kamieshiro Miss Honey

ෞUn amor que no pudo ser, pero destinado a sucederෞ Jungkook es un soldado que vive enamorado de un doncel de cabellos castaños, pero no es lo suficientemente valiente como para acercarse. ¿Se arrepentirá o aprenderá a vivir con ello? 🌹 Historia Original. 🌹 Shipp Kookv. 🌹 Ambientado en el imperio de corea, más de un siglo atrás con respecto a la actualidad. 🌹 Romance, drama y leve angst. 🌹 No se permiten copias ni adaptaciones. Respeta el esfuerzo ajeno por favor. Publicación: 21-09-2022 ©KamieShiro, 2022.


Fanfiction Bandas/Cantantes Todo público.

#imperio #drama #fantasía #romance #hoseok #taekook #taehyung #jungkook #donceles #kookv #kooktae #soldados
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ੈ♡˳Entrelazados- Parte Única🌹

Como si el destino quisiera que sus destinos se cruzaran, Jungkook, un joven soldado del apenas instaurado como Imperio de Corea observaba de lejos a ese precioso castaño que se encontraba realizando compras en la plaza del comercio.

No era la primera vez que lo veía, pero al azabache le seguía causando una irremediable euforia en su alma, mientras su corazón latía como si hubiera subido y bajado por la majestuosa e imponente montaña de Gyeryongsan.

Sus mejillas se coloreaban como dos tomates maduros y sus ojos muy seguramente resplandecían como si guardaran galaxias en su interior. Porque sin poder controlarlo, todas emociones aparecían con la presencia ajena. Pero al joven de piel nívea no le molestaba en lo absoluto, ni tampoco se esforzaba en evitarlo.

Simplemente se dejaba llevar por la calidez instaurada en su pecho.

Era una lástima ser tan tímido como para acercársele y entablar una amena charla. Sin embargo, lo que más pesar le daba y ponía freno a sus sentimientos, era tener tantas ocupaciones como para tomarse el tiempo de conocer más al chico que se adueñó de sus suspiros.

Porque si tuviera la oportunidad de tener un momento para sí mismo, y armarse de valor, iría tras él sin pensárselo tanto.

Tristemente cuando las personas dejamos de lado las cosas que nos importan, la mayoría de veces las perdemos y no hay manera de conseguir recuperarlas.
Y eso sería lo que el soldado aprendería de la forma más dolorosa.

—¡Jungkook-ah, vámonos! ¡Nos dejan atrás! —la voz de su hyung lo sacó de su trance. Pero antes de obedecer, le dio un último vistazo al joven de piel canela que vestía un hanbok tan celeste como el mismo cielo, con algunos delicados diseños y bordados de color blanco.

Tan perfecto e inalcanzable como el firmamento sobre su cabeza y etéreo como ningún otro doncel en el imperio.

—¡Ya voy!

El azabache respondió en voz alta, acomodando su espada entre sus ropajes para que nadie la notara al encontrarse en una misión para recabar información. Por lo que necesitaba pasar desapercibido.

El chico de sonrisa cuadrada giró su cabeza al nuevamente oír esa melodiosa voz que en ocasiones pasadas ya había escuchado. Y en durante el proceso, sus suaves manos que se encontraban sosteniendo las telas de diversos colores las soltaban sobre la superficie en la que estaban siendo exhibidas.

—¿Qué pasó hijo? ¿Ya no te gustó ninguna de estas telas para tus bordados?

—No es eso, solamente escuché a alguien que tiene una linda voz...

Porque si la voz era tan bonita, el dueño debía serlo más, ¿no?

—¿Algún conocido del que no sé nada? —le cuestionó con cierto toque de diversión—. No te juzgaré ni nada pequeño, pero ya te estás tardando en encontrar marido.

—Como si eso fuera fácil para mí mamá. ¿Acaso olvidas que soy un doncel y es muy difícil que alguien se fije en los de mi clase?

El mayor de los hijos de la familia Kim inquirió como si no fuera lo más obvio del mundo. Porque desde que se presentó como doncel, enterándose de que poseía la "rara" capacidad de engendrar hijos a pesar de ser hombre, su vida se había desmoronado por completo.

