taida-desu 怠惰です (Taidadesu)

Luego de pasar la mayoría de sus días pacíficamente junto con sus amigos y familia repentinamente Akihiro Shinto, un joven aspirante a "Keikkos Hunter" es visitado por un extraño ser que se llama así mismo "Dios Absoluto" el cual le dice que ha sido seleccionado para participar en una especie de juego de supervivencia donde tendrá la oportunidad de obtener el poder de Dios si logra salir con vida. Desde ahí una increíble cadena de sucesos recaerá sobre nuestro protagonista mientras intenta recuperar la vida tranquila que se le ha robado. ¿Podrá Akihiro sobrevivir a lo que su destino le aguarda? ¡Descubrelo en esta historia de fantasía poco convencional!


Fantasía Épico No para niños menores de 13.

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Prólogo

Una luna llena flotaba en el cielo. Su luz fría y pálida bañaba un despejado claro en medio de un bosque en el cual corría ya la media noche. Cualquiera que anduviera a esa hora por aquellos desolados parajes debía tener una buena razón en mente.

El pueblo más cercano se encontraba tan lejos que intentar llegar a pie sonaría como un disparate para cualquiera, pero la realidad era que el hogar del muchacho de pelo blanco se encontraba tan cerca que podría llorar de la alegría.

Mirando el clima y la vegetación él estaba seguro de que no se encontraba al Oriente, en Fuudonagara. Por el contrario, todo indicaba que estaba en la región del Norte o del Este. Por lo tanto su viaje aún estaba un poco lejos de terminar.

Mucho tiempo había pasado desde la última vez que había estado en casa, desde que había visto a su familia.

Recordar los eventos que lo llevaron a alejarse de su hogar inevitablemente llenaba de furia su mente, una rabia y un odio insoportables lo golpeaban con violencia dándole la impresión de que su sangre hervía.

―Solo el cambio es absoluto. Incluso tú, bastardo, no puedes huir de él…―

Se dijo así mismo.

Apretó sus dientes haciéndolos rechinar, casi botar chispas. Un regusto ferroso se esparció por su boca calmando momentáneamente su sed de sangre. Siempre que pensaba en aquél “Ser” que lo había hecho pasar por todo este sufrimiento sus emociones se desbordaban inevitablemente. Era muy difícil controlarlas.

Lo único que sentía por ese “Ente” era un odio intenso, tanto que lo quemaba, y una intención asesina constante. Matarlo era uno de los objetivos que se había propuesto el cual acosaba su mente casi de continuo.

Por su culpa había sido alejado a la fuerza de su amada familia, de sus queridos amigos. Había sufrido en una tierra extraña por tanto, tanto tiempo; hasta que finalmente había logrado volver después de muchos sacrificios. No podía perdonarlo.

Por años había vivido acostumbrado a una relativa normalidad, su familia estaba ahí, sus amigos estaban ahí. Eso había sido robado, y si bien estaba cerca de recuperarlo, estaba seguro de que las cosas serían diferentes a su regreso. No podía ni empezar a contar las cosas que cambiarían.

Él lo sabía… aquello a lo que llamaba “normalidad” ya no existía.

Una sonrisa audaz se formó en su rostro, si bien todo aquello era cierto no ganaría nada con deprimirse en ese momento. Primero debía ocuparse del problema que tenía enfrente.

Su mirada se posó sobre la figura de un muchacho. Estaba parado a unos metros de él.

Cuando lo vio, su expresión se distorsionó de ira por un momento, sus pupilas temblaron violentamente mientras se estrechaban. Sus ojos normalmente negros parecieron teñirse de carmesí mientras apuñalaban con furia al joven frente a él.

Su cuerpo tembló pidiéndole que se lanzará y acabará con la vida de aquel muchacho, pero todas las experiencias que había acumulado hasta el momento lo contuvieron de hacer tal cosa. Su viaje había sido largo y tortuoso, tiempo había pasado desde que luchar con la mente revuelta por la furia casi había hecho que lo mataran.

