Allí estaba ella, pidiéndome después de tantos años juntas, tiempo para pensar, para saber si me seguía queriendo, tiempo porque ya los años de relación le pesaban o al menos eso pensaba, y yo la escuchaba a lo lejos. Empezaba a preguntarme ¿en qué había fallado?, ¿en qué me había equivocado?, ¿rutina?, nuestra vida no era rutinaria, nuestras profesiones eran distintas y hablar de nuestros trabajos era realmente fascinante porque eran diametralmente opuestos, así que no entendía por qué ella me pedía tiempo.
Empecé a pensar que tenía a otra, que me había dejado de querer, así que le pregunte:
—¿Tienes otra relación? ¿Ya no me amas?
—No, nunca te he engañado y si te amo. —Respondiendo Natalia a mi pregunta.
—¿Entonces?
—Sofía —agarrándome de las manos— ni yo misma sé que es lo que me pasa, por eso te pido tiempo.
—Natalia no te entiendo, pero quiero hacerlo. ¿Por qué te quieres ir si me amas?
—No lo sé, sabes que siempre me ha gustado la aventura, y siento que me asfixio, que nuestra relación me encierra aunque tú nunca has sido posesiva, que no invades mi espacio, no sé qué me pasa, no sé cómo explicarlo.
—Yo no puedo hacer nada para remediarlo ¿cierto? Parece que nuestra vida juntas te tiene aburrida. —Dije triste.
—Quizás.
—¿Quieres tiempo? lo tienes, no te voy a retener, no quiero que estés a mi lado obligada, no quiero que te amargues la vida, te amo demasiado como para dejar que tu sonrisa y la alegría de tu rostro se apagué.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.