jdaflob J David

- ¿HAS FUMADO YA? ¡CUCARACHA! – Despiertas en un lugar desconocido ¿Qué es lo primero que haces? ¿fumar?


Suspenso/Misterio Todo público. © Safe Creative 1810028643832

#378 #256 #347 #cucaracha
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ROACH

1

 

Despertó a causa del dolor punzante de su garganta, parecía estar tragando cristales en vez de saliva, miro el reloj que se encontraba del otro lado de la habitación sobre una mesa; 6:30 pm. Se dio cuenta de que no solo le dolía la garganta, era el cuello, toda la circunferencia, como si lo hubieran estrangulado, la lengua, los ojos, parecía que estaban a punto de saltarle de las orbitas.

- ¿Dónde estoy? - se dijo a si mimo.

Miro el techo, pero no le parecía familiar, los focos estaban cubiertos por una especie de lámparas de plástico, la cama era doble y estaba en medio de un cuarto rectangular. El sonido del teléfono le reventó los tímpanos.

-Bueno ¿diga? -

-Buenas tardes señor, tsss… Espero haya despertado mejor que ayer, tsss, estoy a punto de mandarle su orden de comida…-

- ¿Qué orden? Yo no ordene nada ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? - Contesto.

-Soy, tsss, soy la encargada del lugar, está usted en la suite especial caballero, espero la esté disfrutando, tsss. – Dijo la voz al otro lado de la bocina.

- ¿Especial? ¿Quién me trajo? No tengo idea de cómo llegue aquí… Ni siquiera sé si puedo pagarlo. –

- Oh no se preocupe por eso caballero, tsss, la casa invita, usted se lo ha ganado con esfuerzo y dedicación, tsss. –

- ¿Quién me trajo? - Insistió.

- Tsss, Usted ha llegado por su propio pie caballero – Contesto la voz de nuevo.

- ¿Le pasa algo? ¿Por qué hace ese… sonido?

- No sé de qué sonido habla caballero, tsss, su pedido ha salido ya, disculpe, pero tengo que colgar, es un lugar grande sabe, tsss tenemos muchos que atender y con los recién, tss, llegados es un caos…

- Oiga, oiga… Puta madre – Le habían colgado el teléfono.

Se había dormido vestido, pantalón de mezclilla, camisa blanca e incluso los zapatos aun puestos. Por más que trataba de recordar algo al respecto, todo estaba en blanco, ni siquiera podía concebir un último recuerdo de algo. Observo la habitación en busca de algún indicio, era una habitación rectangular, con la cama en el medio, dos buros a los lados, en los cuales se encontraba el teléfono y una lampara, una cabecera tras, al frente dos ventanales, junto al de la derecha un sillón de lectura con una alfombra caqui a los pies, al lado izquierdo una mesa de escritura con una silla. El baño estaba situado en la esquina izquierda de donde la cama y a la derecha, estaba la puerta de entrada que comenzó a ser azotada en ese momento.

- ¿Quién es? – Dijo sorprendido.

- Servicio a la habitación, tss caballero –

Se apresuro a la puerta para abrirla.

- Que rápidos – Dijo mientras abría la puerta.

- Servicio especial, tss, para clientes especiales – Dijo el camarero que más bien parecía campesino, llevaba un overol de mezclilla azul con una playera rayada y una gorra mal trecha, tenía las facciones estiradas y un ligero tic nervioso en el labio y ojo izquierdo.

- ¿Qué ha traído? – Le respondió mientras se buscaba en los bolsillos algo que sirviera de propina.

- Oh no es necesario caballero, tss, ya sé que no trae en este momento, algún otro día será – le extendió la charola cubierta por una bandeja metálica a las manos.

- Disculpe buen hombre, pero no tengo en este momento, estoy esperando que me llegue un dinero y prometo ponerme a la par la siguiente vez. -

- Ya lo creo, tss, caballero, no se diga más, mañana será – dijo el granjero mientras reía.

- Espero no parecer indiscreto, pero quiero preguntarle ¿Por qué hacen ese sonido? –

- No, tss, sé, tss de que está hablando ¿puede, tss ser más específico? –

- Olvídelo – Respondió mientras se dirigía a dejar la bandeja en el escritorio – ¿Puedo hacerle otra pregunta?