Y es que la vida para los suyos era tan difícil como para las mujeres, que por esa razón debía ser el triple de cuidadoso con cada paso que daba o le costaría muy caro.

—No lo olvido cariño, solo me gustaría que antes de irme de este mundo pueda verte unido a alguien que valga la pena.

—Todavía eres muy joven, estás exagerando—debatió su argumento, pidiendo entre señas al dueño de las telas que hiciera el respectivo cobro de las que ya había escogido—. Además, no es por ser irrespetuoso, pero papá y tú me han sobreprotegido demasiado durante estos años, por eso no conozco a casi nadie.

—Eso lo hemos hecho por tu bien, Taehyungie. Tampoco te entregaremos al primer hombre que llegue a nuestras vidas.

El castaño rodó los ojos sin que la mayor lo viera. A veces sus progenitores podían ser realmente incoherentes. No obstante, sabía que a pesar de todo lo amaban y cuidaban como al más valioso de los tesoros. Y eso iba no solo para él, sino también para sus queridos hermanos menores.

Sin embargo, el pasar gran parte de su vida custodiado por sus padres y sin interactuar con más personas del exterior de su hogar, lo volvían la presa ideal para cualquier persona de corazón podrido.

—Está bien, mamá. Entonces confiemos en que alguien ideal vendrá a mí y me desposará como se debe.

La fémina asintió al no saber que más responder, mientras su primogénito pagaba las compras que realizó para los nuevos trabajos que le habían encargado. Agradeciendo al dueño del puesto textil con esa expresión llena de tranquilidad en su rostro de muñequito.

Ella mejor que nadie sabía de los tormentos de su hijo, la manera en la que se sintió rechazado por tanta gente, incluido su padre al que le cayó como balde de agua fría dicha noticia.

Por eso, aunque se le escaparan ese tipo de comentarios que sin pretenderlo estaban influenciados por sus allegados más cercanos que argumentaban que su retoño cada vez pasaba más la edad para ser prometido en matrimonio, la mujer jamás se entrometería en sus decisiones.

Porque nadie más que el castaño tenía la potestad de decidir con quién compartiría su vida hasta que el último aliento escapara de sus rojizos labios.

—Tae, mejor vamos a comprar un poco de yeot para tus hermanos, ¿sí?

—Claro, a mis pequeños les encantará endulzarse la vida con ese caramelo que hace mucho no prueban.

El castaño le ofreció su mano libre a su madre, quien la tomó gustosa. Ambos olvidando por completo en el tema anterior en su conversación, porque de nada servía dañarse el lindo día madre-hijo que estaban compartiendo.

Más pronto que tarde se preocuparían por ello.


🌹


—¿Otra vez soñando despierto Kook? —su mejor amigo Hoseok lo interrogó al verlo perdido en sus pensamientos, aprovechando que se encontraban completamente solos—. ¿Tal vez se debe a ese doncel de cabellera castaña del que siempre me hablas? ¿Taehyung era su nombre?

—¿Te estás convirtiendo en adivino y no me lo habías dicho?

Jungkook respondió despreocupado, mientras dejaba de enfocar su atención en la bella vista de la luna desde el patio trasero de la casa que todos los soldados de edades entre los veinte hasta los veinticinco compartían.

—No, solo lo sé porque veo a un chico muy enamorado, pero que no es capaz de arriesgarse e ir por la persona que lo tiene encantado como si fuera víctima de un poderoso hechizo.

El mayor le explicó su situación con sencillez, tomando asiento a su costado.

—No es tan sencillo como lo dices, hyung.

—¿Por qué no? ¿Acaso hay un nuevo método de conquista del que no me he enterado?

—Para nada, pero...

—No hay peros que valgan—expuso convencido—. Sin embargo, estoy dispuesto a escuchar tus preocupaciones.

—Nuestro trabajo como soldados.

—¿Y porque eso es un impedimento, mi querido dongsaeng?

—Bueno, quizá en otras circunstancias no lo sería, pero nuestra nación está pasando por una situación complicada gracias a los diversos conflictos que se están dando gracias a los rebeldes. Por lo que no quiero arriesgarme a proponerle algo ya que lastimosamente tengo un deber con el imperio y nuestro emperador.

