J
Joahana Méndez


En la vida a uno le pueden pasar muchas cosas. Se piensa que cuando llegas a los 20 años apenas estas empezando a conocer el mundo. El ya lo recorrió, disfruta de su fama, tiene una carrera que ama con su vida, una familia que lo apoya incondicionalmente, no le faltan las chicas ni el dinero. Pero a veces, a uno le toca ver el lado oscuro del mundo. Hasta que él llegó. +18. Contiene escenas explicitas, groserías y contenido subido de tono


Fanfiction Celebridades Sólo para mayores de 18.

#shawmendes #romance #amor
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Capitulo 1. En el desierto


El color naranja del cielo era lindo. La verdad no era uno de mis colores favoritos, pero puesto en un amanecer en el desierto era agradable de ver. Aclarando, también odiaba el calor, por ende, el desierto. Pero aun así, iba a extrañar este lugar.

Tire mi cigarro al suelo, lo pise para no provocar ningún incendio con las ramas secas. Había por todos lados, y como no. En pleno Junio apenas y se podía salir a las 8 de la mañana para ir a trabajar. El calor era intenso, sofocante.

Me subí a mi moto, y antes que dieran las 7 de la mañana llegue a mi casa. Durante el trayecto reflexione varias cosas. Una de ellas, era el pinche desmadre que me iba a tocar limpiar gracias a la idiota de mi prima con su fiestita de anoche. Abusaba del hecho que me iba a ir a la universidad a Canadá, para hacer pedas cada fin de semana con sus amigos. Ni siquiera conocía a los chavalos que traía siempre. Es más, ni estaba invitada a sus fiestas. Igual y no importaba, yo tenía mis maneras de despedirme de mi pueblito lindo.

Hice una mueca, negando lo anteriormente dicho.

Me cagaba mi pueblo y la gente también. Pero aquí vivía mi mamá, asique lo recompensa. Sonora es reconocido por los narcos, los buchones y el puto calorón de todos los días. Mis hobbies era pasarme en el rancho de mi madre, cuidando a los animales y la cosecha. Y por supuesto, cocinando. Estas piernas no se hacían con ejercicio, bebe. Se hacían con una buena tragazón.

Otra de las cosas por las que mi mente discutía era sobre la universidad. Me emocionaba, sí. ¿Pero qué haría yo en una escuela como esa? Y no me refiero a que no la armaría en la universidad. Claro que no. La licenciatura fue como pasar la secundaria con los ojos vendados. La maestría iba a hacer igual, pero esta vez como si fuera la preparatoria. Es pan comido. Era genial, a pesar de los cinco años que no hice nada mi beca seguía vigente. Era una oportunidad que no quería dejar escapar de nuevo. Ya no. Si lo hacía, mi vida quedaría atrapada aquí. En este pueblucho que en algunos años iba a dejar de existir.

Y lo era, ni siquiera tenía nombre. Todo la gente rara que lo conocía le ponían el nombre “la civilización del kilometro 21”. Porque si, estábamos en medio de la nada, con una gasolinera, un expendio y la tiendita de doña Chole.

Exactamente por esto quería irme a vivir a otro lado. Me compraría un terreno y trabajaría para la NASA. Digo, (no es por presumir….tal vez si, un poco) no por nada me gradué a los 7 años de la primaria, a los 8 de la secundaria, a los 10 de la preparatoria y a los 14 termine la licenciatura en física biomédica en la UNAM. En resumen, era una nerd.

¿Qué hice en los 5 años en el que no aproveche una beca para una de las mejores universidades en Canadá? Bueno, como cualquier chica sin recursos en México. Conseguirme un novio mayor que yo para que me haga una drogadicta, alcohólica y con traumas para el resto de mi vida. Lo usual.

Pero ya lo supere. Hace tiempo que lo hice. Y mientras no lo pensará todo iba ser mejor. Como sea, hay gente que la ha pasado peor.

Legue a mi casa. Todo el que vivía en el interior ya estaba despierto, haciendo su tarea diaria. Por fortuna, la casa ya estaba limpia. Mi prima Johana estaba muy campante en el sillón. Esa mocosa de 14 años iba a volverme loca. Nunca estaba en su casa, parecía que mi mama la había adoptado. Y hablando del rey de roma….

