En una ciudad llamada Blue City vivía un chico llamado Rick. Él era un chico alegre, divertido y sobre todo carismático; bueno esa era la descripción por sus amigos, pero en realidad era todo lo contrario. La historia empieza así, al nacer sus padres lo llenaban de cariño y amor como debe ser, conforme el niño iba creciendo empezó a tener sueños con carros, algunas veces eran buenos y otras veces eran pesadillas. Desde ahí empezó su fascinación por los autos y estos sueños les contaba a sus padres; ellos, extrañados de lo repetitivo que era todo esto, fueron a un especialista a hablar sobre su caso. Al contarle lo ocurrido, él les dijo que, “eso era normal y que ya todo quedará en el olvido”. Más tarde que pronto, Rick ya no tenía estas pesadillas ni sueños al respecto, lo cual los puso alegres a sus padres. Bueno, eso era lo que creían porque Rick tenia sueños cada vez más recurrentes; le pareció que eran recuerdos producto de su imaginación. Él decidió no tomarle importancia, era un chico muy aplicado, uno de los mejores de su aula e incluso de su grado; es por eso que mucho lo molestaban sobre todo por la envidia. No decía nada de lo que pasaba, puesto que el grupo de amigos con el que estaba lo apoyaban y le brindaban su cariño, hasta ahí las cosas normales.
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