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jose rivera


una historia que deja ver la naturaleza humana de una niña, el crimen su mayor castigo ser parte de el el mayor premio


Crimen Todo público.
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Mi padre mi tumba y mi destino.

De pequeña solía jugar sola al lado de mi casa en esa época vivía en el campo a unas tres horas del pueblo mas cercano, mi padre hombre joven solía conversar con mi madre sobre lo que hacia en el trabajo, cierta noche le escuche decir que el jefe le había ordenado descuartizar una joven que tenían secuestrada, ella le rogaba que no lo hiciera a lo cual la negativa de mi padre le impedía escucharla, a mi corta edad podía entender a que se refería, mi madre solo escuchaba sus relatos cada noche, una noche contó que había escapado a una sombra espantosa que se le atravesó en el camino, asustado en horas de la mañana solía pedirle a su esposa que lo acompañara al baño.
una noche sentí pasos cerca a mi cama no había grandes cuartos, solo salones con camas separadas, estaba oscuro hacia frió tenia miedo pues aquella sombra me impedía gritar, agito su mano bajo mi pijama buscando no se que, recuerdo que era peluda algo tosca pero no me molestaba, sentía que sus dedos me llegaban al alma desde esa noche lo esperaba siempre aunque ya suponía quien era no importaba, lo extrañaba cuando se ausentaba, al caer la madrugaba las espuelas del caballo anunciaban la llegada de aquel caballero.
Mi padre solía prestar dinero a cambio de trabajo en su finca, hombres encorvados, con aspectos que no eran agradables para mi, mal olientes, sucios, solían comer con las manos para luego limpiarse en la ropa, el agua era escasa la comida también, dormían afuera no se como aguantaban las noches al aire libre, pero uno de ellos de lo mismo tosco me agradaba solía conversar con el a solas, no se porque quería que me tocara bajo mis piernas, la persona que lo hacia estaba ausente, yo quería sentir lo de esas noches, lo lleve a un lado de la casa, el parecía saber que quería, me levanto la falda y deslizo su rostro bajo ella era algo asqueroso pero me gustaba esa sensación, parecía disfrutarlo, pero rápidamente lo deje solo, corrí a casa.
Mi padre seguía con su trabajo cada noche, en una madrugada llego con varios niños así una señora adulta, venían amarrados de pies y manos, escoltados por los trabajadores de mi padre, empezaron a cavar sobre la tierra, les escuche decir que si los quemaban el humo podía delatar donde estaban, lo vi sacar un machete no entiendo por que mi padre no me sacaba de ese lugar, el niño mas pequeño recibió un machetazo que desgajo su cara el segundo machetazo elevo su mano el ultimo sentencio su final, un sonido de metal bajo su cabeza, cayendo sobre el hueco de manera casi perfecta, faltaban los otros niños también la señora, debido a que el machete quedo incrustado en la cabeza del primer niño, las rocas eran otra arma, tomando distancia con la mano se dejaba venir la piedra sobre el rostro de cada uno poco a poco cada uno cayo en los huecos para ser enterrados, no podía dejar de ver lo que sucedía, era mejor que jugar con mis muñecas.

16 de Abril de 2019 a las 02:47 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Continuará…

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