- Tss, claro –

- ¿Sabe cuando llegue? – Pregunto

- ¿No con exactitud caballero, tss, ya estaba cuando yo llegue? –

- ¿Cómo dice? – Dijo mientras dejaba la bandeja en el escritorio.

No hubo respuesta, cuando volteo el umbral de la puerta estaba vacío, el granjero servicial se había marchado. Se apresuro a la puerta con la intención de interceptarlo aun en el pasillo, pero fue en vano, ya no estaba, el pasillo se encontraba desierto, a ambos lados, un pasillo que parecía infinito a las dos direcciones, tapizado de puertas cada 4 o 6 metros.

- Imposible que haya llegado al otro extremo tan rápido – Se dijo así mismo y cerro la puerta.

Se acerco al escritorio para sentarse a comer y se dio cuenta que faltaba los más importante, la televisión, busco por todos lados, pero no estaba, simplemente no había. – Maldita sea ¿Qué clase de hotel es este? – pensó. Decepcionado se dispuso a comer en silencio, se sentó en la silla frente al escritorio y destapo la bandeja.

Permaneció perplejo un minuto, dos, tres y se levantó de un tirón hacia el teléfono. Este carecía de teclas, pero al instante de levantarlo dio tono.

- ¡Bueno, bueno! – Dijo al auricular.

- Buenas noches caballero tss ¿En qué puedo tssservirle? – Contesto el auricular.

- Creo que ha habido un error, me han traído arándanos de comer. –

- Oh, tss, no lo creo caballero. –

- ¿Es una broma? Arándanos frescos, arándanos enlatados, arándanos en bolsa ¿Quién carajo hizo esa orden? Quiero pedir algo más. – Grito.

- Tss, eso es imposible caballero, tss la cocina ha cerrado. –

- ¿Y los cigarros? He dejado de fumar, no quiero cigarros. –

- Pues no, tss, no los fume. – Contesto el auricular.

- ¡Lo que no quiero es comer arándanos maldita sea! – volvió a gritar.

-Déjeme ver qué puedo hacer, tss. –

- Sabe, mejor olvídelo, tengo hambre, pero tengo más sueño, me siento tremendamente cansado, tratare de dormir antes de cualquier cosa, ya veremos más tarde, dejare la charola afuera de la puerta, pueden pasar por ella cuando quieran. – Dijo con voz cansada.

- Le sugiero, tss, que la guarde, tss, puede tener hambre más tsss, tsssarde. –

- Debería ir a un doctor, no es normal que haga ese sonido – Y colgó el teléfono mientras reía. – Espero la hayas sentido como yo maldita – Le dijo en tono burlón al aparato.

Se sentó en la cama con la charola en las piernas, pensó por unos momentos en sacarla al pasillo, pero desistió de la idea, quizás la voz del teléfono tuviera razón, coloco la charola en el buro junto al aparato telefónico y se recostó. Esta vez se quitó todo, los zapatos, el pantalón y la camisa.

- Intentare dormir un poco. – Se dijo así mismo.

Miro el reloj; 7:45 pm. – Ni siquiera se en que día estoy, mañana lo averiguare – La luz le molestaba los ojos, aunque tenue, el levantarse a apagarla significaba un esfuerzo tremendo.

- Estos lugares siempre tienen un apagador para flojos – pensó. Lo busco por unos segundos y lo encontró del otro lado de la cama, se corrió enseguida y lo presiono. El cuarto quedo casi en total obscuridad a no ser por una tenue luz que entraba por los ventanales. – ¡Los ventanales! – Jamás en el tiempo que llevaba ahí, se le había ocurrido asomarse, de todas formas, se encontraba bastante cansado -Mañana será – volvió a decirse a sí mismo. Jalo las dos almohadas, se puso una entre las piernas y la otra entre la cabeza y el brazo, cerro los ojos y se dispuso a dormir.

