―No me lo vas a creer, pero es de las cosas más extrañas con que me he topado en toda la vida.
Me agacho para evitar sospechas. Recojo unos papeles ocultos bajo las sillas y me demoro una eternidad. El encargado del café no ha vuelto así que puedo merodear a gusto.
―Pero, ¿qué era? ―preguntó el otro hombre.
―No sé cómo explicarlo, realmente no es sencillo ―la voz del primero sonaba nerviosa.
Simulo encontrar una mancha e intento que mi actuación sea perfecta. La idea es pasar desapercibido.
―Vamos, he escuchado muchas historias. Nada me impresiona.
―Anoche estaba en casa ―susurraba inclinado sobre la mesa―, ya sabes. Buscando un videíto en internet que me animara el rato. Nada extraño, sólo que me gusta lo casero.
―Creo que sé de qué hablas ―respondió el otro sin asombro.
El mobiliario reluce por lo que debo cambiar mi ubicación. Paso el trapo lentamente por un espejo que cuelga de la pared y los vigilo por el reflejo.
―Pues mira que he visto de todo, pero esto era siniestro. Encontré un video que no tenía nombre y me causó curiosidad. Al abrirlo apareció una familia en su casa. Pensé que en cualquier momento comenzaría la acción, pero en toda la grabación no pasa nada, solo están ahí haciendo sus cosas. Creí que era la primera parte, por ende, busqué el perfil que subió el video y ¡sorpresa! ―bajó el tono ―, ¡tenía muchísimos videos de esta familia! Simplemente los graba viviendo su vida. De sólo pensarlo me da escalofríos. ¿Qué clase de psicópata haría algo así? Esta mañana cubrí las cámaras de las computadoras con pegatinas de la tienda y desconectaré el wifi mientras no lo utilice.
Esa tarde al llegar del trabajo, encendí la computadora y borré todos los videos.
Gracias por leer!
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