La primera acción de lujuria que mi tío hizo contra mi fue frotar suavemente su dedo índice contra la palma de mi mano. Este aprovechó la ausencia de mi tía y la ignorancia de mi abuela que se encontraba viendo las noticias en su cuarto.
Esa noche mi hermana, mi prima y yo mirábamos películas de terror en la sala. Estas estaban tan entretenidas que no se fijaron cuando mi tío comenzó a besar mi mano, mucho menos cuando este me hizo que le frotara el pecho.
Fui a la cocina por algo de beber y como lo supuse mi tío me siguió. Mientras tenía el refrigerador abierto en busca de una soda, mi tío se colocó detrás de mí con una mano agarrada a mi cintura y me susurró muy cerca “Vas a dormir conmigo hoy?” -“Si usted quiere.” le susurre de regreso.
Mi hermana y mi prima no nos dejaron hacer nada esa noche y como mi tío andaba medio embriagado se quedó dormido en un sillón. Cuando finalmente mi hermana y mi prima cayeron dormidas traté de despertar a mi tío, por más que le jale los pies, le apreté los brazos, le pinché las piernas y le sobé el estómago este no reaccionó.
En otra ocasión mi tío y mi papá se emborrachaban en el patio de nuestra casa, cuando se acabó el alcohol mi papá decidió salir por más dejándome a solas con mi tío. Yo no perdí tiempo en salir al patio encontrando a mi tío acostado a ojos cerrados y con los brazos detrás de su cabeza, los rayos del sol brillaban sobre sus peludas axilas.
“Auh..Tío, mi papi dice que ya va a regresar.” le comunique como si él no lo supiera ya.
“¿No hay nadie en la casa?” preguntó mi tío aun con los ojos cerrados.
“No.”
“¿Quieres que entre?” dijo este abriendo los ojos.
“Si usted quiere.” respondí.
“Vamos.” dijo mi tío.
Nos sentamos en el sillón más grande de mi sala donde había una ventana con cortinas de detrás de nosotros. Mi tío pasaba su mano por las cortinas echando un vistazo a lo que ocurría afuera de la casa.
“¿Qué es lo que te gusta a vos?” me preguntó mi tío en un tono meloso mientras sacó su aparato reproductor del pantalón y me lo puso en la mano. Yo lo agite de lado a lado, sintiéndolo crecer entre mis dedos, aproveché también en deslizar mi manos por su peludo torso, su marcado estómago y su duro pecho.
“Dale un besito.” dijo mi tío tratando de sumergir mi cabeza en su entrepierna con su mano derecha. Yo quería disfrutar de su anatomía antes de darle sexo oral. Inesperadamente mi tío me dio un beso en la boca, sentí su lengua amarga raspando el arete que yo tenía en la mía. Su barba picando contra mi mentón provocó que sacara mi aparato reproductor, mi tío tuvo la cortesía de masturbarme por unos minutos.
“Acuéstese.” dije, mi tío obedeció bajándose los pantalones a las rodillas lo más rápido que pudo. Me coloque entre medio de sus piernas y le pase la lengua por los testículos varias veces. Este dio unos gemidos acariciando mi cabeza. Sus testículos se sentían sólidos y estaban llenos de vellos que se desprendían entre mi lengua, dientes y hasta garganta.
“Dale un besito.” insistió mi tio. Agarre su pene con ambas manos mirando detalladamente cada una de las venas alrededor del tronco. Coloque la punta de mi lengua en la punta de la cabeza de su pene que chorreaba líquido preeyaculatorio.
“Mmmm.” exclamó este al momento que introduje su pene en mi boca. Enrolle mi lengua en todo el eje de su pene y justo cuando iba a succionar con más ganas sentí un líquido espeso regarse por todo mi paladar. Traté de sacarme el pene de la boca pero mi tío detuvo mi cabeza fuertemente con ambas manos provocando que su líquido espeso se resbalara por mi garganta. Cuando mi tío dejó de eyacular en mi úvula me soltó la cabeza, aproveche para salir corriendo directo al baño. Escupí el líquido blanco mezclado con mi saliva en el inodoro y me enjuague la boca con enjuague bucal. Nunca antes había probado semen fresco de hombre y no estaba seguro que quería volver hacerlo.