La madures que había adquirido por medio del sufrimiento logró calmar sus desbordantes emociones, y lo mantuvo enfocado en su objetivo.

Con sus emociones al margen finalmente, la silueta de joven se volvió más clara. Pudo detallar bien sus rasgos.

Era un muchacho aparentemente de su edad con una contextura fuerte, tenía el pelo de un color rojo apagado, similar al de la sangre seca. Sus ojos tenían un tono similar, eran afilados y lo atravesaban igualmente destilando desprecio y hostilidad.

El ambiente a su alrededor era imponente y opresivo, definitivamente no podía tomarlo a la ligera. Y sobre todo, el uniforme de “Hunter” que estaba utilizando permanecía en sus recuerdos como el modelo usado por Rangos bastante altos del cuerpo militar.

Al verlo de frente su piel se erizó, un escalofrió recorrió lentamente su espalda. Contuvo su respiración por un instante. El pelirrojo era bastante fuerte, lo suficiente como para que pelear contra el fuera definitivamente una mala movida. Pero no podía dar marcha atrás, había una razón absoluta para pelear.

A los pies de aquel muchacho pelirrojo se encontraba otro joven, su nombre era Damian. Era un muchacho un poco menor que el albino, el cual también tenía el pelo rojo, pero de un tono más brillante similar al de la sangre fresca. Él era uno de los más confiables aliados que el muchacho de pelo blanco había conocido durante su viaje.

De no ser por él no sería exagerado decir que no estaría parado en este lugar. El albino le debía demasiado a Damian, por lo tanto era imposible abandonarlo.

Uno de los pies del pelirrojo se encontraba sobre el cuerpo malherido de Damian presionándolo cruelmente contra el suelo, al mismo tiempo vigilaba con recelo al muchacho de pelo blanco.

― ¿Baldrik era tu nombre, verdad? ―

Dijo el albino con voz plana.

―Correcto, no veo mucho valor en hablar con muertos, pero como reconocimiento por sobrevivir a mi primer ataque al menos me presentaré. ―

El joven pelirrojo dijo aquello fríamente y de forma algo altanera. Eso hizo que el albino se enfureciera todavía más en sus adentros.

―Soy Baldrik Van Tassel de la casa Van Tassel. Mi familia se ha dedicado a erradicar a inmundicias como ustedes desde antes de la Guerra Pasada. Soy miembro del cuerpo de defensa por lo cual ninguno saldrá vivo, aunque no es necesario que lo recuerden ya que pronto terminaran igual que esta basura de aquí. ―

Fue lo que aquel joven, Baldrik, dijo a la vez que impactaba una fuerte patada en el estómago del ya de por si malherido Damian. Este a su vez no pudo hacer más que retorcerse y gritar ante el poder abrumador.

En ese momento el albino sintió como su mente se tiño de rojo por un instante, la furia que sintió iba más allá de lo que creyó posible. Asaltó su mente violentamente de forma tan repentina que creyó que perdería la cordura. Si algo evitó que corriera a seguir sus impulsos fueron sus reflejos que se activaron antes de que tuviera tiempo siquiera de procesar algo.

Desde su espalda sintió una ráfaga de viento pasar frenéticamente a su costado. Vagamente logró reconocer una sombra, una sombra con la que estaba demasiado familiarizado. Apretó los dientes y abrió mucho los ojos, su corazón se saltó un latido pero todo aquello le valió para atrapar a aquella sombra antes de que fuera demasiado tarde.

― ¡Agatha! ¡Cálmate! ¡Yo me ocupo! ―

Gritó él a la chica que sostenía con todas sus fuerzas contra su pecho. Ella continuaba forcejeando con una mirada turbulenta clavada en el pelirrojo, esto era un resultado obvio. Damian no solo era importante para el albino. Aparte de Damian y Baldrik había tres personas más en aquel claro. Dos eran Akihiro y Agatha, y la última era una chica de pelo negro.

