La Era Suprema: The Rebel Red Seguir historia

Callus había estado fuera del planeta Ragamir durante un año entero, con la importante tarea de ayudar a un grupo de rebeldes en Ergon, que combatían con valor contra las fuerzas oscuras. Walter se quedó para encabezar el grupo élite de soldados de Ragamir, en un intento por sentirse útil mientras Callus estaba fuera.

Walter recorría la ciudad en una especie de moto en forma de disco, pasando autos y dando piruetas por donde quiera. De pronto la radio sonó, necesitaban atención urgente en el distrito XFW, uno de los más lujosos. Walter tomó camino hacia allá, y mientras lo hacía, vio que entre los edificios había otras motos siguiéndolo. Su equipo élite había llegado.

Una mujer dio una instrucción desde la radio, dando una descripción del vehículo y que debía capturarse tan pronto como fuera posible. Walter vio pasar por encima de él aquel vehículo, su moto-disco dio una vuelta completa y salió disparada con un az de luz azul.

Aquella nave subía y bajaba, luego dos motos de la élite le bloquearon la salida, la nave dio una pirueta y se metió en un orificio entre los edificios. Walter lo siguió a toda prisa, luego se irguió en su asiento regalando sus ojos al objetivo.

Presionó un botón y con un pequeño rayo de luz, la nave de Walter desapareció. Hubo silencio. De pronto, Walter reapareció frente a la nave fugitiva y ésta cayó al suelo en un intento por evadirlo.

Salió un hombre robusto.

Se dirigió hacia Walter que se bajaba del vehículo sin percatarse de él.

El hombre lo tomó del cuello y lo alzó.

-¡Uy! ¿No querrás... Argh... Hablarlo... Primero...?

-¡Pff! ¡Tonterías! Yo me largo con mi dinero. Pero antes...

-Argh...

-Me aseguraré de que no me sigas.

De pronto, un láser rojo atravesó el pecho del hombre, quien soltó a Walter y cayó al suelo de rodillas, para luego desplomarse en el concreto.

Ahí estaba él, con el arma en alto, manteniendo siempre su sonrisa juguetona, mirándolo con sus ojos naranjas.

-¡No temas, camarada! ¡He llegado a salvarte!

-¿Callus...? ¡Cal!

Walter corrió y abrazó a Callus lo más fuerte que pudo. Sentía que lo conocía desde nacimiento.

-¡Uy! ¡No tan fuerte...!

-¡Camarada! ¿Qué ha sido de ti? ¡Cuéntamelo todo!

-¡Claro que lo haré! Pero sin prisas, todo a su tiempo.

-¡Qué va! ¡Dímelo ya!

-Muy bien mi amigo, ¿Qué te parece si nos damos un trago? Como en los viejos tiempos.

-Como en los viejos tiempos.