panchit0_phantomhive1 Alejandra Jimera

"En mi corazón siempre estas presente por que te amo, pero no lo puedo confesar por miedo e inseguridad..." ¿Realmente todo es fácil para dos seres destinados a estar juntos?


Fanfiction Anime/Manga Todo público.

#Ciel-Phantonhive #Sebastian-Micaheis #kuroshitsuji #yaoi #Black-butler #yana-toboso
0
4.1mil VISITAS
En progreso - Nuevo capítulo Cada 30 días
tiempo de lectura
AA Compartir

Nuevos sentimientos

-¡Sebastian!¡Demonio idiota!- El Conde Phantomhive gritaba agitado reclamando al demonio que lo tenía en brazos, pues la oscuridad de la noche y la gravedad de la situación lo traían a más no poder.

-Joven amo, deje de moverse tanto o podría caer- Aquel mayordomo perfecto bailaba con facilidad entre las balas lanzadas como si de un juego se tratara mientras sostenía a su pequeño. Una noche normal para el perro guardián de la reina, a punto de culminar la misión como se debía, pues todo había marchado al pie de la letra como dictaba la monarca. Ya parecía la hora de acabar con los traviesos ratones y volver a la mansión como ya era la rutina para ambos.

-¡¿No escuchaste mi orden acaso?!¡Vuelve por Elizabeth en este momento!- Un pequeño imprevisto que retrasaría la cena de esta noche, y cabe mencionar, irritaba al demonio solo de escuchar su nombre. No hacía falta mencionar que su prometida de cabellos rubios se encontraba tomada como rehén entre las manos de uno de aquellos ladrones que intentaban acabar con la paciencia del conde.

-¡Ciel! ¡Ayúdame!-Gritaba la rubia con desesperación al sentir las rudas manos de aquel sujeto y el frío metal de la pistola apuntándole peligrosamente mientras que al mismo tiempo veía a su prometido alejarse con su mayordomo; Era de esperarse que no tardará mucho en desfallecer, "desesperante" fue lo primero que le cruzo por la cabeza al demonio.

-Joven amo, mi prioridad es su seguridad, ¿Qué clase de mayordomo expondria a su amo a tal peligro deliberadamente?-Se justificaba el mayordomo perfecto, sin la mas mínima intención de volver por la prometida de su amo. La expresión furiosa del pequeño Phantomhive era algo que el demonio ya esperaba.

-¡No estoy jugando! ¡Que insolencia la tuya al desafiarme así!- El conde mostraba su inconformidad con golpes bruscos a su mayordomo que apenas y sentía, el cual solo se limitó a suspirar resignado.-¡Eres ineficiente!¿Por que no la salvaste primero antes de venir por mi?-La evidente molestia del conde retumbaban en la ya desesperada mente del demonio.

-Tal vez si mi amo pensara mejor las cosas antes de darme una orden, las cosas serian más fáciles de resolver.- Una frase dicha por el demonio fue la gota que derramó el vaso en la paciencia del menor.

-¡Rescatala, es una orden Sebastian!- la marca del contrato brillo en su púrpura tonalidad; Era claro que sería una amarga noche para ambos.

-Yes my lord... -Y más para el mayordomo perfecto que no llegaría a tiempo para hacer la cena por un contratiempo llamado Elizabeth Midfor. El pelinegro se limitó a hacer una leve reverencia, bajo delicadamente a su amo en un lugar seguro; En un fugaz movimiento se acerco a aquel bandido que poseía en brazos a la rubia, menos de un segundo le tomó quebrar su cuello y causar su muerte sin más, dejando así a la señorita Elizabeth y a su amo totalmente fuera de peligro, nada fuera de lo común para un simple mayordomo demoniaco.

Sin ganas, tomo en sus brazos a la prometida del joven amo la cual aún se encontraba en aquel llaciente estado, la llevó donde el conde aguardaba para demostrar que había cumplido la orden tal como se ordenó.

-¡Lizzy!-Aquel mayordomo apenas pudo bajarla bien antes de que su joven amo se abalanzara preocupado sobre ella para asegurarse que estuviera a salvo, la miro unos segundos con preocupación clavando la mirada en su rostro buscando algún daño, cosa que terminaba molestando al demonio de alguna forma; Elizabeth estaba a salvo, la misión se había concluido a la perfección, era hora de por fin volver a la mansión -¿Tanto te costaba hacer eso?- Aunque no de la manera pacífica que el demonio desearía- Pusiste su vida en peligro por un estúpido capricho. -Las palabras duras de Ciel hacia su demonio parecía apenas afectarle, cosa que desquiciaba más al pequeño Phantomhive; Una bofetada en seco que inundó la penumbra del lugar fue lo único que recibió el mayordomo, que sólo lo miraba con su rostro frío e indeferente-¡Que esto no se vuelva a repetir!-

-Como ordene- Dijo de manera distante, no era una buena noche para alguno de los dos.

-Carga a Lizzy, yo te seguiré a pie hasta que lleguemos al carruaje- afirmó el conde con desicion, pues a pesar de tener ciertas dolencia priorizaba a Elizabeth.

-Pero joven amo, usted también puede estar herido. - Dijo de manera serena el mayordomo a pesar de querer objetar a esa orden.

Sebastian no difería de aquella actitud, pues al igual que Ciel, bajo a lizzy rápidamente y subió a la siguiente planta de manera rápida, tenía la más mínima intención de cruzar palabras con las personas en ese instante, sentía que hoy todo había salido terriblemente mal, una decepción para si mismo, no era las acciones que tomó su joven amo o el papel que desarrolló su prometida, le molestaba el hecho de sus propias acciones, y de las causas que lo llevaron e ellas. Terminó por completo sus actividades ordenadas con anterioridad y se apresuró a subir a la habitación de su pequeño amo, dio tres toques ligeros sobre aquella puerta de madera avisando su llegada.