― ¡Pero! ¡Ese humano! ¡Tengo que matarlo! ―

Reprochó la muchacha, también albina, mientras sus dientes rechinaban.

―Tranquila… ¿Confías en mí? ¿Cierto? ―

Dijo el joven de pelo blanco con un tono suave. Ella lo miró intensamente y poco a poco dejó de forcejear.

Al mismo tiempo el muchacho albino hizo una señal a la chica de pelo negro para que se acercara.

―Hoshi, necesito que te ocupes de Agatha. Cuento contigo… yo me ocuparé de este bastardo. ―

―Sí, te lo encargo entonces, por favor acaba con él… Akii. ―

Respondió la chica de pelo negro, Hoshi, mientras asentía suavemente. Agatha finalmente se calmó y miró en al joven albino fijamente.

―Confiamos en ti. Por favor salva a Damian…―

Ambas le mostraron sonrisas encantadoras. Él asintió, mientras era impactado por un increíble golpe de motivación. Antes estaba extremadamente determinado a vencer a ese bastardo, pero luego de esto no exageraba al decir que se encontraba cien veces más resuelto que antes. Sentía que nada podría derrotarlo.

Miró a Agatha y a Hoshi que le brindaban todo su apoyo, que creían en él. No podía traicionar esos sentimientos.

El albino levantó su pulgar y les mostró su más radiante sonrisa.

―Déjenmelo a mí. ―

Declaró lleno de confianza. Esto reconfortó sus corazones.

Apenas terminó con esto, él apartó su vista de ellas y se centró en su objetivo. Su rostro y atmosfera cambiaron drásticamente. Ya no quedaba ningún rastro del amable chico que había sido hace unos instantes.

Sus ojos irradiaban odio e instinto asesino, pero su expresión no reflejaba ningún sentimiento.

―Ya no sirve de nada decir esto, pero somos humanos. ¿Sabes? Aunque igualmente voy a matarte. ―

Le dijo al pelirrojo como escupiendo.

―Ja, deja de mentir monstruo. Un humano jamás podría irradiar un aura tan siniestra como la que tú tienes. Yo mismo vi como salieron de una “Grieta Dimensional”. ¿Y dices que son humanos? ¡¿Quién creería eso?! ―

―Eso ya no tiene importancia. ―

―Estoy de acuerdo. ―

Fue lo que dijeron ambos a la vez que empezaban a acercarse lentamente el uno al otro. Cuando se detuvieron solo unos pocos metros los separaban. Ellos se miraban fijamente con intención asesina brotando de cada uno de sus poros.

Repentinamente del pecho del pelirrojo, Baldrik, una brillante luz empezó a centellear. En respuesta a ella una gran cantidad de abrasadoras llamas cubrieron sus alrededores impidiéndole al albino acercarse de frente.

― ¿Un Mago, eh? Ya se me hacía raro que no portabas un arma, pero tu medallón te delata. ―

Murmuró el albino con voz desinteresada.

―Mmm. ¿Eres de los que subestiman a los Magos? Tendré que mostrarte lo que podemos hacer entonces. ―

Respondió el pelirrojo de forma burlesca.

―En absoluto, he comprobado de primera mano lo aterradores que pueden llegar a ser. Por eso acabaré contigo de la manera más apropiada. ―

Baldrik hizo un gento de disgusto, luego aumentó el calor y la densidad de sus llamas hasta formar lo que parecían ser pilares de puro fuego.

Los pilares recién formados fueron lanzados hacia el albino a una velocidad asombrosa a la cual un humano normal jamás hubiera podido reaccionar, pero para sus ojos teñidos por el odio aquellos pilares parecían congelados en el tiempo.

Con un suave y elegante movimiento esquivó los dos pilares que Baldrik acababa de crear.

