí se detuvieron frente a un Ferrari negro con decoraciones rojas.

— ¿Y? No me vas a llevar, ya es suficientemente obvio que no vivo con Mate; alguien pagó los estudios, tengo un buen internet y hasta el último pincel que necesite alguna vez. —las dos últimas cosas lo dejaron viendo estrellas de alegría y doliendo la garganta intentando negarse al gesto.

Más que todo los pinceles y otros materiales ¿hace falta decir que Francesco no lo deja ir a trabajar y posiblemente lo hayan despedido?

—No, tengo que ir a una reunión así que no podría llevarte aunque quisiera... así que iras tu solo. —alzó las llaves del auto frente a él. Presionó el botón para abrir los seguros. Casi deja caer su bolso y el porta láminas.

— ¿Estas... de chiste?

—Para nada. Llegó ayer directo de Italia. Francesco es el dueño absoluto de la empresa, obvio que puede tener uno cuando le da la gana. —dice con sonrisa vanidosa y actitud egocéntrica. Lightning movió las manos y gesticulo boquiabierto.

—Pero... pero... ¡ES UN FERRARI, ESTA MIERDA CUESTA MÁS QUE MIS DOS RIÑONES!

—Vaya calculo—ríe—. Es un regalo, bambino. Disfrútalo. —da un pequeño beso a los labios del rubio y deja las llaves en la mano derecha de este.

—N-no puedo usarlo, menos aceptarlo. Toma, no, es decir... NO. —replica avergonzado por un regalo tan ridículamente costoso -aun cuando Francesco no pago ni un euro por el-.

—Eres tan inocente, puedo darte cosas mucho más caras que estas. Es una chuchería para que te diviertas un poco por ahí. No tanto como conmigo, pero tu entiendes. Que te vaya bien. —despide sin permitirlo volver a negarse.

Ya que el chofer no pensaba llevarlo y tiene exactamente media hora para llegar, usar el transporte publico queda descartado -tarda dos malditas horas desde la parada hasta la universidad-, se resignó a usar el Ferrari como último recurso. Lo trataría mejor que a Mate y lo devolvería cuando regresara por la tarde.

Un buen plan... Más o menos.

Hubiera sido bueno de no ser porque de hecho, llego media hora antes por qué su reloj, celular y tableta grafica están con la hora adelantada. Están sincronizadas con la mansión, así que esto es culpa de Francesco. De seguro lo hizo para que no negara el regalo. Maldito hijo de-

— ¡¿DE DONDE SACASTE ESO?!

—Robé un banco anoche, te iba a comprar uno a ti también, pero ya te suspendieron al licencia por cuarta vez así que... Decidí que con uno bastaba.

Su amigo hizo un puchero y Lightning rió encendiendo la alarma del auto descapotable. Mate es su mejor amigo desde que tiene memoria a pesar de ser tres años mayor. Será directo y franco... Es lento, tanto que repitió años escolares dos vece s y acabaron estudiando juntos. Básicamente por su ayuda logró graduarse.

Ni siquiera intentó entrar en la universidad con intención de un título, en cambio fue a una escuela de cocina y muchos cursos de pastelería. Trabaja en una pastelería durante la mañana y por la tarde noche en un restaurante. Con eso se mantiene bien y con su forma de ser la felicidad viene con la simpleza de su vida.

Junto a él está su novia: Holley. Esa mujer tiene un coeficiente intelectual envidiable y ya está graduada en ingeniería; administración de empresas y aduanas... Sin embargo, por cosas que todo el mundo desconoce -menos él-, está enamoradísima de Mate hasta el punto de que, como ya se sabe, tienen un hijo y se iban a casar.

—Estás consiguiendo mucho dinero últimamente... ¿Tienes más trabajos? —gimió lastimero ¿Por qué debía irse a lo inocente en vez de lanzar la sucia verdad?

Lo mantiene un ricachón que le dobla le edad y de paso se acostó con él.

