jmxd2003 JM XD2003

Cuando te enteras de una profecía que te dice que debes ser un héroe, puedes convertirte en uno. Claro, si no llevas las cadenas que Jack Blow arrastra desde su pasado, un chico de 15 años que se encontrará con Mit Iriarte, un semi-demonio que se volverá su compañero mientras deben ser los héroes que el mundo necesita usando la magia y conociendo cosas que solo en libros se cuenta de ellas. Deberá superar el pasado que lo atormenta y convertirse en un héroe junto con las nuevas amistades que lo ayudarán. ¿Quieres conocerlo?


Aventura No para niños menores de 13. © CC by nc-nd 4.0 Safe Creative: 180903826621102
4
5.2mil VISITAS
En progreso - Nuevo capítulo Todos los viernes
tiempo de lectura
AA Compartir

Prólogo

Caminar por aquella fría y blanca montaña no era algo muy apetecible, me sentía vacío, con dudas y buscando un lugar mejor, mejor que aquel "hogar" donde mi padre reinaba, el mundo era tan grande que estaba seguro que habría algo más para mí.


Año del mundo humano 1453 después de Cristo.


—¡Maten a tantos ángeles como puedan!—gritó el general.


Mi padre me hizo entrar en el ejército de los demonios, ese día atacaríamos un santuario para descubrir el mayor secreto del mundo mágico ¿Cuántos dioses habían? Comúnmente se decía que había tantos dioses como religiones o creencias, pero había ciertos rumores de que fuera falso.


¿Cómo podría ser cierto? Descartaron el hecho de que más de un ser omnipotente existiera, y si no tenía un poder infinito ¿Por qué causaba tanto problema?, solo los ángeles lo sabían ¿Al menos serían ángeles en verdad?.


—No te distraigas, sorprende a papá—dijo mi hermano, Xilosuel.


—Estoy, nervioso... nunca estuve en un enfrentamiento antes, no... no quiero matar.


—¡Lo harás bien!—dijo Xilosuel—, estoy contigo después de todo.


Me dirigió una mirada de ánimo desde el caballo que montaba a la distancia, le devolví la sonrisa.


Todos los demonios comenzaron a ir a grandes velocidades, tan veloces que me emocioné y fui más rápido que ellos, luego Xilosuel me llamó la atención para que regresara a las filas ¿Cómo sería la guerra entre demonios y ángeles? ¿Haría mi primera muerte? Estaba ansioso.


Para mí era un trote pero el resto de demonios iban a su máxima velocidad, comenzamos a trepar una pequeña montaña, el último obstáculo, pero sin previo aviso se escuchaba un sonido cortante desde el cielo y segundos más tarde se oyó una gran explosión, luego otra y luego otra, eran enormes flechas de oro que brillaba tan intensamente que me segaba, hasta sentía un calor que me derretiría, mi padre dijo que me cuide de la luz de los ángeles, a medida que las flechas de oro caían los demonios morían, pero gracias a la gran fuerza de mi hermano Xilosuel las flechas dejaron de caer, valientemente saltó de su caballo y con su espada todavía enfundada hizo un tajo en el aire, tan rápido que ni lo vi, y de pronto todas las flechas dejaron de caer y el cielo se volvió oscuro como la noche, pero entre todo eso había una luz que brillaba en la oscuridad.


—¿Este es el primogénito del rey de los demonios?, era de esperarse que fuera así—dijo la voz fuente de aquella luz.


—El ángel guardián de este templo, por fin nos conocemos...—mi hermano desenfundó su espada—¡Mit!, el ángel del arco divino.


—Ohh, ¿Me conocen tan bien?


Pude ver claramente a aquel ángel, no cabía duda, era uno de los legendarios Serafines, seres que eran los mismísimos guardianes del trono de Dios, pero si ganábamos sabríamos la verdad tras ese "Dios" que resguardaban los ángeles.


Aquellos serafines... mi padre me contó que eran ángeles de amor, luz y fuego, si alguien podía saber muy bien la verdad del secreto que buscábamos era el serafín Mit, era muy poderoso pero mi hermano Xilosuel era lo mejor de lo mejor, nacido desde las profundidades del infierno (N. de autor: se refiere a que Satán lo dejó allí desde que tenía 2 años) y se abrió camino con su propia fuerza, era temido por los querubines mas nunca se puso a prueba contra serafines, una batalla interesante, pero yo tenía mi parte que cumplir.


Comencé a crear un círculo de oscuridad al rededor mío, en silencio y discreto mientras mi hermano hablaba con el serafín.


—... te llaman el ángel del arco divino ¿Dónde está el dichoso arco?


—¡Hmpf! que insolente viniendo de una criatura asquerosa como un demonio ¿Viniste a descubrir la identidad del que está sobre mí? ¿O para saber el porqué de esta guerra? Te recuerdo, que todo comenzó por querer hacerse con el control de la tierra...


Xilosuel cargó contra Mit con su puño pero antes de tocarlo, Mit emanó una enorme cantidad de luz en forma de palma que mandó a mi hermano varios metros bajo suelo, debía concentrarme.