En meses no supe mucho de mi tío hasta que mi mamá nos contó a mi hermana y a mi que mi tía lo había corrido de la casa por que esta se canso de sus malos tratos y sus infidelidades. -“Ahora renta un cuarto quien sabe donde.” nos siguió contando mi mamá con un tono de alegría en su voz, a esta nunca le cayó bien mi tía, el típico síndrome de las cuñadas que se odian.
Una noche mientras estaba encerrado en mi cuarto viendo novelas, no se que me dio por checar los contactos de mi celular. Al ver el nombre de mi tío (Lawrence) se me hizo agua la boca recordando lo bien que la había pasado la última vez.
“Hey, que hubo?” contestó mi tío mi llamada.
“Hello, tío? Perdón le llame por accidente.” pretendí, temblando de los nervios.
“Oh, y qué estás haciendo? Preguntó este.
“Nada, viendo tele y usted?
“Aquí tocándome los huevos.” respondió mi tío con una voz melosa.
“Que?” dije, queriendo volver a escuchar esa frase.
“Tocándome los huevos te digo. ¿Quieres venir? yo te pago un taxi.” me ofreció este, provocándome una erección automática.
“No puedo mañana trabajo.” me hice el difícil.
“Te quedas a dormir aquí y mañana que otro taxi te lleve al trabajo.” insistió mi tío, poniéndome más arrecho.
“Por qué no viene usted aquí mejor?”
“No, tu papá no me puede ver ahí. Vos vení, yo te mando el taxi.”
“No se.”
“Veni hombre, aquí tengo una crema que podemos usar, como te gusta a vos, que te la metan despacio o que te la dejen ir de un solo?” preguntó mi tío.
“Como usted quiera.” respondí quitándome los boxer y masajeando mis huevos.
“Llénate un dedo de saliva.” me ordenó mi tío.
"Uh" dije llevándome el dedo índice a la boca.
“Cuando tengas el dedo bien mojadito pasate la llena por el culo bien suavesito.” instruccióno mi tio.
"Ay.” suspire al hacer movimientos circulares con la yema de mi dedo en mi ano.
“Lo tienes bien apretadito, me imagino.”
“Huh, huh.” gemi, empañando la pantalla de mi celular.
“Rico verdad, ahora metete el dedo completo...”
“Ay!” no dejé que mi tío terminara la oración cuando ya tenía todo el dedo dentro de mi.
“Dale, metetelo mas rapido y mas a dentro.” dijo mi tío. Yo cerré los ojos e imagine el dedo de él entrando y saliendo. “Ahora mete 2 dedos y...”
Se cortó la llamada, no me fije que mi telefono tenia la bateria baja. Tuve que terminar el trabajo yo solito usando un servilletero de palo que mi mamá había comprado pero nunca había usado. Este estaba hecho de una madera lisa, suave y brillante, antes de introducirlo por mi ano, lo llené de saliva primero dándole unas chupadas, imaginando que era el pene de mi tio. Gracias a ese servilletero de palo aprendi que el sexo anal se tiene que hacer planiado y asiado para evitar accidentes.
Tiempo después recibí una llamada de mi tía, esta me preguntó si quería ayudar a mi tío en un trabajo. Yo acepté con gusto, este estaba remodelando un sótano y necesitaba alguien que lo ayudara a limpiar mas que nada.
Mi tía me recogió de mi casa y me llevó donde estaba trabajando mi tío, está incluso bajó conmigo. El sótano estaba en un estado caótico constructivo, mi tío se encontraba de rodillas arrancando el suelo viejo.
“Hey que ondas sobrino.” gritó este poniéndose de pie y agitando mi mano.
“Hay me llamas para recoger a Andelo.” le dijo mi tía a mi tío antes de irse. Mi tía probablemente no había llegado a su carro cuando mi tío, se sacó la verga y me dijo;- “¿Quieres jugar?” Sin pensarlo 2 veces se la acaricie; con una sonrisa mi tío observó su verga crecer entre mis palmas. “Dale un besito.” dijo este las palabras mágicas. Caí de rodillas y le bajé el pantalón manchado de pintura hasta los tobillos, me agarré de sus calcetas negras con ambas manos y me comí sus testículos como si fueran 2 jugosos kiwis. “Dale un besito.” volvió a decir mi tío introduciendo su verga en mi boca. No me quedó otra opción más que mamar. No le quise poner tanto empeño, ni lengua para no hacerlo acabar tan rápido como la última vez.