—No Mate, no tengo más trabajos—suspira deprimido—. ¿Cómo está Holley? ¿Ethan?

—Los dos están muy bien. Ella saldrá en un mes y él con ella—responde con una sonrisa enorme en su rostro pecoso y dientes torcidos—. También te agradece mucho que pagaras y pregunta cuando es el límite para devolverlo.

—No hace falta, créeme—niega de inmediato—. Iré a verlos el jueves. Hoy estoy muerto, mañana muchas clases... ¿Me recuerdas por qué debo esforzarme por el título?

—Porque eres Lightning McQueen y quieres restregar ese título en la cara de tus padres—hace un puchero, Mate había aprendido esa respuesta de memoria ante las ganas suicidas del rubio durante sus estudios—. ¿No estás molesto?

—Por millonésima vez. No-estoy-molesto-por-mudarme. Entiendo que soy un gasto que no podías costear aun si ayudaba. Igual vivo compartido.

— ¿¡Enserio!? ¡¿No dejaras de ser mi mejor amigo o sí?! —quisquilla asustado, casi horrorizado.

—Por supuesto que-

— ¡solo pasó a ser una perra vendida! ¡No me preocuparía mucho por él, pobretón! —Puso los ojos en blanco.

— ¡Búscate una vida, Carlos! —responde a grito, el muchacho siguió su camino con su grupo—. Maldito insufrible... ¿No tienes trabajo?

—eh... SI, SI TENGO. Nos vemos el jueves. —despide. Lightning recibe su abrazo demoledor antes de que se vaya a toda prisa en un auto que -sin que lo supiera-, Lightning mandó a reparar.

Con dinero de Francesco, pero temía más por la vida de Mate que por otra cosa, esa carcacha oxidada al menos no va a explotar, quizá si detenerse a medio camino de la vía lenta, pero no explotar. Es una mejoría.

Entró a sus clases de la mañana, entregó sus deberes, devoró todo en la cafetería. Todo iba de perlas por qué le quedaba tiempo de bocetar alguna tontería. El asunto es que él ya se sabe odiado por el universo así que...

— ¿Qué pasa McQueen? Pensé que estarías hablando con esa amable persona que tanto te está consintiendo.

—Y yo que estarías buscando como copiarte los trabajos de años anteriores, pero tal vez subestime tu inteligencia de plagaste. —sonríe sarcástico. Carlos es un hombre pelirrojo, ojos marrones y un mal carácter que no sabe como al gente se aguanta.

—Oh, por favor, no intentes hacerte el fuertecito, tu cara de perrita lo impide y me harás reír.

—Esta cara de niña puede romperte la de imbécil ¿quieres probar? —advierte perdiendo al paciencia.

—Y seguramente el viejo con el que te estás acostando te pagaría la fianza por haberme agredido ¿no es cierto? —replica con sorna, algunos escuchaban la pequeña discusión—. Mi prima hizo bien en dejarte... se buscó algo con pene al menos.

—Menos mal no es incestuosa, dudo que cumplas el requisito... Es una pena que hasta yo te supere en ese tema ¿sabes? Mejor cuerpo que tu novia y más pene que tu—chasquea la lengua con falsa pena, vio apenas un segundo a la entrepierna de Carlos antes de volver a mirarlo a la cara—. En cuanto a Cruz... Espero que le vaya bien buscando al hijo que perdió por mala madre; no es sorpresa, digo... Lo hizo nacer con Sida. —quizá se estaba pasando un poco, pero está de un humor horroroso.

— ¿hablando de sida el próximo en sufrirla? Dile al fósil que toma viagra que se busque a alguien más porque tu-

— ¿Pasa algo aquí? ¿Señor Ramírez? —Lightning sabe que la directora de la universidad pasea por ahí durante los descansos, por ello evita a Carlos y u habilidad de ponerlo de malas pulgas.

