tupulpanegra Pulpa Negra

Dedicado a aquellos viajes en auto, donde el tiempo parece un enemigo y la imaginación vuela a lugares siniestros


Cuento No para niños menores de 13.

#295 #291 #256 #336 #dream
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Ahogado

El sol se encontraba en el punto más alto del cielo, el calor abrumador descendía por entre las nubes sumergiendo todo a su paso, distorsionando el paisaje. Grandes lagos que ardían sobre la superficie de la carretera se evaporaban justo antes de que mi automóvil se ahogara en ellos. Era quizá el verano más caluroso que había vivido.


Estaba tan estupefacto por el efecto del calor que no observe un clavo que ya hacia en el pavimento y que destruyo una de mis llantas, me vi forzado a detenerme en un hotel, el cual jamás había visto en todas las veces que había pasado por allí. Quizá era por que nunca me había molestado en detenerme y observar con detenimiento el paisaje que me rodea cuando recorro estos terrenos; sin más ni menos me decidí alojarme en aquel lugar, por lo menos en lo que reparaban mi automóvil.


El hotel me parecía un lugar reconfortante aunque un poco descuidado y viejo. Eran pocos los huéspedes que se encontraban allí, sin embargo no me resultó extraño pues estando en un lugar tan recóndito, quién conocería dicho lugar.


La reparación de mi automóvil había tardado más de lo que esperaba, pasaron quizá semanas y sin una señal del mecánico que se supone que me auxiliaría. Poco a poco los huéspedes empezaron a marcharse y el hotel se volvía cada vez más solitario, haciéndome desear que mi estancia allí se terminara.


Una tarde el aburrimiento era tal que empecé a recorrer el hotel, cuando llegue al estacionamiento me extrañe de ver los automóviles de la mayoría de los huéspedes aun estacionados, como si ninguno se hubiera marchado. Creí que tanto calor afectaba mi cabeza y que no era que los huéspedes se habían marchado sino que simplemente ya no coincidíamos y por lo tanto ya no los veía.


Pasando el estacionamiento se encontraba una alberca con el agua turbia desconcertado me acerque a la orilla para observarla mejor cuando una mujer grito a mis espaldas -¡Por favor no se aproxime más! El agua está sucia y no es ni siquiera saludable verla de lejos- no le di mucha importancia y continúe mi camino, la noche caía sobre mis hombros y decidí regresar a mi habitación.


El calor que había hecho durante el día se había asentado sobre la superficie de la tierra elevando así aun más la temperatura, la sofocación era tal que me costaba concebir el sueño. Tome mis sandalias y me dispuse a recorrer el hotel. La oscuridad me hundía fundiéndome con la soledad de los pasillos, la resonancia del escalofriante silencio sucumbía incluso el cantar de los grillos. Caminaba sin rumbo por los jardines cuando un violento grito turbó el silencio nocturno, mis cabellos se erizaron y por un momento titubeé pero después de unos segundos me dirigí hacia donde provenía aquel terrible sonido.


Entonces llegué a la zona de la alberca; pálida como un muerto apareció una mujer por entre las sombras justo frente a mi. Hablaba de una criatura extraña que al parecer había surgido de las profundidades del agua, sus ojos se llenaron de pavor; su voz se torno espeluznante, trémula y ronca cuando me susurro que un monstruo octópodo nos observaba.


Señaló frenéticamente mi pierna: estaba enredada en un gigantesco tentáculo, estupefacto lo contemple. El miedo recorrió mis venas como electricidad y caí cerca de la orilla, la oportunidad perfecta para que me sumergiera fue entonces cuando apareció frente a mis ojos todas aquellas personas desaparecidas que se habían fundido con el agua volviéndola turbia y pude visualizar con claridad a aquella horripilante criatura.

12 de Abril de 2018 a las 21:32 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Pulpa Negra Dos hábiles pulpos | Amantes de Libros & Adictas a la Fotografía

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