Estaba en una misión de gran importancia donde mi vida y la vida de otros estaban en riesgo
-debemos salir de aquí- dijo una agente mientras trataba de mirar a los criminales
-No, ¿eso crees?- dije con un tono sarcástico.
Al terminar me dispuse a gatear para ver como podría matarlos o por lo menos llegar a herir lo suficiente para salir de aquí, me centre en uno de ellos quien se suponía que era el líder y yo sería quien descubriera lo que tramaba.
-¡Muy bien!, ¡sabemos que aquí hay tres agentes y queremos que nos digan quienes son o mejor dicho si no salen..- sonrío de una manera tan repugnante mientras hacia señas a los tipos que estaban a su alrededor, este seguía sonriendo mientras uno de ellos arrastraba a una chica de 18 años para llevarla delante de él .- si no salen en cinco minutos empezaremos a matar, empezando por esta chica- poniendo el arma que llevaba en la sien.
- !Rosé debemos hacer algo¡ no se me ocurre nada- susurro Julie, me acerque un poco a ellas
-ustedes dos saldrán después de mi, espero tengan armas con suficientes balas.-sonreí -este es el plan, contaran a cada uno de ellos no será difícil pues los rehenes están en el suelo y ellos de pie, les haré una seña en el cual ustedes tendrán que gritar el número de asesinos para disparar mientras cubren mi espalda- dije alistando dos armas en la parte trasera de mi espalda.
-¿Cuándo sabremos tu seña rara Rosé?- pregunto Melisa con una gran sonrisa.
-lo sabrás por lo rara que soy, listas chicas regresaremos a casa con una victoria mas.
-ten cuidado Rosé un descuido y no volverás a verla- menciono Melisa.
-¡bueno se termino el plazo, es hora de matar!- disparando a uno de los rehenes en la pierna.
-¡alto!, ya no disparen soy una de las agentes- dije para que después el jefe se acercara a mi y tocara mi rostro
-eres tan linda- siguió tocando mi rostro después sentí un ardor en mi mejilla pues me había dado una gran bofetada. -¿Dónde están las otras dos perras?-
-mis princesas están en otro lugar-sonreí
-no lo volveré a repetir-me dijo con gran furia
-pues no repitas nada idiota-
-antes de morir ¿quieres decir algo?- levanto su arma apuntándome
(que preguntas tan mas estúpidas por supuesto que quiero hacer algo)
-tu estupidez se nota a kilómetros pero si, si quiero hacer algo, necesito un poco de espacio- dije muy tranquila mientras los tipos me veían raro. - me estire y en susurro dije -mas les vale estar listas chicas..-
En ese momento vi como las chicas salían disparando mientras yo me estiraba, con tranquilidad saque las dos armas y empecé a disparar al igual que ellas pero en el último momento entraron aun mas (vaya que no lo tenia contemplado)
-¡ROSÉ!- grito Julie disparando aun costado mío
-gracias, te debo una- dije con un gran suspiro
-dámelas después de salir de aquí.
-Melisa no seria mala idea si pedimos refuerzos- dije
-tienes razón.- en ese instante la cubrimos para que pudiera pedir refuerzos, mientras retrocedía no me percate del objeto que estaba de tras mío y termine tropezándome poniendo en riesgo la vida de Melisa y los demás
-Rosé deja de relajarte y levántate.
al escuchar eso no tuvieron que decírmelo dos veces, rápidamente me puse de pie cuando siento algo desliarse por mi estomago, no dije nada ya que la situación no era grave, ¨aun¨, seguí ayudando hasta que llegaron los refuerzos esta era la primera misión fallida donde tuve que llamar a mas agentes para que me ayudaran, cuando todo acabo me revise el abdomen y note dos hoyos (Rosé como es posible que no sintieras aquellos disparos debiste ponerte el chaleco antibalas pero no, que necia soy).
-muy bien hecho mis tres agentes- nos miro el Mayor - por suerte no resulto a mayores, solo hubo un herido el cual ya fue trasladado al hospital- sonrió mientras se retiraba
-chicas este fue una de las misiones que no pudimos completar juntas- dije alegremente
-lo importante es que las tres seguimos con vida- quite mi felicidad en el momento que Melisa termino su oración
-¿pasa algo Rose?- Julie pregunto inocentemente
-todo bien ahora debemos celebrar -respondí pero Melisa no se quedo conforme así que decidí caminar para dejar el tema atrás pero no me di cuenta de que Julie venia detrás para abrazarme y en verdad lo sentí con un gran dolor pero lo senti.
-Rose tienes el abdomen húmedo- dijo Julie y no supe que contestar mientras Melisa miraba la escena
-tengo que ir al hospital-dije cansada.- tengo dos balas dentro de mi cuerpo y si no hago algo moriré desangrada, realmente no quería decirles- caí de rodillas.
-sigue así y conseguirás tu propia muerte- dijo Melisa con una voz tan fría, me ayudo a levantarme y ponerme en una camilla no sabia en que hospital me llevarían, ademas tenia miedo de que me llevaran a donde estaba ella, recuerdo nuestra discusión, no quiero morir aun soy joven, las chicas subieron a la ambulancia e íbamos conversando para que yo no me quedará dormida
-prepárate Rosé por que cuando te recuperes me las pagaras muy caro-dijeron ambas chicas
-estamos llegando ustedes tranquilas-dijo uno de los paramedico
-gracias-dije
Después de unos minutos sentí como la ambulancia paraba y escuche como abrían las puertas del vehículo, ya dentro del hospital me llevaron lo mas rápido posible a urgencias, escuchaba a las chicas gritar dándome apoyo
- ¡estaré bien!-grite y cerré los ojos
-¿que tenemos aquí?- escuche aquella dulce voz que me volvía loca
-al parecer tiene heridas de bala - al escuchar al tipo abrí los ojos y la vi, sus hermosos ojos, sus labios suaves que me gustaba besar, aquella ropa blanca que la hacia lucir jodidamente sexy
-¿Rosé?- al parecer estaba anonada por verme así
-si, Charlotte- me levante enojada -hijas de la gran puta me las pagaran.- empece a caminar
-¿que estas haciendo?, debemos operarte, sacar las balas.-
No hice caso y poco a poco me acercaba ha la salida pero los enfermeros tomaron de mis muñecas
-suéltenme se están metiendo en un gran lió- dije
-señorita debe ser operada, no sabemos si las balas penetraron un órgano importante-
-no quiero que me opere aquella señorita- dije mirándola de una manera que ni yo misma se
-Rosé la...lamento todo pero por favor has caso- dijo con una voz tan débil queriendo aguantar las ganas de llorar
-me da igual, lárgate de mi vista- me dolió tanto pronunciar aquellas palabras pero no la quería ver y volví a caer de rodillas mientras todo se distorsionaba y pequeñas hondas de sonido bagaban por todo el lugar
un años atrás
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