Subieron al carruaje como ya era costumbre, no hace falta mencionar la carencia de gozo que tuvo el viaje de regreso a la mansión, solo se escuchaba el trotar de los caballos y el rechinar del asiento, ni el conde ni el mayordomo se voltearon a ver en todo el trayecto, ¿La razón? No la sabían con certeza, solo estaba el aura de incomodidad mientras la prometida del conde aún inconsiente posaba casi sobre el conde, no era una sorpresa lo que eso causaba para el confundió demonio.

-Sebastian... - Escucho casi en susurro el demonio, la voz proveniente del conde -Tsk, eres un idiota- No era una sorpresa para el que su amo se enfadara, así era de vez en cuando las últimas semanas, pero esta vez su rostro no reflejaba la ira común, su no frustración e impotencia, Sebastian no sabía el por qué, pero considero por el momento tomarle la menor importancia.

Llegaron por fin a la galante e inmensa mansión sumergida entre los árboles, donde los sirvientes los esperaban entre risas y alegrías, obviamente no compartidas por el menor quien apenas salió del carruaje desprendía un mal humor.

-Sebastian, Baja a Elizabeth y dejala en el cuarto de invitados y luego ve a mi habitación, Meyrin asegúrate de estar cuando Elizabeth despierte y atiendela.-Dijo rápidamente y subió las escaleras de la mansión rumbo a su habitación.

-C-como ordene... Joven amo-Dijo la ama de llaves nerviosa ante la actitud del conde, ya no era sorpresa para ellos encontrarlo en ese estado de ánimo, pero no terminaban de acostumbrarse.

Sebastian no difería de aquella actitud, pues al igual que Ciel, bajo a lizzy rápidamente y subió a la siguiente planta de manera rápida, tenía la más mínima intención de cruzar palabras con las personas en ese instante, sentía que hoy todo había salido terriblemente mal, una decepcion para si mismo, no era las acciones que tomó su joven amo o el papel que desarrolló su prometida, le molestaba el hecho de sus propias acciones, y de las causas que lo llevaron e ellas. Terminó por completo sus actividades ordenadas con anterioridad y se apresuró a subir a la habitación de su pequeño amo, dio tres toques ligeros sobre aquella puerta de madera avisando su llegada.

-Pasa- ordenó el pequeño conde sin ganas, quien lo esperaba en el interior de la habitación mientras leía un libro, el mayordomo entró esperando algún reproche u orden por parte del menor.

-Iré a dormir, cámbiame-Dijo en seco mientras se colocaba en el borde de la cama, el demonio procedió a cambiar sus ropas un poco sorprendido, pues esperaba otro tipo de acciones por parte del menor.

-El día de hoy, casi desobedesiste mis órdenes, y pusiste en riesgo a mi prometida-El conde ya se había tardado en mostrar represalias a los eventos ocurridos.-!¿En que estabas pensando?!-grito el menor mientras el demonio le ponía su habitual pijama.

-Realmente no lo se joven amo-declaró indiferente el demonio concentrado en su labor.

-El día de hoy, casi desobedeciste mis órdenes, y pusiste en riesgo a mi prometida-reprendia el pequeño conde.

-Tenía todo bajo control, solo que el joven amo siempre se altera antes de tiempo- el demonio le contestó desafiante hacia su amo.

-¡Rescátala, es una orden Sebastian!- solo haces lo que quieres! -los reclamos enfadados del conde Phantomhive resonaban en la habitación.

-No puedo hacer lo que quiera, el contrato no me lo permite, aunque me hubiera encantado dejar el peso muerto allá-.

-¡Como te atreves a decir eso!- La poca paciencia del conde ya estaba en su límite.

-Sin la intromisión de su prometida en la misión, usted hubiera salido con el menor daño posible, haciendo más eficaz la labor ¿No lo cree joven amo? Sin embargo usted la dejó venir a pesar del evidente peligro¿Quién fue el que realmente la puso en peligro?-El pequeño Phantomhive se quedó sin argumentos, creando un silencio de unos segundos.

-¡Largo de aquí maldito demonio!-grito finalmente el conde lleno de frustración.

-Como ordene- Dijo el demonio haciendo una sutil reverencia para salir sin más de la habitación.

Los gritos se escucharon en gran parte de la mansión, no obstante nadie intervino, pues aquellas ruidosas discusiones ya eran habituales entre ambos, a medida que su relación amo-mayordomo avanzaba, era inevitable que este tipo de actitudes por parte de ambos fuera más frecuente, parecía que esto seguíria, lo cual,ya no le era del todo fácil al Conde Phantomhive.

-¿Por qué siempre tienes que hacer las cosas más difíciles?- Decía para si mismo el pequeño Ciel, mientras se acurrucaba en su gran cama, y sus enrojecidos ojos soltaban unas cuantas lágrimas traviesas que rodaban por sus mejillas, las cuales a veces parecían no parar, otra noche más para Ciel Phantomhive.



26 de Mayo de 2019 a las 01:40 1 Reporte Insertar Seguir historia
2
Leer el siguiente capítulo Disculpas

Comenta algo

Publica!
Elliot Ainsworth Elliot Ainsworth
Aah mi Niño me encanto 😍
May 26, 2019, 01:58
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 5 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión