— Ya voy.
Grito el castaño bajando las escaleras, haciendo que su abultado trasero rebotara en el acto, siendo este cubierto por una nueva y suave braga roja, mientras todo su cuerpo vestía una bata de seda color turquesa.
Al llegar a la puerta, amarró la cinta de su bata para evitar que sus redondos pechos sean vistos y aprovechar para acomodar los pequeños rizos de su cabellera, con una sonrisa abrió la puerta, pero fue borrada al instante.
— ¿Qué haces acá? hoy es jueves.
El castaño habló un poco agitado al mayor frente suyo.
— Lo sé, pero quería ver un momento a mi hijo.
El pelinegro no dudo en dar una rápida mirada a todo el cuerpo de su ex esposo, sin duda después del embarazo volvió a tener su gran figura, solo pudo morderse el labio inferior.
El castaño vio esa mirada e intentó cubrirse más con aquella bata, se maldecia en lo bajo por no elegir una no tan trasparente.
— É-él no está, mis papás se lo llevaron y lo traerán más tarde.
— Y....tú esperas a alguien o hay alguien aquí.
— No, ¿porqué?
El castaño intentó evitar la mirada en el, mientras hacía presente su entreceja.
— Pues, estas casi desnudo y digamos que esa bata no cubre nada -dijo con una media sonrisa y volvía ha observar el cuerpo del contario sin pudor alguno-
— Y a ti que te importa, mira JungKook Minnie no está, quizá vuelva más tarde y yo pensaba ir por él, pero mi mamá quiere traerlo -habló con un tono fuerte-
— Y desde cuándo vuelves a usar bragas.
Soltó un risa nasal, le encantaba hacer enojar a su pequeño.
— Si viniste para decir esas estupideces, mejor ni te hubieras aparecido.
1 año antes
Tras recibir la noticia de que serían padres, no pudieron estar más que contentos, todo era felicidad, hasta el tercer mes.
Como cualquier pareja tenían conflictos, pero algo que le molestó fue que su esposo siempre estuviera ausente; como cuando se perdió la primera ecografía de su bebé por ir a una reunión de trabajo, quizá eso se lo perdonó, pero hubo más peleas y discusiones, que al quinto mes ambos decidieron "separarse" pero no se divorciaron, ninguno quería hacerlo.
JungKook nunca se alejó de sus bebés, estuvo al tanto de todo lo que pasaba con ambos, claro está que TaeHyung evitaba tener conversaciones que no se tratarán del embarazo.
Ahora su pequeño Jimin estaba por cumplir 7 meses.
Actualidad
— Pues cuando Jimin venia en camino dejaste de usarlas -se acercó al castaño y lo abrazo por la cintura, acercándose a su oído le habló-
— No sabes como extraño hacerte gritar como antes~
Sintió como el pequeño se sobresaltaba y daba un pequeño quejido, tras recibir una nalgada.
— J-jungkook esto ya se acabó -intentaba separarse, pero fue en vano-
— Aún eres mi esposo, cariño -mordió el lóbulo del contrario, sintiendo como se estremecía-
Claramente no era la primera vez que lo hacían después de su "separación" y TaeHyung era débil a JungKook y el lo sabía.
El azabache dejaba besos en su cuello, extrañaba esa cercanía. El castaño soltaba gemidos silenciosos.
— Al diablo
JungKook se asombro cuando el menor tomó la iniciativa, pero no le molesto en lo absoluto y siguió con ese beso obsceno.
El azabache agarró el trasero del contrario haciendo que enredara sus piernas en su cintura.
— Oh Tae-Tae no sabes como te extrañe.
Cerró la puerta con su pie mientras se dirigía con el castaño aún en sus brazos, directo a la ex habitación de ambos.
Seria una larga tarde.
Honey🍯
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