Solía perder la mirada en algún punto fijo...Afligido,nervioso, distante...Mientras que por lo bajo del pupitre ocultaba en sus manos el temblor.
—¡Chicos pueden salir! —exclamó la profesora ansiosa por regresar a casa después de un largo día.
En menos de cinco minutos el pasillo se colmó de estudiantes eufóricos corriendo a la salida en un enorme bullicio. Sin embargo, no todos tenían prisa por salir.
Los tres bravucones del curso habían visto en el chico nuevo un pasatiempo con el que divertirse durante el resto del año.
Una víctima más de otras tantas que debían pagar el precio de la impopularidad.
Su nombre era Lucas, aunque preferían llamarlo "el desgarbado" por su evidente encorvadura y su caminar de pasos agigantados.
— Miren el desgarbado sigue aquí ocultándose de nosotros — dijeron los tres muchachos al verlo.
—¿¡Qué haces aquí todavía idiota!? ¿Acaso crees que vas a librarte de la paliza de hoy?! —Lo intimó Milton, mientras sostenía el cuello de su camisa a cuadros.
Acto seguido Ronny se abalanzó contra él con fuerza y lo derribó contra las mesas de un empujón.
—Déjalo, es un debilucho. Aquí tienes tus lentes, fracasado—acotó Sam, lejos de apaciguar.
Ellos lo dejaron adolorido y se alejaron entre risas.
—
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