 

 

2

 

Se encontraba en el limbo, en esa etapa en la que el cerebro no está ni despierto ni dormido, rayando el abismo del insomnio, cuando un sonido lo altero. Era algo como un clic, clic, clic, clic, que lo regreso alterado del abismo - ¿Qué es eso? – pensó. Viro la cabeza hacia su derecha y se percató de que el sonido venia del buro del teléfono, a casi 80 cm de distancia diviso en la penumbra lo que parecía ser una cucaracha sobre la bolsa de arándanos. Se movía de un lado al otro sobre ella, clic, clic, clic, clic…

- ¡Maldita sea! – Grito mientras prendía la luz y se abalanzaba hacia el otro lado de la cama. Observo al animal escabullirse entre los arándanos hacia atrás del mueble, movió el mueble, sacudió la cama, la cabecera y nada, se había esfumado.

- ¡Puto animal! – Pensó.

Retiro la comida del buro y la coloco en el escritorio, volvió a atrincherarse en la cama y a apago la luz. A pesar de que los parpados le martillaban los ojos por el cansancio, no pudo cerrarlos, la idea de estar durmiendo con una cucaracha a un lado le repugnaba. Se volteo a la izquierda y trato de cerrar los ojos a la fuerza. De nuevo al abismo del insomnio.

Sabia cuando estaba en el abismo, porque las ideas dejaban de ser claras, divagaba de una a otra sin sentido, una cucaracha se convertía en una camioneta, en el desierto, la arena golpeando el metal, clic, clic, clic, clic, clic, clic y clic de nuevo. Abrió los pesados ojos y vio una cucaracha caminando en la cabecera, era monstruosa, cada pata hacia clic al caminar. Sin darse tiempo de encender la luz, se abalanzo con la almohada hacia la cabecera y la tupio de golpes, 4, 6, 8 y esperando ver al monstruoso animal abatido, encendió la luz.

Nada, no encontró nada, el animal había desaparecido, movió de nuevo todo y nada, busco alguna grieta en el mueble o la pared que sirviera como refugio, pero no había nada, simplemente se esfumaban. Fue al baño en busca de algún insecticida o algo, intento encender la luz, pero esta no respondió, de todas formas, no era necesaria, en el cuarto no había nada, ni jabón.

Retiro la sabana de la cama y la tiro junto con el sarape en una esquina donde diviso la cajetilla de cigarros, “Extralargos” versaba la caja. Por una milésima de segundo sintió una punzada en la base de la nuca, sabía lo que significaba, ahí estaba de nuevo, escondido en el fondo de su ser, la necesidad de fumar tratando de salir, tomo la caja y la metió en uno de sus zapatos que echo bajo la cama. Apago la luz y se acostó de nuevo, esta vez boca arriba.

Realmente los cigarros no le incomodaban, hasta cierto punto le causaba tranquilidad saber que estaban ahí, cuando fumaba, se engañaba pensando que solo lo hacía en momentos de estrés, claro, tenía 8 o 10 momentos de estrés al día. Por eso, tener cigarros a la mano, le causaba una amplia satisfacción, sería terrible que de momento se acabara el mundo y no tuviera que fumar. El mundo situado en medio del espacio -De nuevo al abismo – el espacio, inmenso como su abismo. Ese abismo que era la cárcel de sus sueños, donde sabía que no estaba ni dormido ni despierto, lo había aquejado desde que tenía memoria, tardaba horas y horas nocturnas en cruzarlo, a veces creía que solo dormía una o dos horas por noche. Era una tortura bssst, era una tortura intentar dormir por las noches, bsssst - ¿Qué carajo? – BBBSsssst.

Abrió los ojos sorprendido de tenerlos cerrados y vio cruzar por el aire un bicho volador, se situó en la parte alta del muro de la cabecera, indudablemente en la penumbra distinguía una cucaracha, intento asestarle un golpe, pero la cucaracha salió volando disparada hacia él y casi le atina en la cara. Encendió la luz y se dirigió corriendo a levantar el teléfono, dio tono de nuevo.

- ¡Bueno! ¿Bueno? – Grito al aparato.

- Tsss, buenas noches cabatsss, caballero, dígame. – Contesto el auricular

- Tienen un problema, están infestados de insectos ¡Quiero cambiar de habitación! –

- Tsss, no, tsss es imposible –

- ¿Qué es imposible? – Cuestiono

- Ambas tss cosas, es imposible que haya cucatsssss cucarachas en su cuarto y no tenemos tsss más cuartos tssdicponibles caballero -

- Acabo de ver una cucaracha volar por mi nariz ¡no venga usted a decirme que me imagine al maldito animal! -

- Lo tsssiento caba…-

- ¡Mande usted a alguien a revisar maldita sea! – Interrumpió y colgó el teléfono.

