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J G Alarcón


Grande es el rencor que se guarda cuando recibimos una afrenta y es mayor si quien nos insulta es objeto de nuestra devoción. Cuando se lleva acabo la tarea de un amo con celo y se recibe un agravio lo menos que se espera es el brazo fuerte de nuestro protector. ¿Pero qué sucede si fuera de no recibir apoyo se nos castiga injusta y cruelmente? Ese amor se transforma en odio y las mejores venganzas son las que llevan tal ingrediente.


Suspenso/Misterio Todo público.

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El inicio.

A lo lejos se alcanzaba a ver una extraña figura que iba subiendo por el monte Olimpo.

Sus movimientos eran raros, no humanos o graciles como el de los dioses, pero escalaba con ímpetu, se podía apreciar que la extraña forma tenia ansía en llegar. Una vez llegada a la cima, se escondía en los lugares que le permitía la oscuridad, parecia que aquella rara silueta era conducida por alguien más o seguía su instinto. Con esfuerzo ingresó al palacio olímpico y buscaba una habitación en especial, pues el cuerpo se miraba dubitativo respecto a que direccion seguir. Por fin encontró la habitación que estaba buscando, se puso en cuclillas y avanzó lo mas sigilosamente posible, aunque el ansía la carcomía, sintio en su brazo derecho un objeto metálico y frío, el cual tocó freneticamente hasta que pudo tener ante sus manos la cabeza.

Era nada menos que el escudo de Atenea el que habia sido desprovisto de la cabeza de su ex sacerdotisa.

Salió rapidamente de el palacio, y antes de iniciar su descenso al fin pudo colocar la cabeza que le fue arrebatada de una tajada. Medusa disfrutó de su triunfo y estaba deseosa de venganza.

No tardaron en llegar volando las otras dos Gorgonas, Esteno y Euríale para llevarse a su hermana de aquel peligoso lugar, al menos para ellas.

Desde su taller, el Dios patizambo se dio cuenta que algo no andaba bien y junto a sus ayudantes comenzaron a disparar flechas contra aquellas tres figuras.

Las Gorgonas en vez de huir enfrentraron a Hefesto y a su pequeño grupo de herreros que las atacaban, pero sin la punteria de Artemisa o de la infalibe Atalanta, alumna de la primera. Se acercaron a una velocidad vertiginosa y detrás de sus dos hermanas asomó Medusa su rostro para volver piedra a todos aquellos seres. Hefesto quedó petrificado con un arco a punto de disparar.

La venganza de Medusa comenzaba, y no tendría piedad de nadie.

No se vislumbró Helios en su carruaje pues el Crónida, había amontanado las nubes y estaba azotando la tierra con una gran tormenta y rayos, su furia era indescriptible, mandó llamar a Hermes y a Iris sus dos mensajeros, le encargó a Hermes que fuera al lugar donde habitaban las moiras y cuestionara a Átropos el por que no habia cortado el liston de la vida de aquel monstruo. Iris tendría que visitar el taller de Hefesto para saber en que condiciones se encontraba su herrero, aunque la preocupación por el esposo de Afrodita era genuino, tambien le preocupaba el que el olimpo se quedará sin armas.

Iris bajo del olimpo y vio la horrible escena y sintió pena por Hefesto pues todos sabían que dentro sus grandes dones, no se encontraba ser un gran guerrero.

Transportó la petrificada divinidad del herrero frente a Zeus y Hera, la cual dió un grito de dolor y rabia; si en otro tiempo había perseguido con todo su odio a Heracles, ahora seria mil veces peor para la Gorgona que se habia atrevido no solo a penetrar en el Olimpo, sino que todavía habia tenido la osadía de petrificar a uno de sus dioses, y no cualquier dios, sino su hijo.

Mientras tanto en la caverna de las moiras estas se miraban inquietas, ante la mirada penetrante de Hermes y su interrogatorio. Átropos aseguraba que había cortado con sus tijeras aquel día la vida de Medusa. "¿O no hiciste bien tu trabajo o nos quieres ver la cara? Hay grandes consecuencias para quien se atreva a jugar con los dioses, el ojo, entreguenme su ojo, es orden de Zeus", "Pero, gran Hermes..."- empezaron las moiras a suplicar, sin embargo con un gesto de su mano las hizo callar. Esta bien señor, dijeron a su espalda aquí lo tienes, Hermes volteó con desdén y vio los ojos de medusa, su cara no acabo de transformarse en una mueca de sorpresa cuando quedo hecho piedra.

"Les agradezco señoras" dijo medusa y les arrojó el ojo. Y salió de ahí.

Un rayo atravesó el cielo y fue a dar contra la tierra haciéndola retumbar.

Zeus había visto todo desde su trono.

17 de Mayo de 2022 a las 01:04 0 Reporte Insertar Seguir historia
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