No hay necesidad de desfibrilar, estoy en asístole.
Se me acabaron las excusas, el tiempo se volvió tiempo.
Mi vida volvió a sus cenizas.
El viento hace tintinear las hojas como campanillas de sacristán.
La calidez de un abrazo se perdió entre las memorias del vago día a día,
siendo reemplazado hace mucho por el entumecimiento de la ansiedad y la depresión.
Este cuerpo ya no es mío, no. Fue profanado y desechado.
Mis manos ya no son hábiles con el lápiz, soy una ingenua escritora sin nada que escribir.
Me duele el pecho más allá del corazón, pide, aúlla en el eco del vacío, morir.
Anhelos de un espíritu en colapso.
Ensueños de un amor a la vida, perdido entre la niebla.
Veo el mundo desde mi propia insignificancia y es esa insignificancia la que me produce dolor, pero al mismo tiempo una fría sensación de calma, sabiendo que esta vida continúa tanto en mi presencia, como en mi ausencia. Sin alterar el curso de nada ni nadie.
Estoy en asístole… Desconéctame.
He estado tratando de encontrar un sentido para quedarme aquí y en dos décadas, no lo encontré.
Ser parásito no es nada fácil de aceptar, la gente se cansa de esta enfermedad. Yo soy la que está más harta de todos en la lista.
Por eso, desconéctame.
Si me voy a caer por un acantilado, no me salves.
Si voy a ser atropellada por un tren, no me detengas.
Si me ves colgando de una rama, lo siento, perdón, pero alégrate por mí, que estoy mucho mejor.
Desconéctame.
No necesito permiso, aunque llevo diez años tratando de conseguirlo.
Me llevaré mis letras, pensamientos, mi existencia y todo lo que molesta de ella.
Desconéctame si no puedo decidir por mí misma.
Y si aún me queda una oportunidad… por favor, te pido;
Desconéctame.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.