Miro el reloj digital del escritorio de nuevo; 7;56 - ¿Qué carajo? - Alcanzo a divisar dos cucarachas coronando los dos brazos de la cabecera, apostadas en lo alto como adornos que al instante salieron disparadas a su escondite y ardió en cólera. Separo la cama hacia el centro del cuarto y se dispuso a mover la cabecera y los buros, esta vez dispuesto a asediar a los animales. Quito todo, y no encontró un solo vestigio de los animales ni de su escondite. Comenzaba a entrar en desesperación y volvió a divisar la caja de cigarros que seguramente salió del zapato en la ardua búsqueda, de nuevo volvió a entrar en pánico, la punzada apareció de nuevo, esta vez mas fuerte.

- Aun no, aun no es el momento. – Tiro la caja de cigarros a la esquina entre el ventanal y el escritorio, fuera de su vista y se dispuso a acomodar la cama al centro de la habitación, lejos de las paredes y cualquier mueble que pudiera albergar cucarachas, antes de apagar la luz se cercioro de revisar las esquinas del colchón y debajo de la cama, podía haber una asechando. Nada, de nuevo nada, apago la luz y se acomodó al centro de la cama.

Observo el reloj digital de nuevo; 8:01 pm. – ¡Mierda! – El tiempo estaba pasando absurdamente lento          - Esta vez no llegare ni al abismo - pensó para sí mismo. Sin darse cuenta ya estaba ahí, inmerso en la oscuridad pensando “¿cómo coño había llegado ahí?” por más que le daba vueltas al asunto, no recordaba nada antes de despertar, comezón en la cabeza, “¿Por qué le dolía el cuello?” no recordaba haber salido de juerga, ni siquiera recordaba donde estaba un día antes, comezón en la cabeza, luego estaba la señora, el granjero servicial, comezón en la cabeza, “¿Por qué hablaban así?” un momento, “ ¿Comezón?”, se quedó quieto, concentrado y volvió a sentir la comezón, pero supo en seguida que no era una comezón cualquiera, lo que sentía eran patas, patas pequeñas que azotaban su cabeza.

Se sacudió como loco y se levantó corriendo de la cama y encendió la luz, cucarachas que por un segundo parecían congeladas corrieron a esconderse, de la cabecera, de los buros, del sillón, de la silla y de la cama.

- ¡Carajo! - Grito con todas sus fuerzas, tomo el teléfono de nuevo y espero el tono.

- Tss buenas nochetss – Dijo la voz al otro lado.

- ¡Manden a alguien carajo! Necesito que solucionen el problema o que me cambien de habitación, pero ya, ahorita mismo o me iré. -

- Transss tranquilo –

- ¿Cómo mierda quiere que me tranquilice si el maldito cuarto esta infestado de cucarachas? –

- Fuemese un tsscigarro – dijo la voz tranquilamente.

- ¿Cómo dice? – Cuestiono.

- Qué le mandare a alguien, tssss, enseguida tsss–

- ¿En cuánto tiempo? -

- Treinta minutsss – dijo y colgó el teléfono.

De manera espontánea se le vino a la mente la idea de los cigarros, las punzadas comenzaron de nuevo. Comenzó a dar de vueltas en la habitación, de un lado a otro tratando de disipar la idea de fumar, “¿Dónde se esconden esas malditas?” pensaba, no había manera, volvió a buscar grietas en la pared, en el colchón en el sillón, incluso en el techo, nada.

- Quizás sea toda una exageración de la mente por el cansancio – Una punzada de nuevo, el estómago, hambre esta vez, no había nada más que arándanos, no había nada en el mundo que le aborreciera más que las frutas rojas – Bueno, por lo menos me concentrare en el disgusto de tragarlos- se dijo a sí mismo.

