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Quizás sea la verdad una razón para temer, nunca sabemos lo que vamos a enfrentar, pues siempre nos estamos engañando a nosotros mismos incapaces de afrontar nuestras acciones y pecados, temerosos de encarar nuestra verdadera esencia, decepcionados de lo que realmente somos intentamos esconderlo, necios aparentamos no conocer nuestra verdad y débiles sucumbimos ante esta, pues siempre llega el momento de enfrentarla.


Cuento Todo público.

#misterio #suspenso #343
Cuento corto
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Pálido Miedo

Abrumadora prueba la que la diosa me ha hecho enfrentar hoy, mis pies gritan en tormento y el resto de mi cuerpo sufre los estragos de un largo y agotador recorrido, me siento tan cansado, no soy consciente de cuánto tiempo he estado corriendo, ni siquiera conozco la razón por la que lo hago, pero la noche me ha alcanzado y como un oscuro manto cubriendo al mundo da penumbra a todo mi alrededor, para mi suerte esta oscuridad está acompañada de luz, la luna logra atravesar las copas de los árboles descendiendo e iluminando tenuemente aquel lugar.


Siento el temor recorriendo todo mi ser, invadiendo cada rincón de mi interior, pasa a través de mis venas helándome la sangre y llega hasta mi corazón golpeándolo con fuerza, consumiendo poco a poco mis esperanzas, llenándolo de duda y angustia, paraliza mi alma y me impide pensar más allá, temor es todo lo que hay en mí.


Solo siento aquella necesidad de huir cual instinto animal, mis pies no obedecen a mi cansada mente, sucumbo a las emociones que corren dentro de mí, tengo miedo y no sé por qué, estoy huyendo y no tengo una razón, la sangre tiñe el suelo, pero no sé de dónde proviene, ¿Cuál será acaso mi razón para temer?, ¿Cuál es la causa de mis temblorosas manos? Quisiera creer que es la debilidad limitando a mi cuerpo, tal vez mi hambre, pero cierto es que la causa es mi miedo, un miedo sin fundamentos pero que logra su cometido.

Estoy tan cansado que carezco de toda razón, me he convertido en un simple animal que hace lo que dicta su instinto sin pensarlo, sin objeción o conciencia alguna, sin humanidad.


Soy ignorante en cuanto a qué es lo que en realidad siento, pero puedo asegurar que en estas últimas horas he perdido algo, sin duda alguna algo importante, una parte de mí que será difícil de recuperar, pero si acaso hubiera perdido mi humanidad, ¿No es el miedo parte importante de esta? nos advierte acerca de los peligros que asechan nuestro mundo , pero qué ocurre cuando es el propio mundo un peligro y cuando miedo también es lo que me persigue, sencillamente temo sentir cualquier cosa en estos momentos.


Entre grandes árboles y hermosas lechuzas en medio del bosque, entre arbustos y espinas, me encuentro solo entre oscuridad y luz de luna, solo el calor que mi propio cuerpo emana me abriga, el sudor que me cubre es frio y cálido a la vez, en mis pies siento el dolor, en mi pecho adrenalina y en mi espalda un escalofrío que me recuerda que algo sigue tras de mí.


En medio de mi arrebato tropiezo y golpeo duramente el frio suelo, mis cansados brazos no han sido capes de salvarme, tan pronto como la desesperación llega a mí, las lágrimas me siegan, el dolor en mi pecho arde con ferocidad sin detenerse, no sé qué hacer o a dónde ir, no queda fuerza suficiente en mí que pueda ponerme de pie, no hay esperanza en este corazón que me haga luchar , siento arder mi garganta y un patético llanto sale de mis labios, la debilidad me ha sobrepasado y destrozado, me mantiene en el suelo sin esfuerzo alguno y no puedo hacer nada al respecto, sólo permanezco allí.


— ¡Si alguien ha de liquidarme que lo haga ahora y acabe con mi tormento, estoy preparado, si algo ha de morir esta noche que sea mi tortura y no más!—

Grito con la poca fuerza que pude reunir, ni siquiera creo que alguien haya podido escuchar algo de lo que dije; sin embargo, el que no haya respuesta me provoca cierto alivio.


Pero no todo podía ser tan fácil, aún hay oscuridad en el bosque y demencia en mi mente, un estruendoso rugido irrumpe entre los árboles, el viento le abre paso entre la hierba y hace que resuene hasta llegar a mis oídos, provocando que las lechuzas y luciérnagas que comenzaban a acercarse huyan despavoridas y con eso mi esperanza me abandona y también inicia su vuelo.


Siento escalofríos, pero me levanto como puedo, una vez más el miedo se apodera de mí y avanzo con lentos y torpes pasos, es como si ese instinto tratara de hacerme sobrevivir, como si se percatara de cuan profunda es mi debilidad.