—¿Me estás diciendo que es porque en cualquier momento podrían mandarnos al frente en una batalla de la que no sabes si regresarás?

—Exactamente, hyung.

—Pero ya te queda un año para que puedas presentar tu renuncia, ¿o no?

—Sí, pero un año es mucho tiempo. Y tantas cosas pueden suceder.

—Pareciera que estás atrayendo la mala suerte hacia ti, Jungkookie.

—Solamente estoy siendo realista. Al ser huérfano no me quedó otra opción que no fuera enlistarme desde una edad temprana, para tener un techo y comida con la que sobrevivir cada día. Por lo que no he conocido más allá de mi trabajo, pero tampoco niego que he conseguido el dinero suficiente como para vivir una buena vida después de esto.

—¿Entonces...?

—A lo que quiero llegar es que quiero hacer un excelente trabajo hasta el final.

—Ya veo. Aunque igual sigo pensando que al menos deberías hacerle saber de tu interés.

—¿Cómo puedo hacer eso si este trabajo no me da un respiro?

—Quizá escribir una carta sea una buena opción y si consigues una respuesta positiva, te juro que haré de todo para cubrirte—prometió, lo que causó cierto entusiasmo en el joven soldado—. ¿No me constaste que cuando descubriste su nombre te enteraste que era parte de la prestigiosa familia Kim y otros detalles más?

El joven de piel nívea había quedado tan encantado con ese chico, que usando sus contactos se tomó el atrevimiento de averiguar algunos datos del susodicho para finalmente ponerle un nombre.

Pero cuando los resultados de su investigación llegaron, impresionante fue la sorpresa enterarse que su enamoramiento podría ser mucho más apoyado al tratarse de un doncel con el que en un futuro podría tener una familia.

Su familia. A la que amaría para siempre y por siempre.

No obstante, antes de siquiera pensar en ello debía resolver muchas cosas en su vida y brindarle el más bonito al primogénito Kim.

—¡Demonios! Si es lo que creo que estás pensando eres un genio hyung.

El mencionado sonrió en grande, orgulloso por el cumplido del azabache.

—¿Qué a pesar de ser doncel pertenece a una buena familia en la aprendió a leer y escribir?

Jungkook asintió repetidas veces, ilusionado. Talvez esta era una señal del destino para que sí o sí se arriesgara.

—Creo que podría funcionar. Pero si me arriesgo es porque se supone que contaré con tu ayuda.

—¡Por supuesto! —exclamó esbozando una sonrisa tan brillante como el sol—. ¿Dudas que sea capaz de hacerlo?

—Te daré mi voto de confianza.

Hoseok quiso reprochar, mostrándose indignado por dichas palabras. Sin embargo, su acción se vio frustrada al sentir un fuerte abrazo por parte del menor.

—Gracias hyung, de verdad lo aprecio un montón.

—No es nada Kook, ahora ve a tu habitación y redacta esa carta que yo me encargo de hacerla llegar a tu chico.

Su dongsaeng ni corto ni perezoso salió corriendo a hacer lo que el pelinegro le había dicho, mientras Hoseok se enorgullecía por el simple hecho de que su mejor amigo por fin estuviera pensando un poco en su propia felicidad.

Por qué si deseabas algo de corazón, nada podía salir mal, ¿verdad?


🌹


Tres días habían pasado antes de que Hoseok lograra escabullirse para ir a entregar la carta en el hogar del doncel dueño del corazón de su mejor amigo y compañero de luchas.

Todavía recordando la felicidad que el menor irradiaba cuando le entregó el pequeño sobre.

Prácticamente se había quedado hasta la madrugada redactando aquel escrito donde dejaba a la vista sus intenciones, sentimientos y la fugaz promesa de un encuentro que deseaba se pudiera llevar a cabo lo más pronto posible.

Burlando al resto de sus compañeros y superiores, el pelinegro desapareció de la vista de todos, consiguiendo pasar desapercibido entre la gente que caminaba por la plaza, hasta finalmente llegar a la vivienda de la familia Kim.

Solo que su buen humor desapareció al momento de notar que no había nadie en casa.

—Rayos, ¿cómo no pueden dejar ni siquiera a un siervo que atienda la correspondencia? No tengo tanto tiempo.