“Ponete ahí.” me levanto mi tío de los brazos apuntando a una silla donde reposaban unas herramientas de construcción. Puse ambas manos en los reposabrazos de la silla, mi tío se posicionó detrás de mí y me bajó los pantalones. No estaba seguro de querer ser penetrado ese día, pero me deje llevar por el momento. Sentí la respiración de mi tío detrás de mi cuello mientras este abrió mi ano con sus dedos. Al sentir la húmeda cabeza de su verga abriendo paso entre los muros de mi recto la sensación de pararse en grama mojada se me vino a la mente. Mientras la verga de mi tío entraba y salía de mi a una velocidad firme, mi tía también se me vino a la mente. La idea de que el mismo pene que estuvo en su vajina ahora estaba en mi culo me aturdió por unos segundos. Sentir y ver los dedos de mi tío aferrados a mi cintura hizo que mi mente regresara al momento. Justo cuando me iba masturbar, mi tío sacó su verga y vi como eyaculo en el suelo sin hacer un mínimo sonido.
Después terminamos de arrancar el suelo viejo del sótano, sin mencionar nada de lo ocurrido. Horas más tarde mi tía regresó por mí y me llevó de regreso a mi casa. Antes de bajarme del carro esta me dio el dinero por haberle ayudado a mi tío. Fue más dinero de lo que yo pensé que iba a ser, "¿esto me hace un prostituto?" me pregunté a mi mismo.
Pasaron 8 años para que me volviera a ver con mi tío, esa vez tuvimos el tiempo, el espacio y yo ya no tenía 16 años. Fui muy nervioso a un hotel barato donde me citó. “Cuarto 26.” fue el último texto que me envió.
Al entrar al cuarto mi tío caminaba sin camisa, sin zapatos y con el botón de su pantalón desabrochado.
“Que hubo?” me dijo este con una sonrisa picara.
“Hola, ¿Cómo está?” respondí con pena como si fuera alguien que recién estuviera conociendo.
“Ahí está el baño si te quieres bañar.” dijo mi tío quitándose el pantalón quedando en unos calzoncillos blancos y acostándose en la cama.
“Ya me bañe.” dije.
“Veni dale un besito entonces.”
Nunca antes habíamos estado completamente desnudos en una cama mi tío y yo. Le mame la verga de una manera hambrienta, había momentos en los que me atragantaba y mi tío empujaba su verga más fuerte contra mi garganta ahogándome más. Este me alimentó su semen con ambas piernas alrededor de mi cuello formando una cruz, asegurándose que mis reflejos nauseosos no me hicieran desperdiciar ni una sola gota.
“Rica?” cuestiono mi tío, mirándome a los ojos mientras yo saboreaba residuos de su semen en mis labios.
Después de relajarnos por 30 minutos mi tío me dio unas nalgadas dándome señales de lo que quería hacer. Con agresividad este me jalo y puso una almohada debajo de mi rabadilla colocando mis piernas sobre sus hombros. Tenía a mi tío frente a frente, mis pies le colgaban como aretes. Gotas de sudor de su pecho chorriaban en mi estómago mientras este me culiaba rico.
“Date vuelta." ordenó mi tío, poniéndome en cuatro. Me agarró con ambas manos de los hombros que los tenía empapados de sudor. Escuché aplausos de mis nalgas golpeando fuerte contra la parte baja de su estómago. Enrolle mis piernas entre sus piernas tipo serpiente en rama. La respiración de mi tío se escuchó más rápida y profunda. Puse a trabajar mi esfínter, lo que provocó que este me llenara el ano de su tibio líquido.
"Te preñe." Comentó mi tío mientras caímos de espaldas en la cama con la presión alta.