—Que sucio el interrumpir a aquel que hace guardia del trono del todopoderoso, como iba diciendo, ¿porqué dominar esta roca? Pues dentro de todos los mundos existentes, no son tan infinitos que digamos... comenzó con el intento de paz hasta que un sucio demonio fue ambicioso y robó una moneda, se quiso recuperar y se logró, pero vinieron por más como ¡Cucarachas!—Mit estaba tan orgulloso de su historia— y todo cayó como una pared que le falta un ladrillo...


—¡Pensé que fue un ángel el que robó la moneda!—mi hermano se puso a la espalda de Mit y de una patada lo hizo tocar tierra.


—¡La versión de los demonios!—se levantó con dificultad— tan asquerosa como ellos mismos—levantó su palma y salió una enorme flecha de oro—¡Divine punishment!— la flecha se encendió en llamas totalmente blancas y se dirigió a mi hermano.


Total shadow.


Luego de que mi hermano dijera eso, de la brillante flecha salieron burbujas de oscuridad que la apagaron poco a poco hasta que el oro puro cayó al suelo levantando mucho polvo.


—¡¿Cómo te atreves a oscurecer la brillantes de un serafín?!—Mit estaba molesto y cargó hacía Xilosuel.


Con cada golpe que intercambiaban por un lado se desprendía una enorme luz y por el otro una envolvente oscuridad, iban a velocidades sorprendentes que me dejaron maravillado, el serafín trataba de combear con sus flechas pero mi hermano no le daba oportunidad, se recuperaba de cada golpe al instante y realizaba el contraataque que resultaba efectivo, parecía que la balanza se había inclinado a su favor cuando el serafín gritó:


—¡Suficiente!—desprendió la mitad de su poder y la luz brillaba como nunca se había visto— será el fin de los demonios... ¡Blessed fire!


Todas las nubes desaparecieron y hubo silencio por un momento, luego una flecha algo más pequeña cayó del cielo envuelta en llamas blancas, luego cayeron más y más, todo producto de 3/4 de la fuerza del serafín.


—¡Azael!—gritó mi hermano—¡Cumple tu tarea! ¡Yo me ocupo aquí!


No debía desobedecerlo y estorbarle y decidí completar el hechizo, como era previsto, el circulo de oscuridad me tragó y aparecí adentro del templo.


No podía ver nada, todo era tan brillante que lastimaba mis ojos pero luego recordé lo que mi hermano me dijo "Usa tu magia y guíate", decidí concentrarme y cerré los ojos, me concentraba en el objeto menos mágico del lugar, en vez de tratar de buscar el camino recto buscaba una piedra en el campo de pasto, buscaba algo con cero magia en un lugar abundante de ella.


Caminé sin saber a dónde pero estando seguro a cada paso que daba, hasta que di con mi objetivo.


Estaba sobre un pedestal ¿Cómo lo sabía si había tanta luz? El hecho de que el objeto fuera de cero magia provocaba que sea la única sombra del lugar, era un único trozo de papel, solo una cara, escrita en toda esa cara había un idioma que entendía a medias ¿Porqué lo entendía? El idioma de los ángeles se suponía que era completamente diferente... no importa, tomé el papel y lo guardé en mi bolsa, ahora debía escapar sin dejar rastro pero un temblor sacudió el templo, un agujero se abrió en el techo y fugazmente me rozó una flecha de oro que se clavó en el suelo a unos centímetros de haberse llevado mi brazo, volé al agujero y vi cómo solo quedaba mi hermano y el serafín peleando, todos los demonios estaban muertos, era horrible ver a mi gente así, me daba asco, quería vomitar y huir, mi hermano me dirigió una breve mirada que me hizo recuperar el control de mis emociones y me volví ciego a aquella masacre, comencé a correr por donde había venido, debía llevar aquel papel a mi padre.


—¡No huirás rata sucia!—Mit me lanzó una de sus flechas, estuvo a punto de darme pero en el último segundo mi hermano la desvío de un golpe.


—¡¡Huye Azael!!


Le hice caso y comencé a correr sin mirar atrás mientras sentía el calor de la batalla quemándome, escuchaba gritos de dolor y agonía, pero no debía voltear, debía obedecer a mi hermano... debía... debía... debía... debía... debía... debía... debía...


—¡¡¡AZAEEEEEEEEL!!!—era la voz de mi hermano que gritaba.


Aquel grito de agonía me hizo voltear para ver aquella escena horrible y que jamás olvidaré, fue la primera vez que lloré y lo sabía porque era un sentimiento nuevo, aquella agua bajando desde mis ojos hasta mis cachetes para caer al suelo, como aquel guerrero.


Vi el brazo del serafín adentro del cuerpo de mi hermano, su brazo lo había perforado desde el estómago y había ascendido hasta el pecho, no necesitaba saber de anatomía para darme cuenta que estaba aparentando algo, el serafín Mit aplastó con sus manos el corazón de mi hermano, luego cómo si fuera basura sacó su brazo dejando caer su cuerpo, fue algo rápido pero para mí fueron horas, horas viendo cómo el cuerpo de mi hermano mayor que amaba caía al suelo, chocaba con él y desprendía un charco de sangre a su alrededor, mi hermano me dedicó una mirada perdida que me decía todo el dolor y miedo que sentía, quise ignorarlo y me centré en su boca la cual en respuesta me dedicó su última sonrisa, para luego fallecer.


