hito Tomas Perez Mazza

Conoceremos la historia de Ana que esta desesperada en encontrar un padre para sus 2 hijos. Tal desesperación la lleva a tomar decisiones que destruirán la vida de los que la rodean. ¿O la vida la destruye a ella primero?


Drama Todo público.

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Capitulo 1.1

Era una noche de invierno fría y con una leve brisa que hacia mover los arboles de un lado y hacia el otro . Se escuchaban 2 conductores discutiendo por un lugar para estacionar. La discoteca iluminaba toda la cuadra y la música que sonaba despertaba a los perros haciéndolos ladrar hasta el cansancio.

−Vamos Ana, lo necesitas, tienes que despejarte − Dijo Lucia tratando de levantarle el animo a Ana − te va a encantar.

Ana no quería estar allí, quería estar con sus 2 hijos cuidándolos , Tomás y Luz, hasta que se duerman así ella podría encerrarse en el baño para fumar, beber vino y olvidarse de Tobías. Tobías era el padre de los niños, era calvo y desempleado donde lo único que hacía era gritarle a los niños y discutir con su esposa hasta enojarse e irse de la casa pero hubo un día que nunca volvió <espero que se haya emborrachado y se haya matado> Pensaba Ana siempre que se acordaba del pelón (Así le decía su mejor amiga Lucía, un apodo que llego a darle más rabia que gracia).

La discoteca era más bien un bar donde había un par de mesas para sentarse y beber y tenía una pista de baile que se habilitaba a las 3 de la mañana, hasta entonces era un bar. La discoteca tenía 3 pisos, en el 1er piso se encontraban las mesas y una pequeña pista del baile donde en el medio se encontraba la escalera que daba al 2do piso que era más bien una sección VIP y en la escalera del 3er piso siempre se encontraba un gorila que cuidaba y no dejaba pasar a nadie. Las chicas decidieron sentarse en una de las mesas cercanas a la barra. Lucía trato de animar a Ana pero no hubo caso, hasta que unos juegos de manos de Lucia la hizo voltear para ver que había un buen mozo mirándola desde la barra. Ana no tenía interés en el muchacho pero aún así vio a un galán de unos 27 años con el pelo tan rubio que parecía plata. El muchacho le sonrió y Ana cuando vio esa sonrisa vio algo que no veía hace 8 años, era un sentimiento que tenía de chica cuando le gustaba un chico que hacía que se le ruborizaran los pómulos y mirase para abajo cada vez que le sonriesen.

Pasaron un par de horas de ese contacto visual , Ana y Lucía habían estado tomando y hablando, más bien eran quejas de lo mal que les estaba yendo en la vida. Ana sufría de vejiga hiperactiva por lo que tuvo que ir al baño, al salir se encontró con el muchacho rubio.

−¿Primera vez? − dijo el muchacho donde con los ojos bailaban mostrando el lugar.

−Sí −Ana no dejaba de ver esa melena de oro −Lucia pensó que era buena idea salir y despejarnos un rato.

−Siempre es bueno desconectarse del mundo, todos lo necesitamos − El rubio iba a seguir hablando hasta que lo interrumpió la televisión.

El tabernero había aumentado el volumen al noticiero que estaban presentando una noticia importante:

El reporte de los forenses determinaron que la muchacha de 17 que fue encontrada en el Río Limay, ubicado en la provincia de Neuquén, fue violada antes y después de morir. La joven se trato de resistir contra el agresor que las uñas de las manos fueron partidas producto de una pelea. El ano sufrió una dilatación de unos 20cm y los órganos se encontraron penetrados por una especie de palo. La braga fue rota de una manera tan salvaje que quedaron rasguños en las caderas. La marcas en el cuello de la joven eran tan pronunciadas que indican que la siguió estrangulando después de morir.

Ana se encontró asqueada e indignada por lo escuchado en la televisión. <Pude haber sido yo> Pensó Ana mientras recordaba que cuando era niña pasaba sus tardes jugando al rededor de ese Río con sus amigos al salir del colegio. Recordó también que en ese mismo lugar dio su primer beso a su amadísimo Brad Pitt (Ana lo llamaba así porque le hacía recordar tanto al mismísimo actor de Hollywood). No podía creer que en ese lugar donde ella tenía recuerdos tan hermosos, una persona había tenido momentos tan horribles.