Hoseok se quejó, masajeando el puente de su nariz para relajarse. No obstante, escuchó unas pisadas acercarse por lo que rápidamente volteó, anhelando encontrar al doncel para darle la carta personalmente.

Grande fue su sorpresa al cruzar miradas con un hombre más alto que él, y que jamás había visto por los alrededores.

—¿Quién eres tú? —preguntó el recién llegado, mostrando un semblante lleno de seriedad—. No me digas que eres un ladrón y te atrapé con las manos en la masa.

—Por supuesto que no lo soy. Solo vengo a dejar una carta.

—¿Se puede saber quién es el receptor?

—¿Por qué debería? —preguntó, analizando al hombre bien parecido—. No te conozco.

—Soy un muy buen amigo de la familia Kim—el sujeto aclaró, sonando muy convincente a ojos del ingenuo soldado—. Más en específico de Kim Taehyung.

—¿De verdad? Parece que fuiste enviado por el cielo para ayudarme.

—Con gusto lo hago.

—Genial, entonces confío en ti para que le entregues esto a Taehyung-ssi—confiado, entregó el sobre al hombre que esbozaba una simpática sonrisa—. Es muy importante que la lea.

—¿Se puede saber el nombre de quien la envía?

—La información está dentro de la carta. Me pidieron mucha discreción, además estoy con el tiempo justo—informó, saliendo de prisa—. De antemano muchas gracias...

—Park Seojoon.

—Seojoon-ssi—completó, despidiéndose con un ademán mientras emprendía una rápida marcha de vuelta su hogar antes de que notaran su ausencia—. ¡Hasta luego!

—Adiós, ve con cuidado.

Y así el joven de sonrisa brillante se despedía tan satisfecho de haber logrado su cometido, sin imaginar que había sido víctima del mayor mentiroso que alguna vez pudo cruzarse en su vida.

—¿Quién puede estar interesado en mandarle una carta a mi próxima víctima, si se supone que no tiene contacto con casi nadie?

Seojoon se preguntó a sí mismo, rasgando el papel para leer el contenido de la dichosa carta. El hombre se tomó su tiempo para detallar oración por oración el verdadero significado que componían al largo mensaje.

Una sonrisa cínica tiró de sus labios al comprender que era una confesión de amor.

Patético.

Ese tal Jungkook se había equivocado muchísimo si creía que con sus palabras poéticas podría conseguir algo del doncel al que apenas tenía la intención de conocer.

Estúpido iluso.

Realmente parecía que el destino estaba de su lado como para haberlo hecho llegar en el momento preciso para evitar que esa carta fuera entregada a su fuente de riquezas.

Porque eso era lo que Taehyung representaba para él.

Había decidido conocerlo hace tres días atrás luego de una ardua investigación, alegando que necesitaba de su magnífico trabajo realizando bordados. Gracias a su apariencia y elocuencia al hablar no le fue difícil entablar una amistad con el susodicho.

Y de paso, caerles de maravilla a los señores Kim, dejando de lado a los insoportables mellizos que tenían como hijos y eran hermanos del castaño, que increíblemente parecían conocer sus verdaderas intenciones.

¿Cuáles eran esas?

Muy sencillo. Enamoraría al menor a tal punto de que lo tuviera en la palma de su mano para manipularlo como acostumbraba a hacer con cada una de las personas a las que estafó de la misma manera o similarmente.

Para al final de todo, hacerlo desaparecer del camino y quedarse con la herencia que le correspondía por el simple hecho de volverse su pareja en caso de que algo le sucediera.

Sí, su plan era perfecto.
Siempre se salía con la suya y esta no sería la primera vez en la que se permitiría fallar.

Por lo que, si el chico que entregó la carta volvía a aparecer, sería tan fácil como hacerse el desentendido y decir que no le conocía.

—¿Seojoon hyung? —el tono aterciopelado del doncel resonó en sus oídos, por lo que como pudo guardó la carta entre su hanbok verde oscuro—. ¿Qué estabas haciendo?

—Nada interesante, solo estaba leyendo algo sin importancia mientras llegabas.

