Gensokyo, un lugar habitado por muchos tipos de Youkai, donde cada que sucede un incidente todos se reúnen y celebran con una gran fiesta con motivo de festejar el fin de cada incidente. Marisa Kirisame, la bruja de blanco y negro, una maga ordinaria, se encontraba caminando por el bosque de la magia, más sin embargo, entre más avanzaba, las cosas se empezaban a poner extrañas.
Marisa.- Uhm, hay algo extaño que comienzo a notar, pero no sé exactamente que será, ze~
Seguía caminando rumbo a su casa, cuando escucha que algo corre por detrás suyo, inmediatamente marisa se voltea y apunta con su Master Spark, más sin embargo, al momento de voltearse no había absolutamente nada.
Marisa.- Que extraño, juraría, haber escuchado a alguien...
Siguió caminando hasta llegar a su casa, más sin embargo, esa presencia extraña que sentía no se iba en ningún momento, así que decidió dormir.
A la mañana siguiente, Marisa se despertó como de costumbre, se bañó, se vistió y desayunó queso con algunos champiñones que tenía por ahí guardados, estaba lista para un nuevo día, entonces, salió de la casa, y miró a su alrededor.
Marisa.- KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA, PERO QUE CARAJOS ESTÁ SUCEDIENDO
El entorno era de un color rojo carmesí, todas las hojas de los arboles eran así, La luz del día apenas y podía entrar dentro del bosque, dado a que, estaba en su mayoría cubierto por una extraña y oscura niebla, y su grito fue tan fuerte que podría haber despertado a cualquiera, pero después de unos segundos, le llegó Alice por la espalda y le tapó la boca de inmediato
Alice.- Tranquila Marisa, soy yo
Marisa.- ¡Alice! ¿¡Pero que demo- Alice le volvió a cubrir la boca una vez más
Alice.- Silencio, que pueden localizarnos si hacemos demasiado ruido -Decía soltando a Marisa-
Marisa.- ¿Localizarnos? Alice, ¿Pero de qué demonios estás hablando?
Alice.- Bestias carmesí, hoy por la mañana que me levanté para buscar algunas cosas para mí desayuno, el entorno comenzó a cambiar, las hojas de los arboles se volvían de un color carmesí, y antes de que se llenara de esta extraña niebla, logré percatar algunas bestias carmesí, eran horribles, fui detectada por una, por suerte logré escapar, luego, se cubrió de esta oscura niebla, realmente tengo miedo, no tengo ni la más remota idea de donde demonios pudieron haber salido estas cosas
Marisa.- ¿Avisaste ya a Hakurei?
Alice.- No tuve tiempo, tenía que venir a avisarte, además, no es solo en el bosque, al menos no de momento
Marisa.- ¿Qué? ¿Me estás diciendo que se está esparciendo?
Alice.- Así es, ni idea de como, todos los entornos, se están volviendo de un color carmesí, se ha esparcido todo el bosque, además, ya está llegando al kourindou y al Muenzuka, avanza por ambos lados
Marisa.- Tenemos que hacer algo, vayamos a avisarle a Reimu de inmediato
Alice.- Temo que es mejor que yo me quede en el bosque, tengo que avisar a demás personas de lo sucedido
Marisa asintió con la cabeza, montó su escoba y se elevó por los aires, la niebla ahí parecía ser más densa, pero no lo suficiente como para no saber por donde ir, así que en algunos minutos, llegó al templo Hakurei, con tanta prisa, que por accidente al aterrizar golpeó a reimu en la cara con la escoba
Reimu.- ¿¡Pero cuando demonios vas a dejar de hacer e- Marisa le cubrió la boca
Marisa.- Reimu, deja de quejarte por una vez en tu vida, y acompañame de inmediado
Reimu.- Bien, bien, vayamos a ver que es más importante que mi cara
Reimu y Marisa se subieron en su escoba, y partieron vuelo de nuevo a el bosque mágico, a una distancia suficientemente alejada como para no entrar en la niebla
Reimu.- ¿Y eso que demonios es...?
Marisa.- No tengo idea, algo le está sucediendo al bosque, se ha vuelto todo carmesí, y se ha hecho esa niebla oscura que acorta mucho la visión
Reimu.- Pero que ching- Bueno, total, mi templo está al otro lado de Gensokyo, así que me vale mad- Marisa la tumbó de la escoba, haciendo que Reimu cayera al piso, con lo cual solo se escuchó el azote
Reimu.- Pero que hija de pu- *Se empezaban a escuchar gruñidos cerca*
Reimu.- MALDITA SEA MARISA SACAME DE AQUÍ
Marisa descendió, y volvió a subir a Reimu
Marisa.- Te pasa por egoísta
Reimu.- Bien bien, no lo vuelvo a hacer, no quiero descubrir que era lo que me estaba gruñendo
Marisa.- ¿Con quien piensas que deberíamos de ir?
Reimu, Bueno, ya habíamos tenido un incidente similar antes, vayamos a la mansión del demonio escarlata...
Continuará...
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