itsaric ItsAri

Leia, una chica de 18 años, completamente perdida. Tras el fallecimiento de su madre, se traslada a Hialeah (Miami) donde convivirá con su hermano, Izhan. El cual no ve desde hace 5 años, pero, a pesar de ello, Leia es fuerte y persigue sus sueños. Pero... ¿Convivirá solo con Izhan? ¿Que pasará cuando entre en el ambiente de su querido hermano? ¿Cambiará su vida? Amor, alcohol, drogas, peleas... todo lo puede. «No todas las cicatrices se cierran»


Ficción adolescente Todo público.

#adolescentes #amor #juvenil #miami #fiesta #drogas
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Capítulo 1

Con el cielo gris y la lluvia cayendo sobre mis pies... Las gotas resonaban en el paraguas. Mis lágrimas y estas iban al compás. Aún no lo podía creer. Dejé unas rosas rojas encima de la lápida tocando el verde césped. Lauren Smith (1971-2018),no podía dejar de leerlo. El jodido cáncer la consumió, tan rápido, sin darme cuenta. Aquellos eran mis últimos minutos en España. Mi padre, que a saber donde esta, era español y mi madre miamense. He vivido muchos años aquí.

Mi mejor amiga, Marta, me acompañó al aeropuerto junto a sus padres. Siempre me han ayudado en todo. 


—Pasajeros del vuelo A765 destino Miami...— escuché.


—Cuando llegues avisame y prométeme que hablaremos todos los dias, no te quiero perder —dice Marta.


—Te lo prometo


La abrazo, seguidamente de sus padres que me desean suerte. Ya en el avión, me acomodo y me pongo mis cascos. Esto será eterno...

A los pocas horas de estar escuchando música y revolteándome en el asiento, mis párpados se cierran hasta quedar completamente dormida. 


_10 horas después..._


—Excuse me, we've arrived...


Me froto los ojos y los abro lentamente. Le doy las gracias al hombre que me ha avisado pero ni se entera. 

Por milésima vez me quedo dormida en un avión. En fin. Recojo mis dos maletas y me dirijo hacia el parking. Me pongo mis gafas de sol para tapar mis ojeras. Querido jetlag, te odio.


—Leia! —grita alguien. 


Me giro y veo a... Izhan, apoyado en un coche negro y un cigarrillo entre sus labios. Ha cambiado muchísimo. Me acerco a él y lo primero que hago es abrazarle. El me corresponde. Y después de cinco años vuelvo a escuchar los latidos de su corazón, lentos y pausados. A pesar de que se fuera de casa tan pronto, le afectaba mucho lo de mamá, no se pudo despedir de ella. 


—Estas preciosa Leia... —sonríe. 


—Te he echado de menos


—Te veo cansada, vamos entra, te llevaré a casa —me abre la puerta. No tardaremos mucho.


Durante el trayecto hablamos de nuestros estudios, que haré ahora y... de mamá. Me siento incómoda pero no podemos evitarlo.

En nada llegamos y salgo del coche. Izhan me ayuda con las maletas, me he llevado hasta cosas que ni utilizaba.


—Esta es la casa —empuja una pequeña puerta y chirría.


Levanto la mirada y veo un jardín enorme, una piscina y... espera. Dos perros? Desde cuando a Izhan le gustan los perros, les tenia pánico. Sonrío al recordar momentos de la infáncia...

Subo unos pequeños escalones para llegar a la puerta principal. Izhan se adelanta y entra.


—Oye Izhan... desde cuando te gustan los perros, osea, de pequeño te daban mucho miedo —digo mientras observo el salon y las escaleras que suben hacia arriba. 


¿Pero cuantos pisos tendrá esto? Todo esto para el solo, se lo ha montado bien. Me quedo embobada y no me doy cuenta que uno de ellos me esta lamiendo la mano. Que monada. 

Me agacho para acariciarlo y aparece Izhan por el marco de la cocina, supuestamente.


—Leia, tengo que decirte algo y no sé si te va a gustar... —dice un poco preocupado. Verás es que...


No acaba la frase. Escucho gritos de arriba y muchos pasos. De la nada, un chico en bermudas y sin camiseta se desliza por la barandilla de las escaleras. En segundos lo tengo enfrente mio.


—Vaya vaya... ¿Quien tenemos aquí? —me mira de arriba a abajo. Una mujercita...


—Ni se te ocurra Noah —salta espontaneamente Izhan. 


Miro a Izhan, para de alguna manera, encontrar respuestas a lo que estoy viendo. 


—Ya podrás observar que todo esto es muy grande para mi solo, aparte de el —señala a Noah— hay 2 más, Luke y Owen. 


—Noah! —gritan desde arriba— me has dejado sin papel para limpiarme el puto culo, ya te vale... 


Un chico rubio y ojos café baja por las escaleras sin darse cuenta de mi presencia. Cuando llega abajo y me ve abre los ojos como platos y se pone rojo.


—Te ha escuchado inútil—dice y ríe Noah.


Me contagia la risa.

Después de un rato hablando de quien era y de donde venía, subo a mi habitación que Izhan me había asignado. Saco todo lo que hay en mis maletas y lo acomodo en el vestidor. 

La habitación no está mal. Una cama de matrimonio para mi sola, un escritorio y espejo enorme y una ventana que daba a la calle. Quiero pensar que convivir con cuatro chicos y dos perros no es tan malo. Piensa en positivo Leia. ¿Toda chica querría esto, no? 


Continuará...

20 de Diciembre de 2018 a las 22:15 0 Reporte Insertar Seguir historia
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