—Lamento haberme demorado tanto, mi madre se encontró con una amiga y se quedó a conversar cerca de aquí, mientras yo venía lo más pronto posible a casa porque ya me has demostrado lo puntual que puedes ser.

—Ya veo. No te preocupes por ello, lindo. ¿Y tu padre, tus hermanos y tus siervos?

—Salieron a visitar a un familiar que está enfermo—comentó con una pequeña mueca—. Por lo que papá decidió darles el día libre a los siervos.

—Ya veo, de razón no había nadie. Me asusté mucho cuando noté que tu casa estaba vacía.

—Perdón por haberte preocupado, pero la buena noticia es que conseguí los materiales que me pediste ayer para poder continuar con los detalles extras en el bordado que me pediste.

—Eres maravilloso Taehyung-ah. Muchas gracias.

El joven de piel canela desvió la mirada, feliz por el dulce cumplido y el honesto agradecimiento.

—Un placer ser de utilidad. ¿Te parece si entramos? —propuso el doncel cortésmente, a lo que Seojoon estuvo de acuerdo—. Te prepararé un té de rosas por haberme esperado y no irte.

—Será un placer probar algo preparado por esas bonitas manos, por más simple que sea.

Y después de ese tierno halago, el susodicho le dio pase libre al mayor para que ingresara detrás suyo.

Pobre inocente que no sabía que estaba permitiéndole al mismo diablo entrar a su vida, la cual no dudaría en romper de la peor manera.


🌹


Jungkook durante esa tarde se la pasó arreglándose, escogiendo su hanbok más elegante para la ocasión. Porque por fin podría intercambiar palabras con el chico de sus sueños.

Su adorado Taehyung.

Hoseok también se contagió por la emoción del menor. Opinando acerca de su aspecto y dándole consejos sobre cómo debería tratar al bonito doncel. Además de haberle ayudado a conseguir un ramo de rosas rojas que debería entregar como presente.

Y a pesar de no haber obtenido respuesta por parte del castaño, el par de amigos confiaba ciegamente en que el susodicho haría acto de presencia.

Hoseok leyó una parte de la carta, quedando conmovido por tanta sinceridad y si él estuviera en el lugar del joven de piel canela no dudaría en asistir a la cita.
Ya fuera por simple curiosidad, o por cualquier otra razón.

El azabache tenía muy presente que, al ser desconocidos, el primogénito de la familia Kim podría dudar de sus intenciones. Por lo que en la carta le expresó al mayor que si no estaba del todo convencido de asistir solo, podría llevar a quien sea consigo.
Así que no veía razón por la que pudiera negarse.

Este era su momento. Lucharía por esa esperanza, por más mínima que fuera.
Sin embargo, cuando más de tres horas pasaron y Taehyung nunca apareció en el lugar acordado, el dolor no tardó en invadir el corazón de Jungkook, quien volvió a su hogar sintiéndose derrotado.

Importándole muy poco el no ser cuidadoso y que alguno de sus compañeros lo atrapara regresando de quien sabe dónde a las tantas horas de la noche cuando se suponía debía estar dormido.

Por lo que una vez más era una suerte contar con el pelinegro de sonrisa brillante, el cual lo había estado vigilando el terreno desde el momento en que fue a reunirse con el doncel.

—¡Jungkook! —le llamó lo más bajito que pudo, al ver como el susodicho cruzaba el muro del patio trasero que quedaba justo en la habitación que compartían—. ¿Cómo te fue?

Interrogó esperando la mejor respuesta, pero al ver el semblante apagado de su dongsaeng y que las rosas que había llevado seguían en una de sus manos, se quedó de una sola pieza.

—¿Él no fue...?

—No. Pero está bien Hobi, talvez yo me confié demasiado—respondió con una sonrisa rota y los orbes cristalinos por las lágrimas que amenazaban con salir. Herido por el rechazo—. A partir de ahora me haré a la idea, porque de nada me sirve arrepentirme. Porque como tú me dijiste cuando escribía la carta, es mejor arriesgarse que rendirse antes de haber luchado.

—Ay Koo, lamento mucho haberte animado a esto. De verdad creí que conseguirías un buen resultado.

