Otro día en el desolado y frió inframundo, lo único que viene aquí son almas en pena pidiendo un descanso tranquilo, esto se vuelve cada vez mas tedioso, siempre el mismo trono, la misma comida, los mismos problemas, e estado pensando en evadir esta responsabilidad, pero, ¡Es una estupidez¡, ¡Esto es lo mejor¡, lo tengo todo, soy un dios, tengo poder, inmortalidad, no me hace falta nada mas, tengo lo que cualquier mortal desearía ... (se escucha un estruendo enorme), - ¿Que que demonios a sido eso? ¡AGAJO¡ ¡AGAJO¡ ¡AGAJO¡ ¿QUE NO ESCUCHAS QUE TE ESTOY LLAMANDO? ¡PRESÉNTATE ANTE MI¡- dije con un tono molesto y frió, corriendo como pudo Agajo llego con miedo y dijo- Mi señor, amo de todo el inframundo, ¿En que le puede servir este insignificante y miserable siervo? -bajando mi mirada,vi a mi siervo Agajo con asco, muy furioso le pregunte - ¿QUE FUE ESE RUIDO?- con voz temerosa Agajo contesto- Tifon a tratado de liberarse y acaba de hacer que el volcán Edna haga erupción mi señor- después de la revelación de mi siervo, fui a inspeccionar el lugar, encontrándome en lo mas alto de inframundo grietas echas por Tifon al intentar escapar, viendo el problema tome una decisión y llame a mi siervo -Agajo trae mi bastón, iré a la superficie algunos días, quedas a cargo, pero, te advierto una cosa ¡SI HAY ALGO DIFERENTE O FALTA SI QUIERA UN ALMA SERAS COMIDA DE CERBERO¡ ¿Entendiste Agajo?- el pequeño con lagrimas en el rostro, asintió con la cabeza, pase de puerta sagrada y empece mi camino a la superficie.
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