En reacción a esto Baldrik solo aumento el calor y creó ocho pilares más pequeños y delgados similares a lanzas, estos fueron expulsados en su dirección con la misma velocidad aterradora de sus primeros disparos.

Con ocho objetivos volando hacia él a alta velocidad la cantidad de movimientos que necesitó para esquivarlos fue más elevada, pero no alcanzó para hacerlo perder la compostura.

Baldrik se percató de que cada vez que el albino esquivaba un ataque, disminuía el espacio entre los dos, pero lo que no lograba entender era la razón por la cual su enemigo se encontraba desarmado.

El pelirrojo sabía que se enfrentaba a un monstruo “No Humano”, por lo cual no obligatoriamente necesitaba un arma para atacar. Pero sin duda era diferente a todas las criaturas a las que había matado hasta el momento.

Decidió reducir su distancia y así comprobar cuál era la estrategia de su enemigo, por lo tanto corrió velozmente en su dirección. El albino mostró una sonrisa extraña y también aumentó su velocidad para intentar un choque directo.

Baldrik quería descubrir porque razón alguien desarmado querría acercarse lo suficiente para el combate cuerpo a cuerpo, por lo que tampoco disminuyó su velocidad en absoluto.

“¿Sera un pequeña daga? ¿Una hoja oculta? ¿Veneno? ¿Tendrá garras? ¿Un medallón como el mío? ¿Pero de ser así porque querría acercarse?”

Muchas posibilidades pasaban por la mente de Baldrik mientras la distancia de ambos disminuía segundo a segundo.

En el instante que estuvieron lo sufrientemente cerca como para atacarse, Baldrik ya tenía preparado fuego en sus manos para quemarlo hasta las cenizas.

Si eso no funcionaba y resultaba que el albino tenía un arma de combate cercano, él podría convertir su fuego en un ardiente material sólido y atacarlo cuerpo a cuerpo.

Eso seguramente lo sorprendería, esa habilidad era el orgullo de Baldrik. Era de los pocos Magos que tenían un control tan alto de la “Energía Keikko” como para hacer esa clase de cosas.

Baldrik estaba convencido de que su control de llamas era perfecto. Si su enemigo lo atacaba a larga distancia él solo debía acercarse y acabarlo con su refinado cuerpo a cuerpo, y si lo atacaban cuerpo a cuerpo, él podría hacerle frente de cualquier manera, ya sea desde la distancia o en combate cercano…

Con su enemigo frente a él, Baldrik se preparó para liberar un “Inferno” del cual nadie podría salir con vida. Su objetivo se encontraba cerca y adelante así que lo único que tenía que hacer era quemar todo a su paso, como siempre lo había hecho. Pero al estar frente a frente…

Un escalofrió recorrió su espalda.

Su cuerpo le gritaba que era peligroso y que debía alejarse. La adrenalina lo inundó acelerando sus sentidos, esto hizo que en el último instante concentrara toda su energía en sus piernas dando un salto que lo dejó suspendido en el aire. Al mismo tiempo esto levantó una cortina de polvo que decidió aprovechar lanzando una ineludible lluvia de flechas de fuego.

Este hechizo tenía un daño menor que el resto de sus demás ataques, pero estaba casi garantizado que al menos una debía impactar.

El cielo nocturno se iluminó con la incontable cantidad de pequeñas líneas llameantes flotando en el aire; el pelirrojo las lanzó hacia la tierra inclemente y luego de ellas la gravedad finalmente lo bajó de donde se encontraba suspendido.

Amortiguó su caída lanzando llamas a la tierra de forma que no recibió daño alguno, Baldrik sabía que había Magos tan fuertes que podían desafiar la gravedad, pero eso era imposible para él en este momento.

Su mente fue golpeada por el recuerdo de un sentimiento, uno que no había experimentado en tanto tiempo que había olvidado su sensación. Se dio cuenta que su cuerpo temblaba ligeramente…

Miedo, eso era.