Busco la charola que había llegado al suelo junto al escritorio a causa de la ardua búsqueda, dos platos, arándanos frescos y arándanos secos, los descarto inmediatamente – Seguramente las cucarachas habían andado sobre ellos, quizás hasta los abrían mordisqueado -, una lata de arándanos en almíbar – Demasiado dulces – solo quedaba la bolsa de arándanos deshidratados - ¿Qué no es lo mismo que secos? -  Abrió la bolsa y uno a uno fue comiéndolos.

No le supieron tan mal como esperaba, pero aun así no pudo ingerir más de media bolsa. Los parpados comenzaban a martillar de nuevo, a pesar del hambre, pocamente mermada por los arándanos, el cansancio era insoportable, se dispuso a intentar dormir de nuevo, pero esta vez lo haría en el sillón, lo arrastro y lo coloco contra la puerta de salida, cerca del interruptor de luz, era un sillón de piel teñida de rojo, poco cómodo, pero bastante ostentoso. Apago la luz.

 

3

 

Calculaba que llevaba más o menos 14 minutos intentando dormir, aunque el cansancio era insoportable no había podido llegar ni al abismo, seguramente junto con el tiempo que duro en comer y en buscar el nido de las cucarachas sumaba más de 40 minutos. Recordó por un momento a las cucarachas, no había escuchado signo alguno de ellas, levanto la cabeza buscando el reloj, pero no estaba en la mesa, debió haber caído al suelo, miro alrededor, nada, todo parecía tranquilo. Instintivamente su mano toco el interruptor, clic, luz encendida - ¡Mierda! – gritaba mientras se sacudía las cucarachas de los pies, estas corrían por todo el cuarto a sus escondites, de nuevo en todos lados, ahora había incluso de las pequeñas, tomo el teléfono que estaba a un brazo de él y espero el tono.

- ¿Tsss dígame caballero? – dijo la voz serena.

- ¿Dónde carajo esta la persona que iba a venir? llevo más de 40 minutos esperando y no llega nadie – le grito a la voz.

- ¿De qué tsss habla tsss? Apenas ha tss pasado un minuto – de nuevo tranquilamente.

- ¿Qué? – Estiro la línea del teléfono lo más que pudo hasta el extremo opuesto del cuarto para buscar en el suelo el reloj; 8:03 pm. - ¿Qué mierda pasa? –

- Tranquilo tss –

- ¿Como quiere que esté tranquilo? No sé en dónde estoy, no sé quién es usted, no sé cómo llegue aquí -

- Eso tss, es irrelevante caballero tss- dijo la voz más tranquila que antes – Esta usted tss en el momento indicado tssss y en el lugar adetsss adecuado, le sugiero tssss se tranquilice -

- ¿Cómo mierda espera que me tranquilice? ¡Dígame donde estoy carajo! – gritaba cada vez más desesperado.

- Fume tss uno tss –

- ¿Cómo dice? –

- Tss que se fume tsss un cigarro –

- ¡Es todo! ¡Ahorita mismo me voy! Me escucho pedazo de retrasada mental ¡Me voy! –

- Tsss, tsss, Intentalo –

- ¡A la mierda! - Grito mientras azotaba la bocina en el aparato.

Se puso los pantalones, los zapatos y la camisa sin abotonar, busco por un momento alguna cosa que pudiera ser suya pero no diviso nada a excepción de los cigarros, dio fin a la búsqueda y se precipito hacia la puerta abriéndola de un tirón.

 

4

 

Ring, ring, ring.

Se encontraba estupefacto, parado frente a la puerta, congelado, la respiración comenzaba a fallarle, las piernas le flaqueaban.

Ring, ring, ring.

Levanto la bocina al borde del llanto.

- ¡Por favor! ¿Qué pasa aquí? ¿Dónde estoy? –

- Tsss, tsss ¿Por qué no se ha ido caballero tss? – Dijo la voz calmada.

- ¿Qué paso con la puerta? ¿Qué pasa aquí? – Insistió.

- ¿Qué paso con ella? Tsss –

- No hay salida, la puerta da a un muro ¿Por qué? –

- Por tss que tsss no tss es tsss hora tss de irse – Contesto aún más tranquila la voz.

- ¡Dime donde estoy por favor! –

– Esta usted tss en el momento indicado tss y en el lugar adetsss adecuado, le sugiero tssss se tranquilice -

- ¡No puedo estar tranquilo por Dios! – Contesto entre sollozos.

