riot L F

Trafalgar Law vive feliz en su matrimonio junto a Eusstas Kid, sin embargo vive con el recuerdo de cierta persona de quien duda si aún es el amor de su vida.


Fanfiction Anime/Manga No para niños menores de 13.

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Cuando vuelva a verte


Días de verano: El verano y me dediqué a tomar un curso intensivo en la academia de medicina, esta academia estaba en Montreal Canadá, a lado, encontraba el instituto de artes y medios culturales Ivankov, lo que hacía que de vez en cuando, todos los eventos de música etc, hicieran algo complicado que uno lograra concentrarse, sin embargo, todo ese tipo de barullo es fácil de evitar, lo imposible, es evitar las distracciones del corazón.



– ¡Hola! ¿Cómo estás?







6:00 am *suena despertador*


“De nuevo tuve ese sueño... han pasado 6 años ya, ¿por qué no simplemente lo olvido?"


– Trafalgar, se te hará tarde para ir al trabajo, está listo el desayuno, toma un baño y más te vale estés listo pronto. –


– Sí patrón. – Masculló mientras se restiraba cual gato tras una larga siesta bajo el sol.


– A mi me hablas con respeto muchachito. – Se acercó aquél quien le ordenaba se alistara ya, dedicándole una mirada llena de lascivia y rosando sus labios.


– Tsk, odio que se te ocurran estas cosas justo cuando tengo que trabajar. –


– Hmm te diría que no fueras, pero a mi si se me hace tarde. –


– ¿Tarde para llegar a sentarse y ordenarle a todos qué hay que hacer? No creo que se caiga la construcción si el mejor ingeniero mecatrónico e ingeniero civil de toda Canadá no llega. –


– Eres un encanto – dijo dando un casto beso a sus labios – Pero hoy tengo que ver a los socios de Alemania y Basil odia que lo hagan esperar.


– Tsk, nunca me cayó bien ese hombre. – dijo incorporándose y lanzando su camisa de pijama a una silla a un costado de la cama.


– Lo sé, pero tú a… viendo ese hermoso cuerpo realmente estás haciendo que dude en ir a trabajar


– ¡Ah ya es tarde! Ya me levanté y la oferta ha terminado. –


– Te lo compensaré esta noche, más vale que ese lindo trasero tuyo esté listo para ser mío. –


Rió, con burla rodando los ojos, extrañamente este hombre lo mataba de amor.


– Lárgate ya, Kid. –


El pelirrojo dio un largo, apasionado y fogoso beso al moreno, tan largo que a no ser por Law quien tomó el juicio en ese momento, habría terminado en una escena de película porno. Tuvo que ducharse con agua fría ya que cierto cabeza hueca pelos rojos le había dejado demasiado deseoso, sin embargo, sus pensamientos sobre su frecuente sueño hacían que cualquier emoción se disipara, y un sentimiento de incomodidad y extrañes lo inundara. Salió de la ducha vistiéndose y bajando a desayunar; en la mesa yacía un exquisito desayuno, que parecía sacado de algún restaurant francés, sin embargo, no dudaba de las cualidades de Kid en la cocina a Law podría quemársele hasta el agua. En la mesa un plato con dos huevos fritos, un vaso de jugo fresco, además de pan tostado y pan francés, había un pequeño tazón con fruta fresca y exactamente sólo dos fresas, sabía cuánto le gustaban las fresas a Kid, río por la pequeña consideración de dejarle al menos unas cuantas. Tomó la taza con una “T” dibujada, sirviendo café en ella se dedicó a tomarlo con calma además de empezar a desayunar, sabía que el pelirrojo lo regañaría si se iba con sólo café en el estómago.


– No entiendo por qué la frecuencia de este sueño… – …







– Así que estudias en este lúgubre lugar… deberías de venir, hay una gran fiesta y hay toneladas de comida. –


– Te lo agradezco, pero no… además si no eres de esta escuela no sé qué haces aquí… –


– Oh, estaba buscando a un amigo, él sí estudia aquí y me pidió pasara por él cuando iniciara el evento, pero no lo encuentro ¿No lo has visto? –


El otro miró sin dar crédito a la cuestión ¿cómo le preguntaba tal cosa si hacía apenas dos minutos que se había topado con él, ¿era así de tonto o sólo tenía la cara?