Mi cuerpo se encuentra cansado pero mi corazón late vigoroso, tal vez se deba al pánico que aquel espantoso sonido provocó en mí, pero me ha dado la fuerza suficiente para continuar, es el propio miedo lo que me empuja a seguir avanzando, aún estoy asustado, pero aquellas emociones no me permiten parar.

No sé cuánto tiempo me toma, pero la oscuridad se disipa y la luz surge de entre la oscuridad, ante mí aparece un hermoso claro iluminado por la luna, las bellas flores azules y jazmín brillan , los intensos colores invaden mis ojos y hacen que mi corazón recupere cierta confianza.

Deambulo sin preocupación alguna por el lugar, pero no muy lejos una extraña sombra aparece, no sé qué clase de criatura sea, no soy capaz de reconocerla en aquella oscuridad, merodea en la penumbra, pero se queda calma cuando el viento sopla.


Las flores se sacuden ante su toque, haciendo que sus hermosos colores confundan a mis ya segados ojos, provocándome cierto mareo, brillantes luces viajan por todas partes delante de mí, la enorme sombra se mueve impaciente entre los arbustos, puedo escuchar como olfatea, su respiración resuena entre las sombras, el sonido de una rama rompiéndose me deja inmóvil.


Lo que sea que este escondiéndose allí se ha percatado de mi presencia, se mueve de un lado a otro agitada y molesta, he perturbado su paz, y para mi infortunio su territorio; un hermoso claro iluminado por la luna es el hogar de una criatura que se esconde en las sombras.


Sigue avanzando, esperando encontrarse con aquel que ha osado invadir su morada, continúa hasta que la luz revela largas y retorcidas garras, le escucho resoplar, la luna esclarece poco a poco su figura y se posa ante mí, y como si no estuviera lo suficientemente asustado, siento la sangre detener su curso, mis ojos abrirse por completo y mi respiración irse, mi mente esta tan concentrada en asimilar lo que se encuentra frente a mí que he olvidado como respirar y como tragar ; se mueve inquieto, molesto por mi presencia pero sin tan solo pudiera moverme le dejaría en paz.


Mis respiraciones son pesadas e irregulares, la criatura se ha quedado inmóvil justo como yo, tal vez se encuentre igual de asustada.

Quiero gritar, llorar, correr; quisiera poder hacer algo, pero ni siquiera el miedo es capaz de moverme esta vez.


Nunca había visto nada igual, la luna me ha revelado una de las creaciones más caprichosas de los dioses, una que habían ocultado por años en la penumbra de este bosque, a la cual habían apartado de nuestro mundo atándola a la oscuridad.

Su piel es grisácea y pálida como la muerte, una sustancia viscosa parece cubrirla por completo, no hay rastro de pelaje por ninguna parte, me atrevería a decir que luce casi como un humano, pero su diabólica sonrisa lo delata, su rostro es redondo y su boca forma una delgada línea horizontal que parece dividir su rostro por mitad, dos pequeñas fosas se encuentran encima de la línea de su boca, su piel se agrieta desde su cabeza hasta su encorvada espalda de donde surgen dos pequeñas alas similares a las de un insecto, imposible que puedan levantar a aquel extraño ser.


Tan parecido a un hombre, tiene el tamaño de un oso, pero no hay rastro de pelaje, como un gusano, pero tiene cuatro largas extremidades que, aunque fuertes y grandes parecen pequeñas en comparación al resto de su cuerpo.

Dos largas y delgadas líneas se forman desde sus comisuras y se extienden hasta sus puntiagudas orejas, aquel ser parece haber sido drenado de toda vida, ante mis ojos no representa otra cosa, muerte refleja en su pálida piel, me sonríe con descaro, siente mi miedo, pero no hay rastro alguno de temor por parte de esta criatura, yo soy quien esta débil, me he convertido en la presa y en su próxima víctima.


Sus ojos se iluminan, dos pequeñas y amarillentas esferas brillan con gran intensidad, en el centro de las delgadas líneas en su rostro y su boca se abre, tan pronto como lo hace deja caer una roja y larga lengua empapada de saliva que llega hasta el suelo y lo toca ,esta escurre mojando las flores y la hierba, baila de un lado a otro divertido dejando un rastro del asqueroso líquido, mi corazón golpea mi pecho como si tratara de escapar, aquel demoniaco ser me mira atento y sonríe mostrando su putrefacta dentadura manchada y amarillenta, pero cubierta de colmillos que lucen afilados cual cuchillas, la sangre los mancha ligeramente y viaja hasta teñir su pálida piel, como si tratara de asustarme demostrando que es sangre fresca, su sonrisa es descarada y su mirada hostil denotando su falta de cordura pero dejando en claro su hambre y malicia.