- Tsss fume -

- ¿Qué? –

- Fume tsss – dijo la voz - Fume tss - repetía.

- ¡Fuma! Tss ¡Fuma! ¡Cucaracha! Tsss –

- ¡CALLATE! – Grito con todas sus fuerzas mientras arrancaba el cable del muro y lanzaba el aparato hacia el ventanal. Un estruendo magnifico rompió el cristal y dejo entrar una corriente de aire frio al cuarto.

- La ventana imbécil ¡sal por la ventana! – susurro para sí.

Abrió como pudo la puerta del ventanal que para su sorpresa daba aun balcón pequeño con un barandal de un metro, no vio nada, obscuridad y niebla al frente, abajo y arriba, a los lados no podía distinguir nada, solo muro a ambos lados hasta que se fusionaba con la obscuridad.

- ¡Mierda! ¡Mierda! – Lo repetía una y otra vez mientras buscaba una explicación.

No había manera de salir, probo la puerta de nuevo, muro de nuevo, probo la puerta del baño, muro también, la otra ventana, obscuridad, realmente estaba atrapado. Tomo su lugar de nuevo en el sillón de piel.

- Quizás sea un sueño, quizás este en el abismo, extremadamente lucido, pero quizás – Apago la luz y casi al instante comenzó a escuchar y sentir, clic, tsss, bssst, sentía el aire de las alas azotar su cara, las patas retintinear en su cabeza, encendió la luz y como magia vio un cuarto repleto de cucarachas, grandes, gordas, pequeñas voladoras, de todos tipos que corrieron al unisonó a esconderse.

- ¡QUE MIERDA ESTA PASANDO! – volvió a apagar la luz, un segundo, la encendió y de nuevo el cuarto inundado de animales, corriendo a esconderse, volvió a apagar y encender la luz, una y otra vez y cada vez que volvía a encenderla era más los animales que encontraba, todos congelados por un segundo después de encender la luz, parecía que estaban esperando coordinadamente el momento en que encendiera la luz para correr todas a su escondite. La última vez, diviso a una de las grandes, de las que parecen armadillos meterse en detrás del teléfono en el suelo.

- Te tengo mierda – Dijo mientras corría a levantar el aparato, pero no, no había nada, se había esfumado. - ¿Cómo es posible? –

Comenzó a caer en la desesperación de nuevo, le faltaba el aire, las piernas le temblaban, observo las sabanas y el sarape en una esquina y un deja vu lo asalto.

- ¡Una cuerda! Si hago una cuerda quizás pueda bajar al piso de abajo – Corrió al balcón de nuevo y se asomó, nada, muro y nada más, no había balcones, ni ventanas, nada. Un mareo de nuevo, la vista se le nublo, un zumbido en los oídos y…

Ring, ring, ring…

- ¿Qué es eso? – Alzo la cabeza y vio el teléfono.

- ¿Qué carajo?  - Levanto el aparato y contemplo el cable colgando, cortado por la mitad, no tenía línea y sin embargo, sonaba…

Ring, ring, ring…

- Hola – Titubeo.

- ¿Ya tss has pensado en la cuerda? – De nuevo la voz

- Habla bien maldita, deja de hacer ese sonido ¿Acaso eres débil mental? –

- ¿Tss aun tss te duele el cuello? –

- ¿Tu mamá te dejo caer de pequeña? – Dijo entre risas.

- ¿Has fumado ya? O por lo menos ¿lo has intentado? –

- ¡Vete a la mierda! – y colgó el teléfono.

La punzada de nuevo, esta vez más fuerte que nunca. Las ganas eran insoportables, se percató en ese momento que el estómago le dolía - ¡Hambre! – no había nada que comer – Mas que arándanos de mierda – la punzada de nuevo, la otra punzada – Hambre -.

Ring, ring, ring…

Esta vez no dudo.

- ¿Qué carajo quieres? –

- Tssss, tsss – La línea permaneció en silencio por unos segundos.