– Al parecer no, te dejo tengo cosas que hacer. –


– Está bien, ¡Hasta luego extraño! – y corriendo en la dirección opuesta dejó al azabache en total perplejidad. – ¡Ah! ¡Oye!... – teniendo que dar la vuelta, suspiró con pesadez ¿qué quería ahora? –


– ¿Qué? –


– Soy Luffy –





– Luffy… – Una pequeña alarma en su reloj indicó se hacía tarde, por suerte había terminado de desayunar y sólo tomó la fruta que había en el pequeño recipiente, la comería durante el día. Tomó las llaves que correspondían a su auto, y las otras llaves de su casa. Tomó su portafolio junto con su laptop y subió a su auto; abrió la llave del coche, escuchándose el perfecto motor de un Audi q5 2018, regalo de Kid, éste había hecho énfasis en que el director general y decano del mejor hospital de Canadá no podría andar en cualquier auto, aunque a comparación del modelo que Kid quería que usara, simplemente la elección de Law era la mejor.


El trafico matutino de Canadá no era tan sofocante como en otras ciudades, sin embargo, el ojigris iba a una velocidad media, pensando en que habría sido de aquel ser tan irritante, terco, molesto, tragón, quien había sido y quizá seguía siendo el amor de su vida.




– Trafalgar. –


– ¿Tral-qué? ¿Tra-falda? –


– Tra-fal-gar, Tsk Law. –


– Hmm sigue siendo igual de complicado ¡Ya sé! Te diré Torao shishishi. –


– ¿Qué? ¡Eso ni siquiera es un nombre! Law no es tan complicado. –


– Bien Torao, espero verte en la fiesta, ¡Nos vemos! –


– ¡Que no es así! Tsk, él debe ser el más estresante de toda la universidad, lo dudo, pero quizá el líder de todo ellos. – Dijo realmente molesto, había sido demasiado irritante tratar con ese niño tipo mono. –



El sonio de un insistente claxon, había hecho que saliera de su trance no sabía ni cuanto llevaba el semáforo en luz verde. Avanzó llegando al estacionamiento del hospital, un lugar reservado para él esperaba junto los de más lugares de las personas importantes del hospital, Suspiró antes de bajar del auto y dirigirse a su oficina, esperaba que el día no fuera tan largo.


– ¡Hola Law! –


– Pengüin… –


– ¿Qué hay con esa aura rara alrededor de ti? ¡Alégrate! El hospital parece la morgue de tanta calma que hay, hoy no hay gritos ni gente corriendo por los pasillos, hasta emergencias se encuentra en paz.


– Sabes que no es eso, últimamente, tengo ese extraño sueño que te conté, y pienso en todo lo que pasó en la universidad hace 6 años, me siento mal ¿sabes? Kid es la persona más maravillosa que pude encontrar en mi vida y yo con estos pensamientos?


– Vamos, no es como si lo estés engañándote, tipo… acostándote con alguien. – Law le dedicó una mirada, como diciéndole que no fuera idiota, – Bueno, sabes a lo que me refiero, es decir… –


– Olvídalo Pengüin, iré a mi oficina, te veo más tarde para la comida –


El otro sólo suspiró, no es que no quisiera ayudar a su amigo, sin embargo, el pasado eso es, son cosas que nos marcaron, sin embargo, no debe influir en el futuro. El doctor suspiró, mirando las marcas en sus muñecas y aquellos tatuajes que se había realizado en su juventud, si no fuera por su más que excelente promedio y buenas referencias no había logrado el puesto de pasante en el hospital que ahora era prácticamente suyo.



