𝒮𝐼𝑅𝐼𝒪~𝒦𝑜𝑜𝓀𝒯𝒶𝑒 (𝓉𝓌𝑜-𝓈𝒽𝑜𝓉) Seguir historia

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"Lágrimas que saben a recuerdos

Recuerdos que nunca fueron

Un sueño que se soñó

Perdido entre la realidad y el anhelo"

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Remembranzas son bienvenidas a inundarme como mi placebo predilecto, una merienda a media noche, una golosina bajo la luz de la luna.

Suspirante traigo de los confines de mi memoria, placidas imágenes y sensaciones grabadas en todo mí ser a fuego. Esos días donde tú sola presencia era más que luz, una emoción, sin necesidad de nombrarla, la más hechizante.

Irrumpiendo, una suave brisa choca con los pastizales creando un sonido hipnótico, tranquilizante y así mismo solitario.

Una vez más dejando mi entorno en segundo plano, me recuesto sin importar la humedad del pasto y conforme va entrando la madrugada me dejó envolver por el frío y una confidente pizca de ilusión...

Hoy, de nuevo cierro mis ojos, y espero impaciente, con el corazón a punto de desbordarse en anhelo latente, por mis sueños donde tú eres él protagonista recurrente.

Esos ayeres dónde el destino no hacía de las suyas y te separaba de mí.

Mi vida antes de tu partida.

La dulzura en mis memorias tan artificiales como su sabor, casi palpables... casi reales.

La oscuridad es aplazada por una añorada somnolencia.

Y me abastezco de imágenes tuyas.

Mi conciencia me lleva al mismo pastizal, pero ahora a un deslumbrante medio día y lo que es aún mejor, en tú compañía.

Frente a mí la luz del sol cae con gracia sobre tus rubios cabellos, dando la fantasía de ser dorados, tapando ligeramente mi vista cuando te acercas a dejar un casto beso en mi mejilla. Un simple roce que acepto gustoso.

Un simple deseo.

Y aunque quisiera no hacerlo, la culpa por no haber podido demostrarte cuanto te amo y la angustia por ya no poder hacerlo por más que ruegue y suplique, me inundan hasta en mi subconsciente.

En mi imaginación los pensamientos de culpa tornan los vestigios de lo que quise verdadero, a mí ahora.

Recobrando la conciencia vuelvo al oscuro pasaje de todas las noches, con la vista borrosa me reincorporo y viró a los lados buscándote inútilmente y me veo sólo en ese bastó jardín donde muchas veces tú compañía fue lo único que necesitaba para ser feliz.

El ser importante para alguien estaba relegado en importancia para mí, todo lo que necesitaba era hacer mi metas realidad, nada más.

Eso pensaba, antes de tener la dicha de conocerte. Quise ser lo que desearas, lo que necesitarás, simplemente especial para ti y eso era todo lo que necesitaba.

La visión de la vida que tenías era sin duda la que quisiera fuera verdadera. Una verdad endulzada por tú ser.

Ningún remedio era mejor que tú compañía, una simple caricia en la mano, una mirada llena de afecto, tú sonrisa cada que algo te hacía feliz, los tímidos besos que dejabas fugitivo en mis mejillas.

Pequeños detalles de amor que para mí eran y siguen siendo todo...

A la luna le recitó mis pesares en conjunto a disculpas, deseando que sea benevolente y te cuente todo, a ti, mi dulce estrella. Esperando poder verte en el firmamento como siempre hacía, pienso que quizás te has ocultado de mí porque te has enterado de mi unión con esa chica que tanto detestabas.

Rio sin gracia al recordar tus lindas pataletas para acaparar mi atención, una que sin hacer nada, ya la tenías plenamente. Sabes Tae, después de todo si estaba enamorada de mí, siempre tienes razón, lo descubrí después de tú partida cuando me dio abrigo.

El amago de sonrisa es cambiado por una mueca.

La última vez que tomé tú mano, pasa cruelmente por mí mente, una última caricia, carente de calidez...

Parece ser que la humedad del ambiente se terminó impregnando en mis mejillas también, porque el frío cala con más vives en un lento recorrido de mis ojos a mi barbilla.

El sol hace su galante aparición por el horizonte, sus primeros rayos toques de luz que me indican la hora de mi partida.

Y, con un último beso al cielo me despido de ti mi único amor.