—Él-

—Estaba viendo mis bocetos para copiarlos... Otra vez. También molestando y diciendo que rayará mi auto nuevo tras golpearme la cara. —cerró el cuaderno, lo que dice es más o menos cierto, en esencia está lo que Carlos dijo, planea y otro poco es de él.

—A mi oficina. —ordena la mujer.

— ¡Yo no...!

—Debería poner ese entusiasmo en sus notas, considerando lo bajas que están. Ahora deje de acosar a McQueen. —resopla ella con desaprobación. Carlos tomó su bolso y se fue de mala gana insultándolo por lo bajo.

—Puede avisarme si hay algún otro problema.

—Claro... —sonrió débilmente y cuando se fue resoplo revolviendo su cabeza y aflojando el moño sin querer. Esto es culpa de Francesco y su ridículo dinero. Los directivos lo tenían casi vigilado para evitar que el italiano dejara de ser su... contribución a la institución privada.

El día lo sintió horrible por culpa de esto.

...

—Tantos lienzos rotos no pueden significar nada bueno.

— ¿Puedes salir de aquí? no estoy de humor para hablar contigo y mucho menos para que interrumpas algo que de por si va mal. —tiró al piso el lienzo con el artline de su dibujo. Francesco lo recogió y puso en el caballete nuevamente.

—Este me gusta, se ve bien... Muy melancólico, deprimente y quizá suicida... Pero bien. —Es posible que vea algo que no está ahí, pero tiene la sensación de que Lightning no está bien en base a lo que plasmó.

—es horroroso. —dice sentado en el escritorio y dándole la espalda.

—tenemos perspectivas diferentes entonces.

— ¿Qué quieres? —se gira con el entrecejo fruncido—. Debo hacer eso para el jueves, tardaré milenios en pintarlo y si no empiezo ahora no lo podré entregar, perderé calificación; Carlos va a empezar a joder y-

—calmate un poco —palmea la espalda del rubio—. ¿Por qué la necesidad de perfección? Digo, es normal, pero siempre debe haber un motivo. —miró a otro lado hasta rendirse de la mirada constante.

—Quiero graduarme con las máximas calificaciones. Soy el mejor de mi semestre y quiero que sea así, necesito que sea así.

— ¿Por qué?

—supongo que ya lo sabes, pero... Mis padres me emanciparon a los dieciséis—empezó a decir, Francesco asintió suavemente—. Ellos querían que estuviera para abogado, pero al ver que no me iban a obligar me tiraron a la calle. Quiero ser el primero en calificaciones para restregarles en la cara que no necesité de su ayuda.

—Es una buena motivación... Aunque me parece que no es lo único que no les gustaba de ti, incluso siento que no es lo único que te molesta.

—La idea del pansexualismo no les agradaba, el pelo largo, la cara de niña... No sé. Todo estaba mal para ellos; Luego llegó mi exnovia, Cruz... Me sentía aun peor, creí que podía ser algo al menos... ¿Normal? Pero los cuernos me dejaban pasar a mi casa y besarla es igual de peligroso que la costa de Hiroshima.

—Muy... Bien, supongo que eso es... Malo, que rompieran. —sus muecas eran oro, lástima que no tenía para prestarle atención.

—El asunto es que... Nunca estoy satisfecho, siempre puedo hacerlo mejor, pero no sale. No importa cuanto me esfuerzo, lo que quiero es imposible, es mal visto, es... Es como si no puedo dejarme ser en nada porque no. Ni siquiera en ese cuadro de mierda. Eso que está ahí es lo que yo quisiera hacer, pero si lo entrego no tendré la mejor calificación porque a la profesora no le va a gustar.

Francesco se acuclillo frente a él, le acarició la mejilla con cariño para secar la lágrima que iba a caer. Se le hacía tan tierno como Lightning intentaba llenar ese espacio de perfección para demostrar que hace lo que quiere, cuando al final no lo hace. Hasta cierto punto lo entiende, el también fue así al momento de componer canciones. Temer a la opinión y que no lo aprueben...

