marilynrossfc Marilyn Cevallos

Qué tan bueno puede llegar a ser el placer de la medianoche cuando dos personas se desean tanto.


Erótico Sólo para mayores de 21 (adultos). © Marilyn Cevallos

#amor #sexo #258 #orgasmo #pasión #lujuria
Cuento corto
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La virgen y el lujurioso

Maldito el deseo que desenfrenan tus caricias en mi delicada y desnuda mente. Maldito el brutal deseo de comerte vivo cuando me miras, te odio y te amo, dos sentimientos que me absorben y me consumen a la medianoche. Cierro los ojos y ahí estás tú como alma en pena entre mis pensamientos, siento claramente como tus manos recorren mis piernas, tocan mis pechos y presionan con gran fuerza mis pezones haciendo de mí un títere.


Si me vas a tocar hazlo en serio, no me hagas mojar en una laguna, no seas egoísta, yo sé que si te beso el cuello o la oreja te derretirás como un helado en verano. Te gusta, me sientes y se te paran los pensamientos de solo imaginarme sentada encima tuyo, el vaivén de mis caderas te enloquecen, el movimiento de mi cabello es brutal para tus ojos, sé que me deseas tanto como la luna y el sol cuando hacen su eclipse.


Toca mi cuerpo entero y desnuda me sin censura, quita me lentamente estas ganas que tengo de comerte vivo, muestra tu lujuria en la cama y destroza me la ropa si así lo prefieres, hazlo ya, no te detengas, abre mis piernas sin sutileza y juega conmigo un rato, te doy permiso, maldito egoísta.


Si te tiro en la cama te arrepentirás, porque te deseo tanto que no te puedo explicar todo aquello que tengo guardado en mis más oscuros pensamientos. Por Dios, te deseo, cada segundo sin ti es una agonía, muero porque me tomes del brazo y pienses en follarme, que me digas palabras sucias al oído y me hagas gritar del placer, que provoques en mí una y otra vez varios orgasmos.


Recuerdo claramente nuestra primera vez, sé que para ti fue algo raro e incluso excitante ligarte a una virgen, ¿qué se siente partir el néctar del durazno? ¿te gustó? Yo sé que te encantó, tu mirada era absorta de pensamientos monstruosos, pero te detenías al ver mi inocencia presencia, sí tan inocente que mis piernas sonaban como cadenas, pero ahí estabas tú mirándome fijamente antes de desnudarme.


Me acostaste junto a ti y metiste tu mano bajo mi falda y es que no sabes que fue una trampa, quería ser tu caperucita, quería ver en ti un lobo feroz y lo logré. No sabía como tocarte y tú te encargaste de volverme una adicta al sexo, comenzaste poniendo mis manos en tus tetillas y a ratos te sentía temblar, tu cuerpo emanaba sonidos de placer.


La virgen te estaba enseñando cómo follarla, se hacía la inocente, pero en realidad te estaba analizando, buscaba en ti ese desenfreno, por eso te dejé que me cogieras como muñeca y me treparas en tus más bajas pasiones. Sentí tu pene como arpón y me asustó, no podía creer que así de temerario fueses en la oscuridad.


Cuán dura puede llegar a ser la explosión del deseo; y sí, me volví tu esclava en ese instante, movías tus piernas y mi cuerpo brincaba como en un columpio, una sensación única, hasta que por fin te atreviste a romper el tabú. Cogiste mis manos y las pusiste hacia el cielo, te armaste de valor y tiraste mi blusa a un costado, tus movimientos tan candentes me hacían levitar.


Jugaste conmigo hasta que te placeo o no sé si hasta que explotó tu deseo de penetrarme, por fin me bajaste el cierre de la falda y con ella se fue mi panty, allí estaba yo desnuda frente a tus ojos, algo sonrojada y nerviosa, pero ansiosa de ser tu amante, te quitaste esa piel falsa (la ropa) y pude sentir tu piel bajo la mía, me alzaste con tus brazos fuertes y en un abrir y cerrar de ojos ya me estabas besando los pezones. ¡Qué placer tan fascinante!

Sigue así me decía a mí misma mientras tu lengua jugaba con mis pechos, moría, me derretía, ahora se lo que un helado siente cuando se lo chupa una sed sangrienta. Te detuviste y me quedé estupefacta, qué se puede hacer cuando todo esta en silencio y el ritmo se detiene, me asustaste, solo bajaste la intensidad para retomar fuerzas y lanzarme hacia la cama, girándote de manera abrupta quedando sobre mí.


Mis piernas querían unirse y tú no las dejabas, te gustaba ser el rey del juego. Tu pene era el rey y yo en aquel momento solo un peón que obedecía y se dejaba llevar de tus instintos, me rosabas una y otras vez esos labios inferiores de los que tanto habla la sociedad a escondidas y en un momento tu mirada cambio, tus ojos se achicaron, tus dientes aparecieron apretando tus labios, ya era hora de cumplir con el deseo e irnos a las llamas del infierno, porque lo que sentía era mucho calor.


Respiré profundo y allí estaba yo apretando con fuerzas las sábanas de la cama, mientras tú poco a poco penetrabas ese jardín podado que desconocías, pero que morías por explorar. No dolió como yo creí, la sociedad me hizo pensar que era un dolor insoportable, pero al mismo tiempo me preguntaba, ¿cómo es posible que duela tanto algo que al final es tan placentero?


Poco a poco nos fusionamos, hasta que por fin toda tu artillería había incursionado en aquel túnel de luz roja. Me encantó que acercaras tu cuerpo al mío así pude aferrarme y aunque quise me detuve para no lastimar tu espalda, y es que deseaba meterte mis uñas mientras me follabas.


¡Qué atrevido eres! Sí, atrevido, me montaste encima tuyo a galopar, sin pensar que la agonía del dolor era evidente en mi rostro, pero luego de varios minutos te lo agradecería en silencio. Llegó aquel momento, ya no dolía, por el contrario empezaba a sentir esa rica sensación de la que tanto había escuchado hablar a aquellas de mi generación.


No pares sigue así cada vez me mojo más, te siento tan mío y sé que ahora soy tuya, ¡qué rico! nunca pares. Invertiste el rol nuevamente y otra vez era esclava de tu mirada sobre mis senos, jugamos por varias horas hasta que por fin el revolver detonó como volcán en erupción y ahí estaba yo huyendo de tu néctar para que no haya consecuencias.


Suspiraste y agotado caíste y yo ahí encima tuyo admirando tu descanso, no lo puedo negar aquella vez me marcó y aunque aún faltaba mucho por vivir, esa primera impresión me hizo exclamar por ti cada noche de mis días, maldito egoísta.

29 de Diciembre de 2018 a las 22:52 1 Reporte Insertar Seguir historia
4
Fin

Conoce al autor

Marilyn Cevallos Hay quienes ahogan sus penas a través del licor, otros que gritan su dolor con la melodía de una canción; y, yo me desahogo mediante las palabras, contando mis tristezas a través de las letras. Instagram: marilynrossfc

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Kleber Orozco Kleber Orozco
Genial 😄
December 30, 2018, 03:30
~