sanhari Ann Mari SH

Mitad del siglo XXI la paz tras la guerra continúa acompañada de un auge de prosperidad. El crimen es escaso y los superhéroes de la asociación son más parecidos a celebridades que a promotores del orden y la justicia. En este mundo ha crecido Vladimir Lucien, nacido de una pareja que no debía conocerse. Toda su vida la a pasado bajo la guía de la asociación, misma que lo ha intentado volver un héroe. Cuando un incidente obligue a Lucien a ser parte de un equipo, se verá obligado a actuar como lo que nunca ha deseado ser, un héroe.


Ficción adolescente No para niños menores de 13.

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Asalto.

Bajo los fuertes rayos del sol un chico de cabellos blancos caminaba. A pesar de las condiciones del clima y su chaqueta blanca no parecía estar verdaderamente afectado por el calor. Lucien era un psíquico y usaba sus habilidades para mantener fresco el aire a su alrededor. Cualquiera hubiera descalificado tal acción como un desperdicio, pero no su madre, fue ella quien le había enseñado aquel truco. De haber estado ahí su madre habría acompañado su paso con una sombrilla flotante. Se forzó a no pesar demasiado en su madre y hundió sus manos dentro de sus bolsillos.

Apresuro el paso ante la visión de la cupula de cristal que coronaba el banco. Le hubiera gustado ser un ciudadano de la coalición y estar en sus registros, de esa forma tendría un implante de registro poblacional o al menos una tarjeta, y no estaría caminando en el calor del verano.

Mientras que a Lucien le encantaba la apariencia exterior del banco, construido con un estilo neoclásico, detestaba el ambiente en el interior. La combinación de paredes y suelo blanco, junto a los muebles de reluciente metal y cristal le recordaba al laboratorio, logrando hacerlo sentir encerrado una vez más. A pesar de eso quería llegar al banco tan pronto como sus pies se lo permitieran para disfrutar unos minutos del aire acondicionado.

No tardo en cruzar la puerta giratoria de la entrada principal, disfruto del aire helado que golpeaba su rostro y entraba a sus pulmones. Su exhalación aún no había concluido cuando sus ojos se fijaron en las personas arrodilladas en el vestíbulo. Los empleados y clientes lo miraron con espanto justo cuando el metal helado toco su cabeza a la altura de su oído. Le basto un leve movimiento de sus ojos para ver parte de la pistola que flotaba temblorosa a su derecha.

—¡Al suelo con el resto!

Una voz masculina llego desde el otro lado de los rehenes, escondido tras un pilar estaba el propietario de la voz apuntando con un viejo rifle, tenía el rostro cubierto con un capuchón color crema. Lucien se quedó quieto brevemente. Si lo hubiera querido habría destruido el arma que le apuntaba si hubiera sido necesario había atascado el mecanismo del rifle o detenido la bala dentro del cañón de la pistola. En lugar de ello interfirió el campo a través del cual el hombre controlaba la pistola, no había duda de que le pertenecía al hombre y no necesitaba más para saber que este no era un psíquico entrenado. Su uso de la telequinesis era tosco. Un psíquico de verdad no necesitaría un arma.

Si lo hubiera querido se habría encargado de aquel hombre en segundos, pero no lo hizo. Lucien no era un héroe de la asociación, tampoco aspiraba a serlo. En su situación era mejor esperar a que la policía llegara, si intentaba hacer algo y solo una pequeña cosa salía mal la asociación se aferraría a tal como excusa para obligarlo a volver al laboratorio. Todo sería mejor si no lo intentaba y fingía ser otro rehén. La policía llegaría, ya iría a otro banco o regresaría al apartamento.

