alexis-lujan57 Alexis Lujan

Edward Taylor es el sobreviviente de un supuesto accidente de trafico que acabo con la vida de muchas personas, pero que en realidad fue un atentado por parte de unos seres llamados demonios. Ahora, meses despues, intentará ajustarse a su nueva vida manteniendo el balance del mundo como miembro de la organizacion Roswell, quienes en secreto lideran a los cazadores de demonios para mantener una vida pacifica para el mundo.


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Capitulo 1: Asignado a una nueva región

El día había terminado en un abrir y cerrar de ojos, ha sido un viaje largo para cualquiera que cambiara de vivienda en cuestión de días. Por una parte los pasaportes, filas, registros de aduana, la visa, entre otras y por otra tenemos los largos procesos implicados en el despegue de los vuelos y los transportes posteriores a salir del aeropuerto en su respectivo momento. Lo que se convirtió en una ocupada y tediosa tarde llena de procedimientos de viaje finalmente llego a su fin para este chico, quien luego de varios sucesos que recientemente lo habían involucrado lo llevaron a vivir de ahora en adelante en ese lugar.

-Aquí es, finalmente llegamos.-

Dijo la persona que conducía el carro, un hombre moreno de traje bastante costoso y cuya estatura era apenas menor a la de nuestro caucásico protagonista de quince años de edad. El chico miró el exterior de la residencia, la cual no tenía nada que envidiar a las zonas más prestigiosas de la región.

-Por un momento llegué a pensar que no llegaríamos el día de hoy.-

-¿Las zonas fronterizas te hicieron pasar un mal rato?-

-No exactamente, pero creo que exageraron con los procedimientos.-

-Debes comprenderlos un poco, las normas de inmigración han sido bastante estrictas desde la tercera guerra debido a los atentados.-

-A pesar de todo lo que nos han recalcado eso en la escuela sigo pensando que es un poco exagerado poner todas esas reglas.-

-Puede ser, pero la ley es la ley.- Hizo una breve expresión de risa, apenas perceptible.- Bueno, pasare contigo mañana en la mañana para explicar los detalles de cómo será tu vida en adelante. Adentro habrá más gente como tú, pero son contados así procura no hablar sobre demonios a menos de que te llegues a encontrar con otro cazador.-

-¿Hay alguna señal de cómo es ese cazador?-

-Por ahora lo dejaré como una sorpresa, la conocerás en la mañana cuando los presente. Lo más probable es que no te encuentres con ella en lo que resta de la noche.-

-Está bien, será un placer conocer a un compañero. Bueno, entonces nos vemos mañana.-

El chico se bajó de la camioneta y entró al edificio por la puerta principal, una mujer joven esperaba en la entrada como parte final del procedimiento de llegada.

-¿Eres el señor... Edward Taylor?-

-Sí, ese mismo.-

-Lo estaba esperando, bienvenido al recinto "Claro de Luna" de la fundación Rosswell. En unos momentos tendremos lista su ubicación. Mi nombre es Maya, espero nos llevemos bien.-

-Mucho gusto, pero de ser posible me gustaría que no nos habláramos con tanta formalidad. ¿Cómo decirlo? Me hace sentir un poco incómodo.-

Ella suspiro.

-Gracias por el dato, con todo el tipo de gente que suele ir y venir a este lugar a veces no sé cómo referirme a los que llegan.-

-Ya me lo imagino, he conocido a algunos estudiantes becados por la fundación y muchos de ellos son un "espectáculo".-

Ambos partieron de risa por unos momentos, hasta un miembro del personal le entregó la llave a la señorita.

-Por lo visto nos llevaremos bastante bien, de eso no hay duda.-

Posterior a eso ella lo condujo por la plaza dentro del recinto y tras subir tres pisos de escaleras y avanzar algunas habitaciones llegaron a una que portaba en la puerta el número 302. Abrieron la puerta y el interior tenía un ambiente agradable, una habitación de color azul amueblada como en el interior de una pequeña casa para una familia pequeña. Una sala, un baño, un comedor separado de la cocina por medio de una barra, y una habitación.

