mari_hway Kath

Kim Taehyung es un alfa obsesionado por su trabajo, no le hacía falta nada, tenía unos padres amorosos, una empresa a su cargo y una pareja increíble. Sin embargo, él se convirtió en todo lo que una vez odio, un alfa frío, amargado, preso de su trabajo, dejando en el olvido su vida amorosa y familiar. En una noche de diciembre, este comete dos de sus más grandes errores y uno de los espíritus de la navidad le acompañará; por las malas aprenderá y descubrirá de todo lo que se perdió por sus actos egoístas. →Especial de navidad. →Segunda parte de: “Campanas de esperanza¹” (no es necesario leer el anterior mencionado). →Fantasía | Omegaverse | Romance | Drama →Versátil: Taekook | Kooktae →Taehyung | alfa + Jungkook | alfa →Three Shot →Total de palabras: 10,768 →Inicio: 22-12-21 →Finalizada: 22-12-21 →wattpad: @mari_hway →inkspired: mari_hway →Hermosa portada hecha por @KevinMichel581 © Prohibida su copia o adaptación.


Fanfiction Libros Todo público.

#Taekook #KookTae #yoongi #Hobi #jin #jimin #taehyung #jungkook #NamJoon #HopeGa #JinMin
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01: Desastre.

Navidad, la hermosa temporada llena de alegría y magia, y para Yeonjun está es la celebración del amor verdadero y la unión entre las parejas –sin importar su jerarquía–. Él podría decir que se proclama como el rey de la navidad, aunque en realidad solo es un espíritu más de la navidad, más aún así, él mismo se declara un rey de dicha festividad, ¿por qué? Pues simple, porque es quien más le ayuda a ese viejo rechoncho para que esas almas desalmadas arreglen sus errores.


¿Existe la magia? Por supuesto, él es el claro ejemplo de ello, guardián de la navidad, espíritu número tres de esta temporada y seguidor de Santa. Sin embargo, hay ocasiones que desea fervientemente dejarles ir su puño a esos alfas, betas y omegas que despreciaban dicha celebración y que, a su vez, cometen los peores errores de su vida y aunque él les dé la oportunidad de retractarse, no lo hacen y eso le jode. ¡Hacen su trabajo más difícil! Aunque recibe buenos escenarios vergonzosos que valen la pena, pero eso es un punto aparte.


Ahora, yendo a lo importante, él viejo rojo le dejó una tarea con un alfa castaño, hijo de la familia Jung ¿Está impresionado? Para nada, desde hace dos años que ese imbécil cambió todo lo que era solo por un estupido puesto de trabajo. Él ha sido testigo de como ha tratado a sus empleados en esta época, sin vaciones o darles horas de descanso suficiente y para rematar, se ha olvidado de su pareja y sus padres, lo único que le queda es doblar los dedos y pedirle a la madre Luna que ese idiota recapacite antes de él hacerse presente o bien haga las cosas de manera correcta cuando le de la oportunidad de redimirse.


Diciembre, mes de las alegrías y las ilusiones, creador de las esperanzas para aquellas personas que están desesperadas en encontrar un amor, un amigo, lo que sea que la temporada les trajera, aunque para alguien como él solo era la oportunidad para recibir más dinero, tener contratos a la vuelta de la esquina y todo lo que quiera en su vida. Desde hace dos años que recibio la empresa de su padre alfa y ha hecho un trabajo excelente, no es por vanagloriarse, pero a él todo le sale perfecto, ¿es arrogante de su parte? puede ser, solo que no le importa, de todas formas, él puede tener todo lo que quiera con un simple chasquido de dedos, una orden de su parte y listo, todo resuelto, pero aquellos que no pueden tener lo que él tuvo… le son de menos, esos pueden irse a joder a otros con sus mierdas.


Por otro lado, lo importante para él en estos momentos es poder mantener en orden la cena que tendrá esa noche con su pareja, le tiene una sorpresa que está seguro –aunque su lobo le diga lo contrario– de que está haciendo las cosas de forma correcta; hace siete años que se conocieron por un pequeño accidente demasiado cliché. En ese tiempo el chico era un estudiante de segundo año en enseñanza y él estudiaba administración de empresas en su tercer año, en ese momento iba junto a su primo Soobin al parqueo de la Universidad para poder retirarse, pero antes de llegar a la puerta que los dirigía al sitio un fornido alfa con aroma a cerezas e incienso chocó con él, derramando todo el líquido sobre sus prendas y si no fuera porque su lobo y él quedaron encantados con el muchacho, le hubiera dejado ir un sin fin de improperios o le hubiera dejado ir su puño en la cara, pero no, ese alfa pelirrojo lo cautivó de inmediato.