Sus pasos dejaron un eco mientras avanzaba para reunirse con los otros rehenes. La temblorosa arma frotaba sus cabellos contra su piel mientras seguía su movimiento. El arma le desesperaba, no por la amenaza, eso era lo de menos, había tenido cañones apuntando a su cabeza en muchas ocasiones, era ese temblor, esa inseguridad que el hombre emanaba, aun con su conexión empática al mínimo recibía las señales del otro psíquico como si fueran gritos. Por puro capricho no bloqueo su nexo, un capricho que tuvo al ver a una mujer que llevaba a su hijo. Estaban a unos pasos de distancia cuando Lucien comenzó a recibir las emociones del niño, un miedo puro, entremezclado con algo que difícilmente se podía etiquetar.

—Todo estará bien, se irán pronto. —La mujer repetía al niño aquello en un susurro que apenas pudo escuchar.

No era un secreto que Lucien extrañaba a sus padres, sobre todo a su madre. Lo que debiera ser envidia por la suerte de aquel niño resultaba en una sensación desagradable en el estómago, también quería estar con su madre y escuchar las mismas palabras que la mujer le susurraba al niño. Deseaba volver a tener la edad de ese niño y dormir con su cabeza en las piernas de su madre. Volver a tener tres años y pasar el verano en aquella Dacha en medio del campo que difícilmente recordaba, pero que en verdad extrañaba.

Sin apartar la mirada de la mujer se dejó caer de rodillas, al toar el suelo el dolor del golpe lo recorrió, aguanto el quejido y le restó importancia a la sensación restante. La pistola que permanecía a la altura de su cabeza avanzo en dirección a la entrada a esperar a la siguiente persona que entrara.

La imagen de la madre y el niño pese a no dejar de incomodarle le provocaba sonreír. No estaba nada mal, no le hubiera importado pasarse de rodillas el resto del día si eso significaba que todo estaría tranquilo, pero eso simplemente no pasaría.

—Lo tenemos.

Desde una puerta al fondo mas allá del psíquico, un hombre salió, usaba una mascara negra, en su mano sostenía un trozo de papel. Podrían ser unos ladrones incompetentes, pero no del todo. Para robar una fortuna podrían haber entrado desde el exterior, era algo que podrían haber logrado con solo una conexión a la red y una computadora. Aparentemente habían optado por la opción difícil, con mayor beneficio. Usando el sistema del propio banco podían borrar los movimientos y volver el dinero imposible de rastrear, todo ello sin tener que pasar horas para evadir todas las defensas del sistema.

Lucien estaba celebrando por dentro que no tendría que la situación acabaría rápido cuando una sombra apareció en el suelo. Frente a el provenía desde la cupula en lo alto. Miro bruscamente hacía arriba para encontrarse con varias sombras. No podáis ser peor momento, no había sonido de ambulancias, el robo estaba terminando. Debía ser una broma cruel. Solo deseaba que no bajaran a través de la cupula. El cristal no se volvería arena, y los trozos podrían lastimar a las personas que lo rodeaban.

Las grietas se extendieron y Lucien se concentró en la cupula. El cristal comenzó a caer y Lucien desvió la caída de los trozos alrededor de donde se encontraban el y los otros rehenes. Las personas apenas pudieron prestar atención los trozos de cristal que los ignoraban en su caída cuando alguien callo desde lo alto.a lastimado. Nadie se daría cuenta.

Las grietas se extendieron y Lucien se concentró en la cupula. El cristal comenzó a caer y Lucien desvió la caída de los trozos alrededor de donde se encontraban el y los otros rehenes. Las personas apenas pudieron prestar atención los trozos de cristal que los ignoraban en su caída cuando alguien callo desde lo alto.

Frente a Lucien en medio de la distancia a la que se encontraban la madre y el niño había aparecido alguien. Con cabello rubio y vistiendo un traje blanco con detalles en rojo, forzaba una sonrisa confiada. Lucien aun estaba centrado en la caída del resto cristales cuando paso a mirarlo. Supo quien era con solo una mirada. Power Soul, el hijo de Power Ultra y el líder del Gold Squad.

—Estamos aquí para ayudarlos.

