kimara-reigh Kimara Reigh

𝒞𝓊𝒶𝓃𝒹𝑜 𝓈𝓊 ú𝓃𝒾𝒸𝑜 𝓅𝓇𝑜𝓅ó𝓈𝒾𝓉𝑜 𝒻𝓊𝑒 𝒸𝓇𝑒𝒶𝓇 𝑒𝓁 𝓉𝑜𝒹𝑜...


Cuento Todo público. © Kim

#347 #343 #217 #381
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𝙐𝙣 𝙚𝙩𝙚𝙧𝙣𝙤 𝙙𝙚𝙨𝙚𝙣𝙡𝙖𝙘𝙚

Renuncio a mis conflictos que como seda resbalan en manos secas, un ser abrupto que reflexiona, solitario individuo; inercia de la vida e injurias de muerte, no habrá de lograr su salvación de múltiples preguntas sin respuestas. Es la forma, una figura moldeada en la semejanza de un ser supremo, en su propio mundo e infinita realidad donde lo inesperado es lo común, y lo irreal existe; de una forma apropiada perfecta, una imagen claramente invisible, y lo ilegible es notorio a la vista. No posee poderes, aunque en espacios ajenos a el nuestro, este mortal incomprensible desprende su propia línea de tiempo, es dueño de lo inimaginable más intocable sentidos creados por lo existido.

Sentía comprender en totalidad, sentir la presión en su propia razón, hacía que todo decayera, no había regreso, había un fin en su mera presencia. Sentía supremacía, inteligencia, entendimiento, valores que generan pigmentos que teñían su cuerpo extraño de múltiples colores que jamás había presenciado, siempre pensaba que la luz llegaría a su salvación, que la soledad ya no atormentará en su vida, pero nunca supo que la verdadera luz era su sola presencia.

Obscuridad, no, era algo más vacío que la misma nada; realmente no podía mentirle a sus ojos, vivía en la eternidad misma ante tanto permanecer jamás sería capaz de describir lo que había observado. Su cuerpo no era de carne y hueso, era materia, pura alma y sentimientos; dividida en dos partes, una material y otra relativamente viva, sostenía su existencia a partir de su materialidad y vivía por su lado puro. El lado material simplemente era cuerpo conformado por todo que se tocara y se viera en los ojos más potentes que su propio ser, y el lado vivido, que era algo casi irrazonable, en su propia razón era imposible sentir, pero siempre pudo; podía irradiar felicidad, desatar furia y deprimirse por cosas simples como imaginar la soledad; deseaba conocer a un semejante que igualara sus dotes y pudiera compartir sus pensamientos. Era en vano moverse, cada cuerpo que se movía simplemente le generaba un dolor desgarrador que no dejaba de atormentar, todo giraba a que su destino era quedarse allí para siempre. ¿Qué es la eternidad? Un tiempo muy largo, tanto que realmente se convierte en nuestro obstáculo, enemigo imperceptible que nunca nos deja en paz. ¿El tiempo existe? Por supuesto, cálido, desesperante y venenoso; aquel reloj insensato; mi reloj es mi corazón, este habla cada vez que me mantengo inmóvil, no siento movilidad pero siento golpes sinceros; es relajante, abrasador, reconfortante y sincero, ojala poder mantener estas pulsaciones por siempre. Sé tantas cosas pero se ve que no podré realizar nada sin que el dolor me agobie más. Cuando mis pensamientos me dijeron que alimentara mi curiosidad, mi reloj me incitara a realizar todos los deseos que tenía desde que existe, entendí que estaba allí por una razón. El dolor era simplemente sufrimiento, el sentimiento de pérdida, angustia, resignación, todo era un obstáculo inmenso para mi, pero yo ya era un ser inmenso. Varias veces generé el mayor movimiento posible fallando en el intento, no aceptaba la rendición y por ende subí mis expectativas, detone mi reloj al punto de romperlo en partículas infinitas como el tiempo, me expandí de una manera colosal, emprendí un viaje increíblemente veloz, tapando cada sector de un vacío que se había teñido de mis colores mas hermosos, mi cuerpo no era sólo materia obsoleta, eran mundos diferentes; mi vividor les daba movimiento junto con seres muy pequeños que asemejan mi lado sentimental como material, cada uno tenía su propio cuerpo, algunos compartían similitudes como iguales pero todos demostraron ser únicos. Yo también soy único, lo supe cuando mis pensamientos decían lo que quería escuchar, encerrados tornaban las cosas fáciles como difíciles, pero siempre les daba un nombre a cada algo, y desde ahí cada algo tenía mi punto de vista. Mis sentidos se rompieron en pedazos tan diminutos que no podía distinguir su tamaño, cada uno llegaba al corazón de cada ser, y desde allí cada uno tomaba sus propios colores. No me desintegre, nunca dejare de existir, me dividí de forma impecable que mi individuo se desvaneció, ahora no soy un cuerpo ahora soy la forma de todo.






-Kim♥

17 de Agosto de 2022 a las 18:01 0 Reporte Insertar Seguir historia
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Fin

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Kimara Reigh Escritora amante de lo explícito😊

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