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Zoé es una diseñadora de modas que acaba de terminar sus estudios, antes de dejar su dormitorio se encuentra una nota, que hace que reviva los momentos del pasado mientras hace frente a su futuro.


Romance Romance adulto joven Todo público.

#romance #joven #adulto #recuerdos-de-la-vida
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Capitulo 1

Debajo de su cama encontró una caja que conservaba pequeños recuerdos de sus días pasados en ese lugar. Al abrirla sintió un poco de melancolía. Lo primero que halló fue una hoja papel doblada que había tomado un color amarillo, tal vez por el tiempo que llevaba guardado. La desdobló con mucho cuidado y en ella ponía: “Escribiré canciones para recordarte, escribiré para ti, para que cuando las escuches nuestra historia viaje a tu memoria, para que me recuerdes a mí y todos los momentos que pasamos juntos y sepas que no me olvido de ti. Y tú ¿qué harás para recordarme?

Muchos recuerdos vinieron a su mente, esa fue la última nota que recibió de aquella persona... y que no pudo llegar a responder.

Termino de empacar la maleta y por último guardo aquella caja, se dirigió hacia la puerta y desde allí contempló aquel lugar donde pasó sus últimos cuatro años, se aseguro de no olvidar nada y salió. Dejó aquella ciudad con gratos y bellos recuerdos, abordó el avión y disfruto del viaje, al llegar al aeropuerto busco la salida donde la esperaba Raúl, quien la ayudó a subir la maleta y puso el auto en marcha. Durante el camino solo hablaron de lo que haría de ahora en adelante y el viaje de Raúl a casa, a aquella casa donde crecieron, la noticia la tomó por sorpresa, pero supuso que eso podría pasar. Miro por la ventana y dejó que su mente viajara al pasado.

  • Zoé, Zoé - Abrió los ojos y miró a Raúl, quien la estaba llamando.
  • Me he quedado dormida.
  • Si no me dices, no me doy cuenta. Anda ya, que hemos llegado ve a dentro voy a parquear el coche.

Bajo del coche y desde la acera contempló el edificio delante de ella, su primo había dejado aquel apartamento para su uso antes de su viaje por Inglaterra y Asia. Subió al séptimo piso, apartamento 703, abrió la puerta y lo encontró tal y como lo recordaba, hacía un año que no estaba allí, pero aún conservaba su encanto. Dejó la maleta en la habitación y recorrió el lugar. Pasado un tiempo llegó Raúl con una pizza para celebrar la mudanza y el inicio de una “nueva” vida para Zoé, aunque ahora iba a hacer lo mismo que había estado haciendo en las vacaciones durante todos estos años, solo que ahora a tiempo completo. Pasaron la noche comiendo pizza, hablando sobre esto y aquello, y al final también buscaron algunas cervezas en la nevera, cervezas que Raúl había comprado días atrás antes de la llegada de Zoé.

El despertador sonó y la luz del día entró por la ventana. Zoé se levantó, fue a la cocina y preparó el desayuno, estaba terminando cuando Raúl se levantó.

- ¿Quieres desayunar antes de irte?

- Claro, deja me lavo antes de pasar al comedor- Raúl pasó por la cocina, y acercándose a Zoé le dio un beso en la frente. Hacía años que no pasaban tiempo juntos y le agrado ver cuánto había crecido la niña que solía cuidar, que aún conserva su encanto, aún hacía que las personas quisieran estar cerca a ella. Por eso se podía marchar tranquilo y la podía dejar hacer su vida en aquel lugar.

Desayunaron juntos y antes de despedirse Raúl llevó a Zoé hasta su trabajo y se despidieron.

Un nuevo día y una nueva etapa, para Zoé.

Roschal se había convertido en su casa, conocía cada uno de sus pisos y a la mayoría de los empleados permanentes. Subió al ascensor, octavo piso, esa sería su primera parada antes de pasar a la oficina del jefe.

