La mano del asesino Seguir historia

Cuando los forenses examinaron la escena del crimen, encontraron sus huellas en prácticamente todas las superficies. Especialmente en los cuerpos de las otras cinco víctimas. Era algo terrible de imaginar, pero todas las pruebas apuntaban a que un joven de diecisiete años había asesinado a su abuela, su madre, su padre y sus dos hermanitos pequeños, antes de quitarse la vida. La policía encontró el arma del crimen justo al lado del cuerpo del padre de familia; unas botas de trabajo con punta de acero que aparentemente el chico utilizaba para hacer unas prácticas como mozo de almacén. Al presunto autor del delito, lo encontraron en el cuarto de baño con las muñecas cortadas y un “lo siento, ya no aguantaba más” escrito en el espejo con una tinta roja que posteriormente resultó ser su propia sangre. Menuda sorpresa se llevaron los investigadores cuando, después de analizar el cadáver del chico, se dieron cuenta que el verdadero culpable de la matanza le había recortado minuciosamente la superficie de las falanges distales de los dedos, para manipular la escena del crimen con las huellas del pobre chaval.