No podía
quitarlo de mi cabeza, el hombre sin rostro siempre aparecía en cualquier lugar en el que yo estaba, desde aquel día
en que aprecié ese rostro vacío por primera vez me era casi imposible dormir, pero a veces cuando el
sueño me ganaba lo encontraba allí, en una pesadilla sin fin que me invadia una y otra vez cuando la noche llegaba, y cuando por fin terminaba aquella pesadilla y despertaba, ese conocido y antiguo gran
sentimiento volvía haciéndome querer gritar con todas mis fuerzas por ayuda, haciendo que me sienta vacío de nuevo, haciendo que todo mi mundo cayera una vez mas como aquel día.
Lo veía en
todos lados, el me perseguía cuando entraba en cada habitación, siempre estaba en una esquina observando quieto y silencioso, llegando a parecer una simple, pero aterradora estatua con su apariencia
escalofriante y sombría, todo eso me hacía sentir que pronto iba a enloquecer si seguía asi, ya no quería verlo, ya no podía seguir así, el hecho de pensar que si no hacía nada pronto llegaría a la locura me hacía añicos en el alma, pero ahora estaba decidido, haría algo de una vez por todas. Gasolina, fósforos y una casa que se lucía hermosa mientras las llamas la consumían poco a poco, aunque era un bello momento no podía disfrutarlo correctamente, todo me hacia
acordar a ese día en que aquella pesadilla nació, ese día en donde el fuego me atrapó y me convertí en aquel horrible
monstruo incapaz de ver su propio reflejo e incapaz de poder pegar un ojo por sus
terribles pesadillas, así es como me convertí en aquel horrible hombre sin rostro.
Gracias por leer!
Podemos mantener a Inkspired gratis al mostrar publicidad a nuestras visitas. Por favor, apóyanos poniendo en “lista blanca” o desactivando tu AdBlocker (bloqueador de publicidad).
Después de hacerlo, por favor recarga el sitio web para continuar utilizando Inkspired normalmente.