-Sería esta, espero que te agrade.-

-Bueno, pues de hecho... es mejor de lo que pensé. ¿Están seguros de darme este apartamento?-

-Más que seguros, siéntete cómodo el tiempo que estés a nuestro cuidado.-

-Se los agradezco.-

-No es nada, tengo que retirarme ya que mi turno de trabajo ha terminado. Tengo una hermana que trabaja en el turno de la mañana, por las noches solo se encuentra el equipo de vigilancia en las instalaciones. El encargado se llama Stan, dile que eres conocido mío y accederá a ayudar en lo que necesites.-

-De acuerdo, gracias.-

La señorita se marchó del lugar, lo último que se vio de ella por la puerta fue su larga y ondulada cabellera color rubio claro, saco y vestido claros, siendo iluminados por las luces de la instalación. Una vez se cerró la puerta Edward se quedó solo, al menos en el plano físico.

-Te noto muy serio, ¿estás bien?- una voz resonó en la mente de Edward, de hecho era el la única persona capaz de escucharla.

-Lo estoy Zoey, es solo cansancio.-

-¿ha sido un largo viaje verdad?-

Edward sonrió al tiempo que aventó su equipaje hacia la cama y se recostaba junto a ella.

-Y vaya que lo ha sido, aunque las fotos tomadas camino aquí valieron la pena.-

-Siento haberte metido en tanto líos.-

-No te preocupes, lo hiciste para salvarme ¿no?-

-En eso tienes razón.-

-Entonces no tenemos nada que discutir al respecto de eso, la guitarra esta con el resto del equipaje y por eso no llegara hasta mañana.-

-No te preocupes, podrás tocar para mí en otra ocasión. Por ahora descansa, lo necesitaras.-

-De acuerdo, buenas noches.-

-Buenas noches.-

Zoey era la voz de una amiga que Edward tuvo en la infancia, pero por circunstancias de la vida ya no estaba presente en el mundo de los humanos. No obstante su deber en ese mundo actualmente era abogar por la seguridad de Edward, y a partir de ciertas circunstancias ella terminó comunicándose con él desde el más allá y acompañándolo en su día a día. A pesar de no llevar mucho tiempo "juntos", ambos habían estrechado su amistad recuperando así años de no haber podido hablar luego de su muerte. Ella residía en alguna parte del interior de Edward y desde ese lugar abogaba por él ante una entidad superior.

Zoey terminó de hablar con Edward y comenzó un profundo sueño desde el solitario lugar en el que se encontraba.

A la mañana siguiente...

Sonó el despertador del celular que Edward preparó previamente, eran las 5:00 de la mañana para en ese entonces. Eso significaba que había dormido cerca de siete horas seguidas. Aún faltaban varias horas para que la persona que lo dejó en la residencia de la fundación pasara por él, pero Edward quiso que las cosas fueran de ese modo para alcanzar a descansar y prepararse para un nuevo y posiblemente largo día. Trató de sentir la presencia de Zoey pero ella no respondía, es probable que siguiera dormida y si fuera así prefería no despertarla. Entonces sacó un cambio de ropa y algunas cosas que acomodó en el amueblado de la habitación, la mayoría de ella eran fotos de cuando era un niño. Dichas fotos tenían un enorme valor sentimental para él. Posteriormente optó por tomar una ducha y prepararse para ser recogido por el hombre de la fundación.

-Ya me voy.-

Dijo, mirando hacia una fotografía de una chica que cuidaba de él cuando era niño. Esta última persona era su hermana mayor, quien falleció varios años atrás en un accidente de tráfico cuando él tenía apenas unos cinco años de edad y desde entonces aprendió a valerse por sí mismo para aligerar la carga de quienes estuvieran cuidándolo. Y fue entonces que ya sin algún pendiente que lo retuviera de estar en el apartamento cerró con llave y se marchó hacia la entrada. A esa hora del día no había nadie en recepción y eso era un lastima ya que esperaba conocer a la hermana de la señorita que tan amablemente lo atendió la noche anterior. Salió por la puerta principal y subió al auto blanco que lo estaba esperando, nuevamente el auto era conducido por el hombre que lo condujo la noche anterior pero esta vez había una diferencia notoria, junto a Edward se encontraba sentada una chica que aparentaba ser de la misma edad que él. Por su tez blanca, complexión física que era envidiable a algún tipo de modelo y su cabellera rubio extra claro del largo de una melena que fácilmente llegaba hasta los hombros su presencia era evidente.

-Buenos días.-Edward saludó.

-Buenos días.- Ella contestó el saludo.-

-Buenos días joven Taylor, parece que amaneciste bien.- Esa fue la manera de responder del hombre al volante.