—Yo también, aun así, le deseo lo mejor porque sin conocerlo puedo asegurar que es una maravillosa persona. Y aunque jamás tendré la oportunidad de tratarlo, porque desconozco los motivos por los que no se presentó a la cita, confió en que la vida lo recompensará con alguien digno de hacerlo el más feliz del mundo.

—Eres muy noble Jungkook-ah.

—No hyung, simplemente sé cuándo es bueno soltar a las personas.

El mayor no se resistía ante ese aspecto tan triste del menor, por lo que abrazó al chico que se encontraba a nada de romper en llanto, de no ser porque comenzaron a escuchar un gran alboroto en los cuartos de al lado.

—Pero ¿qué...?

—¡Hoseok, Jungkook.

—Comandante Shin—saludó al superior que de golpe abrió la puerta. Aprovechando a ocultar detrás suyo al azabache para que el contrario no notara su vestimenta ni su rostro acongojado—. ¿Qué sucede?

—Tenemos que ir con urgencia al norte, los rebeldes están atacándonos y puede haber muchas bajas si no hacemos algo—informó agitadamente, antes de irse por donde vino, sin siquiera reparar en el aspecto de Jungkook ni esperar contestación que llegaría poco después—. Muevan sus traseros y vamos a luchar por el imperio.

—¡Sí Señor!

Al unísono el par de amigos afirmó como pudo, pero el pelinegro no tardó en tomar la palabra.

—Esto era lo que faltaba, pero no te preocupes Kook, nuestros ejercito es el mejor así que terminaremos pronto.

—Como sea, hyung. Eso es lo de menos, solo alistémonos y cumplamos nuestro deber.

Hoseok no tuvo ganas de comentar nada más al respecto, pues Jungkook estaba mal y sus palabras no serían escuchadas hasta que no se le pasara el cúmulo de emociones que le molestaban por los últimos acontecimientos.

Tiempo al tiempo era el mejor remedio, y el mayor quería creer que esa sería la mejor solución para su buen amigo.

Una pena que el destino fuera tan impredecible.


🌹


La inesperada batalla iba muy bien, los rebeldes estaban a nada de darse por vencidos. Y el ejército del imperio de Corea se encontraba animado por ello, dándose fuerzas los unos a los otros para continuar hasta el final por el bien de su nación.

Por lo que jamás se les pasó por la mente que todo fuera un teatro, en el que terminarían cayendo en la peor trampa al ser rodeados por más barbaros que solo querían ver correr sangre.

El caos no tardó en desatarse causando un desastre, y a la par que los soldados luchaban valientemente, también se encargaban de proteger a los habitantes de las cercanías para que no salieran heridos.

Como era el caso de Jungkook, quien estaba a cargo de unos niños pequeños que casi habían sido raptados por los maleantes, pero que fueron exitosamente salvados por él.

Y todo hubiera continuado tan bien, de no ser porque un hombre salió de la nada, poniéndolo en una situación horrorosa de la que definitivamente no saldría bien librado.

Porque al desgraciado no se le tentó el corazón antes de atravesar tan cerca del ajeno con la filosa espada, mientras con sus últimas fuerzas pedía a los infantes que corrieran sin mirar atrás.

El grito ahogado de su hyung a la lejanía fue lo último que pudo escuchar antes de caer en seco en el frío suelo.
Desangrándose poco a poco, soltando un sollozo lastimero por la sensación.

Su mirada se tornó borrosa, a la par que soltaba su espada y los recuerdos se agolpaban en su mente. Los buenos, los malos, los peores y los inolvidables, todos ellos pasando uno tras otro. Pero los que más nostalgia le causaron, fueron los relacionados al doncel de cabellera castaña que lo enamoró sin proponérselo.

Con el que soñó una vida entera. Al que anheló hacer feliz y enamorar día con día.

Quien quería que fuera el padre de sus hijos y su compañero de aventuras.

Sí, quizá su deseo era tan grande como para hacerlo ver frente a sus ojos las imágenes fantasiosas de una vida perfecta.

Él, Taehyung y dos lindos retoños frutos de su amor, una niña y un niño.

La familia que el destino le negó.

Hasta el último momento lo recordó y aunque el dolor lo hizo sentirse tan adormecido, el joven de piel nívea dejó salir su último aliento luego de susurrar el nombre de su amado. Rogando en silencio que, en una próxima vida, el destino los quisiera juntos y felices.

