Esa mañana estaba fría con un poco de viento.
Cuando entrabamos a la escuela, el aula de música estaba clausurada.
Mis mejores amigas, Maitena, Lu y yo, les preguntamos a las docentes porque el aula estaba cerrada. No nos contestaron.
Al día siguiente, fuimos a decirle a la Directora pero Quique, el auxiliar, estaba gritándole:
- ¡ Esto no puede seguir asi ! ¡Tenemos que hacer algo! Tenemos que alejar esa cosa de la escuela..
-¡ Jamás ! - dijo la Directora.
Salimos corriendo para investigar más. Quedamos en ir a la Escuela esa misma noche.
Cuando llegamos nos enfocamos en la dirección y en la biblioteca. Después escuchamos unos ruidos horribles que venían del aula de música. Decidimos romper las maderas que trababan la puerta y entramos.
Vimos algo. Parado. Y en el altillo también.
Vimos sus grandes colmillos, pero no eran unos vampiros. Fuimos corriendo al baño donde encontramos unas manos estampadas en el espejo con lo que parecía sangre...
Nos encerramos en un cubículo. Nos servía porque nos estábamos haciendo pis del miedo.
Salimos por los conductos de ventilación. Nos perdimos en esos laberintos, tardamos cerca de una hora en salir.
Al día siguiente, la entrada al altillo estaba clausurada pero el aula de música estaba abierta. Vimos que Quique tenía un balde donde estaba escurriendo un trapo rojo sangre...
Desde ese día siempre inventamos una excusa para no ir al aula de música.
Gracias por leer!
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