u15337015171533701517 Claudio Esteban

Un romance aparentemente complicado, entre un señor con una doble vida y Daniel; un joven que no está dispuesto a perder en la batalla. Basada en hechos reales, esta historia nos permitirá conocer hasta donde suelen llegar algunos, cuando existe un amor difícil por el que se ha de luchar.


LGBT+ No para niños menores de 13. © Claudio Esteban

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Falsas expectativas

Cierta tarde nublada de otoño, Daniel se veía al espejo en su cuarto de baño, se preguntaba –¿Dónde estará Mauricio? O, mejor dicho, ¿con quién? —repetía, mientras se escuchaba el atomizador disparando su loción Blue, de Chanel, que se aplicaba en la parte baja del cuello. Mauricio, a quien Daniel le llamaba Mau, era un hombre maduro, entrecano, alto, delgado, viril, velludo, de muy buena presencia, y por supuesto, ­un señor en toda la extensión de la palabra.

Daniel comenzó a tratar paulatinamente a Mau, en cierto punto, mediante una relación de cascos ligeros; hasta que terminó enamorado de él. –Este señor, creo que sí quiere, pero no se anima, o, mejor dicho, como que le gusta, pero le asusta, —decía Daniel a sí mismo, mientras fraguaba un plan para conquistar a su próximo objetivo. Existía un pequeño problema, Daniel era muy persistente, no estaba dispuesto a perder por nada, apostaba por el amor verdadero y su desbordante atracción por Mau; pero, éste último, era un hombre ca–sa–do, con una vida hecha y una trayectoria muy respetable; por cierto, muy famoso en el mundo de los negocios, donde siempre le anteponían el tratamiento de “don”.

Mauricio sabía lo que tenía: era inteligente, culto, hábil, y, hasta cierto punto, muy astuto. Era un tipo nada fácil. Con obstáculos, miedos y temores, empezó a “querer” a Daniel. Todo comenzó como un juego de adolescentes, de esos que, primero se quieren, luego se quieren más y, finalmente, llegan a amarse.

–This is the last call for passengers of the flight 2992 to Mexico City, please board immediately at this gate, thank you. —Mencionó la empleada de la aerolínea, en la terminal número 4, del aeropuerto John F. Kennedy, Nueva York. Daniel había estado unos días vacacionando por allá, amaba las ciudades cosmopolitas.

Previo al aterrizaje, él se mostraba ansioso por ver a su amado esperándolo en la terminal aérea, ya que, aprovecharía su escala de casi 10 horas, para estar con el insulso de su pareja. Insulso porque, llegaba a pensar que no lo quería tanto como se lo decía; con mucha inseguridad de por medio, sabía que la distancia en una “relación” afectaba bastante, más cuando estaba con un hombre que no podía corresponderle como deseaba.

Después de varias horas de vuelo, había llegado el momento de reencontrarse. “Quisiera que me lleve a comer, después por un postre, caminemos por las calles de la ciudad con este clima fresco y que luego, se venga conmigo para siempre”; pensaba una y otra vez.

Lo real a lo esperado, fue muy diferente, se perdieron las expectativas para Daniel. Todo terminó en un hotel de paso, encargando comida rápida a la habitación... Así fue como regresó al aeropuerto, para abordar su aplazado vuelo de conexión. Cuando el avión estaba despegando, en contraste con las luces de la ciudad que se veían por la ventanilla, Daniel derramaba discretamente lágrimas al darse cuenta que su aferramiento amoroso, era absurdo.

9 de Agosto de 2018 a las 00:25 4 Reporte Insertar Seguir historia
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Luis César Luis César
Muy real. Te deja pensando que muchas veces lo que deseamos, vienen de una manera que no lo esperamos.
August 09, 2018, 02:21

  • Claudio Esteban Claudio Esteban
    Efectivamente, Luis César. ¡Recuerda que lo inesperado, puede cambiar! August 09, 2018, 03:35
RS Ricardo Sandoval
Fantastico, buena historia de la vida real
August 09, 2018, 00:41

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