No pedía más.

Hoseok se libró de los hombres que le habían estado dando lucha solo para ir en búsqueda de su amigo que yacía desangrándose por el horrible corte en su pecho. Pero antes de siquiera poder alcanzarlo, su vida también le fue arrebatada al ser víctima de una lluvia de flechas de un bárbaro que yacía montado en un caballo blanco.

Imposibilitándole ayudar a su amigo o tener la oportunidad para ir a conversar con Taehyung y desahogar su pena o al menor poder reclamarle por no aceptar al azabache.

Porque el pelinegro sabía que los ánimos bajos de Jungkook fueron un factor determinante para que terminara en esta terrible encrucijada.

Y aunque esta situación ya nunca tendría solución, y tampoco nadie realmente tenía la culpa de lo sucedido, a excepción de los hombres que les quitaron la vida, al menos la batalla logró ser salvada a último momento.

Condecorando en los siguientes días a los valientes soldados que dieron su vida por el imperio de Corea, ofreciendo su sangre, sudor y lágrimas como la mayor prueba de lealtad a su gente.

El doncel había escuchado la noticia, por lo que no pudo evitar sentir pena por el gentío que perdió la vida por el bienestar de su pueblo.

Sin tener la más mínima idea de que el chico de voz melodiosa era parte de ellos. Pero como hacerlo, si el castaño con cada día que pasaba continuaba siendo engatusado por un hombre de malos sentimientos y exuberante ambición.

Tan perdido en la codicia, incapaz de amar a nadie.

Un grandísimo mitómano y manipulador.

Ese era Seojoon, quien sería el único causante de la maldición que lo atraparía en el fondo de un lago, condenándolo a vivir como un espíritu por tantos años hasta que alguien lo suficientemente bueno pudiera rescatarlo.

Y esa persona no sería nadie más que el chico que declaró su amor sin lograr ser escuchado.

En definitiva, ese no fue el período en que la suerte estuviera de lado de ambos, pero en un futuro talvez sí lo sería. Volviendo su unión como una verdadera fantasía.

Y la pareja del amor que no pudo ser, no soltaría la mano de su amado por nada del mundo.


Fin 🌹


Gracias por leer este one-shot independiente, que a su vez está conectado con uno de mis fics finalizados llamado Lullaby in the lake, por si les interesa conocer más sobre esa historia y descubrir la historia de amor que se lleva a cabo en la actualidad, donde Jungkook ha logrado reencarnar y encontrar a su amado doncel. Y a quienes ya lo leyeron, que sepan que aprecio mucho que le hayan dado una oportunidad como para disfrutar de este sorpresa por su primer aniversario. Ojalá les haya gustado.

-Shiro 🌙

22 de Septiembre de 2022 a las 00:04 3 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

Conoce al autor

Miss Honey Escritora amante del tkv, ymg y njj, pues estas tres shipps en cualquiera de sus roles son mi lugar seguro. Me encuentran también en Wattpad e Inkitt como kamieshiro, gracias por pasarte por mi perfil.

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Haeri null Haeri null
YO SABÍA QUE HABÍA LEÍDO LA MISMA TRAMA ANTES !!!
January 11, 2024, 17:00
Wendy Sánchez Wendy Sánchez
NOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO NO ES CIERTO, LP DICEN PARA ASUSTARME 😭😭😭😭😭😭😭😭😭 JUNGKOOK NO TE PUEDES MORIR MALDITA SEA NOOOOOOOOOOOOOO 😭
December 07, 2023, 08:42
Any Cod Any Cod
Se me escapó una lagrima 🥺🥺🥺
December 07, 2022, 00:30
~
Saga "Fantasía Destinada" 💙
Saga "Fantasía Destinada" 💙

🌙 Vidas pasadas, historias de amor que no pudieron tener su final feliz cuando fue su tiempo, pero que supieron encontrar su camino gracias al fantástico destino. 1- Lullaby in the lake (kookv) 2- My curious moon (namjin) 3- Próximamente... (yoonmin) Leer más sobre Saga "Fantasía Destinada" 💙.