-Fue una buena noche señor Marti, realmente necesitaba ese descanso.-

-Me alegra que te haya servido, permíteme presentarte a la joven Alia Winterlight.-

-Mucho gusto.- ella asintió

-Ella es la persona que te decía cuando llegamos. A diferencia tuya la señorita Winterlight ya tiene experiencia trabajando con nosotros desde hace algunos años, así que ella comandará a los cazadores que vengan en tiempos venideros. En fin, tengo algo que mostrarles a los dos el día de hoy y es esa la razón por la que pedí que vinieran esta mañana y busqué presentarlos de esta manera.-

-¿Algo que mostrarnos?-

-En efecto, señorita Winterlight. Aún hay algunas cosas que no conoces y que tal vez te puedan interesar.-

-Hmm.- su expresión se alegró al escuchar eso.- de manera que aun guardan algunos secretos. Bueno, si es así veamos si eres capaz de sorprenderme.-

-Entonces vamos.-

El hombre pisó el acelerador y el carro tomó ruta a un almacén ubicado a las afueras de la ciudad, tenía el logo de una león dentro de una flor y algunos detalles como ramas y hojas a los lados, ese era el símbolo de la fundación Roswell. Una fundación dedicada a encontrar jóvenes genios y talentos en la época de la "Revolución Digital" para mejorar nuestra sociedad hacia un mundo mejor a través del impulso a sus proyectos. La fundación Roswell era conocida en todo el mundo y había una vasta cantidad de laboratorios en cada país a partir de que la tercera guerra mundial finalizó décadas atrás, por supuesto había más organizaciones como esta, pero esta fue la primera y era la más notoria de entre todas. El almacén abrió sus puertas y el carro continuó avanzando lentamente mientras las maquinarias de movían de un cuarto a otro, cada uno atendiendo algo distinto.

-Bienvenidos a los laboratorios de la fundación Roswell se la sección "Luna", seguramente ya saben a qué se dedican estos lugares.-

-Es un tanto de cultura popular esto, pero creo que es un poco obvio que esa es la tapadera de todo esto.- respondió Alia sin titubear.

-Sí, es cierto eso. Pero aun así también es cierto que realmente lo apoyamos y tenemos evidencias de ello.-

El hombre señaló hacia su izquierda, había seis aparatos voladores alrededor de una pesa de aproximadamente 20 libras. Todas y cada una de ella proyectaba una luz apuntando hacia la pesa y poco a poco la pesa se movía como si una moneda estuviera a punto de caer, girando sin parar, lentamente.

-Eso que ven allí es un experimento de manejo de gravedad de los objetos, esos drones que ven alrededor de la pesa reducen el peso de las cosas por medio del proyector y el rango que abarca la luz de este funciona como una especie de brazo que sirve para intentar levantar las cosas.-

-Suena bastante útil.-asintió Edward.-

-Pero aún estamos resolviendo como mantener el peso a un nivel útil para levantar las cosas pesadas. Tomará algo de tiempo, si gustan mirar a su derecha encontraremos algo un poco más interesante.-

Ahora señaló a una habitación que tenía en su interior a una persona montada en una enorme estatua con forma de minotauro, que sorprendentemente se movía como si realmente fuera una criatura viva.

-Esa cosa de allí es un minotauro de piedra creado a manera de holograma.-

-No se ve muy innovador que digamos.-

-Puede ser, pero ¿ha visto anteriormente que un holograma tome forma física en nuestro mundo?-

-No, pero me imaginaba que no faltaba mucho para esto. He leído bastantes artículos últimamente.-

-Pero la razón para venir a este lugar no es un simple recorrido turístico. Ya casi llegamos a nuestra causa.-

El auto dio vuelta a una de las habitaciones que prohibía el paso a personal no autorizado y se estacionó donde las personas encargadas les indicaron.

-Seguiremos el resto de camino a pie, ya no falta mucho. Síganme.-

Todos bajaron del auto para después caminar hacia otra puerta dentro de dicha enorme habitación, el interior tras esa puerta resultó ser un moderno y sencillo ascensor en el cual el hombre que los escoltaba a los tres presionó uno de los botones que los llevaba a uno de los pisos subterráneos. Durante ese rato nadie dijo una sola palabra hasta que se abrieron nuevamente las puertas del ascensor, una vez llegaron a su piso destino.

-Buenos días, jóvenes cazadores. Mi soy la doctora Amy Leonhart-

Mostrando una sonrisa seria, fría y calculadora, una mujer con rasgos americanos que rondaba casi los treinta años de edad y vestía como lo haría algún tipo de trabajador de alguna clínica los estaba esperando en la entrada para darles la bienvenida.