Mi madre al verme me regaño, dándome un golpe en la nuca. -¿Dónde chingados andabas, Kalila?- Suspire, dejando mi mochila en uno de los sillones. -¡Tu camión sale en una hora! Y tu tirando la chirinola en quién sabe dónde- Me metió mi lonche, con algún dinero extra escondido –De seguro andabas con esos vagos con los que te juntas-

-Oh Dios, es un papacito- mi prima estaba mirando la televisión, tenía el sonido muy alto.

-¡Y tu bájale a tu pinche música!- le grito mi madre. La adolecente la miro mal, y a regañadientes le bajo dos rayitas.

-Estaba en la colina, mamá. – le respondí a la señora de la casa. Ella siguió limpiando la cocina. –Adivina que, Don Fernando le regalo la camioneta al nieto de doña Chole- le pase el chisme. Pero no solo era un simple regalo. Era “el” regalo. Todo el mundo sabía que Don Fernando era gay, y le gustaban los pequeños. Y el nieto digamos que también tenían gustos similares. Era la comidilla del pueblo.

Adoraba el chisme.

-¿y tu como sabes eso?- me pregunto mi madre –Estas en todo, menos en misa-

-Me lo conto Carlos-

-mmm otro de tus amigos vagos- Rodé los ojos.

-Y ándale, en vez de andar chismeando. ¿Ya preparaste tu maleta?-

-Desde anoche- asentí – y en una semana van a llegar todas mis cosas a la casa de mi padre. Ya sé. No me olvido- sabía que me lo iba a recalcar. Me miro un poco nostálgica. Pero el momento se acabó cuando mi prima, Johana, grito como loca.

-¡Es perfecto! ¡Mira, tía! ¡Su carita preciosa! Lo amo, lo amo, lo amor- beso su celular, la mira asqueada-

-Estas comiéndote todos los bichos de tu mano- le dije, acercándome a ella para ver porque tanto alboroto.

Ella me enseño su celular, mostrándome a un chico de cabello castaño. No pude verlo muy bien porque lo movía mucho. -¿no es perfecto?-

-Eres una ridícula.

-Es Shawn Mendes, querida- me contesto molesta – Es mi novio. Te juro que algún día iré a verlo, lo voy a secuestrar y me casaré con él.-

- ¿Eso te quita lo ridícula?-

-Tú no sabes- me dijo, volviendo a besar su celular.

-Hija, quiero hablar contigo-

-Uy. ¿ya te vas y te volviste a meter en problemas?-

-cállate- le pellizque el brazo, ella se quejó y yo me fui con mi madre. Hizo que la siguiera a su recamara. Me senté en su cama matrimonial y saco una caja muy bonita de su armario. Se sentó junto conmigo y sonrió. Era una mujer muy guapa. Se había tenido el cabello como unas 100 veces en su color natural y ahora decidió dejárselas, muy a regañadientes. Solo porque se le estaba cayendo el cabello. Detestaba sus canas, pero yo creo que la hacían ver con actitud y personalidad. Era única. Tenía que aceptar que no fue una buena madre en un tiempo, pero nunca dude que me amará.

Me pasaría a ella. Su color morena clara, sus ojos grandes, y el chingo de cabello negro que teníamos. Un chorro. Todas las ligas se me reventaban, por eso siempre traía el cabello suelto, despeinada. Ella si se peinaba, pero a mi valía madre.

Deje de ponerle atención y voltee a ver la caja. Ella la abrió y me tendió una fotografía. Trague saliva, volteando mis ojos hacia el techo. –Es para que te cuide-

-No es necesario, mamá- se me hizo un nudo en el estómago. Trague saliva, evitando la sensación de culpa.

-Eduardo estaría muy orgulloso de ti- Sonreí. Sí. El estaría muy orgulloso. –Siempre quiso ver a su hermana realizada. Era su sueño-

-ya lo sé, mamá- tome la fotografía y se la devolví –No me gustaría perderla.-

-Oh, está bien- se inclinó de hombros, mostrándome una bolsita de más fotos –tengo más-

-Sale guapo- Mire el papel en mis manos. Se parecía a papá, menos por los ojos. Esos me tocaron a mí. De todas formas se veía igual de guapo.