– ¡Vamos! Te prometo no va a dolerte además que ya tienes en los nudillos y tú dijiste querías más. –


– Sí, sí lo dije, pero obvio iré a un estudio, no quiero contagiarme de sida, tifoidea, cáncer o algo peor. –


El otro lo miró con un mohín, haciendo una mueca con la boca. – Se supone que eres doctor… el cáncer no se propaga por tatuajes. –


– Cállate dije que no. –


– ¡Pero por favor además me ayudarías practicando!… – hizo una carita suplicante.


El pelinegro dudo, sabía que el otro tenía talento para el dibujo, no por nada estaba en la escuela que estaba, sin embargo, dudaba un poco, sabía que el equipo que tenía era bueno, y las enfermedades eran cosa de no preocuparse, sin embargo, jamás había estado tan expuesto frente alguien más, menos, frente a la persona que le gustaba. El moreno suspiró, retirándose la camiseta blanca, el pequeño miró embobado el cuerpo bien trabajado del próximo doctor; empezaba a dudar, esa perfecta piel canela, no debería ser marcada de la forma que él iba a hacerlo, sus perfectos músculos y ese delgado y delineado cuello que quería recorrer de otra forma y llenarlo de otro tipo de marcas.


– Oe… ¿estás bien? –


La voz del mayor le hizo salir de su trance – ¿Ah? ¡Sí sí todo bien! Tengo un diseño que seguro ten encantará – y rebuscando entre todos sus papeles, mostró un diseño que él mismo había dibujado; se trataba de un corazón que iría al frente en su pecho con algunos detalles en líneas, seguido por un par de enredaderas que bajarían por los costados, marcando también una parte de sus hombros. El pelinegro mayor pasaba su vista por la imagen, teniendo en ascuas al pequeño artista.


– … Bien… ¡dime qué opinas! –


– Me encanta. – Dijo de la manera más seca posible pero su cara mostraba una total aceptación y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.


El pequeño sonrió ampliamente, mostrando una emoción incontenible mientras corría a buscar todo lo que iba a necesitar.


– Joder… creo que va a dolerme, esa zona del cuello es muy sensible y hay una delgada línea de piel. –


– Podemos dejarlo si gustas no impor… – Y tras ser callado por un suave beso el menor lo había entendido todo. – Prométeme que me dejarás pintarte luego que esté terminado. –




– Law... Law… ¡LAW! –


El llamado de su amigo le había sacado nuevamente de su trance, de nuevo. – ¿Eh? ¿Qué pasó?


– Me dijiste te recordara de la comida ¿Vamos a comer o no? –


– Sí sí claro, déjame sólo tomar mis llaves. – Y haciendo como dijo, tomó las llaves de su auto, saliendo con su amigo, rumbo a un pequeño lugar cercas de hotel, donde vendían comida tipo vegetariana, aunque no del todo. Ordenando un par de paninis estilo romano y un par de jarras de agua de piña con albaca, de dispusieron a comer.


– ¿Desde ese día no sabes nada el él? –


– Todo fue tan confuso de hecho ahora que lo pienso no hubo una ruptura tal cual, tan sólo nos dejamos, yo obtuve mi beca para ir a estudiar a San Petersburgo y él, se fue a estudiar a Francia, tal como era su sueño también, además de que los hermanos… ¡Dios qué bestias de hermanos! Cuando decidió presentármelos, cada uno casi me come vivo, además de la laarga lista de cosas que iban a sucederme si llegaba a herir a su preciado hermanito menor, más que nadie uno de los hermanos fue quien más legó a colmar mi paciencia con tanta estúpida advertencia, Ace creo era su nombre. –


– Creo lo recuerdo, era una clase de… ¿Qué estudiaba él? –


– No lo recuerdo, pero era un troglodita bien hecho. – Dijo dando un trago a su bebida.


– Ya veo, ¿Qué crees que haya sucedido con él? –


– Ni idea, si continuó con su carrera de seguro se volvió alguien importante en el mundo del arte. – Dijo llevándose una mano a su pecho, sintiendo una nostalgia interna como si se abriera una clase de hueco en su corazón. Continuaron comiendo en paz, el tema no fue tomando y ambos médicos se dirigieron nuevamente al hospital mientras el tiempo pasaba y la hora de salida estaba a punto de llegar.