Después de eso fue inevitable no prestarle más atención al alfita, aunque estaban en edificios diferentes, él hacía de todo para poder tener aunque sea un pequeño acercamiento con él; estuvo un mes y medio con ese comportamiento hasta que se decidió en acercarse más y entablar una linda amistad con el pelirrojo, claro que su padre omega tuvo que ver en ese tiempo al alentarlo y darle una montaña de esperanzas. La amistad que entablaron duró un año y de ahí empezó con el cortejo –cabe aclarar que este fue difícil ya que el chico también lo quería cortejar y pues… él quedó ganador por pedirlo primero–, esto se alargó casi más de un año por los estudios de ambos; ahora con cuatro años y medio de relación, con tres años en que su pareja trabaja en ese lugar de bajo prestigio, el cual al principio no le molesto que se metiera a trabajar en ese orfanato, pero desde hace dos años –que fue cuando inició su trabajo como presidente de la empresa familiar– es que ve ese empleo como una estupidez y sin nada que brinde provecho alguno a su bello novio.


Él como su pareja quiere que se supere, le saque provecho a su título y aunque eso no llegará de un momento a otro, porque a él eso le consta, tiene la solución perfecta para que pueda tener un mejor soporte y un mayor sustento; esa cena saldrá excelente, personalmente se está encargando de eso y después de toda esa celebración bien podrán ir a su departamento y poder tener un encuentro más íntimo entre las cuatro paredes de su habitación, hace más de siete meses que no tienen un acercamiento de ese índole y ya le está desesperando no poder tener entre sus brazos a su pareja y sentir ese delicioso aroma de cereza e incienso que lo atrapó desde un comienzo.


Así transcurre el día y llega la noche en su máxima belleza, el cielo está lleno por todos esos puntos destellantes, las calles están adornadas por las luces navideñas en un hermoso rojo, amarillo y verde, los colores más atrayentes y característicos de esas fiestas, árboles adornados y llenos en ese blanco por la nieve; maneja con premura hasta el restaurante de cinco estrellas en comida alemana, pues está consciente que su chico es fanático de la comida extranjera.


No le ha tomado mucho tiempo cuando ya está delante de esas puertas corredizas de cristal, desde su posición puede observar como su pareja se encuentra en espera de su llegada y él, como todo un alfa dominante que es y está caracterizado, se rige en un aura que intimida a todo aquel que voltea a verlo; con porte y elegancia ingresa al establecimiento, sus zapatos lustrados resuenan en la cerámica de mármol pulido.


—Jungkook —dijo, una vez estuvo frente a su chico pelinegro que tiene rayos en un color morado, esa espléndida cabellera que le llega por sobre sus hombros; simplemente hermoso.


—Tae —habló el alfa menor con entusiasmo, hace meses que no veía a su novio. Se levantó de su asiento y con cariño abrazó a su pareja, sin embargo, su corazón se encogió al sólo recibir una palmada en su brazo izquierdo, ni siquiera correspondió su abrazo.


—Aquí no —murmuró en voz baja, un poco molesto por el afecto que no esperaba recibir. Es que, era una bobada comportarse así, más en un lugar público como es el restaurante.


—Perdón —rápidamente se separó del mayor, tomando asiento a la misma vez que el castaño lo hacía. Sonrió mostrando sus dientecitos y aunque haya despreciado su cariño, eso no le quita su entusiasmo—. Tendré más consideración la próxima vez.


—De acuerdo —habló restándole importancia. El lobo rasguñaba enfurecido por dentro al haber visto cómo el humano trata a su pareja de esa forma tan despectiva—. ¿Ya has ordenado?


—Aún no, te estaba esperando.


—Perfecto.


Un silencio abrumador se crea entre ambos, más el castaño es ignorante de la tensión que se ha formado entre ellos, interesado en lo que pedirá para él y el menor, pero para Kook era evidente el ambiente pesado.


