-Si, acabo de llegar, este lugar no a cambiado nada- dijo un chico de estatura promedio mientras hablaba por teléfono –Llegare en diez minutos - colgó mientras se acomoda en la cera a la espera de un taxi, un chico vestido de negro y con gorra paso corriendo empujándolo, le grito para que se detuviera pero fue en vano, lo siguiente que sintió fue un golpe fuerte en la parte trasera de su cabeza, se giro y vio un joven un poco más alto que él corriendo agitadamente. Lo siento se limito a decir entre jadeos mientras continuaba detrás del otro chico. –Retiro lo dicho, este lugar si ha cambiado, antes era tranquilo- bufo al recoger su maleta notando un libro enorme acerca de Cardiopatías, lo tomo y subió al taxi.
[°°°]
Han pasado dos días desde que Llego, habían pasado cuatro años desde que se había ido a estudiar así que su madre le dio una cálida bienvenida.
*
-Muchas gracias- Se bajo del taxi agradeciendo al chofer para luego entrar a la cafetería.
Apenas cruzo la puerta un fuerte grito acompañado de un gran abrazo lo aturdió un poco –Bienvenido – decía su madre que aun lo aprisionaba en sus brazos. Luego de unos segundos el chico pudo zafarse obteniendo algo de aire puro. Miro el local que se encontraba adornado con globos, serpentinas y un cartel de “bienvenido bebé”.
-Ya que mi hijo ha regresado, vamos a festejar… bebidas y pastel gratis para todos- soltó gritando dando pequeños saltos de felicidad, al igual que el resto de los clientes.
*
Christopher aun no podía acostumbrarse a la diferencia horaria, pero lo hacia lo mejor que podía, mientras se encontraba en la barra cabeceando entro un chico alto, de cabello castaño y facciones finas, se sentó en uno de los bancos y espero a que tomaran su orden, pero el único mesero en servicio estaba durmiendo a unos centímetros de él. Se acerco a él y le toco el hombro este se despertó de golpe asustando al chico, algunos clientes se reían.
-Disculpa no fue mi intención asustarse – decía mientras se reincorporaba acomodándose el uniforme.
-No hay problema- contesto mientras se sentaba de nuevo en su lugar.
Christopher miro al chico y lo reconoció –Espera un momento tengo algo para ti- camino a la puerta de la cocina – Má vuelvo enseguida – se escucho un Ok como respuesta y enseguida salió una mujer mayor.
-Puedo tomar tu orden- Christopher entro por una puerta que se encontraba al término de la barra y subió unas escaleras. Después de unos minutos bajo con un libro en mano, lo coloco a lado del té que el chico que estaba tomando –Es tuyo ¿Cierto?- decía cruzándose de brazos, el contrario comenzó a ojearlo llegando a una página en especifico
– ¿Tu como lo has encontrado? ¿Cómo has sabido que era mío?- comento asombrado y poco asustado.
-Hace dos días, afuera de la estación de autobuses… mientras esperaba un taxi tú…-
-LO SIENTO- grito apenado mientras juntaba sus manos –Lo siento mucho.
-Ya recuerdas- sonrió mientras se acercaba a la barra.
-Ese día mí amiga regresaba a su casa, cuando ese tipo le robo su cartera e inconscientemente le aventé mi libro- hablo demasiado rápido debido al nerviosismo apenas entendible- pero como notas no soy muy bueno con la puntería-. Termino su relato susurrando lo último.
-¿Y atrapaste al ladrón? - El chico negó con la cabeza –Lo intentaste, eso habla muy bien de ti –Acaricio la cabeza del contrario, haciendo que este levantara la vista para sonreírle.
-Me llamo Jun vivo…- hizo una pausa- bueno vivía por aquí pero por ahora busco un lugar, voy a la universidad ROG, estoy en mi primer semestre de Psicología - extendió su mano con un sonrisa.
-¿psicología? Pensé que estudiabas medicina –estrecho su mano, el contrario lo miro extrañado a lo que Christopher señalo el libro con la mirada Jun lo capto y solo se encogió de hombros. –Mi nombre es Christopher, termine de estudiar y regrese hace un par de días, vivo aquí si necesitas algo. – soltó su mano, el celular de Jun sonó y miro la hora.
-Tengo que irme, llego tarde- dio un gran sorbo al té, acabándoselo todo. –Gracias Chris- Salió del negocio agitando su mano, a lo que el contrario imito el acto.
-Espero que pagues por el té de tu amigo- comento la madre mientras salía de la cocina, el chico se giro a verla - Tu puedes aceptar miradas de amor, pero yo no- hizo una mueca mientras llevaba un platillo a una mesa.
-Regreso enseguida- salió de la tienda siguiendo a Jun, lo visualizo atravesando el parque, corrió hacia él, observando que iba lento “No se le hacía tarde”. Pensó mientras se acercaba vio como se desvanecía cayendo en el pasto.
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