Pese a que mi temblor y mi miedo se han hecho presentes de nueva cuenta, no soy capaz de huir, podría colapsar en cualquier momento, desearía que aquello que me perseguía hace algunos instantes volviera y me hiciera compañía, la diosa me ha enviado directo a la muerte o será acaso que soy demasiado débil, demasiado temeroso para este mundo , para enfrentar cualquier cosa que luzca diferente a lo que alguna vez he visto, claramente no seré capaz de superar mi prueba o de salir de este bosque; las lágrimas brotan a través de mis ojos, mis labios tiemblan y la criatura se apresura, aquel ser se mueve en mi dirección.


Estoy temblando sin control, se mueve rápido, la saliva continúa escurriendo de su larga lengua y deja un rastro conforme avanza, luce hambriento, quizás los dioses solo querían alimentar a su temible creación.


– Si este ha de ser su mandato, si este es mi fin, entonces cumpliere mi destino y me encontrare con la diosa—

Trato de gritar pero se escucha más como un débil y tembloroso susurro, pero trato de elevar mi voz tanto como es posible, como si los dioses fueran a responder, cierro los ojos con furza, lucho contra mi adolorido y tembloroso cuerpo, contra la debilidad que trata de hacerme caer y extiendo mis brazos, pues si este ha de ser el final de todo olvidare mi miedo cual pecado y lo desechare como el hombre hace con la culpa, detendré el temblor de mi cuerpo y esperare mi fin con fuerza, abriré mis ojos , levantare mi barbilla hacia el cielo y mirare directo a los ojos de los dioses, plantando mis pies en la tierra esperare por su llegada hasta que me tomen y me lleven a su reino en la punta del alto Evo; trato de respirar mientras miro como la criatura está cada vez más cerca, aprieto mis puños y dientes hasta que rechinan y siento el dolor.


El claro se ilumina justo detrás de mí, algunas personas se acercan, parecen listas para luchar, el fuego de sus antorchas alumbra la noche y sus afiladas espadas les dan el coraje; ¿Podría ser posible?, todo este tiempo estaba huyendo de mi salvación y me he dirigido a mi muerte, pero tal vez los dioses me escucharon, se han apiadado de mi atormentada alma y me han enviado ayuda.


Mi miedo me ha segado y me llevó en dirección opuesta, me ha traicionado y por poco mi debilidad me cuesta la vida, pues los dioses son sabios y he aprendido la lección, en el hombre su ignorancia lo posee solo cuando su instinto le dirige.

Pronto mis pensamientos son mermados, poderosos gritos llenos de furia suenan a mis espaldas, no logro entenderlos, pero puedo percibir la ira llenando sus corazones y siendo escupida ¿hacia mí?, una flecha es lanzada y cae demasiado cerca de mí, la duda vuelve loca a mi mente en busca de la criatura, pero no se encuentra por ninguna parte así que esa flecha ciertamente apuntaba hacia mi , un pequeño niño me mira asustado llevando en su mano una piedra, un grito y la piedra me ha cerrado el ojo derecho, siento una punzada de dolor, pronto sangre y lágrimas son derramadas y manchan por completo mi mejilla, más piedras y flechas son arrojadas y el viento comienza a soplar confundiéndome aún más , parece querer derrumbar los árboles, viaja implacable por todas partes, no me quedan fuerzas, siento nauseas y un mareo que me hace tambalear, la razón me ha abandonado y la desdicha de los hombres me abruma, despiden su odio ante mi presencia y apuntan sus armas amenazantes.


Sigo en busca de aquel ser, feroz viento azota el claro mientrad mi cuerpo entero sangra, hay heridas por todas partes estoy débil e indefenso ante los ataques de mis verdugos, otra piedra es arrojada, el frio y la calma me rodean, la piedra cae al suelo y una onda hace que todo se distorsione a su paso, es entonces que vuelvo a ver a la horrible criatura mirándome fijamente, la luz de la luna se mese extraña, los árboles se tuercen y los hombres se deforman, los colores de las flores parecen combinarse con el resto del claro, pero aquel ser sigue inmóvil su figura no sufre ningún cambio, miro sus ojos y todo se queda quieto, los arboles y las flores han regresado a su lugar, la luz vuelve a brillar con normalidad y los iracundos hombres siguen en pie, la brisa da alivio a mis heridas ; una hoja es arrastrada por el viento, pero se detiene antes de caer, se queda inerte justo entre la criatura y yo, la toco y esta se hace trizas desapareciendo en le aire.

Mi corazón se paraliza, mientras miro mi reflejo en la clara agua del lago, nuevamente escucho el escándalo detrás de mí, el fuego y los hombres también son reflejados, en realidad me perseguían a mí, una flecha se adhiere a mi pecho y comienzo a correr tratando de rodear el lago y salir de aquí, soy el mismo horrible ser del cual temí, huyendo de la muerte me he encontrado con mi rostro ,la diosa me ha hecho enfrentar la verdad, he superado mi prueba y deslumbrado mi autentica forma, la causa de nuestros temores, pues soy yo de quien temen y soy yo quien debe ocultarse y vivir en la oscuridad.


12 de Noviembre de 2019 a las 02:11 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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