La primera vez que subió por ese ascensor fue acompañada de Jonathan, porque él había insistido que ella lo acompañara en su trabajo, pero por una extraña razón había pedido que llevara su libro de dibujos, “ni que fuera capaz de dejarlo en casa cuando salgo” pensó Zoe en aquel momento. En menos de nada llegaron al décimo piso y entraron a la oficina de un amigo de Jonathan, un diseñador de moda muy famoso en la ciudad. Este señor revisó cada uno de los bocetos que Zoé había dibujado y después de intercambiar algunas palabras le pidió esperar afuera. Ella decidió ir a la cafetería mientras esperaba, dejó un mensaje con la secretaria y subió al ascensor y presiono el botón para bajar al primer piso. En el octavo piso alguien más entró en el ascensor, un hombre alto de aspecto elegante, con estilo y presencia, “ha de ser un modelo” fue la primera frase que pasó por la mente de Zoe cuando lo vio . En un momento pensó que lo confundía con alguien más, pero no, era él, había visto millones de veces sus fotografías, sus presentaciones y sus entrevistas. Max había sido su favorito desde hacía cuatro años. Se emocionó al verlo, pero guardo su emoción para sí misma, no le gustaba mostrar cómo se sentía ni siquiera en esa ocasión, aunque eso pensaba porque no lo pudo hacer tan bien, pues Max vio su reacción por el reflejo de las puertas del ascensor y volteo a verla.

-¿Me conoces?

Zoé de la emoción no podía contestar solamente se limitó a asentir con su cabeza. Las puertas del ascensor se abrieron y no encontró la oportunidad de conversar más con Max, porque él levantó su mano despidiéndose y salió del ascensor. Ella demoró un poco en salir del ascensor por aquel trance mental de haber conocido en persona a su idol.

Fue a la cafetería, pidió un latte con caramelo y busco un lugar donde sentarse. Una mesa contra la pared oculta detrás de un muro y una plantas fue el lugar perfecto para disfrutar su bebida. Desde aquella mesa, podía ver todo el lugar y así sabría cuándo saldría Jonathan. Además la inspiración vino a ella y encontró perfecto el momento para dibujar algo de lo que veía. Estaba en ello cuando la voz de un hombre la interrumpió.

-¿Puedo sentarme a tu lado?

- Claro. -Lo miro por un momento, Max era guapo, y mucho más que en la tele o las fotografías, pero no quería que se sintiera incómodo, así que volvió a su dibujo, pero no pudo concentrarse del todo.

- ¿Cómo te llamas?

- Zoé.- Cerró su cuaderno y lo miro, acostumbraba a ver a las personas a los ojos cuando la hablaban y dejar de un lado lo que hacía si no era tan importante.

- Bonito nombre ¿Con quién has venido?

- Con mi primo, estoy esperando a que salga.

- Ya veo... ¿De qué me conoces? – La pregunta la tomó por sorpresa y su rostro lo reflejó, así que él continuó- En el ascensor cuando te he preguntado si me conocías has asentido.

- ¡Ah!- dejó un suspiro escapar, tomó un poco de su café y continuó la frase- A decir verdad, soy tu fan.

Y como si un muro se hubiera derrumbado, comenzó a contarle cómo conoció su música, que había visto todas las películas en la que había aparecido y que esperaba con ansias los proyectos en los que pudiera estar este año. Conversaron de todo un poco, hasta que el sonido de un celular los interrumpió. Max contesto la llamada y levantándose con un gesto se despidió. Ella dejó escapar un suspiro, y sintiéndose la fan más feliz en ese momento, recordó que no había pedido ni su autógrafo ni una fotografía y estaba lamentándose cuando su teléfono sonó.

- Hola Jonathan, ¿Ya vienes?

- No, por el contrario, necesito que subas nuevamente, hay algo que te interesara y que te conviene.

Al llegar a la oficina, el diseñador la invitó a sentarse. Su primo tenía una sonrisa de oreja a oreja. Ocupó la silla donde había estado antes y dejó su bolso en las piernas.

-Jonathan, me ha comentado tu situación y he aceptado su propuesta, voy a apadrinarte para que estudies diseño de moda.

