M
Maximiliano Cuadra


En confines sin nombre; una ciudad urbana de tercer mundo, en tiempos indefinidos; una base moderna y contemporánea en la que en estos momentos resulta “nuestra”, recipientes vacíos que creen estar llenos, todos hechos del mismo material; personajes semejantes a personas, historias triviales y hechos banales perturbados por la gracia aberrante de una “deidad” prepotente, ególatra e injusta, hablo sobre el lienzo de un artista, el borrador, el boceto de un aprendiz de las bellas artes con ánimo de experimentar, pero a su vez cuántas vidas creó apáticamente, de manera burda, indigna de una pseudodeidad, esta será otra historia burda con personajes incompletos y trama de dudosa calidad, así será hasta sabe quién cuándo. No existe elocuencia suficiente que resulte convincente para apelar a la comprensión de las vidas creadas a la hora de que entiendan el origen de sus vidas, la utilidad de éstas y el destino que les concierne, por lo menos se les entregará la verdad (No sin malicia) de la realidad en la que viven, en honor al tiempo terminaré esta carta dedicada al receptor de esta historia, la historia de un creador y sus creaciones.


Suspenso/Misterio Todo público.

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Génesis

Suena la alarma a las 6:00, mi trabajo comienza a las 8:00 pero me gusta la tranquilidad de la mañana, mi rutina consta de darme un rápido baño con agua fría, ponerme ropa, hacerme un desayuno modesto, limpiar mi departamento, atender las necesidades de mi gato, leer algún periódico hasta que sea una hora adecuada para salir al trabajo. Trabajo en una pequeña verdulería como cajero de la tienda, cuento con un descanso para el almuerzo desde las 12:30 hasta l3:30; normalmente me alimento con alguna fruta o cereal embolsado y sigo con mi jornada una vez termino, tengo de compañeras a Penélope; la señora dueña del local que repone los productos y limpia el local y también a Mía; una chica joven que es amable y se dedica a transportar las cajas de productos con una máquina que sirve de grúa, al terminar mi turno a las 17:00 a veces compro cosas para el día a día (el día de hoy compre útiles escolares básicos), otras solo paseo durante un tiempo o solamente voy directo a mi casa, al llegar a casa práctico algunos estiramientos para mantener una buena salud y evitar el sedentarismo, leo algún libro que resulte de mi interés, me preparo algo para tomar once y antes de dormirme a las 10:15 siempre escribo mi día en un diario como actividad recreativa para liberar estrés, normalmente no me demoro mucho en hacer un reporte general de mi día y si me interesará en leer anteriores hojas no encontraría mucha diferencia entre hoja y hoja, a excepción de algunos días.

El día de hoy fue corriente, pero ocurrió algo inusual, Mía antes de que me fuera del local me hizo una extraña pregunta que me dejo algo sorprendido “¿Te acuerdas de lo que te dijeron hoy los clientes en la caja?” En el momento no atine a más que negar y despedirme, pero ahora tengo una gran curiosidad sobre la naturaleza de su pregunta ¿Qué quería saber realmente? ¿De dónde salió su duda? ¿Por qué tiene relevancia lo que los clientes me dijeran? Puede que parezca que mi paranoia sea injustificada y que su pregunta solo sea un comentario vacuo originado por el aburrimiento, pero lo que en su momento fue una respuesta con desinterés ahora me resulta una respuesta de gran impacto, porque efectivamente no me acuerdo sobre absolutamente ningún comentario de un cliente, es más, me acuerdo del hecho de atender a clientes, pero no de ver a los clientes. En mis intentos de darle a este fenómeno una explicación lógica pienso que puede ser efecto de la monotonía y la extrema mecanización de los procesos laborales, parece plausible, pero sigue siendo un hecho impactante e inusual, como si no fuera posible.

Sea como sea, el día de mañana estaré más consciente de mi entorno y le preguntaré a Mía en el tiempo de almuerzo las razones de su pregunta y con este panorama me encuentro más tranquilo ante esta situación y puedo dormir con tranquilidad, pero había aún algo que me inquietaba quizá un poco más que mi abstracción total o la extraña pregunta que me hizo Mía, era sobre ella, por un breve instante en que la mire, mientras me hacía la pregunta me pareció ver que estaba sonriendo con leve malicia y me observaba atentamente con unos ojos picaros, casi como si en sus interiores, se estuviera burlando de mí.

2 de Septiembre de 2022 a las 23:13 0 Reporte Insertar Seguir historia
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