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1 – Shot

Mantengo mi vista fija en sus movimientos, lo seguía como un depredador con su presa. Su pequeño short marcando esas nalgas, se mueve con agilidad llevando el balón con sus piernas, esquivando a los del equipo contrario.


Dustin estaba empapado en sudor, la camisa que lleva tiene el logo de nuestra universidad, el conjunto se ajustaba exactamente donde debía, por sus abdominales, por esa espalda...


Esa piel peligrosa y muy adictiva a la vista, es una perla, las gotas saladas bajando de su cuello, me hace tragar de manera rasposa. Todo en mi se sentía en guerra, agotado, lo observo desde la tarima.


Doy una calada al humo mentolado del cigarrillo, actúa como un calmante, para que no salte la reja que nos divide y mande todo a la mierda por solo observarle jugar soccer.


Ese chico Dustin es una locura. Mi obsesión, mi perdición.


Desde que llego a inscribirse, solo deambulo calmando mis ganas con alguna que otra mujer. Siempre lo veo caminando con la cabeza en alto, esa sonrisa que lo caracteriza, la pequeña expresión altanera que hace la mayoría del tiempo, todo en el es fascinante.


Una victoria mas para Dustin, un ganador, es como siempre. El se lleva a dos porristas al baño, todo un fuckboy



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— Eres… Molesta –– mi voz salió mas grabe de lo usual. La rubia que estaba acostada a mi lado no podía quedarse quieta, a caso quiere quedarse a dormir, quiere algo que nunca voy a dárselo — Toma tus cosas y vete — no es personal, solo una noche.


No presto atención a lo que decía, ni me figue en ella, solo me coloque un jean para llevarla a la entrada y sacarla, me di vuela a ver si ya se coloco todas sus prendas y solo se estaba subiendo su pequeña ropa interior rojiza. Meses antes, me volvía loco ver pechos como los que tiene esta rubia, ahora, con suerte y mucha paciencia me pueden.


Los chicos de la fraternidad me miraban con las cejas alsadas, sus expresiones molestas, algunos hasta tienen la vista perdida por la chica que estaba escoltando hasta la entrada. Su estúpida regla de no meter a nadie en la fraternidad que se la metan por el culo.


Siento un ligero ardor por la espalda, el clima era fresco, lo sentí cuando la rubia abrió la puerta para marcharse, no llevaba ninguna camisa, seguro se ven las marcas en mis hombros, ya que solo voy vestido de cintura para abajo.


Un muchacho castaño a primera vista pareciera ser que me observa de manera inexpresiva, pero el arquea muy levemente su ceja izquierda cuando esta molesto, sus labios hacen una mueca casi invisible, pero ahí esta.


Extrañamente me es satisfactorio ver a Dustin molesto, nunca llegamos a intercambiar palabra alguna, es frustrante en el fondo de todo.


Me regrese a mi habitación, nadie entre ellos tiene el valor de decirme nada, y menos si es en mi contra, y de esa manera lo prefiero.



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Revise mi teléfono móvil, abre dormido todo el día, el ruido que estaban haciendo en el pasillo era extremadamente molesto, me hacen salir de mi cama. Abrí la puerta muy molesto, me encontré con un chico que estaba de espalda se ve mas bajo que el promedio, ese muchacho esta dejándome sordo por el ruido que hace su puto martillo.


Al ver mi sombra se dio vuelta, vi como su rostro perdía color. Me acaba de despertar de un buen sueño. Lo tome de su remera y lo arrincone por la pared, el mugroso chico temblaba como esos aparatos, sus despreciables gestos me daban ganas de tirarlo al suelo y molerlo a golpes.


Mis cejas se elevan cuando siento una mano tomarme con fuerza de la muñeca, a este lo mato. Libere al chico consolador y este prácticamente corrió como en una maratón, me fije de quien era el brazo que voy a quebrar.


Dustin.


— ¿Quien mierda te crees? — esa boquita se ve tan sensual diciendo groserías. Esa cara que hace que mis sueños sean placenteros.


— Suelta — expreso cortante, tampoco se la voy a dar de mamar tan rápido.


Me enc….. pero, no.


— Escúchame cabron, ni siquiera nos ayudas a decorar para Halloween y quieres golpear a Martin, si quieres pelear vamos hazlo — dice exasperado cerrando ligeramente los ojos volteando mínimamente la mirada. Quiero… quiero tomar sus mejillas y estirarlas, morderlas… besarlas. Pero, no golpearlas.