- ¿Qué? - Su sorpresa no la pudo disimular. “Estas personas definitivamente no pierden tiempo, ni siquiera un poco de suspenso antes de soltar todo”, pensó. Ella solo había ido a acompañar a su primo y terminó siendo la más beneficiada de aquella visita. Siguió escuchando lo que el diseñador tenía que decir y de vez en cuanto lo interrumpió con alguna pregunta. Le parecía que todo sonaba demasiado bien, pero confiaba en su primo, al fin y al cabo, parecía no tenía mucho que perder. Salieron de la oficina con un sobre en sus manos, el diseñador los acompañó hasta el ascensor. La puerta del ascensor se abrió, y como cuestión del destino, se volvió a encontrar con Max, lo saludo y para no perder la oportunidad le pidió una fotografía.

- De ahora en adelante, te encontrarás con él seguido. -Dijo el jefe, mientras Zoé posaba al lado de su idol – Es y será modelo de nuestra marca por un buen tiempo.

Para Zoé había sido una mañana muy larga, pero parecía ser el mejor día de su vida, había sido la primera vez que conocía a un famoso, la primera vez en la quinta avenida y la primera vez alguien aprecio su trabajo, o bueno alguien confió en lo que hacía. Desde ese día se convirtió en un miembro oficial de Roschal.

Las puertas del ascensor se abrieron, había llegado al octavo piso. Saludo a la recepcionista y después del pasillo se encontró con el lugar donde nacía la magia, el lugar donde se exponían las nuevas ideas para la marca, donde se trabajaba en mejorar cada una de las prendas. Saludo a cada uno de los miembros del personal, pues llevaba cuatro años trabajando con algunos, otros eran nuevos, aquellos que como ella acababan de salir de la universidad. Paso directo a la oficina principal en busca de Solar, la jefe de diseño.

Golpeó la puerta tres veces - ¿Se puede?- Solar levantó su mirada e inmediatamente dejó a un lado lo que hacía para abrazarla.

-Cuanto tiempo sin verte, felicidades por tu grado. -Solar puso sus manos en los hombros de zoé y la invitó a seguir en la oficina y así hacer que la ayudara a revisar los nuevos diseños para primavera. Invitación que fue rechazada, pues Zoe solo pasaba a saludar y aún debía ir a la oficina del jefe, no lo había visto desde las vacaciones de fin de año.

-Sabes que al jefe le gusta que me reporte primero con él.

-Eso es verdad, recuerdo cuando no lo hacías.- Solar regreso a su escritorio y arrugó su frente como si recordara algo desagradable - El jefe te lo recordaba durante toda la semana, sacaba el tema en cada una de sus conversaciones, hasta que le comprabas café y su postre favorito. Realmente cambiaba de personalidad a tu lado... pero si ibas a la oficina principal, ¿por qué pasaste antes por aquí?

Zoé sacó de su bolso una caja rosa con un hermoso arreglo floral como adorno. - porque tenía que entregarte esto, ¿creías qué me olvidaría de tu cumpleaños?- Le entregó el regalo y la abrazo. Hablo un poco con Solar y salió de la oficina.

Camino al ascensor nuevamente, alguien la abrazo por la espalda, ese abrazo era cálido y el aroma muy familiar.

-Max, ¿Qué haces aquí?

-Pues qué más va a ser, trabajar -la soltó del abrazo y la miro a los ojos- ¿Cómo has estado peque?

-De maravilla, como puedes ver. - No era del todo cierto, pero hacía lo mejor que podía para vivir.

-Me alegra que estés de regreso.

La abrazó nuevamente y aprovechando que no tenía que preocuparse por su imagen y los medios de comunicación, dejó su brazo sobre los hombros de ella y la acompañó hasta el ascensor, parecía que quería decir algo más, pero no se animaba, al final cuando ella subió al ascensor y antes de que las puertas se cerraran por completo lo dejo salir.

- Él está de regreso.

26 de Agosto de 2019 a las 21:51 0 Reporte Insertar Seguir historia
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