– ¿Diga? –


– ¿Trafalgar? Hola dulzura, lo siento, sólo quería llamarte para avisar llegaré tarde, el negocio con Hawkings salió mejor de lo planeado y aunque quiera evitarlo están jalándome a una cena de celebración, puedo pasar por ti si gustas, será tremendamente aburrido, pero no quiero que olvides que prometí compensarte hoy por lo de esta mañana. –


– Oye oye Kid, no tienes porqué agobiarte, sabes que está bien y lo entiendo, ahora que me comentes eso aceptaré el turno de media noche. –


– Oye tampoco estoy diciendo que no volveré, y siempre que llegas de esa jornada, es como si te robaran diez años de vida, duermes todo el día y apenas es que me haces caso… me joden tus turnos nocturnos. –


–Eusstas Kid, ¿Acaso estas quejándote cual niñita? –


– Tsk, cállate idiota. – El moreno río, sabía que de seguro las mejillas del otro se encontraban igual de rojas que su loco cabello, adoraba molestarlo. – Sólo digo cuánto necesito a mi doctorsucho de cuarta, jadeando y pidiendo más entre deliciosos gemidos. –


– ¡Cállate Kid! – Ahora él estaba peor que el otro de seguro.


– Dos podemos jugar ese juego – Rió – Pero está bien, te espero mañana, por favor no tarde más de lo necesario que estaré esperándote, y me vale mil infiernos que estés cansado, mañana no vas a dejarme así.


– Está bien, prometo que no, cuídate mucho, nos vemos mañana. –


– Law, te amo. –


– … Te amo también Kid. – Y diciendo eso colgó la llamada, llevando sus manos a su cabeza, se refugió entre sus brazos dejándose caer en pleno escritorio, nuevamente sentía que con aquellos sueños y trayendo nuevamente al tema a su ex amor, estaba traicionando a Kid, a él había contado de sus pequeños amorío de la universidad, pero nunca de amor tan profundo que tuvo por cierta persona, la lista de los romances de Kid era extensa, demasiado para llenar un diccionario con cada una de sus letras, pero al hablar de lo suyo, era sólo que… No sabía ni porqué ahora.


Suspiró llevando sus manos a su pecho nuevamente, delineó por sobre su camisa el tatuaje en su pecho, cerrando los ojos, suspiró con notoria melancolía.


– Auch… auch… ¡Auch! ¿Por qué no sólo inicias ya? Esa cosa me está irritando la piel. –


– Antes tengo que marcarlo con está tinta. –


– ¿Por qué no sólo hacerlo ya real? –


– No quiero que quede mal… –


Y tras una larga discusión, al fin dio inició; el sonido de la maquina sonaba en una vibración larga pero más aguda, honestamente tenía miedo, y aunque no fuera el mejor tatuador del mundo, sabía que iba a doler mil infiernos. Admiraba la calma y paciencia que tenía el menor, su mirada de concentración parecía imperturbable, era una vista que jamás había visto en él; aquél niño inquieto y molesto no estaba ya, sólo era aquel artista solitario y un lienzo en el cual plasmaría sus ideas, sus pensamientos y sus sentimientos. Poseía un pulso de lo más fino y perfecto del mundo, no había titubeos ni temblores ocasionales. Él había nacido para hacer arte en todo cuanto se pudiera. Sentía el escozor en su piel gracias al corte de la pequeña aguja, y la tinta color negro entraba en su piel para quedarse para siempre, el menor constantemente limpiaba la zona para quitar restos de tinta y sangre del pecho del moreno, volviendo a dedicarse a tatuarle nuevamente, deteniéndose en pequeños lapsos de tiempo también, dejando descansar al mayor.


– Dime si llega a doler mucho, igual no haremos todo en un día. –


– Estoy bien, podemos acabar la parte en frente hoy, no hay problema. – Dijo tratando de no tocar la zona ya tatuada, le daba algo de comezón, y una sensación extraña.