Me giro por los talones y me dirijo a la cochera, suficiente acercamiento por un día.




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Ahora estaba mas consiente del horario, salí por el almuerzo, la camarera que me atendió no paraba de tirarme indirectas con su mirada, hoy podría ser ella… existen mejores.


Conduje por la carretera intentando de dejar todo atrás, lo malo es que siempre hay que volver.


Llego la noche y me dispuse a volver, cuadras antes de llegar se escuchaba el sonido de los equipos de sonidos, estacione mi vehículo y me adentre por la puerta principal.


Algunos estaban en ronda tomando tequila, otros tirados en los sofás. Busqué a Dustin con la vista, al rato lo encontré, con las mejillas rojas, una sonrisa boba, y un baso rojo en su mano.


Me acerque poco a poco, tome de manera apresurada algunos vasos que encontraba por el camino, el alcohol me hace entrar en confianza.


Solo estoy a pasos de el, cuando enfocó su vista dorada en mi, me entrego una pequeña sonrisa muy fingida, este es mi limite.


Lo tome brusco y lo lleve al cómodo sillón, justo cuando iba a decirme algo con esa expresión molesta que suele mostrarme muy a menudo. Metí mis dedos a su boca, tan cálido, palpar lo suave de sus carnes me encienden de una manera incontrolable.


El podría tener mi estatura, tener muy buena musculatura, lo sometí haciendo que se siente en mis piernas.


Todos llevaban traje y Dustin no era la excepción. Parecía un Dios mitológico hecho carne, con esa túnica blanca y ese metal dorado sujetando la tela a su cintura.


Con mi mano libre junte ambos brazos suyos, colocándolos a su espalda, su ebriedad le quito todo rastro de fuerza, movía mis dedos por todo su tracto vocal, mi dureza rogaba por romper a Dustin. Mi piel estaba en llamas, oír sus quejas mientras yo ocupo su boca es el Edén.


Con mis dedos mojados por su dulce saliva, lamo mi dedo índice degustando el sabor de Dustin, sin desviar nuestros ojos, el estaba sin palabras.


Metí los tres dedos muy lentamente, quería sentir, palpar, quiero darle dolor. Cuando abrió su boca para quejarse, me apodere brutalmente de sus labios, los succionaba y batallaba con su ser muy salvaje, con mi lengua explore todo lo que me perdí por tanto tiempo.


Esas quejas se transformaban en gemidos, con ambas manos coloque sus piernas para que estén abiertas, me abrí el cierre del pantalón y sin miramientos me adentre de golpe, estuve a segundos de correrme, el calor y lo apretado de su carne me hizo sacar un gruñido bestial, el comprimió los músculos de su entrada, logrando matarme de placer.


Lo sujete de la mandíbula y lo mordí sin importar las consecuencias. Dustin reprimió su gemido en mis labios. Tan sumiso se sentó por completo en mi erección, alzo sus brazos y se sostuvo de mi espalda. Levante su trasero con mis brazos, movía mi cadera estrellándola contra sus muslos.


Mi miembro estalla de placer al hundirse una y otra vez en su entrada, succionaba su cuello, tatuaba su piel con mis dientes, lo apretaba mas a mi. Me pertenece.


El gemía tan alto que todos en el living se nos quedaban viendo, me puse de pie y sin parar de envestirlo lo llevé contra la pared, el busco mis labios.


Verlo desearme hizo que algo en mi se descontrolara, lo sujete con mas fuerza y estalle mi cadera en contra el sin parar. Un gran gemido salió de los labios de Dustin se acaba de correr en mi abdomen, los músculos de su entrada hicieron tanta presión que no pude aguantarme y clave mis colmillos por el cuello de Dustin, me libere de una manera descomunal dentro suyo. Tanto su cuerpo como el mío no estaba preparado para esto, sentía los espasmos de su cuerpo contra el mío, pequeños chorros de semen seguía saliendo de el manchando mi abdomen, yo igual sentía como seguía saliendo todo eso de mi, seguía llenando su pequeña entrada.




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Sentia cosquillas en mi pecho, esa cabellera castaña tan única. Estire mi mano, y agarre una frazada y lo arrope sin moverme demasiado, no quiero despertarlo.


31 de Mayo de 2019 a las 11:27 0 Reporte Insertar Seguir historia
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