Naciste de la espuma, más ahora de nuevo
renaces entre mis manos, perla de los mares
talismán altísimo, rosa de los vientos
en donde los barcos de mis deseos
navegan sin descanso.
Estás más allá de donde Zeus me tiene permitido
y descalzo como estoy es más difícil mi camino
sin embargo no habrá titan que me detenga
mi esfinge que ponga a mi pie tropiezo.
Aun recuerdo tu piel de perla rosada
tus ojos de luz perfecta y tus labios frutales
el sabor de tus besos de dulce ambrosía
tu cabello que parece tejido por la misma Gaia.
Cuan afortunado fui de haberte encontrado esa tarde
de haber posado mis manos en tus muslos nacarados
haber besado con pasión tus mejillas consagradas,
de recitar los versos que antes leía a las ninfas del bosque
contarte de mi mundano paso por el mundo
cómo es que los hombres morimos y somos olvidados
mientras que ellos perduran en el tiempo, imperecederos.
Condenado estoy por tus encantos
en esta hora de tristeza cuando te recuerdo
cuando vago por los valles de Apolo
y lloro como él cuando perdió a Dafne.
¿Qué debo hacer para recuperar tus ojos?
¿Cómo traigo a mí de nuevo tu sonrisa?
Tu sonrisa que mueve las mareas y florece las rosas
y que es blanca como la luna de verano
que hace que los amantes se encuentren a escondidas
y celebren en tu nombre la pasión de sus cuerpos.
Con cada verso mi herida es más grande
y larga es la mancha de sangre que dejo tras de mí,
sin embargo no abandono mi faena
y poco se me hace la cima del Olimpo
si a cambio vuelvo a recorrer el monte de tu cariño
no habrá dioses que me detengan...
Gracias por leer!
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