La cortina de humo se disipaba lentamente, y con ella la inquietud de Baldrik crecía. Sabía que eso no podía haber matado a su enemigo, pero en el fondo deseaba que así fuera.

Su corazón latía apresuradamente, pero él no dejaba que sus sentimientos se mostraran en su rostro. Si su enemigo notaba el miedo que sentía entonces podía darle vuelta a la situación y acabar con él en cualquier momento.

Lo que no sabía era que el albino se había percatado de esto desde hacía un tiempo…

―Kukuku. Huele… a miedo… ―

Dijo alguien entre siniestras risas desde dentro de la cortina de humo, la cual aún no se había disipado completamente.

Baldrik no dudó un segundo y desató un infierno en dirección a donde había escuchado aquella voz.

Todo el polvo restante se extinguió de un momento a otro, y con algo de suerte su enemigo también lo habría hecho. Pero la suerte no estuvo del lado de Baldrik.

Allí de pie en medio de lo que acaba de ser un infierno imposible de evadir, se encontraba un muchacho…

Sus ojos normalmente negros seguían teñidos de sangre por el odio. Su cabello blanco ondeaba con la suave brisa nocturna. Un miasma negro y denso que ningún ser de bien podría poseer irradiaba de su cuerpo.

No estaba ileso, pero tampoco tenía ninguna herida que le impidiera luchar. Y en su rostro… tenía una sonrisa espeluznante.

Contuvo el aliento brevemente, luego lo reanudó y siguió respirando ásperamente. Nada de eso estaba bien, sabía que estaba en problemas pero en el fondo el joven pelirrojo pensaba que podría apañárselas…

Hasta que vio el arma que aquel chico, no. Aquella criatura que se llamó así misma humana sostenía entre sus manos…

― ¿E…esa no es…?―

― ¿La Tekinaken’s Blade? Así es, me sorprende que la conozcas. Debes ser un pez gordo después de todo. ―

―¡…!―

Era una espada.

Su tamaño era mediano, sin ser demasiado larga pero tampoco muy corta. Desde la punta hasta la empuñadura estaba cubierta de un color negro espeso y mate, no tenía ni un solo brillo. La hoja era un poco curva y a lo largo de esta diferentes símbolos extraños palpitaban teñidos de un color purpura apagado. Daba la impresión de absorber la luz a su alrededor.

Y en su empuñadura tenia grabado un símbolo que Baldrik reconoció inmediatamente…

Era el símbolo de la familia real de la nación con la que estaban en guerra.

Todos aquellos elementos solo podían significar una cosa, no había duda. Estaba metido en un buen problema, ya que todas esas características pertenecían inequívocamente a una de las cartas del triunfo de los enemigos de la humanidad… los Vampiros.

El pelirrojo había escuchado hablar sobre esta arma en las reuniones secretas del ejército en las que por su alta jerarquía podía participar, por lo que junto con él, solo un puñado de personas sabían de su existencia.

La “Espada de la Hoja Sombría”, también llamada “Tekinaken´s Blade”.

Una reliquia supuestamente perdida en una de las más conocidas batallas que la humanidad había librado contra los invasores del “Más Allá”…

Esa misma arma que había repartido muerte y destrucción sin par durante la guerra, ahora se encontraba frente a él en manos de un formidable enemigo. Según sus estimaciones estaba por lo menos al nivel de un “Usuario del Primer Amor”.

Ahora estaba seguro, ese muchacho no podía ser humano… y no podía dejarlo vivir.

Con esta resolución en mente, Baldrik calmó su agitada respiración mientras pensaba en cómo darle la vuelta a esta situación.

― ¿Sabes a que más huele? ―

Dijo la criatura con una sonrisa torcida en su rostro.

―A sangre…―

Declaró entre risas.

―¡¿…?!―

Esa declaración sacudió a Baldrik, él finalmente se percató…

......

.........