- ¿Sigues ahí? – dijo sonriendo – ¿Podrías decirle al granjero que me traiga una hamburguesa? –

- ¿tsss? Tsss-

- ¡Ruega a Dios que no te ponga las manos encima, si llego a hacerlo, ni la retrasada de tu madre te va a reconocer! –

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

-Tsss-

- ¡Es todo perra! – Colgó la bocina y se fue al balcón – Ahí te va tu aparato del demonio – y lo dejo caer al vacío. Por un momento pensó en calcular el tiempo en que tardaría en caer, con suerte no estaba lejos del piso, pero no se escuchó nada, no hubo impacto.

Cayó al suelo y sumergió su cabeza ente las rodillas sollozando como un niño.

Toc, toc, toc.

- ¿Qué mierda? – La puerta - ¿Quién es?  -

- Tss Servicio tsss a la habitación –

- ¿Quién es? -

- Soy tsss aquel que usted llama tsss granjero –

- ¿Traes mi hamburguesa? –

- Algo mejor tsss caballero –

No hubo respuesta, se acercó a la puerta y miro por el ojillo, efectivamente el granjero estaba del otro lado, con una sonrisa estúpida y su tic nervioso y aun que no emitía sonido, podría ver su boca moverse en ese sonido -tss, tsss-.

Toc, toc, toc…

Abrió la puerta de un tirón – ¡No puede ser! - Perplejo contemplo de nuevo el muro enladrillado, pero esta vez tenía una hoja pegada en él, escrito con letras rojas versaba “CUCARACHA”.

- ¡Ven y dímelo en la cara hijo de puta! – Le grito enérgicamente al muro - ¡Quita los putos ladrillos y dímelo en la cara! -

Azoto la puerta y volvió a dar vueltas en el cuarto, divisaba en su vista periférica movimientos, en el sillón, la cama, el techo, cucarachas, pequeñas cosas que se escabullían de un lado al otro, cucarachas.

La punzada de nuevo – Ya no importa, quizás el mundo ya se ha acabado y ni cuenta me he dado – cucarachas, busco los cigarros detrás del escritorio, jalo la cinta de seguridad que salió de una con el plástico, abrió la caja y jalo el papel arroz. Contemplo por unos segundos las tres hileras de colillas observándolo, el aroma lo azoto como un martillo, se llevó uno a la boca y luego…

Pánico - ¿Fuego? – no había pensado en eso, en la charola solo había cigarros, arándanos y cigarros.

- ¡No puede ser! – se metió las manos a las bolsas, adelante, atrás, nada.

- ¿Dónde mierda consigo fuego? – sentía las manos mojadas, sudaba frio – Debe haber fuego en alguna parte- grito – o por lo menos como hacerlo - pensó para sí mismo. Busco por todos lados, en los buros, entre el sillón, debajo de la cama, en el escritorio e incluso destripo las almohadas, no había ni un solo rastro de un cerillo, ni de cucarachas.

Toc, toc, toc…

- ¿Qué? – respondió mientras observaba la puerta de salida.

Toc, toc, toc…

- Tss La otra puerta tsss caballero – Dijo la voz detrás de la puerta del baño.

- ¿Qué quieres? –

- ¿Ha tss fumado ya tss? – Pregunto la voz en tono burlón.

- ¡Vete a la mierda! –

- Abra la puertsss caballero tss –

- ¿Para qué? –

- Para que tss se lo diga en la tssscara –

- ¿Qué? –

- ¡Cucaracha! tss–

La desesperación se presentó con un ataque de adrenalina.

Toc, toc, toc…

Toc, toc, toc…

Esta vez eran ambas puertas.

- ¡CUCARACHA! – decían las voces detrás de las puertas - ¡CUCARACHA! –

Toc, toc, toc…

Toc, toc, toc…

Se estaba hiperventilando, sentía todo al mismo tiempo, dolor, hambre, desesperación y claro, ganas de fumar.

Ring, ring, ring…

El teléfono estaba de nuevo en el buro - ¡CUCARACHA!  ¡CUCARACHA!  – se podía escuchar a través de la bocina colgada. El estrés estaba al máximo, se llevó el cigarro al aboca e intento aspirar para obtener la sensación de estar fumando, inútil, su boca estaba seca.