– Puedes ver cómo va todo hasta el momento… –


El ojigris se levantó yendo a un espejo de cuerpo completo que había en la habitación del menor, quedando realmente sorprendido, el diseño se veía tan pulcro, era un excelente diseño, ya no podría verse sin él.


– Necesito sabes qué opinas Torao, y dime la verdad. –


– … Yo… – Sonrió tras un largo momento de silencio, que tenía con el alma en un hilo al menor, quien le dio un pequeño golpe cuando le vio sonreír. – Simplemente me encanta. –


– Y cuando estén las partes del hombro se verá aún mejor. –


– Lo sé. – Dijo acercándose él, le tomó de la cintura, alzando su barbilla para darle un suave pero intenso beso, dejando al otro con un suave color carmín en las mejillas.


– Sólo me besas de esa forma cuando estamos solos… –


– Hmm, es sólo que no podría compartir una imagen tan erótica con los demás. –


El pequeño azabache frunció el centro con extraño, mirando al más alto con duda, planeaba cuestionar qué significaba aquello que acababa de decir, sin embargo nuevamente los labios del otro le tomaron por sorpresa, esta vez era un beso más apasionado, Law rozó su lengua contra sus labios, pidiendo permiso para recorrer su boca, eran escasas las veces que llegaban a besarse de esa manera, sin embargo Law recorría su boca con experta pericia, sus lenguas se movía en una sincronía exquisita, solamente la falta de oxígeno pudo hacer que se separaran,


– Déjame hacerte mío. – Dijo en una ronca y sensual voz, Law sabía no iba a poder estar tranquilo si seguía con ese tipo de besos, y su intimidad lo sabía tan bien como nadie.


– Hazlo, por favor. – Y tan sólo con aquellas palabras era luz verde para toda esa noche. – Torao… Te amo… – Murmuró el pequeño en una suave voz, haciendo que el otro sonriera como pocas veces lo hacía, o como lo hacía estando con Luffy.


Tenían toda la noche, y Law planeaba disfrutarla al máximo y con todo el esplendor de su lindo amante, continuó besándolo, recostándolo suavemente en aquel sofá donde antes le estaba tatuando, bajando por su cuello, delineo la parte de las clavículas, dejando marcas rojizas en éstas, pasando a los pezones del chico, tomó uno entre su dedo índice y pulgar, masajeándolo suavemente, acercó su boca al pezón libre, pasando su lengua por éste, logró sentir como el pequeño se arqueaba, mientras apretaba sus labios, haciendo un poco más ruda su acción, jaló el pequeño botón rosa, logrando que un majestuoso jadeo saliera de los labios del chico, necesitaba marcarlo más, retiró aquella camisa llena de mancha de todos los colores de pintura, volviendo al encuentro con sus labios, sus manos se colaban por todo su torso, subiendo y bajando, se detenía a escasos centímetros de su intimidad, subiendo nuevamente, dejando con una enternecedora expresión de molestia al otro.


– No me hagas eso… que es un juego para dos… – Metiendo sus pequeñas manos en aquel pantalón azulado con pequeñas motas negras, rosaba la tremenda hombría de moreno, haciendo soltara pequeños jadeos, repitiendo la misma acción que el otro. Retiró por completo aquel short azul, lanzándolo lejos, no iba a necesitarlo por esa noche, retiró los bóxeres rojos que también llevaba, notando la creciente excitación en el miembro del otro.


– ¿Se alegra de verme? – Bromeó


– S-siempre. – Bufó, aunque con un tenue rubor en sus mejillas.


Sonrió victorioso, tomando aquel miembro, empezó a masajearlo desde su base, subiendo y bajando, sentía como su hombría poco a poco también empezaba a solicitar atención, disfrutando de los jadeos y los roncos gemidos que el menor ahogaba sabía que no iba a resistir más sin sentirle, el menor estaba rogando porque estuviera dentro de él ya.