—No importan tus padres, no importa tu alrededor... Si quieres hacer algo solo hazlo, no importa que tengas rostro afeminado, que quieras pintar algo y creas que no aprobaras. Si sigues las instrucciones está hecho, no debes preocuparte más ni satisfacer para parecer perfecto. Tienes una vida que vivir ¿sí? Carpe díem. —indica con una sonrisa.

—Pero...

—arrepiéntete mañana, haz hoy lo que te de la gana y así sucesivamente. Suéltate el cabello, píntalo; plánchalo; rízalo, usa la lencería que quieras, la ropa que quieras ¿Crees que cuando seas mayor habrá valido la pena haber hecho todo esto? Permítete ser lo que se te antoja sea afeminado, extraño, lo que te salga de la cabeza...

— ¿Y si no funciona...?

—Continuas y ya, lo enfrentas. No te escondas. No vale la pena—insiste—. Ahora... Voy a mi estudio a terminar algo, tu sigue aquí, empieza a pintar con lo que sea que esta dosis de enseñanzas por Francesco te han dejado y te veo para dormir... dormir, quiero tener una espalda y no manchas de sangre en mi camisa.

—Lo siento.

—Tranquilo, igual fue genial. —le dio un beso en al mejilla y salió del lugar. Lightning vio el artline. Con lápiz en mano cambió algunos detalles y luego acercó el escritorio con las pinturas y pinceles.

Hacerlo hoy... arrepentirse mañana.

Bueno, durante la noche le dio un beso en la boca mientras dormía, ya se arrepentiría mañana.

~***~

— ¿¡ERES DUEÑO DE VORGUIH!? ¿¡NO SÉ SUPONE QUE SOLO ERA...!?

—Lightning, no soy un aburrido que solo vende ropa elegante, mi lado más "rebelde" necesitaba desahogarse en algún lado—responde tranquilo dando un trago a su café—. Una línea es para gente mayor y fiestas elegantes, el otro para la vida y destrucción de propiedades. Todos ganan. —sonríe triunfante.

— ¿y por qué no sabe nadie esa información...?

—Porque si saben que es mía van iniciar con la tontería de que es una marca para "mayores y pomposos". Hay que manejar bien el mercado.

—Que ridiculez... —bufa.

—Mira el lado bueno, puedo darte la ropa que gustes de ahí si la quieres.

—No gracias...

Aunque lo negó, pasó algo muy curioso un tiempo después:

—No creo que esto sea una buena idea...

—No importa que no lo creas, el punto es que Francesco ya lo hizo. —Lightning quería golpearse la cabeza contra la pared, maldita sea con este hombre tan jodidamente exagerado.

Lo normal cuando pides ropa porque toda la tuya fue -totalmente-, destruida por la pintura y óleos que le cayeron encima, es te que te den más ropa o dinero para ir a comprar dicha ropa... ¡NO QUE HAGA UNA COLECCIÓN DE VERANO PARA TI! Incluso bastaba con un maldito pantalón de jean y una camisa blanca, no pedía tanto.

Sin embargo, Francesco Bernoulli no es el que anda en pequeñeces precisamente. Ya más de una vez había mencionado que a Lightning le luciría bien muchos estilos de ropa que aún no incluía en esa segunda marca que nadie sabe que es suya. Uso este momento como excusa y para cuando el rubio se dio cuenta... Tenía a todo un taller de costureras midiéndolo, preguntando por su opinión y haciendo diseños.

¿Alguien es tan amable de explicarle porque el destino no pudo poner frente a él a un banquero? Es decir... ¿¡Por qué!?

—te pedí solo ropa para poder continuar con mi día a día... —y no crean que le dio otra ropa, no, anda en pijama y ropa para pintar desde entonces -más o menos una semana-.

—Y vas a continuarla usando esto. —informa con una sonrisa supuestamente angelical, aunque Lightning sabe que es fingida.

