Londres 1808
- ¡Hermano por favor! Déjame ir con ustedes, por favor hermanito. – Dijo la pequeña pelirroja.
- Es un paseo de hombres Carlie, les mostraré a mis amigos la nueva cabaña que hemos construido cerca al lago. – Respondió el joven Duque de Devonshire, Thomas Taylor.
- ¡No es justo! – expresó Carlie haciendo un mohín, que no pasó desapercibido para Jacob, el mejor amigo de Thomas, sacándole una pequeña sonrisa, que escondió tras su mano para no avergonzar a la pequeña pelirroja.
- Vamos Thomas, déjala venir con nosotros. – Dijo Jacob O´brian (Duque de Leinster). - No creo que los demás tengan inconveniente. ¿Verdad muchachos? .- Preguntó mirando a sus otros amigos.
- Claro que no, déjala acompañarnos. – Dijo George Evans, Marqués de Bristol.
- No tengo inconveniente. – Acotó el fornido escocés, Liam Graham, conocido como Duque de Montrose.
Carlie miró con adoración a Jacob, ese guapo amigo de su hermano siempre la apoyaba y la dejaba participar de sus aventuras. Sonrió mirando a Jacob y luego volteó a mirar a su hermano mayor y le dijo:
- Ya ves hermano, déjame ir con ustedes, los muchachos no tienen inconveniente de que los acompañe.
- ¿Cómo que muchachos?, qué manera es esa para referirte a mis amigos? – la resondró el Duque de Devonshire.
Los jóvenes presentes trataron de disimular sus risas. Jacob adoraba a la pequeña Carlie, era como tener una pequeña hermana, la niña de 11 años vivía pegada a él, montaban a caballo, le enseñó a nadar e incluso a usar un arma, claro esto sin que lo sepa su hermano, porque si no ahí si que se le podía armar un problemón. Jacob sabía que esa pequeña pelirroja rebelde de grande sería una verdadera beldad; aún con sus pecas era adorable.
Carlie tenía además 3 hermanas más, la mayor era Madison, seguía Carlie, y luego venían las pequeñas Sarah y Emily. Todas eran preciosas, cada una en su estilo, pero para Jacob, Carlie siempre sobresalía, como decirlo, resaltaba a sus ojos, sentía verdadera admiración por esa pequeña pilla. Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Thomas comentó:
- Está bien, vamos pequeña, puedes acompañarnos, pero nos harás caso en todo…
Carlie sonrío y miró a Jacob, el cual le guiñó un ojo, y la sonrisa de la niña se hizo más grande aún, haciendo notar sus hoyuelos en las mejillas.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.