Se dió cuenta de que su costado estaba abierto y sangraba profusamente.

Él no lo había notado por la adrenalina que recorría su cuerpo, pero ahora era muy claro. Probablemente fue en el momento que saltó y quedó suspendido en el aire, fue entonces que esa criatura había aprovechado para herir su costado.

Baldrik cayó sobre su rodilla derecha por la ola de dolor que violentamente atacó su cerebro. Su enemigo solo se limitó a mirarlo, como disfrutando de la agonía que le había causado.

― ¡Ma…maldito! ¡Gah! ―

Alcanzó a decir Baldrik mientras un coágulo de sangre subía por su garganta y escapaba por su boca.

―Debiste pensarlo mejor antes de atacar a mis compañeros. ―

Fue lo que dijo el monstruo de pelo blanco que lo había arrinconado hasta este punto.

Pero la mente de Baldrik se negó a aceptarlo. Se quedó en blanco por un instante y cuando sus pensamientos se reanudaron inmediatamente se tiñeron de rojo por la ira.

― ¿Co…compañeros? ¡Eres un monstruo! ¡Todos ustedes lo son! ¿Cómo entendería una bestia sobre eso? ―

Gritó el pelirrojo con una mezcla de indignación, odio y agonía. Sus dientes se aplastaban entre si dentro de su boca que escurría sangre mezclada, una parte de esta era de sus encías destrozadas y la otra había subido desde algún lugar peligroso de donde no debería haberlo hecho.

―Ya te lo dije… soy un humano. Hoshi también lo es, y Agatha y Damian son más humanos que muchas personas. ―

Respondió la criatura con indiferencia como si su respuesta fuera completamente natural.

Baldrik abrió mucho sus ojos impactado. Para él eso había sonado como una burla, una locura, como una trampa. O quizás una mezcla de las anteriores.

― ¿Hu…mano? ¿Tu? ―

Fue lo que escapó de sus labios frente a la irracionalidad ante él.

―Sí, de hecho. También hay algo más… estoy seguro de que te percataste de ello desde hace un rato. ―

Declaró el albino mientras le mostraba la palma de su mano derecha. En ella un símbolo pulsaba tenuemente mientras parecía irradiar una luz pálida de un tono blanquecino. Era la misma marca que estaba en la empuñadura de la espada negra.

En ese momento Baldrik lo entendió, ya que él también tenía una de esas. Quizás se veían algo diferentes, pero en el fondo lo sabía. El ardor persistente en su mano derecha indicaba que eran el mismo tipo de marcas. Era justo como aquel “Ser” le había explicado.

Baldrik había recordado cómo se sentía el miedo, pero también recordó lo que eso significaba y se entusiasmó. Si tenía miedo era porque estaba vivo, y si estaba vivo significaba que aun podía luchar.

Luchar era lo que Baldrik mas disfrutaba, y hacía poco un Ser extraño le había dado la perfecta oportunidad para ello.

Él lo recordó, el dolor insistente que tenía en su palma no mentía. Eso solo podía significar una cosa…

― ¿T…tú también…? ―

―Si. ―

......

.........

Fue todo lo que el albino le dijo.

Ante la respuesta afirmativa los pensamientos de Baldrik se atascaron unos instantes, pero inmediatamente se reanudaron. Al organizar sus ideas y procesar la confirmación de sus sospechas su cuerpo reaccionó instintivamente.

Baldrik se levantó de un salto y en un instante se alejó de golpe del albino.

Concentró fuego en su mano y la puso en su costado, el fuego quemó la piel y cauterizó la herida cerrándola temporalmente.

Un dolor atroz perforó su mente inmisericorde. Él se retorció de sufrimiento y apretó sus dientes tan fuerte que creyó que los rompería…

Pero lo soportó.

Esta ya no era una batalla normal, iba más allá.

Por primera vez en toda la pelea el pelirrojo mostró lo que sentía en su rostro…

Una expresión de completa felicidad.