Jungkook observa la carta que el amable mesero les había dejado, todo ahí le resultaba demasiado costoso y no es que esté pensando que él pagará, sabe que Taehyung lo hará porque por ello lo invitó, pero… no puede evitar sentirse fuera de lugar. Suspiró, él ahí parecía un vagabundo comparado con todos en ese lugar con sus trajes y vestidos costosos, ¡hasta su pareja vestía mejor que él!, con obvia razón el mayor no quiso recibir ninguna muestra de afecto suya, mucho hace ya con estar ahí, frente a él.


—¿Listos para ordenar? —pregunta un omega, con una sonrisa resplandeciente y amable.


La mirada del omega se centra en el menor, su olor a cereza e incienso le sabe delicioso.


—Si —dijo Taehyung sin darle importancia a la mirada que el omega le brinda a su pareja—. Trae la especialidad de la casa.


Jungkook le brinda las cartas al omega y con una sonrisa desanimada le da un pequeño gracias por la atención que les está brindando. No es tonto, se dio cuenta de cómo ese omega le observaba, pero le dolió ver como Tae no reaccionó ante ello, ¿es que acaso ya no le era de interés como pareja? ¿Por eso lo invitó a esa cena, para dejarlo? Suspiro entrecortado, no quería dar una mala imagen poniéndose sentimentalista, pero no podía evitarlo.


—¿Y cuál es el motivo de esta cena? —preguntó finalmente. Si lo va a dejar, mejor no alargar la situación y así pueda marcharse a llorar dentro las cuatro paredes de su habitación y destruir todo lo que esté allí.


—Oh, si —dijo y dejó a un lado la copa de agua que estaba bebiendo—, te tengo una propuesta importante.


—¿En serio? —Un destello de ilusión se impregnó en sus grandes ojitos de color violeta. ¿Era lo que él creía que era?


—Si —sonrió pequeño. Tomó las manos del contrario y miró esos ojos que tanto amaba, con confianza afianzó el agarre en sus manos; estaba esperanzado en que su propuesta sería aceptada—. Serás mi nuevo asistente.


La sonrisa que Kook mantenía se desvaneció, sus ojitos se vieron entristecidos y puede decir que escucho muy bien como su corazón se quebraba en miles de pedazos; su padre tiene razón al decir que tiene un corazón frágil como si fuera hecho de cristal.


—¿Qué? —pregunta en un susurró, se siente descolocado, enfurecido, decepcionado… ¿a qué se debía eso?


—Cómo has escuchado —habló sonriente, ignorando como su pareja estaba a punto de quebrarse—. Es tiempo de que dejes esa basura de trabajo en el orfanato —continuó—, ese lugar no te dará el sustento que mereces, tú requieres de un trabajo en que puedas prosperar y llegar a ser parte de los alfas de gran renombre.


El pelinegro en un brusco movimiento alejó sus manos de las contrarias, como si el tacto que ambos estaban compartiendo le quemara y le causara un ardor inexplicable; no podía creer lo que le acababa de decir. ¿En qué momento cambió su manera de ver su trabajo? Nunca lo había hecho, ni antes de empezar a ser una pareja oficial le reclamó o mencionó algo despectivo con respecto a su deseo de ser profesor del orfanato en donde vivió diez años de su vida.


—¿Estas de broma? —bramó, enfurecido y un destello azulado que se vieron en sus ojos, demostrando que su lobo estaba igual de presente. Sus feromonas en un agrio aroma se dispersaron por todo el local, mala idea hacer enojar a un alfa en un sitio como ese.


—¿Por qué reaccionas así? —preguntó desconcertado—, deberías de sentirte feliz en trabajar conmigo.


—¡Pues ya ves que no! —habló, casi que grito. Se levantó de su asiento arrastrando la silla que cayó a espaldas de él.


—¡¿Pero qué te pasa?! —imitó la acción del menor—, ¡estas armando un escándalo de por gusto!


Todos los comensales veían con asombro como esos dos estaban a nada de matarse. Algunos alfas se levantaron, posicionándose delante de su pareja e hijos, protegiendo a su manada.


