“El infierno está vacío y todos los demonios están aquí”.
William Shakespeare.
Era imposible que él también fuera parte de todo esto. Era algo surrealista lo que había descubierto acerca de él y sus orígenes. Pero indudablemente así era y por mucho que me esforzara en resistirme a él, ya no podía ocultarlo más.
De pronto él se acercó lentamente a mí, y deseé con todas mis fuerzas alejar estos pensamientos de mi mente. Pero en cuánto más se acercaba, me resultaba más difícil no querer tocar el fino contorno de su atractivo rostro, de tratar de grabar en mi mente el hermoso color de sus ojos que eran de un color azul brillante como las estrellas, y de querer borrarle esa maldita sonrisa arrogante que se formaba en sus labios todo el tiempo.
Parecía un demonio o quizá alguien fuera de este planeta, pero definitivamente era algo muy sexy. Él me sonrió descaradamente y apoyó sus manos contra la pared, mientras se aproximaba más hacia mi rostro.
—No puedo dejar de pensar en ti... y sé que en los próximos segundos voy a romper como mil leyes de la naturaleza por lo que voy a hacer, pero ya no me aguanto las ganas que tengo de besarte.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.