-Es un placer conocerlos, jóvenes Taylor y Winterlight. También es grandioso verlo de nuevo señor Marti.-

-Ha pasado tiempo, ¿estarás a cargo de esta sección?-

-Me ascendieron hace algunos meses, así que podemos decir que sí.-

-Lo tenías merecido.-

-Ya tendremos tiempos para hablar más tarde, por ahora ¿le parece si atendemos nuestros asuntos primero?-

-Siempre tan seria, no has cambiado nada. Bien, vayamos a lo que íbamos.-

-Gracias. Bien, prosigamos.-

Ella presionó algunos botones de un control que llevaba en la mano derecha y eso provocó que la mesa que se encontraba en el centro de la habitación se abriera dejando un hueco en medio, mismo por el cual subiría después una segunda tabla que tenía encima varios instrumentos. Uno de estos era una lente especial que se agregaba a los celulares de esa época, normalmente utilizados para mejorar la potencia de estos. Otro objeto en la mesa era un aparato móvil de lo más parecido a un reloj de mano combinado con la tecnología móvil, el modelo de esa cosa era similar al de un Apple Watch de los inicios del siglo en curso. La tercera era una carta cristalina que parecía ser compatible con el reloj al ser similar a los chips. Y finalmente teníamos un brazalete de plata que no parecía tener nada fuera de lo común, un lindo diseño pero nada que diga que solo es para hombre o mujer.

-Como sabrán el deber de un cazador de demonios es mantener el equilibrio entre la aparición de seres sobrenaturales que se alimentan de todo lo viviente en nuestro mundo, siendo nosotros los humanos su alimento favorito, y por otra parte ayudar a reparar el desequilibrio espiritual provocada una vez que la tercera guerra mundial finalizó. Pues bien, hemos estado recibiendo algo de retroalimentación de algunos de nuestros científicos asociados con la caza de demonios para buscar mejorar nuestra eficiencia al ayudarlos y tras varios años tenemos listos varios prototipos que queremos que prueben.-

Alia levantó la mano en ese momento.

-¿Diga?-

-¿Cuál es la razón de darnos estos prototipos?-

-Es sencillo, oficialmente estos aparatos todavía no existen y solo son un rumor. Por otra parte la sección Luna es nueva y poco conocida así que si pasa algo podemos calmar la tormenta más fácilmente.-

-Espera, ¿eso quiere decir que nos utilizaran como ratas de laboratorio?- Edward se incomodó con esa respuesta.

-Tranquilo, tengo casi la total seguridad de que esos aparatos funcionan.-

-¿Casi la total seguridad?- Esto parecía general un mal presentimiento.

-En el peor de los casos podrías generar un micro-agujero negro y mandar al carajo lo que esté a tú alrededor pero la probabilidad de que ocurra es de un 5%.-

-¿Y le parece poco eso?-

-Oh, vamos querido solo son estadísticas y estas a veces pueden equivocarse.-

Suspiró.

-No sé si tomar eso como algo bueno o algo malo.-

La doctora Leonhart tomó el primer dispositivo, la lente de celular.

-Esto señores, es un neuralizador. Es un dispositivo para manipulación de la memoria, si bien ya sé que contamos con habilidades mágicas que permiten esto preferí por dar luz verde a este artefacto ya que los daños neuronales son mucho menores a jugar con los cerebros de los testigos.-

Una grabación se activó en la pantalla al fondo de la habitación, eran las pruebas hechas a distintas personas. El lente realizó un parpadeo de luz típico de las fotografías tomadas en lugares obscuros en algún sitio de la ciudad y posteriormente las personas entraron en un estado similar a la hipnosis.

-Durante los siguientes las siguientes dos semanas cada uno de ustedes vendrá y dejará aquí un ramo de flores por cada día de la semana que pase en este buzón, dejará una carta en blanco a Jaime Soria y regresará a casa olvidando lo sucedido.-

-La grabación es real, y esto lo hicimos con gente que iba pasando. Ni siquiera está relacionada con el proyecto pero eso es lo que hizo las pruebas más interesantes. Ahora observen bien lo que sigue.-

Continuó las grabaciones, las cámaras de seguridad indicaban distintas fechas pero sin importar eso las personas dejaban un ramo de flores y una carta al buzón. Una vez pasado ese tiempo un sujeto desconocido al experimento visitaba a los sujetos de prueba afirmando ser Jaime Soria, una persona que obviamente no conocían.