—¡¿Qué me pasa?! —preguntó exaltado—, eres un maldito hijo de puta, no solo has dejado de tratarme como tu pareja, sino que… ¡también desprecias mi trabajo!


—¡Eso no es un trabajo!


—¡Vete a la mierda! —tomó las copas de agua que estaban en la mesa, tirando su contenido sobre Taehyung. Cogió su abrigo y con furia se fue del lugar.


El castaño jadeo sorprendido por el berrinche que había hecho su pareja –si es que aún podía decirle así–, tomó todas sus cosas, saliendo del lugar con la rabia consumiendolo ante el aparente espectáculo que armó con el menor; esperaba que todo eso no saliera en las noticias de la mañana, no quería ser parte de un chisme. Llegó a su auto, se posicionó en el puesto del piloto y dio un golpe al volante, estaba hecho una furia, semejante humillación se había llevado. Inhaló y exhaló unas cuantas veces antes de poner en marcha el automóvil y dirigirse a la casa de sus padres.


Suspiró frustrado y llevó sus manos a desordenar su cabellera roja. Ese alfa era un estúpido al comportarse de esa forma, ya cometió su mayor error, aunque pudo disfrutar como Jungkook le tiro en el líquido cristalino en su rostro, eso no impide que se sienta decepcionado y molesto ante la actitud del castaño.


—No sabes lo que tienes —dijo y con elegancia tomó asiento en los asientos traseros del vehículo en donde maneja el alfa—. Te arrepentirás —susurró, aunque era evidente que nadie podía verlo o escucharlo, no hasta que él lo permitiera.


—+—


El sonido de las llantas al estacionarse con brusquedad se escucharon hasta el interior de la morada, HoSeok y YoonGi se miraron extrañados ante semejante escándalo y cuando estaban a punto de levantarse de la mesa del comedor en donde estaban cenando, la puerta principal fue abierta y cerrada de un golpe, creando un eco demasiado potente e irritante; las fuertes feromonas de Taehyung llegaron a ellos y el alfa mayor se levantó de su asiento, colocándose delante de su pareja para evitar cualquier peligro.


El castaño al entrar respiró profundo, sintiendo la fragancia característica de sus padres y con eso se dirigió al comedor en donde ellos estaban, con cuidado se acercó a su padre alfa y con una simple mirada dio a entender a quien necesitaba en ese momento: su padre omega.


HoSeok se hizo a un lado, dejando que su hijo abrazara a su pareja. No importaba cuánto tiempo pasará, ese muchacho siempre será el cachorrito de la manada.


Media hora después, cuando todo estaba más calmado, los mayores tomaron asiento en el gran sofá de la sala y entre medio de ellos su hijo estaba ahí.


—¿Nos dirás qué sucedió, hijo? —preguntó YoonGi, la preocupación era palpable en su voz. No tenía ni idea de lo que sucedía.


Taehyung suspiró desanimado, consideraba la situación una estupidez… Él y su lobo empezaron a enojarse ante el recuerdo de la humillación que Jungkook les hizo pasar.


—¿Por qué estás todo mojado, cariño? —preguntó nuevamente YoonGi, se estaba desesperando ante el silencio de su bebé.


—Jungkook me dejó así —murmuró entre dientes—, me hizo un berrinche en el restaurante.


HoSeok se mantenía al margen, sabía sobre el cambio de actitud y comportamiento que Taehyung ha tenido desde que le dio el mando de la empresa; si le preguntaran cómo se siente al respecto… diría que está decepcionado.


—¿Y que lo causó? —cuestionó Yoongi, confundido por el actuar extraño del alfita—. Kook no tiene esos comportamientos sin una razón.


—Le hice una propuesta —suspiró, frotó sus manos en su rostro y a la vez desordenó su cabellera.


—¿Sobre…?


—Le propuse ser mi asistente para que dejara ese trabajo de mala muerte —dijo—, bueno… —se aclaró la garganta—, más bien le dije que lo sería.


—Taehyung —habló el omega—, lo que hiciste no estuvo bien —su voz se endureció—. Eso no se hace, cachorro.


—¿Y tú qué sabes? —preguntó exaltado, con la furia nuevamente dominándolo, se levantó de su asiento y encaró a su padre—. ¡No sabes nada, omega! —habló con voz de mando.


YoonGi se levantó molesto y herido por la actitud de su hijo.