Toc, toc, toc…

Ring, ring, ring…

Toc, toc, toc…

- ¡Eso es!, el puto reloj – Corriendo lo busco en el suelo; 8:04 pm. Entre risas histéricas arranco el cable de energía y pelo ambos lados.

Toc, toc, toc…

Ring, ring, ring…

Toc, toc, toc…

Si juntaba los cables y ponía el cigarro justo en el momento preciso, quizás la chispa eléctrica le diera tiempo de encender el cigarro.

- ¿HAS FUMADO YA? ¡CUCARACHA! –

- ¡Por tu retrasada madre que lo hare! – Y las junto. Por una fracción de segundo que duro el jalón al cigarro antes de que la chispa se consumiera en un corto eléctrico, todos los sonidos se apagaron, la desesperación se fue junto con la punzada. Sintió el humo fluir hacia adentro y después hacia afuera, secar su garganta, vio las luces titilar, el humo del cable y después, OBSCURIDAD.

El corto había echado abajo la electricidad y las luces se habían apagado con el cigarro, sumido en la obscuridad comenzó a escucharlas inmediatamente clic, tss, bssst, sentía el aire de las alas por todos lados, sentía las patas a sus alrededores.

- ¡He fumado ya hijos de puta! – grito histéricamente – ¿Me has oído? ¡Me lo he fumado ya! – Corrió hacia el balcón y se recargo en el barandal, podía ver el movimiento en el cuarto a pesar de la obscuridad, en el piso, en el aire mientras volaban, en el techo, en las paredes, cucarachas de todos tipos. El ruido del teléfono se había vuelto ensordecedor, ya no tocaban las puertas, ahora las asediaban a golpes, la madera crujía, no durarían mucho.

Se sentó con la espalda contra el barandal y de cara a la obscuridad, era el final, no había a donde ir, papá cucaracho estaba por entrar y todo se acabaría.

Asediado por el hambre de nuevo, saco los demás cigarros de la caja y se los echo a la boca, mientras masticaba observo salir de la penumbra del cuarto a una cucaracha monstruosa, tan grande que podía identificar a simple vista sus ojos, clavados en los suyos, sus antenas, moviéndose de un lado a otro y su boca. Había dejado de masticar, mientras contemplaba al espectacular animal que lo observaba también, clic, clic, en su boca, abrió los ojos como platos e intento mascar, el interior de su boca crujía, bsst, tss, escupió el bocado al piso y contemplo una masa de cucarachas a medio comer aun retorciéndose en pedazos.

Volvió la mirada al cucarachón gigante que seguía observándolo y distinguió su boca moviéndose.

- ¿Tsss está usted tsss bien caballero?, se ve tss un poco pálido –

Apenas terminada la frase y sin pensarlo, se levantó y de un salto brinco la barandilla precipitándose de cabeza al vacío. Distinguió el piso inmediatamente, pavimento negro carbón, acercándose velozmente, cerro los ojos y se tapó la cara con las manos, como si estas fueran a amortiguar el choque del pavimento contra su cara.

 

5

 

Ring, ring, ring…

Abrió los ojos y contemplo el teléfono.

Ring, ring, ring…

- ¿Diga? –

- Buenas noches tss ¿Cómo se encuentra? Ha dormido más de lo usual tss caballero – exclamo una voz tranquila.

- ¿Que hora es? – Cuestiono.

- Son las 9:14 pm tsss –

- ¿Dónde estoy? –

-Está usted tss en el momento indicado tss y en el lugar adecuado tss, en la suite especial, espero la esté disfrutando tss caballero, estoy a punto de mandar su orden de comida tss. –

- ¿Qué mandara? –

- ¡Oh, es una sorpresa tss caballero –

- ¿Oiga? –

- Dígame tss- Contesto la voz serena.

- ¿Puede mandarme algo para el dolor de cabeza? –

- ¡Claro tss que si caballero! Enseguida. –

- Tengo un dolor de cabeza fatal, toda la cabeza, pero principalmente la frente como si me hubieran dado con un bate. –

- ¡No diga más! tss – dijo la voz tranquila.

- ¡Gracias! -

- ¿Caballero? –

- ¿Sí?

- En verdad espero que se encuentre mejor que ayer –

 

6 de Noviembre de 2018 a las 08:17 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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