-Cuando las personas fueron visitadas por el destinatario de la carta quedaron desconcertadas una vez que vieron que ellos mismos mandaron la carta pero no lo recordaban. El experimento fue un éxito. Solo hace falta probarlo en una situación de verdad, una cacería de demonios.-

Tomó entonces el reloj y la carta cristalina en sus manos, abrió un compartimiento del reloj y metió dentro la carta cristalina.

-Estos dos de aquí vienen juntos, estamos hablando de un compactador de materia y un disco de almacenamiento en tres dimensiones. Observen muy bien lo que hacen estas dos cosas juntas.-

Realizó algunos ajustes en las opciones del reloj, apuntó hacia un área vacía y presionó uno de los botones. Acto seguido el reloj proyecto un haz de luz que poco a poco proyectó un pequeño perrito.

-Seguramente vieron algo parecido camino para acá, por favor no le digan a los chicos. No queremos desanimarlos con su proyecto. Esto es un enfoque distinto a su idea y lo llamo "Compactador de materia", técnicamente convierte cualquier objeto físico tangible en datos digitales, eso incluye seres vivos por supuesto.-

-¿Entonces podemos convertir a la gente en información para meterla en el reloj?- Alia se veía muy interesada en este aparato.

-Es correcto, con esto se espera que podamos en un futuro optimizar los rescates en las misiones. Aunque hace falta algunos ajustes.-

-¿Qué tipo de ajustes?-

-Esto no debe ser de conocimiento público, si un compactador de materia cae en manos equivocadas podríamos caer en un nuevo tipo de asesinado imposible de probar. Los datos de las personas son como archivos de computadora y por lo tanto son borrables en cualquier tipo de computadora. Pero en fin, ya que hablamos de prototipos ya pensaremos en eso luego de que entren en acción. Lo que realmente podría interesarles es lo siguiente.-

Ella reacomodó los objetos anteriores y se dispuso a tomar el brazalete.

-Normalmente los cazadores de demonios que mandamos a una misión hemos tenido que contactarlos para que se preparen adecuadamente en caso de una batalla contra algún tipo de demonio y como sabrán eso toma más tiempo del debido. La forma de ahorrar ese tiempo se reduce a esta pulsera, sirve para reforzar la materia que acompaña al cazador de demonios.-

-¿Reforzar?-

-Todo lo que acompañe al cazador de demonios que lleve puesto el brazalete automáticamente se volverá más resistente.-

Una vez dicho esto sacó una navaja de cacería con un filo de aproximadamente 30 centímetros de largo y sin pensarlo dos veces rasgó una de las mangas de su bata de laboratorio que llevaba puesto en estos momentos. Después de haberlo hecho se puso el brazalete en su mano derecha y comenzó a emitir una luz verde esmeralda.

-Vaya, así que el color de mi aura es verde esmeralda. ¡Qué lindo!, ahora bien ¿Quién quiere probar intentar perforarme con esta navaja?-

-Yo paso por ahora.- Edward dijo con un poco de nerviosismo solo de imaginarlo

-No por ahora, pero gracias por la oferta.- Alia seguía observando, pero rechazó atacar.

-¿Hay algún problema si soy quien lo intenta?- preguntó el señor Marti, su expresión de burla ante tal situación no dejaba un buen semblante. De hecho su mirada decía muerte con y solo echar un vistazo alguien podría deducir que había que alejarse del lugar. Por su parte ella respondió con una expresión parecida, guardó el cuchillo en su funda y la arrojó al señor Marti para que este la atrapara.

-Adelante.-

-Bien... ¡con su permiso!-

Sin ningún titubeo el señor Marti se acercó y atacó de manera letal tratando de perforar un de los pulmones de la doctora, pero sorprendentemente la navaja rebotó como si hubiera topado con alguna estructura demasiado sólida, justo en ese mismo instante la expresión tan confiada del señor se tornó preocupada y unos instantes más después la doctora colocó un lapicero a quemarropa justo en el cuello del señor y oprimió un botón que terminaría por electrocutarlo y hacerlo caer al suelo.