―Oye tú. ¿Cómo te llamas? ―

Gritó Baldrik emocionado.

―Akihiro… Akihiro Shinto. ―

― ¿Akihiro eh?, bien Akihiro… ¡Luchemos hasta la muerte! ¡Yo seré el que cambie este maldito mundo! ―

―Cambiar el mundo no es algo que me interese, pero sin duda… voy a matarte. ―

― ¡Ven e inténtalo! ―

Ambos gritaron reafirmando sus intenciones de pelear. Luego Akihiro se lanzó hacia él empuñando su espada negra y Baldrik a su vez hizo lo mismo con un arsenal de ataques Ígneos.

Hoshi lo miraba, Agatha lo miraba, Damian aun mal herido también lo miraba…

Akihiro no podía perder… No podía.


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27 de Abril de 2020 a las 14:49 10 Reporte Insertar Seguir historia
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Leer el siguiente capítulo Capítulo 1: 信徒明宏 [Akihiro Shinto]

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The Monster The Monster
Me encantó el capítulo, al principio Baldrik me parecía el villano y quería que muriese pero conforme avanzaba en la lectura me pusé irremediablemente de su lado, me gustó bastante que se mostrase su dolor y que quede reflejado que es humano, sabes, que el fuego le duele...Qué no es invencible; y Akihiro es un personaje muy interesante, las personalidades se están formando muy bien y me gusta esta rivalidad, ¿Cuál es la historia de Akihiro y qué esconden ellos dos? ¿Qué significan esos amuletos y por qué ambos comparten un dolor en las manos del cuál aún no se explica su origen y razón? ¿Cómo se alimentan los vampiros, "Akihiro" mata para alimentarse o tiene otras alternativas para saciar su apetito? La historia me va gustando, es sencilla de leer, no es aburrida y notó que es muy original pero espero no agobiarme mientras siga leyendo y pueda entender el porqué de todo, reconocer las casas, las requilias y así, memorizar cada parte importante y seguir el ritmo sin perderme mucho.
March 24, 2021, 16:04

  • The Monster The Monster
    Te doy 5/5. Es genial tu historia. March 24, 2021, 16:04
  • 怠惰です (Taidadesu) 怠惰です (Taidadesu)
    ¡¡Muchas gracias!! ¡Me hacen muy feliz tus palabras! Estoy muy agradecido, espero que la historia continúe siendo de tu agrado. Mencionaste algunas cosas que definitivamente serán interesante en el futuro, espero que puedas disfrutarlas. Me encantaría escuchar más de ti en el futuro March 24, 2021, 16:31
怠惰です (Taidadesu) 怠惰です (Taidadesu)
¡Muy buenas! Les habla Taida-Desu en una especie de palabras finales en el prólogo. Tengo la intención de hacer algo similar en cada uno de los capítulos. Para empezar quiero agradecer a todos los que leyeron hasta este punto, realmente estoy muy agradecido. Me haría muy feliz si lo que leíste te pareció interesante. Se que comenzó un poco confuso pero prometo que todo se aclara a su momento. ¡Si lo que leíste te gustó o al menos llamó un poco tu atención te agradecería si pudieras regalarme un Like! ¡Me ayudarías mucho! ¡Esta historia apenas comienza así que espero que nos veamos en el siguiente capítulo! Sin más que decir y aun muy agradecido su perezoso Autor Taida-Desu.
March 01, 2021, 16:07
DD Diyohu Del Águila Carmesí
no me gustan las historias de vampiros, más si son las típicas historias de amor cliché de vampiros, pero esto es otra cosa y me está pareciendo interesante
October 29, 2020, 17:18

  • 怠惰です (Taidadesu) 怠惰です (Taidadesu)
    Me alegro que te guste. Nunca he leído una historia típica de vampiros, pero si es algo como "Crepúsculo" no habrá nada como eso. October 31, 2020, 13:13
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