El joven "héroe" forzó la gravedad en su voz al decir aquella mentira ante Lucien. Por un instante los ojos de ambos se encontraron. Dos tonos de azul contrastando, un azul cálido en una mirada que fallaba en aparentar severidad y otro frio como si el hielo estuviera en su interior. Power Soul se perdió en ese color helado por un segundo antes de darse la vuelta ante el sonido de una explosión. El resto del equipo había bajado ya y habían aumentado el desastre.

—¿Dónde está la policía? —La pregunta de Lucien se quedó al aire.

En segundos se había creado un caos donde los rehenes comenzaban a intentar huir, los ladrones disparaban y las explosiones llenaron el lugar. El ladrón que había amenazado a Lucien con el arma paso a su lado tras ser impactado por una de las explosiones. Estaba tan cerca suyo que le bastaba gatear un poco para alcanzar a tocar su cuerpo herido.

—Ya están a salvo. Power Soul dijo una mentira. Al mismo tiempo en que se giraba para intentar alcanzar al ladrón. El hombre seguía vivo y gemía suavemente, su espalda estaba quemada, con zonas oscuras y algunas en carne viva, eso no era la peor parte. Sus piernas estaban en ángulos incorrectos y uno de sus brazos se había quebrado por encima del codo, el hueso estaba expuesto, la carne estaba desgarrada y manando sangre.

Lucien había visto cosas horribles y lo que tenía enfrente estaba dentro de aquellos estándares. Gateo por el suelo para acercarse al hombre e intento llamar al Gold Squad.

—¡Este hombre necesita atención medica!

Nadie le atendió y al mirar por una respuesta solo pudo ver los cuerpos carbonizados de los otros ladrones. El psíquico se había salado por usar su habilidad al máximo para escapar de la explosión.

El miedo del hombre se colaba con mas fuerza a cada segundo en el cuerpo de Lucien, el pánico y un atisbo de dolor terminaron por persuadirlo. Era bueno que nadie lo hubiera visto, podría ayudar al hombre sin que nadie lo notara.

Oculto con su cuerpo lo mejor que pudo la vista sobre el brazo y con ambas manos toco, a suficiente distancia de la herida, salvar su brazo lo dejaría como una prioridad y después la inmensa quemadura en la espalda. Para que no tuvieran que amputar la extremidad bastaba con reparar los vasos sanguíneos y el hueso con eso podrían salvarle el brazo con relativa facilidad. Comenzó a usar "ese poder" que había heredado de su padre. El hombre se quedó en silencio después de gritar cuando acomodo el miembro. El resto lo hizo rápido, sentío que sus fuerzas eran drenadas lentamente, estaba cerca de reparar por completo el brazo cuando sintió una oleada de emociones detrás suyo.

—¿Qué crees que haces?

Como si la piel ajena quemara Lucien aparto las manos. Sonrió de medio lado. Lo estaban regañando pese a que lo que hacía era correcto. El pobre hombre no merecía morir, tampoco perder las piernas y el brazo. En su opinión su lógica era correcta. Se levanto y se encontró con la mirada de Power Soul solo unos centímetros mas arriba que la suya propia.

—Este hombre puede morir, necesita ayuda médica y tu deberías llevarlo a la ambulancia.

Lucien podía sentir como el chico delante comenzaba a acumular agresión, en los siguientes segundo, las oleadas de emociones negativas comenzaron a llegar por su nexo empático mezcladas con algo más. La sensación era sobrecogedora.

—¿Sabes que es un criminal? —Power Soul tardo lo que parecía una eternidad en encontrar una respuesta la que fuera, se había perdido en la apariencia de Lucien aún más que antes. Había algo extraño, algo que no le permitía dejar de verlo, aunque verdaderamente detestaba esa sonrisa burlona. Y no solo era su aspecto había algo en su forma de hablar.

—Aun así, es una persona.

Una sirena sonó cerca, los vehículos de emergencia finalmente daban señal de presencia. Lucien no despego la irada de la de Power Soul.