-Señor Marti eso fue de muy mal gusto, ¿se da cuenta de que si no llevaba puesto el brazalete eso significaba la muerte?-

-Jeje, pero no moriste.-

-Tú nunca vas a cambiar, si tienes la oportunidad de atacar sin contemplación nunca optas por ahorrar sangre.-

-Mi deber es eliminar testigos...-continuaba retorciéndose un poco mientras se ponía de pie nuevamente.- cuando las situaciones se vuelvan demasiado complicadas.-

-Dios, pero eso no significa matarlos. ¿Por qué crees que los neuralizamos?-

-No siempre es tan efectivo como crees.-

-No voy a discutir contigo esta vez, no estoy de humor para hacerlo.- Suspiró.- Bueno, como acabaron de ver una vez que el brazalete se activa lo que entra en contacto con el usuario se fortalece. ¿Cuánto lo hace? Pues eso dependerá de la fuerza del cazador de demonios. No obstante aun es recomendable continuar usando el equipamiento de seguridad siempre que sea posible.-

Finalmente se quitó el brazalete y lo acomodó en su lugar, para después guardar todos los objetos previamente mostrados.

-Les daremos un modelo de cada prototipo antes de que se vayan. ¿Hay alguna duda antes de irse?-

-Por ahora ninguna, más bien muero por probarlos.-

-Me alegra que le hayan gustado señorita Winterlight. ¿Alguna duda señor Taylor?-

-Por ahora ninguna.-

-De acuerdo, en ese caso creo que sería todo. Gracias por haber venido, les avisaremos si pasa algo.-

Terminó la reunión en los laboratorios de la fundación Roswell y sin tener algo que hacer, los chicos fueron llevados nuevamente a la residencia. No hubo mucha plática durante el tramo de un lugar a otro, una vez llegaron ambos recogieron la bolsa que llevaban con ellos, las cuales tenían dichos prototipos en espera de ser probados. Cuando Alia salió del carro, justo antes de que Edward entrara al edificio se detuvo por un momento.

-Señor Marti...-

-¿Qué sucede señorita Winterlight?-

-¿Habrá algún problema si le enseño a Edward ese lugar para probarlos?-

-¿Te refieres a ese lugar? Pues... adelante, ese lugar lo construimos específicamente por ustedes. Solo no te sobrepases, aun es un novato.-

-Lo intentaré, gracias por todo.-

El señor Marti se fue y Edward se quedó observando a Alia, mostrándose alegre a diferencia de momentos atrás.

-¿Te gustaría acompañarme? Hay algo que quiero mostrarte.-

-Por mi está bien.-

-En ese caso sígueme.-

Edward no preguntó ya que pensó que si le pidió permiso al señor Marti para ir a ese lugar entonces significaba que no era algo que debía conocerse al público en general. Por otra parte a lo que había visto en toda la mañana Alia no era del tipo de chica que se emocionara por cualquier cosa, de hecho había notado que muy pocas cosas captaban realmente su atención así que le dio curiosidad que podía interesarle tanto como para alegrarse de esa manera.

Ambos atravesaron la plaza de la residencia y entraron a uno de los cuartos de conserjes gracias a una de las llaves que Alia llevaba en su llavero. Además de las típicas cosas que suele haber en las sala había otras salas de limpieza esta tenía la peculiaridad de que justo detrás de la puerta se encontraba otra más, una que era imperceptible por fuera gracias al grosor de las paredes del edificio, y que además al abrir esta llevaba a un ascensor que tomarían para bajar a un lugar que llevaba a un largo pasadizo hasta finalmente llegar a una enorme habitación subterránea vacía. El tamaño de la habitación era enorme, posiblemente al tamaño de un supermercado. En las paredes de los alrededores había algunas puertas. Finalmente Alia suspiró como signo de satisfacción.

-Este es el lugar que quería mostrar, la fundación nos lo entregó como área de pruebas. Es más resistente que el resto de las estructuras de la ciudad. ¿Qué te parece?-

-Pues... es una sorpresa que algo de este tamaño estuviese debajo de nosotros. Ciertamente era de esperarse.-

-Ahora, que tal si me muestras un poco de lo que eres capaz.-

Alia se colocó el brazalete que les acababan de entregar, de manera repentina alzó su mano de tal manera que frente a ella se generó una lanza con algún parecido a una combinación entre báculo y tridente, y con este mismo se dispuso a atacar a Edward sin previo aviso.

-Esa postura... ¡Edward, cuidado!-

La voz de Zoey irrumpió justo en el momento adecuado y Edward fue capaz de saltar hacia uno de los lados para esquivar un golpe de esa cosa, la cual simplemente retumbó por los suelos señalando lo pesado que era.

