Sabes lo que es desvelarte cada madrugada
con las palabras en la punta de la lengua,
pero con miedo a manchar el papel.
Porque llevas rotos los pantalones
pero más roto llevas el corazón.
Que con el más mínimo soplo de brisa
sales volando esperando alcanzar la luna,
tocar las estrellas.
Que cuando caes de nuevo al suelo
les echas la culpa a ellas,
aunque la culpable sea tu alma rota,
pisoteada, desgarrada, invalida, agonizante,
que pesaba demasiado para volar.
Que no haces nada de corazón
porque el corazón hace tiempo que se te paró
y desde entonces vives llamando amar
a lo que yo llamo querer sin más pretensión
que la de observar.
Que rehusas lo que es tuyo por derecho
porque aborreces la expectativa de amar algo libre,
que aprendió a volar con sus alas
sin que tu lo sostengas en tus brazos.
Que decides desistir porque otro insistirá
en lo que era tu obligación apostar.
Pecas de arrogancia y agonía,
de querer igualar al ángel pidiendo consejo al demonio.
Desistes, insistes, vuelves a rendirte y consigues.
Que pierdes aunque ganes
porque añoras lo que desechaste.
No llenes tus manos de cenizas
si quieres que te las cojan.
No creas en ti mismo
si no crees en quien te enseñó a hacerlo.
Porque aunque tengas el corazón roto,
ya vendrá otro que lo tenga más malherido
a curartelo.
Y te darás cuenta de que no hacía falta tenerlo entero,
solo hacía falta estar dispuesto a entregarlo.
+
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.