-Sí, así es- mi madre lo miro nostálgica. Me puse nerviosa, no quería que empezará a llorar. – Él te amaba mucho, Kaly- su mirada mostro preocupación –Y yo sé que él estaría muy feliz porque fueras a estudiar, pero… nos preocupa que caigas de nuevo-

-Eso no va a pasar, mamá. Tranquila- tome sus manos, intentando animarla –Papá va a estar cerca y créeme, me siento mejor que hace un año. –

-Confió en ti, hija-

Le sonreí de oreja a oreja.

-vas a ver que esta señorita va a graduarse, y cuando sea una investigadora reconocida y gana mucho dinero voy a sacarte a ver el mundo- me guiñe un ojo, haciéndola reír.

-Quiero que me lleves a las Europas, para que estas viejas se mueran de envidia- se acomodó el cabello, burlona.

-vas a ver que sí- le sonreí, segura de mi misma - y a la pinche huevona de mi prima también-

-Con esa boquita saludas a tu madre, malcriada- me regaño, pero por su sonrisa no la tome muy enserio.

La despedida fue más dura de lo que pensé. Pasar toda tu vida a lado de personas que siempre te estuvieron cuidando o que simplemente crecieron contigo y de repente separarte de ellas era un golpe fuerte. Pero en fin, era por mi bien. Alejarme de los malos recuerdos… iniciar de nuevo.

Si volvería, claro. Pero solo para traerme a mi madre de ese infierno.

Aunque no sé si podía decir de un “iniciar de cero”, porque en realidad viviría un tiempo con el hombre que abandono a mi madre con la justificación de ir a trabajar al otro lado, y como muchas familias, el hombre se quedó allá. Con su otra familia.

Curiosamente, su otra hija tiene la edad de mi hermano. Eso me hace pensar que no tardo mucho a encontrar a la otra señora. Vivían en Oshawa, Canadá. Tenían dos hijos. La mayor ya tenía 25 años, y el menos apenas cumplió los 8. A veces hablaba con el chiquito, era buena onda. Le gustaban los superhéroes.

Tengo que admitir que mi padre nunca nos abandonó en sí, al menos hablando económicamente. Empezó como empleado en una empresa de vidrios y termino como gerente. Desde que nací el me abrió una tarjeta para que ahorrara. Y desde entonces nunca use la tarjeta. Asique podría decirse que tenía un buen ahorro.

Nunca fuimos una familia que le sobraban las monedas, todos los días trabajábamos para vivir, mi madre y yo. Pero aun así, era feliz. Pude comprarme mi moto, que amo como si fuera mi propio hijo y que la voy a extrañar con todo mi corazón. Y era toda una aventura, viví muchas cosas en ella.

Y supongo que Canadá no será tan aburrido. 

13 de Agosto de 2018 a las 01:18 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Leer el siguiente capítulo Capitulo 2. La chica del hotel

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Paola Rivas Granado Paola Rivas Granado
Cómo que *hasta que él llego*? sera boy x boy....? O-O
October 26, 2018, 18:45
MIRAVEN Escritoraatiempoparcial MIRAVEN Escritoraatiempoparcial
Vaya me llama mucho la atención tu historia, tiene muchos matices interesantes, me gusta el cambio de emociones con la descripción de tus escenas y como mezclas las situaciones banales, con los momentos y hechos importantes. Por otra parte describes muy bien todo lo referente a México y Sonora en todos los aspectos. Felicidades, y seguiré leyendo. Por cierto soy nueva en el mundillo y me gustaría que te pasaras a mi cuentas y me dieras tu opinión sobre mi historia. Me gustaría saber qué piensas
October 14, 2018, 14:01

  • J M Joahana Méndez
    Hola! Muchas gracias por comentar y tu opinion, lo aprecio mucho. Una disculpa por no seguir pero no se porque el perfil no me dejaba entrar y me estrese y ya no subí. En unos días seguiré o les pasaré el link en Wattpad, gracias! November 10, 2020, 21:23
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