—No me hables en ese tono —dijo—. ¡Y no vuelvas a usar tu voz de mando sobre mi, cachorro! —usó su voz de omega.


¡No eres mi padre para que me digas como debo comportarme! —exclamó inconscientemente.


El pelinaranja abrió sus ojos sorprendidos, las lágrimas se acumularon en sus felinos; su corazón se estrujo al escuchar esas palabras salir de su cachorro y por lo mismo levantó su mano derecha, propinándole una fuerte cachetada al alfa y sin más se retiró a su habitación donde dejó salir las lágrimas y los sollozos y gimoteos se hicieron presentes. No podía creer que su hijo se comportará de esa forma.


Taehyung hizo sus manos en puños para no levantar mano al omega y respiro profundo para controlarse, pero ante ello el aroma de su padre alfa llegó a él y se sintió pequeño al sentir las feromonas agrias y el ambiente pesado por la molestia que HoSeok estaba conteniendo.


—Taehyung —habló con voz endurecida. Se levantó del sofá y con su aura intimidante como alfa líder se posicionó delante de su hijo—, es decepcionante ver en lo que te has convertido —le dio la espalda, dirigiéndose donde su YoonGi estaba, podía sentir por medio del lazo que tenían el dolor que estaba sintiendo—. Además, nosotros no te educamos así… —y con el dolor del mundo, continuó diciendo—. Ahora vete, porque está ya no es tu casa—. Y con lo último dicho se retiró, yendo con prisa al llamado de su omega.


El alfa se fue molesto y dolido, su orgullo tirado al piso cual trapo usado. Cogió su vehículo, retirándose con la furia consumiendolo por completo ante el trato de su padre; a cierto punto le duele que le haya dicho que no es bienvenido. ¡Joder! Todo estaba siendo una mierda, empezando desde la cena con Jungkook y ahora con sus padres.


Yeonjun bufo molesto. Es increíble como ese alfa idiota está pensando más en como fue tratado por su papá HoSeok que por como se comportó con su papá YoonGi, quien fue el que lo recibió con los brazos abiertos, lucho por él para ser aceptado ya que el alfa mayor no lo quería y que venga a comportarse de esa manera con él… le debe mucho al omega y su misma ceguera por el dinero y el poder no le hace ver con claridad.


—No sabes lo que tienes —susurró—, hasta que lo pierdes.


Se podría decir que en ocasiones como estas, cuando ve el trato de ese estilo de los hijos hacia sus padres le genera un mal sabor de boca y una molestia que crece en él, a veces quisiera hacer su trabajo de darle una lección al alfa, beta u omega y que se queden con ello por el resto de sus vidas, pero no puede. Él es alguien que hace bien su trabajo, aunque por momentos se lo piensa más de tres veces.


—+—


Un fuerte golpe se escuchó por todo su departamento al entrar en este, lanzó sus cosas al suelo, dejando que cayeran donde sea, en ese momento le daba igual que les pasara a sus pertenencias; gruñó con molestia al sentir aún su traje caro mojado, frotó con sus manos su cabellera, despeinandose más de lo que ya podría estar y así se dirigió a su despensa, tomó una botella del whisky que su empresa se empeñaba en crear y en largos tragos se tomó todo su contenido.


—Malagradecidos —habló, su voz pausada por el ardor que la bebida le causó—, se arrepentirán —gruñó—; ¡hijos de puta! —bramó molesto, aventó la botella de vidrio a la pared, está rompiéndose en el proceso y dejando regados todos sus pedazos junto a gotas del líquido amarillo.


Taehyung se dirigió a su habitación, dejándose caer en su enorme cama siendo recibido por los brazos de morfeo y entre sueños murmuró un débil:


—Quisiera otra vida.


Los ronquidos del alfa fueron los que se escucharon, la bebida dándole factura junto a su mal día.


Mientras tanto, en una de las esquinas de la habitación, un muchacho de cabellera roja observaba al castaño con el ceño fruncido y sus brazos cruzados.


—Otra vida quieres —murmuró. Lentamente se acercó al contrario—, otra vida tendrás —sonrió con malicia.


Como se divertirá con ese desgraciado.


15 de Febrero de 2022 a las 23:03 0 Reporte Insertar Seguir historia
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