−¿Quieres bailar conmigo? − Le dijo el muchacho mientras le apartaba la cara de la televisión de una manera suave y dulce

−Ni siquiera se tu nombre − Dijo Ana mientras pensaba <Estas aquí para despejarte>

−Paúl− le dijo al oído mientras la agarro del brazo y fueron a la pista donde pasaban música tranquila.

Bailaron abrazados toda la noche al ritmo de una música tranquila que hacía que Ana se olvidase de todo mientras apoyaba su cabeza en el hombro de Paúl. La terrible noticia que había oído en la televisión había desaparecido de la mente de Ana como también de su maldito trabajo y de los problemas que les da los niños, ella estaba concentrada en ese momento, estaba en el presente. Con Paúl.

−¿Quieres salir de aquí? −Dijo Paúl con una leve sonrisa que iluminaba su rostro.

Ana accedió por lo que Paúl llevo a la muchacha a su Citroën C4 rojo y realizaron un viaje lleno de risas y anécdotas de sus vidas. Ana se olvidó por completo de todo esa noche, por un momento sintió la felicidad que yacía olvidada dentro de ella.

Paúl la llevo a un bosque que daba al Lago Nahuel Huapi. Un lago hermoso donde suceden cosas mágicas, eso es lo que decían los ciudadanos de esa ciudad. Paúl saco del baúl una manta y la apoyo sobre el suelo donde se sentaron. Esa noche había de todo para ver, las estrellas, el lago, los arboles, pero lo que más le gustaba a Ana era la reluciente sonrisa de Paúl y su hermoso cabello de plata.

Las risas y las charlas finalizaron con un beso de Paúl a Ana. Sin dudas ese beso hizo que Ana recordase lo que era la alegría y olvidarse de todo el estrés que estaba sufriendo. Se sintió como si flotase sobre el lago.

Ana se encontró cansada por lo que Paúl la llevo a su hogar. Retorno a casa, Ana se durmió todo el viaje del Lago Nahuel Huapi hasta San Martín de los Andes que era el distrito donde Ana se había mudado recientemente.

−Primera parada: Casa de la belleza de Ana Mazza − dijo Paúl imitando una voz de los choferes de autobuses

Ana se despertó con una sonrisa y vio una posibilidad que no podía dejar irse. No podía dejar que se vaya Paúl, Por un momento pensó que Paúl podía ocupar el lugar que Tobías había borrado. Él podría ser el padre que necesitasen los niños y así podrían cuidarlos juntos, formar una familia. Estaba asustada y a la vez confiada. Tenía que arriesgarse, el era... perfecto. Y ella estaba enamorada, se sentía como la primera vez que se enamoro ciegamente de niña.

−Si quieres puedes quedarte− dijo Ana mientras miraba la cabellera del galán.

Paúl accedió con una sonrisa. Ambos entraron, La casa era amplia para una madre soltera y sus 2 hijos. Ordenada y tranquila pero se sentía vacía, como si le faltase... alegría. Esa noche no se escuchaba nada, como si estuviesen Paúl y Ana solos en el mundo. Los chicos dormían en una habitación en una cama cucheta. Tomás dormía en la cama de abajo con sus peluches y Luz , que era la más grande, dormía en la de arriba porque no tenía miedo a caerse. Los 2 pasaron rápidamente por la habitación haciendo el menor ruido hasta llegar a la habitación de Ana. Al ver la cama, Ana no pensó en otra cosa más que dormir.

−Estoy muy cansada − Dijo Ana dulcemente mientras se acostaba para dormir.

−Entonces descansemos

Ambos se tiraron a dormir. Ana apoyo su cabeza en el hombro de Paúl y se durmió feliz, no se había sentido así en años y tenía la esperanza de haber encontrado a alguien maravilloso esa noche. Al despertarse Ana se encontró sola en la cama, con los pies buscó las zapatillas y fue a la habitación de los chicos donde no encontró nada. Desesperada recorrió la casa pero no encontró nada hasta que escucho un grito que provenía de la cocina.

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27 de Mayo de 2019 a las 03:03 0 Reporte Insertar Seguir historia
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