Esa noche no fue del todo lo normal, hacia más frio que de costumbre y una frisa con una fuerza desenfrenada, los árboles se mecían como mecedoras y arrojaban hojas secas de derecha a izquierda, que pensábamos que al día siguiente se necesitarían cientos de bolsas para recoger, una de las ramas más larga tropezaba con el vidrio de la habitación de huéspedes y el perro nos miraba con ansiedad de entrar y estar cerca de la chimenea con un hueso, mientras nos encontrábamos fuera de la casa, mama corrió hacia dentro de un susto al oír un sonido extraño que susurraban los árboles, mientras papa apreciaba el paisaje era raro y extraño, mirar hacia el cielo y contemplar las estrellas y el brillar de ellas en una noche como época de lobos, no todos los días sucedía algo así, admirar esta belleza natural era algo prodigioso para todos, pero no todos pensaban lo mismo mientras yo gozaba de la admiración del suceso, saque el celular y me tome una que dos serfies las cuales lucían muy bien con el flas nítido, papa con voz de angustia me pide que vallamos hacia dentro pero no le hice caso, mientras el caminaba hacia el interior de la casa yo a un era testigo de lo que allí frente a mi ojos sucedía, era algo muy espectacular ver el viento, rebotar contra los árboles y sentir el rugir de la noche, el cielo estaba completamente luciente de estrellas y era luna nueva, pensaba más bien que era la llegada de Jesús, pero al cabo de unos segundo el cielo cambio totalmente, cubriéndose de nubes negras y embuchadas de agua, lo que me hizo pensar que una fuerte tormenta sin escrupulos se aproximaba, me tome las ultimas serfíes y corrí hacia la casa, al entrar observe a mama y papa sentados frente a la chimenea con un telón en el suelo, dos velas encendidas una botella de vino y un par de copas, entre mí me pregunte cual sería el motivo de celebración, pues papa seducía a mama solo con su mirada de pícaro, hicieron un brindis sin decir ni una palabra mientras yo hay parado contemplaba el momento, estaba como hipnotizado era algo sencillo pero con mucha magia entre dos almas y corazones, ya eso no era normal, era algo increíble solo en las películas románticas estaba a acostumbrado a ver este tipo de unicon y química entre dos seres humanos, al despertar de aquel bello momento subí las escaleras a ver la habitación de huésped, pensaba que las ramas habían hecho algún estrago, pero al entrar y observar todo, no encontré ninguna novedad solo una foto en la pared de mama cuando era joven y muy sexy, porque coqueta todavía lo era, camine y cuidadosamente cerré la puerta no quería distraerlos de su loca pasión, al ir por el pasillo entre en un estado recordatorio en donde por la cabeza me entro el recuerdo de una novia que tuve y que había perdido por ser un patán, no sé porque todavía la recordaba, era algo que no superaba a un y siempre me preguntaba cuando seria libre de ese recuerdo, en ese entonces era más inmaduro y un completo charlatán algo que papa nunca lo fue, bueno desde mi uso de razón nunca lo ha sido, desesperado corrí hacia el baño prendí la regadera y metí la cabeza quería refrescarme y despejarme de ese recuerdo, a veces sentía que nunca más iba a tener esa oportunidad de nuevo y hasta la fecha sí que más nunca la eh tenido como una maldición en mí, pero me enseñaron a creer en lo que en verdad hay que creer como en Dios, al salir del baño entre a mi habitación, y la note como de costumbre desarreglada, observe las cuatro pareces como diariamente lo hace y tope finalmente con lo último que quería ver, la foto de un viejo amigo, colgada en su lugar correcto, pues el por causas de la vida el destino se fue por delante de él, en ese angosto camino que corres corres pero al final te cansas y las dificultades se apoderan de tus pensamientos y llega ese momento donde el color negro se extiende rápidamente, tome la fotografía que a un empolvada conservaba su autentidad y efectividad de un material llamado roble el cuadro pequeño re cuerdo con tanto vigor, estando aquí dentro me recosté sobre la cama como un tipo cansado y al entender mi brazo derecho tropezó mi brazo derecho con una mesita que duerme cerca de la casa de la parte superior derecha al sentir que algo había caído al suelo me pare con la peor de las perezas tome, recogí el libro y al darle vuelta y leer el titulo me topé con ¡ Canto y me celebro a mí mismo de walt whitman que durante un tiempo fue una obra que me entusiasmo mucho y me ayudó mucho con el significado de ser una persona exportar nea y correcta, después de quedar un tiempo pensativo lo coloque de nuevo sobre la mesa y me acosté a dormir a dejar que la noche siga corriendo mientras mi cuerpo reposa.
Fin:
Autor: Jorgeluis Guerrero Gomez
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