El almuerzo con su hermano y sus dos amigos había estado tranquilo, habían podido hablar tranquilamente entre los cuatros mientras disfrutaban de su postre, al menos hasta que terminó recibiendo una llamada de Misha que lo citaba en los callejones más peligrosos del barrio de Charybdis, aquellos que se sabía de memoria, Jimin trató de insistir que no fuera, que algo le decía que era una trampa para su hermano, pero aun así JungKook no hizo caso alguno y simplemente salió del restaurante luego de despedirse de la pareja y de su hermano para salir hacia el sitio acordado.
Al llegar a la calle pudo darse cuenta que todo estaba completamente vacío, no había ni un alma rondando el lugar y eso le parecía extraño, por la hora cualquiera pensaría que ese lugar estaría lleno de gente que iba a y venía de sus casas a cualquier otro sitio, aun así no le prestó demasiada atención y se dirigió hacia el callejón que Misha le indicó por llamada y lo que tenía frente suyo lo hizo suspirar, de nuevo alguien había hecho un pedido a sus amigos para que se deshicieran de una mujer que de seguro no tenía la culpa de terminar de esa manera y era un verdadera pena.
—Pobre mujer, de seguro no te viste venir tu final, vamos a sacarte de aquí para llevarte a la morgue, allí estarás bien cuidada.
Murmuró JungKook al irse acercando al cuerpo, al menos se habían dignado a taparlo para que no se viera tan horrible. Al menos ese era su pensamiento mientras se acercaba cada vez más y se detuvo a su lado para ver hacia la muñeca de aquella mujer que estaba fuera de la bolsa negra que tenía encima. Su mente se había quedado en blanco al notar la pulsera que la mujer tenía puesta y frunció el ceño pensando que era idéntica a la que le había regalado a la mujer que consideraba cómplice de sus desastres. Luego de unos segundos fue que cayó en cuenta que el cuerpo tapado era justo el de aquella mujer. Aquella mujer que lo cubría de sus travesuras cuando huía de la policía, misma que solía hacerle galletas y que escuchaba todo lo que le contaba sin interrumpirlo antes de darle un consejo que ella estaba segura, ignoraría completamente.
Le había regalado aquel accesorio como agradecimiento por todo lo que tenía que soportar de él en todas las ocasiones en las que hacía desastre, pero ahora estaba muerta y frente a él yacía su pequeño cuerpo pálido en un charco de sangre. A su cabeza llegaba otro recuerdo parecido a lo que estaba presenciando en esos momentos y sólo cuando cayó de rodillas a su lado fue que destapó la bolsa para ver la última expresión que la mujer tenía antes de morir y las lágrimas comenzaron a salir de sus lagrimales.
—¡No, por favor! ¡No!
Aquellos gritos junto a su llanto estaban alarmando a todos los que había comenzado a circular alrededor del callejón. Liam podía escuchar las sirenas a lo lejos sin siquiera importarle el moverse de allí y en poco tiempo los agentes de la policía habían llegado al lugar del crimen, mismo que se le fue avisado por una persona anónima. Al llegar pudieron ver a Liam abrazando el cuerpo inerte de lo que parecía ser una mujer mientras se mecía de adelante hacia atrás con las lágrimas rodando por sus mejillas, negando y murmurando sin cesar lo injusto que era el que le hayan arrebatado a la mujer, la sangre seguía sin secar por lo que el cuerpo y la ropa de JungKook se encontraba manchándose, pero a éste no le importaba en absoluto.
—¡Alto ahí! ¡Ya no tienes escapatoria JungKook, quedas bajo arresto, todo lo que digas serás usado en tú contra, podrás llamar a tu abogado y si no tienes se te asignará un abogado por el estado! —Gritó TaeHyung mientras se acercaba a JungKook rápidamente y notando que no les estaba prestándoles ni un poco de su atención, tampoco había volteado a verlos y eso ya era preocupante.
YoonGi separó al menor del cuerpo de la mujer con un poco de brusquedad y lo esposó para llevárselo hacia la patrulla a empujones y tratando de obligarlo a meterse en los asientos traseros sin importarle el llanto del contrario.
—Maldita sea, coopera mocoso —Gruñó YoonGi, estampándolo de cara contra los asientos, ignorando la mala mirada que le daba su compañero temporal.
—¡Lisa!
Gritaba JungKook dentro del auto, removiéndose en los asientos para tratar de abrir la puerta del auto y volver con el cuerpo de la mujer, las lágrimas le caían como cascadas de agua. Ni él mismo se creía que sus amigos de confianza le tendieran esa trampa, ahora sí que sentía que estaba perdido, no sabía qué debía hacer ahora, porque estaba claro que esa trampa era parte de aquel desconocido plan que los mayores habían estado teniendo desde hacía quién sabe cuánto tiempo.
•••••
Apenas habían pasado doce horas desde que la policía había llegado a la estación con JungKook esposado y lo habían metido de inmediato en una sala de interrogatorio, cada hora que pasaba era una completa tortura para JungKook quien tenía la mirada perdida a algún punto inexistente, estaba consciente de que en esa misma sala donde se encontraba había entrado un policía que le hacía preguntas que sinceramente no podía responder, no porque no quisiera si no porque de su boca no parecía querer salir ni una palabra, así que el policía se cansaba y se marchaba, luego pasaban otros minutos o quizá un par de horas y entraba otro policía a interrogarlo, siempre eran las mismas preguntas, pero terminaba justo como el anterior, marchándose antes de que otro policía decidiera entrar.
JungKook seguía sin entender cómo era posible que después de tanto que confió en Sergéy, en Vladimir y en Misha, éstos lo hayan traicionaron de esa forma e incluso se atrevieron a matar a aquella mujer que era realmente importante para él, tanto como su madre lo fue.
Otro par de horas pasó y de nuevo la puerta fue abierta para dejarle paso al oficial de la policía quien ahora resultaba ser el jefe de la estación y al parecer no iba solo, ya que a su lado se encontraba el agente del FBI que había llegado hacía un par de meses buscando justamente a Sergéy y si mal no recordaba, también al cabrón que se hacía llamar su padre.
—¿Y bien? ¿No piensas confesar nada? ¿La mataste, JungKook? —Preguntó YoonGi frente a él, su semblante era serio y despreocupado como siempre mientras esperaba la confesión que le diera el menor frente a él, esperaba que esta vez sí hablara, necesitaban al menos un pista de lo que había sucedido, cualquier cosa que los ayudara a atrapar a los verdaderos culpables.
JungKook fijó la mirada en sus manos que estaban esposadas a la mesa frente a él y luego de muchas horas, tragó en seco antes de alzar la mirada hacia el moreno, el agente del FBI y con voz rasposa pronunció las respuestas que sabía, eran ciertas.
—No la maté. Soy inocente... De verdad, soy inocente.
Estoy aquí con otra historia del fandom de BTS, sólo que esta es TaeKook a diferencia de la otra que tengo que es KookTae :3
También lo diferente de esta es que ya es una historia que está completa, pero necesita arreglos, muchos. Así que estaré haciendo esos arreglos y subiendo los capítulos poco a poco, así que espero les guste ♥
Gracias por leer!
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