Ese momento no duró mucho, aquel serafín, ángel del amor, aplastó su cabeza con su pie haciendo que explotara en miles de pedazos y la sangre salpicara mucho ¡¿CÓMO EL ÁNGEL DEL AMOR PODÍA HACER ALGO TAN CRUEL?!, en su mirada podía ver odio, desprecio y asco hacía los demonios, pero era como ver al más temible demonio a los ojos, aquella mirada era cómo ellos, ¡¿CÓMO MIERDA UN SERAFÍN PODÍA TENER AQUELLA MIRADA?!.


Las lágrimas en mi rostro seguían cayendo y mi respiración se agitaba, sentía odio y tristesa, pero también tenía confusión ¿En verdad eso era un ángel? ¿Un asesino?, tenía miedo que crecía mientras más veía aquella mirada demoníaca.


—¡Maldito!—grité.


En un breve impulso tuve dos sensaciones, en mi brazo izquierdo primero sentí que entraba en algo caliente y líquido, luego sentía un objeto palpitante en mi mano, había mucha sangre ¿Qué era?, no me importaba, miraba con nostalgia el cuerpo de mi hermano esperando que regresara para llevarme de la mano a casa como siempre, no lo hizo, los demonios perdieron a un guerrero, yo perdí a mi guía de la oscuridad.


Volteé a ver al serafín pero por alguna extraña razon, el ángel del arco divino, Mit, también estaba cayendo como lo hizo mi hermano, cayó al suelo y comenzó a arrastrarse como un gusano hacía mí para tomar lo que había en mi mano izquierda, vi lo que era, le había arrancado el corazón al serafín, en su mirada podía ver miedo y en sus labios podía saber que murmuraba piedad, me indignó y aplasté su corazón como hizo con mi hermano, el serafín dejó de moverse, me agaché al lado de mi hermano y los abracé esperando que volviera, no lo hizo.


Al final vino mi padre al lugar, pero yo le di el alcance, había caminado cargando a mi hermano en mi espalda, por el camino había tirado aquel papel que contenía la verdad, un motivo para acabar con aquella guerra, lo tiré por odio, odio a los ángeles que me arrebataron a mi amado hermano, quería guerra contra ellos, me haría rey para vengarlo y exterminaría a todos los ángeles en nombre de mi hermano, pero esa tarea no se me encomendó.


Pasaron los años después del entierro de mi hermano, usaron el cuerpo del serafín como burla a los otros ángeles y tomaron el nombre de su mártir, me molestó al principio que lo hicieran pero mi padre tuvo un hijo, el hermano menor de todos, lo llamó Mit, con el propósito de que se volviera el demonio más poderoso junto a mí y cambiara el significado de ese nombre, los ángeles dejarían de referirse a "Mit" como un mártir que dio su asquerosa y maldita vida en batalla por un "Mit" que les haría temblar de miedo, ese era su propósito, nadie de mis hermanos conoció el hecho de que yo no era el mayor, no sabían sobre Xilosuel ni de su gran poder que acabó con aquel maldito serafín.


Al final todo el mérito me lo dieron a mí, se corrió la voz, la noticia que decía "¡El primogénito del rey demonio a corta edad ha derrotado a un serafín!", pero nadie recordó que Xilosuel fue el que peleó contra él, tampoco quise que lo supieran, mi hermano siempre quiso vivir en un mundo silencioso que solo compartiría conmigo, ya no podíamos compartirlo pero al menos yo le daría su mundo en silencio, ocultando su nombre de todos para que no lo recordasen y fuera solo un silencio en mis recuerdos.


Jack Blow, en un futuro lejano:


Es casi imposible no molestarse cuando les cuentas a los demás todo lo que pasaste solo por conocer a una persona, toda esa trasformación de alguien aterrado por su pasado al héroe que el mundo una vez necesitó, difícil recordar aquellas amistades que se desvanecieron con la llegada de otras, cuando se marchitaron los malos recuerdos para dar luz a nuevos y ligeramente felices recuerdos. Un día cargué con el peso del mundo sobre mis hombros, no será la última vez, pero tampoco estaré solo.


El mundo humano no está solo, existen cosas más allá de lo que normalmente se vé, y hay dolores tan fuertes como cargar el peso de miles de vidas.

15 de Septiembre de 2018 a las 02:04 0 Reporte Insertar Seguir historia
0
Leer el siguiente capítulo Un terreno llano

Comenta algo

Publica!
No hay comentarios aún. ¡Conviértete en el primero en decir algo!
~

¿Estás disfrutando la lectura?

¡Hey! Todavía hay 3 otros capítulos en esta historia.
Para seguir leyendo, por favor regístrate o inicia sesión. ¡Gratis!

Ingresa con Facebook Ingresa con Twitter

o usa la forma tradicional de iniciar sesión