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Una tarde de muchas

Un chico y su novia debatían en una tarde de muchas sobre el verdadero significado de las cosas en la vida, como parte de los muchos debates sin respuesta que tenían al respecto, mientras miraban, acostados en el cálido césped, hacia las nubes sin rumbo definido que se alzaban muy alto por encima de ellos.

Ella creía sin lugar a dudas que la vida no tenía sentido alguno en realidad y que cada uno de nosotros era una mera casualidad, él no estaba de acuerdo, porque no apoyaba la idea de no tener sentido alguno. Mientras que el novio decía que todo tenía una razón y que lo que sucede en el día a día es porque tenía que suceder, ella no estaba de acuerdo porque no le agradaba pensar que algo mayor manejara su propia vida.

Así que ella profundizó y le dijo:

“Imagina que caminas por la acera y ves a las personas pasar a tu lado, hay muchas sin duda, pero podrían haber muchísimas más, porque no estamos contando a las almas errantes, que pudieron, pero no lograron estar aquí con nosotros.”

Al ver que él no entendía su ejemplo intentó replantearlo de otra manera: Imagina que tienes la oportunidad de ver a esas almas y que estas te puedan decir porqué no están aquí, pasa una y te dice que murió a los doce años por un accidente automovilístico del cual su madre y él pudieron haber salido ilesos, si ella no hubiera tomado la ruta larga de camino a casa. También imagina que pasa otra alma y descubres que hubiera sido tu profesor de matemática, si tan solo su abuelo hubiera decidido no irse a ese viaje a Japón por siempre. O imagina que pasas al lado de otra alma quien hubiera sido el mejor amigo que la vida te hubiera dado, pero su antepasado murió en la primera guerra mundial.”

“El simple hecho de que estemos aquí fue gracias a una cadena de millones de eslabones que son eventos de todos tipos y tamaños, lo cual ha hecho como producto final miles de efectos en nuestras vidas y por último que estemos tu y yo aquí, acostados viendo las nubes pasar. Por ello después de todo lo anterior dicho, el simple hecho de que estemos los dos aquí es una improbabilidad infinita.”

Pero aún así él no estuvo de acuerdo y como ella había dado su punto de vista, él quiso dar el suyo:

“Hay millones de personas en el mundo y cada una tiene un sentido. Es una gran mayoría los que nunca encuentran ese sentido pero eso es porque seguramente son almas nuevas que apenas están iniciando en este mundo. Así como son muchos los que saben que ese sentido existe en algún lugar, pero no lo logran encontrar. A como hay otros pocos los que lo encuentran y lo persiguen a toda costa.” Al ver que ella no comprendía intentó hacer diferente su ejemplo:

“Cuando vemos tanta maldad, tanta tristeza y tanta destrucción se nos hace difícil creer en ese sentido de las cosas, pero para mí no hace más que ampliarlo. Un asesino posiblemente sea un alma nueva y básica que necesita vivir muchas vidas más para mejorar lo que es y llegar a ser parte de algo más grande, un gran líder que cambia el mundo posiblemente ya haya vivido mil vidas y está listo para ser algo superior, que hace mejor del lugar donde vivimos. Así como un chico puede sentir una conexión especial por una chica y a viceversa, quienes sin saberlo o bien podrían haberse encontrado en vidas pasadas para amarse y nada más, o bien simplemente estar destinados el uno para el otro a esa vida en especifico. Al fin y al cabo, todo lo que ha pasado y pasará es por una razón y el simple hecho de que estemos los dos aquí está sucediendo porque así estaba destinado a suceder.”

Los dos tenían puntos muy opuestos al respecto, y posiblemente ni con el pasar de los años encontrarían la respuesta. Era un debate interminable que nunca tendrá solución y nadie les contestará, pero ambos concuerdan con una cosa. El simple hecho de que estén en ese lugar es un milagro lleno de billones de momentos pasados y eso hace que el resultado sea igual de hermoso y con igual significado. Casualidad o causalidad, nuestra vida significa mucho con cualquiera de ellas.

Y ella se acomodó en su pecho. No coincidieron en opiniones, pero sí en que ese preciso momento, con esas mismas nubes, en ese preciso lugar, con la misma cantidad de viento, y la misma cantidad de sentimientos. Era un momento único, perfecto y nunca sucedería de nuevo. Por eso sonrieron, agradecieron por lo bajo y se durmieron, rodeados de un mundo que estaba tan lleno de preguntas sin responder como de almas destinadas a encontrarse.

10 de Abril de 2019 a las 01:04 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

David L. “Una ficción no tiene que salvar el mundo. Basta con que intente otorgarle un sentido.” César Fernández García Amo sobre todas las cosas escribir. Espero que disfrutes leyendo mis historias y no olvides seguirme :)

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