— ¿¡cómo se te ocurre que usaré eso!? Escucha, me encanta, es preciosa y todo lo demás, pero... Es solo la universidad y vagar por la calle viendo el cielo. Llama mucho la atención.

—No veo qué tiene de malo. Aunque no estaba mal, tu guardarropa era tan simplón que me daba repelús... Eres un hombre muy bello y ni siquiera con esa camisa de The Avengers queda opacado, así que ¿Por qué hacerlo? —Lightning se cruzó de brazos e hizo una especie de puchero mientras se revuelve el pelo.

—Ya lo sabes. Simplemente no me gusta y esto es mu-

—No sé si no entiendes, bambino, en el combo de mimarte hasta el hartazgo viene incluido el vestirte de la mejor manera. Si no quieres que sepan que soy yo eres libre de ocultarlo, más no eres libre de esconder que alguien lo hace.

Y como la batalla perdida que es, Lightning tuvo su closeth a reventar de esa nueva colección cuyo nombre venía de uno del cuadro de la discordia cuya nota aún no sabe. "Amvlýs". No sabe que es peor: Tener esa línea como teóricamente suya -palabras textuales del italiano-, o tener que ir a la presentación de estas a una pasarela en un sitio de nombre impronunciable y hacerse ver como la "musa" tras ella.

La muerte es más sencilla, se decía. quien diría que eso aplicaría en otro aspecto que no fuese en la universidad

Gracias a que la universidad iba a tener remodelaciones a gran escalas obtuvo casi un mes libre, coincidiendo con la pasarela a la que Francesco quiere llevarlo. Aun ahora abordando el jet privado del italiano la idea no le hace mucha ilusión, lo que si llama su atención es poder turistear un poco Italia.

Nunca ha viajado en avión y se siente muy niño por emocionarse. El avión es lujoso -como cosa rara-, y siendo los únicos pasajeros el despegue fue apenas pusieron sus cinturones. Vio las nubes por un largo rato mientras Francesco lee documentos.

—Tras la pasarela haré una fiesta—informa llamando su atención—. Será con unos amigos y amigos de mis amigos. La temática es maquillaje de fantasía, así que mande a hacer tu ropa. Contratare a una-

— ¿maquillaje fantasía? —preguntó con ojos repentinamente brillantes.

—Sí... Aun no terminan tu traje, pero diseñe lo que creo, va a gustarte—soltó los papeles—. En la pasarela también escogerás que usar... Sea como sea, el asunto del maquillaje.

— ¿Puedo hacerlo yo? —pregunta casi sorbe él, Francesco parpadeó confuso—. Puedo hacerlo yo mismo si me dejas comprar lo que necesito.

—e-eh... si, claro que- ¿tu puedes ha...?

—Estudio artes, Francesco, además ya he hecho Body paint y maquillajes para fiestas, costaron más de cuatrocientos dólares, pero fueron los mejores del lugar y me llaman para ese tipo de situaciones así que- ¡Y EL TUYO! —exclamó de repente—. Asumo que llevarías un traje, se me ocurren muchas cosas que podría hacer. Nada muy estrafalario, pero... ¡si que parezca más una versión mítica de ti! Además- eh... ¿Te molesto?

—Para nada—asegura con una sonrisa—. Sigue hablando así, es adorable... Puede hacer lo que quieras y pedirme lo que quieras...

Lightning y él continuaron hablando, el italiano seguía al conversación con la misma energía por algo sencillo... Es la primera vez que coinciden en algo. Usualmente al invitarlo a lo que sea se muestra incómodo y muy propenso al rechazo, esta vez, Lightning de verdad quiere ir a esa fiesta con él, ayudarlo a lucir mucho más perfecto de lo usual. Verlo así le trae alegría y saca una sonrisa sincera.

No duda que su tiempo en Italia con Lightning, aunque corto, será de lo mejor.

13 de Noviembre de 2019 a las 12:59 0 Reporte Insertar Seguir historia
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