-Esa cosa venía con intenciones de matarme.-

-No, no iba a matarte. Solo a herirte gravemente si no lo esquivabas.-

-¿Y te parece poco eso?-

-Estas por entrar a un mundo obscuro, mejor dicho ya estas dentro, así que mejor ponte el brazalete y demuéstrame lo que tienes.-

-¿Por qué haces esto? No se supone que peleemos entre nosotros.-

-Si no estás preparado solo entraras al suicidio, al menos ayúdame a confiar en que no morirás. Prometo que no pasará nada grave.-

Edward lo pensó, pero viendo bien las circunstancias actuales de su vida...

-Está bien, lo prometo.-

-Prepara tu arma y en guardia.-

-De acuerdo, ven cuando quieras.-

-Edward, no como decirte eso pero...-

-Descuida, ella solo quiere ver nuestra fuerza ¿verdad?-

Edward no tuvo necesidad de hablarlo en voz alta, ya que era capaz de hablar con ella simplemente con el pensamiento gracias a que ella intercedía dentro de la mente de Edward.

-Pero si te pasa algo...-

-Procurare que no suceda y que termine de una vez.-

-¡Agh!, ya que, te avisaré si encuentro algo que pueda ayudarte. Solo eso puedo hacer por ti.-

Edward, tras materializar una espada y empuñarla en sus manos, miraba hacia todos lados tratando de adivinar por donde atacaría esa chica, ya lo hizo una vez tomándolo por descuido, y sabía que si no tenía cuidado esta vez saldría severamente dañado a pesar de no ser un golpe mortal. Pensando en que ella justo ahora mismo apuntaba con el báculo trató de adivinar cuál sería el siguiente movimiento, no obstante Alia no era de pensarlo tanto y aprovechó esa posición de indecisión para lanzarse nuevamente de la misma forma que lo hizo en un principio pero esta vez Edward decidió recibir el golpe con la espada. Dicho impacto trabó los movimientos de ambos y para liberarse cada uno de ellos dio un salto hacia atrás. Estos últimos dos movimientos de combate le dieron información a Zoey que podía serle útil, ya que era capaz de recolectar información de cada batalla de Edward.

-Ten cuidado, ella tiene estadísticas de agilidad y resistencia. No obstante puedes aprovecharte de que no tiene mucha fuerza que digamos.-

-¿Mucha fuerza? Pero si estoy utilizando más de la debida para contraatacarla, ¿será ella un usuario de determinación?-

-Es probable, así que ten cuidado. No sabemos a qué está jugando esa chica.-

-Veamos cuanto aguanta.-

-Espera, ¿Qué dijiste?-

Edward se emocionó al instante y de un momento a otro corrió hacia ella con unas agresivas intenciones de hacer daño. La chica estaba respondiendo a cada uno de los ataques de manera apresurada haciendo uso de su báculo.

-Sé que no estas peleando en serio, ¿Qué es lo que esperas?-

-No ha habido nada que me obligue a considerarte peligroso aún.-

-¿No crees que decir eso es un poco imprudente? Voy a hacer que te arrepientas si no me tomas más en serio.-

-Ya quisiera ver a un novato enfrentarse a un veterano en esto.- dijo bastante confiada, cosa que no le gustó mucho a Edward, quien también sonrió.

-En ese caso no digas que no te lo advertí.-

Edward aumentó la fuerza en los siguientes tajos de su espada provocando que se compliquen un poco las cosas para Alia. Un último golpe provocó un impacto que hizo a Alia distanciarse nuevamente del intercambio de daño y el tiempo de reposicionamiento le dio a Edward el tiempo suficiente para comenzar a atacar más seriamente, el en ese tiempo aceleró su velocidad y se acercó con sigilo para saltar a unos cuantos metros de ella con intenciones de hacer un corte grave. Alia percibió el peligro y por muy poca distancia fue capaz de esquivar el corte haciendo un salto justo medio segundo antes de que Edward alcanzara su rango. Alia cayó en el mismo lugar desde donde saltó y el impulso de ese ataque fallido dejó a Edward algunos pocos metros atrás de ella, Alia suspiro y silbó de alivio.

