Mónica temeraria por fuera miedosa por dentro, desde su niñez fue atormentada por serpientes venenosas, llegaban sin invitación a sacarla de su mansión, escapaba constantemente de sus enemigos, solo un amigo suyo llegaba constantemente a ayudarla, le aconsejaba cuando quería huir de su casa, sostenía su mano cuando sola se encontraba.
Un día en su soledad las serpientes le aparecieron por todos lados, una se le lanzo encima como si fuera un búmeran y sus colmillos le clavo con éxito, asustada, aterrada por el veneno que cubría su cuerpo, escucho la voz de su amigo, una voz suave que llegaba, tomo su hacha y corto a la serpiente en 2 pedazos ella exclamo a gran voz, “Me ha mordido ya, no viviré mas”; pero el calmado le dijo, no pasa nada, todo esta bien, ella todavía con temor vio el veneno salir de su cuerpo, por los mismos orificios que la serpiente le dejo, ella sobrevivió de aquel ataque.
Aquel Joven hermoso y de buen corazón siempre fue su abrigo, su mirada cálida nunca jamás se podían comparar, siempre acompañaba a Mónica donde ella fuera, en otra ocasión aceite hirviendo le cayo en los pies, al ver las visiones de su tormento no se dio cuanta cuando el aceite se derramo; pero ahí estaba el, soplo tan fuerte que el aceite se enfrió antes de poner tocar sus pies, Mónica se había enamorado de su amigo, el era fiel, y nunca la dejo sola, todo el tiempo que lo necesitaba ahí estaba, nunca le importo nadie mas, sus ojos lo decían, su actos exclamaban “Te amo”, sus pasos se volvieron hacia el.
En las mañanas Mónica no ocultaba su sonrisa y a las serpientes eso no les gustaba, así que, cada día que podían la atormentaban, la asustaban incluso, ella casi pensó que estaba en la locura, nunca nadie las vio, se movían tan lentamente, era otra realidad, otro mundo para ella. Sus familiares la juzgaron y la tomaron por perdida, “¿fue real o fue una ilusión lo que viví?” empezó a vagar por sus pensamientos, ya no tenia noción de la realidad, ya no sabia que había acontecido en su vida; “¿Cuántos años me dormí?” se preguntaba cada vez que se acordaba de algo.
Ella al crecer le pidió un deseo a su mejor amigo, quizá el se lo habría concedido, no recordar nada de su pasado, no recordar lo que había vivido, perdonar y seguir adelante, ella también le pidió que se llevara a esas serpientes lejos de su vida, todo eso se cumplió, pero la triste realidad, es que no se acordaba si todo eso paso realmente sucedió, o fue un simple juego de su mente.
Mónica ya casi no veía a su amigo, al alejarse las serpientes ella era tan feliz, que se estaba olvidando de el, ya no platicaban, ya no leían juntos, menos estudiaban, su vida quedo vacía, ella se empezó a acostumbrar del buen vivir, ya no le importaba tanto estar al pendiente de las cosas que hacían juntos, se distancio, empezó a frecuentar a otras personas, empezó realizar otras actividades, pero cuando tenia que hablar con el, ya no le gustaba tanto, el amor se fue enfriando, poco a poco, el le había regalado el diario de su vida, ella a veces lo leía, a veces se le olvidaba, pensaba que estar algo distanciados era algo normal. Pero nunca fue así, el se puso triste por eso, y decidió distanciarse de ella.
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