Los años de renovación que se suscitaron en las trayectorias de Ana Dorlan hija y de Esteban Ares, fueron paralelos, contrastantes y de estudio dedicado a sus actividades profesionales.
Hacia el año de 1986, ambos realizaron sus estudios de educación primaria en el mismo plantel de turno matutino.
Sus desarrollos educativos estuvieron apoyados en el mayor aprendizaje posible no supeditado a sólo atender dentro del salón de clases lo que les transmitieran sus profesores.
De manera amplia, las ayudas extra escolares brindadas por sus respectivos padres influyeron de modo determinante en sus formaciones culturales por separado.
Aprendieron, a recurrir a la biblioteca pública y a la consulta directa en la Hemeroteca.
Por otra parte, diversificaron sus conocimientos históricos, sociales, recreativos y culturales desde la visita paciente y detenida, cuantas veces lo requirieran, respecto de museos de historia, de historia natural y de zoológicos.
Pero también, de casas de cultura, exhibición de películas de arte y asistencia a exposiciones temporales, galerías de arte, representaciones teatrales, espectáculos musicales y conciertos al aire libre.
Por añadidura compartida, de asistencia a ciclos de conferencias y demás actividades donde la presencia, escucha y participación individual o de grupo, permitiera exponer o intercambiar puntos de vista con otras personas.
Sin duda, la idea común de reunirse con estudiantes o amigos afines en estos gustos y tendencias los llevó a implementar sus primeros talleres de escritura redactando cuentos, poesías, intentos de novelas cortas, teatro o escritura para declamación.
En suma, aprendieron a desarrollar un sentido lúdico y compartido con quienes se acercaban a la promoción de estas actividades para intentar atender a las numerosas personas interesadas en todas y cada una de esa gama de posibilidades, pero sin contar con materiales suficientes o dinero para hacerlo realidad.
El préstamo de libros, por ejemplo, bajo el método de "vista a mano y de mano a escritura", acercó a los interesados de ambos sexos al significado y efectos del intercambio de ideas.
En tal sentido, en grupo o de manera individual, los participantes nutrían, aunque de modo inicial, el sentido analítico, crítico y reflexivo de quienes decidieron conformar un primer club de lectura gratuita.
Más novedoso resultó ser el aprender a escuchar música popular, música clásica y jazz.
Todo este brote de impresiones redundaría mayormente cuando abrieron sus percepciones, no exploradas, por ejemplo, al sentimiento, ritmo y letras en las vertientes del: "Rythm & Blues", del "Godspel" y aún de la música folclórica latinoamericana.
Una nueva tendencia estuvo orientada a escuchar los "blues" de la producción de música proveniente de la costa Este, del llamado "Delta del río Mississippi", como de las provenientes de Nueva Orléans, Chicago o California, entre otras.
Ese aprendizaje informal se nutrió también con la lectura de periódicos de tiraje nacional para establecer tanto la deformación de la opinión pública como para detectar las "verdades" escondidas entre las distintas secciones o en las llamadas a “ocho columnas.
Todo esto, en conjunto significó sus "herramientas de apoyo vitales"...
Gracias por leer!
Continuidad de Ana y Esteban. Narración donde los protagonistas de esta historia, en siguiente ciclo, atraviesan situaciones genéricas que los enfrentan y posteriormente los unen, de acuerdo a sus intereses más inmediatos. Experimento narrativo extendido y situado en cambios generacionales de ambos.
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