-Eso estuvo cerca.-

-¿Eso significa que dejaras de tomarme a la ligera?-

-Eres mejor de lo que pensé, tal vez tengas algo de oportunidad en esto.-

-Gracias por el cumplido, también quería saber cómo es la habilidad de alguien experimentado.-

-Admito que es divertido, bueno creo que todavía podemos subir un poco la intensidad. ¿Te parece que gane el primero en hacer jaque al otro?-

-¿Por qué no?-

Por lo visto ambos estaban sedientos de más, nuevamente corrieron uno al otro y recomenzaron el intercambio de daño, o al menos eso parecía puesto que Alia tenía algo preparado. Luego del primer golpe se distanció y golpeó el suelo con el báculo. Repentinamente una mini-explosión casi asedió a Edward, quien apenas fue capaz de esquivarlo lanzándose hacia su derecha e inmediatamente después tres esferas de luz se aproximaron a él. Edward los bloqueó con su espada pero cada esfera que la impactaba lo hacía retroceder un poco.

-Eres más resistente de lo que pensaba.-

-Creo que me darás más problemas de los que pensé por lo visto.-

-Ding dong, estas en lo correcto. ¿No tienes otra carta en mi contra?-

-Hasta ahora has sido capaz de responder con velocidad, ¿te parece si la aumentamos un poco más?-

-¿Eso significa un reto?-

-No lo sé... ¿Qué tal si lo comprobamos?-

Alia notó una diferencia con esta nueva oleada de ataques por parte de Edward, no era solo la velocidad, sino que también los movimientos se volvían más bruscos y repentinos. Esto le daba más confianza a ella puesto eran más fáciles de bloquear a pesar de ser más rápidos y pesados ya que esas dos características volvía a cada una de las posturas de combate de Edward más predecibles y contra atacables. Así pues, poco a poco comenzó a dirigir la pelea para tratar acorralar a Edward a un ataque directo. Debido a la distancia y el tiempo de reacción entre cada intento de corte de la espada de Edward Alia no era capaz de explotar algún área cerca de Edward porque si lo intentaba ella quedaría atrapada en el ataque también. Por otra parte las esferas de luz necesitaban cierto grado de concentración, cosa que tampoco era posible al estar tratando de bloquear los constantes ataques de Edward. Ella, sin embargo seguía en búsqueda de una abertura mientras que Edward no paraba de atacar y girar alrededor de ella mientras brincaba sigilosamente de un lado a otro quitándole la posibilidad de posicionarse. De repente un nuevo intento de corte más brusco que los anteriores amenazó con acertar de manera inminente y eso la obligó a esquivar nuevamente y buscar distancia. Edward aprovechó el reposicionamiento para acabar la batalla pero este tiempo también fue el suficiente para que Alia también pudiera concentrarse lo suficiente y generar tres esferas de energía. Los ataques finales de cada uno ocurrieron al mismo tiempo e igualmente cesaron, Edward terminó apuntando con su espada contra el cuello de Alia, una luz había sido destruida en un vano intento de terminar así, no obstante había otras dos esferas de luz a aproximadamente 10 centímetros de cada uno de los extremos del cuello de Edward.

-Fin del entrenamiento, esto es un empate.-

Alia declaró que no había nada que hacer a partir de allí, las dos esferas de luz desaparecieron y posteriormente ambos terminaron por soltar y dejar desvanecer a su respectiva arma. Edward extendió su mano y ayudó a Alia a levantarse.

-Lo hiciste bien para ser un novato.-

-No lo creo, ambos sabemos que te contuviste.-

-Ciertamente te subestimé, y eso me costó caro al final. Pero creo que es suficiente para demostrarme que puedes sobrevivir.-

-Gracias.-

Ambas personas rieron tras decir eso, Alia quedó bastante impresionada de ese chico, el cual a pesar de ser un novato según los expedientes había sido capaz de salvarse en un incidente de ataque de demonios meses atrás. No solo eso, Edward era la primera persona de la que había escuchado hablar que fuese capaz de ingresar a la unidad de caza de demonios sin tener que haber asistido a una academia antes. El señor Marti le había encomendado a ella su cuidado y ayuda para crecer, eso le había generado curiosidad y por esa razón realizó este tipo de combate de entrenamiento. Un nuevo chico bastante misterioso, y el primero en ponerla en una posición tan arriesgada en el primer intento.

El resto del día pasó con normalidad, Alia ayudó a Edward a presentarse a los demás chicos del edificio en una especie de reunión. Pero eso es otra historia...

17 de Enero de 2018 a las 22:37 0 Reporte Insertar Seguir historia
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