—¿No piensas llevarlo a la ambulancia? —Reclamó.

—Hazlo tú mismo si tanto te importa.

De verdad que deseaba golpear al chico enfrente suyo, apenas la necesidad de acercarse y borrarle aquella expresión de burla.

—No es tan difícil.

El hombre a espaldas de Lucien comenzó a levitar lentamente, sin que una sola parte de su cuerpo se moviera, sin el más mínimo tambaleo. Power soul lo miro asombrado. No porque estuviera impresionado, sino que eso lo había hecho explotar. En un par de movimientos cerro el espacio que lo separaba de Lucien y lo levanto por el frente de la camisa. Los ojos de Lucien estaban un poco mas arriba de los suyos, ya no tocaba el suelo, un botón de su camisa cedió y un segundo después golpeo el suelo.

Lucien no reacciono, se concentró en mantener al ladrón en el aire pese a la oleada de agresión que aumento de forma violenta. La influencia de Power soul comenzaba a revolverle el estómago al punto en que mantener su sonrisa era difícil.

—Si podías hacer algo desde el principio, debiste hacerlo.

Power Soul había sido criado con un tipo de lógica diferente, siempre que pudiera hacer algo por aun si eso lo pusiera en peligro lo haría, un tipo de lógica que su padre, un héroe de la asociación le había enseñado. Lucien llevo su mano a la muñeca que lo sostenía y apenas tuvo oportunidad de tocarla cuando las puertas de emergencia sonaron violentamente ante la entada de la policía. Power Soul lo soltó casi lanzándolo al suelo y sin borrar su expresión de molestia le dedico una última mirada.

Mientras la policía seguía a Power Soul en dirección a los rehenes, Lucien se apresuró para salir tan rápido como pudiera. Nadie hizo preguntas mientras corría al estacionamiento hacía la primera ambulancia que pudo encontrar. Ni siquiera los paramédicos hablaron mientras recibían al ladrón en el interior del vehículo.

Realmente creyó que podría irse sin ser notado. Se equivoco. Lo tomaron por el brazo y se dio la vuelta para encontrar a su policía favorito mirándolo con incomodidad. Steve era la clase de hombre que jurarías fue contratado por parecerse a un personaje de alguna serie de detectives, tenia un rostro duro una sombra de barba, un peinado costoso y ojos encantadores. Un aspecto más apropiado para un actor que para su guardián.

Lucien supo de inmediato que Steve no quería llevárselo. Era uno de los pocos que sabía la verdad de su relación con la Asociación de héroes y se preocupaba sinceramente por él, pero no tenía otra opción, Power Soul había hablado con su superior, desobedecer ordenes no era algo que pudiera hacer.

No hubo palabras mientras se dirigían a la patrulla y tampoco hubo resistencia para que el más joven entrara. Steve y su compañero entraron al auto, atrás Lucien miro al edificio del banco. Finalmente se había borrado su sonrisa. Estaba triste, no quería volver al laboratorio quería ir a la universidad, conocer personas y pasear por aquellas calles. Cuando el auto se movió alcanzo a ver a Power Soul junto a un par en la entrada del banco. Había conseguido comprobar ese día era que los informes de la AIH no eran del todo desacertados, Power Soul realmente era un problema.

22 de Julio de 2018 a las 07:30 1 Reporte Insertar Seguir historia
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Conoce al autor

Ann Mari SH Amante de la fantasía y con celos de los escritores de ciencia ficción. Con una afición poco sana a los vampiros y un amor ciego por Drácula. En la escritura soy irregular e irresponsable. En la lectura un hipócrita exigente. Debo mi vida a las buenas historias y por ellas sigo viviendo.

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Dasha P. Schramm Dasha P. Schramm
Hola. Me encanta tu historia. Es super emocionante y me gusta mucho como muestras los sentimientos y las relaciones entre los personajes.
August 31, 2019, 05:01
~

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