– Ah… Torao... te necesito… te necesito dentro de mi… – Tal como si fuera un detonante, la imagen tan lujuriosa que mostraba el chico era brutalmente excitante, pidió humedeciera do de sus dedos para prepararlo un poco, no era la primera vez que estaban justos pro sí había pasado un tiempo tras la última vez. El menor entendió la orden y llevó su boca a los dedos del mayo, lamiéndolos lascivamente, Law tuvo que apartar un poco la vista, sólo sintiendo como la lengua viperina del otro lograba su deber de una forma tan enloquecedora, acercando sus dedos a su entrada introdujo el primero, ya el menor se encontraba húmedo, logrando que el miembro de Law lograra ponerse aún más duro, moviéndose un poco por aquél cálido interior, sabía no era tan necesario, sentía como el menor se contraía y arqueaba su espalda deseando que estuviera dentro el ya. Acercando su miembro a su entraba solo estaba rosándole y ya se sentía extasiado, el menor movía sus caderas hacia el ojigris suplicando lo hiciera suyo de una buena vez, Posicionados su miembro en aquella entrada miró al azabache.


– Torao, hazme el amor… –




– Law… Law… ¡Trafalgar despierta! – Y ahí estaba él, se había quedado dormido y con una enorme erección que, a no ser por estar detrás del escritorio, sería algo realmente incómodo. Parpadeó perplejo dudando del porqué de ese sueño. – Perdón por eso, pero te necesitan abajo, llegó una persona a urgencias, un embarazo del alto riesgo. –


– ¿Y no es algo que cualquier doctor puede entender? – Masculló el moreno removiéndose incomodo en su silla, su erección bajaba lentamente, pero quizá esta iba a necesitar ayuda.


– Lo que pasa es que por la misma situación de ser algo de alto riesgo es necesario operar, si no, puede que pase algo… feo, y... y... a estas horas n-no hay mucho personal del quirófano doctor Law. –


Miro la hora en su reloj de bolsillo, notando eran las 4 de la mañana, era obvio no habría mucha gente y su deber era ayudar. Pidió 5 minutos al enfermero que había entrado, diciéndole llevaran al paciente a la sala de terapia intensiva, ya él llegaría ahí para llevarlo a quirófano o determinar qué se haría. El chico asintió saliendo de inmediato, dejando sólo al director del hospital.


– Joder… – Pasó su mano por su mano por su cabello, ya hasta su problema en sus pantalones había disminuido lo suficiente para que no fuera visto como un pervertido de media noche.


Salió de su oficina, dirigiéndose a la sala de urgencias, una enfermera dio el expediente, el moreno lo apartó de su rostro, pidiendo lo resumiera para él mientras se alistaba esterilizando sus manos.


– Es un chico, de aproximadamente 25 años, tiene 7 meses de embarazo y sufrió una caída mientras estaba en casa, por la misma condición de ser un chico, se le había advertido, sería embarazo de alto riesgo, siempre tuvo suficiente cuidado, pero esto fue un accidente, en el ultrasonido no refleja fracturas internas y el bebé se encuentra bien, sin embargo, hay desprendimiento de placenta y sangrado, quizá se tenga que adelantar el parto. –


– Ya veo, me recuerda el nombre del chico. –


– Ah… se llama Monkey D Luffy. –

Y ahí fue cuando toda la cordura de Law se había ido al carajo.

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– ¡Hola! Hola hola personitas de Inskpired c: cómo les va?

Es mi primera vez aquí en esta platafrma y lo primero que hice fue buscar fics de mi otp de One Pice... ¡Y no había! así que dije

¿Por qué no escribes uno? :3

bueno realmente este ya lo tenía lo había publiacado antes en Wattpad

pero quería traerlo también por aquí.


A estas alturasde leer mucho fic y cosas de yaoi etc, ya no me cuestiono el porqué de las csas, ahora sólo lo gozo -w-

Espero hagan lo mismo y no se cuestionen tanto algunas situaciones nomás gozenlo 7w7


Espero poder escribir cositas beias para toda esta gente beia

Mi especiality; fics de one piece, en especial esta parejita.


Subiré el sig cap pronto.









6 de Mayo de 2019 a las 04:47 0 Reporte Insertar Seguir historia
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