Eventualmente mi tío me puso un apartamento donde me hacía visitas conyugales 2 veces al mes. Nadie sospechó de nosotros, para todos solo éramos un tío y un sobrino que se llevaban muy bien, eso ayudó a que las visitas conyugales cambiaran a una vez por semana. Hasta que un día este llegó con maletas en mano. “Tu tía por fin me corrió de la casa.” dijo este, muy alegre.
3 meses después muchos familiares empezaron a cuestionar la estadía de mi tío en mi apartamento, especialmente mi mamá.
“Ya tiene 3 meses viviendo aquí, tienes que decirle que ya es tiempo de que busque su propio lugar.” dijo mi mama mientras limpiaba mi cocina que no estaba tan sucia. “¿Te paga renta?”
“Si.” dije la verdad.
“Donde duerme?”
“En la sala.” menti.
“Ni una cama de aire se ha podido comprar, que sinico.” se siguió quejando mi mama. “Te cuento que tu tía ya tiene novio.”
La visita de mi mamá provocó una charla seria entre mi tío y yo. Nunca imaginé que este me iba a ofrecer ir a otro estado del país con él.
“Mi jefe tiene muchos proyectos de construcción ahí y me ha ofrecido un lugar donde vivir y todo.” me contó mi tío, mientras cenábamos comida china. “Vos te podes conseguir un trabajito allá o trabajas conmigo si queres.”
Me tomó una semana aceptar la proposición, sentí que no tenía mucho que perder. El plan fue que él se iba a ir primero y al mes lo iba a seguir yo.
La ausencia de mi tío me hizo cuestionar lo que sentía por él, su cuerpo no era lo único que extrañaba. Hablábamos casi a diario por teléfono e intercambiamos fotos explícitas las noches que nos sentíamos necesitados de una eyaculación.
Antes de irme, decidí confesarle toda la verdad a mi hermana, de toda mi familia solo a ella le podía confiar algo así. -“Ewww.” fue su respuesta con una cara como si estuviera comiendo un limón.
Finalmente un avión me llevó al estado donde mi tío me esperaba, quedaba a casi 25 mil millas de donde yo había vivido toda mi vida y no me sentía triste. Me enamore del clima caliente y húmedo que me recibió al salir del aeropuerto. “Te mande un taxi. Voy a salir tarde del trabajo hoy. Las llaves están en el buzón.” me informo mi tio vía texto.
Llegué a una casa grande, moderna y con lujos que nunca había tenido antes, como una piscina y un cuarto con balcón y baño propio.
Después de desempacar decidí sorprender a mi tío. Otro taxi me llevó al lugar donde este se encontraba trabajando, me sabía la dirección de memoria porque había escuchado de ese lugar por todo un mes. Cuando me bajé del taxi me encontré rodeado de una comunidad en desarrollo. Me perdí admirando las casas sin puertas, sin techos y unas que otras paredes, a lo lejos vi la camioneta de mi tío en frente de una casa que se miraba ya terminada. Entré sin tocar y lo encontré con cables en mano frente a una conexión en la pared.
“Hey qué hubo?” dijo este sonriendo de oreja a oreja y enrollando sus manos alrededor de muy fuerte. No pude evitarlo y lo bese en la boca, este me mordió los labios lo que me puso dura la verga. -``¿ Está usted solo aquí?” dije.
“Si.” dijo este empujándome contra la puerta de la entrada, mientras me beso el cuello y le echo seguro a la puerta. Usamos nuestras lenguas como espadas en un duelo de guerreros, como extrañaba su saliva. Mi tío deslizó su mano por la parte trasera de mi pantalón, amasando mis nalgas como si fuera masa para hacer pan. Su otra mano la llevo a mi boca, le cuche el dedo hasta dejarlo bien mojado.
“Mmm.” grité al sentir el dedo de mi tío perforando mi culo.
“¡Qué rico !” exclamó mi tío. “¿Hay te va otro?”
“¡AY!!” grité más alto ahorcando ambos dedos con mi recto. “Quiero darle un besito.” le dije a mi tío apretando su verga sobre el pantalón lleno de pintura. Cuando se la iba a sacar su celular nos interrumpió.
“Bueno...baro!!” contestó este. “Si ya todo está terminado aquí….si….claro….ok…bye”
“Que paso?”
“Mi jefe viene para acá vámonos.”
Agarrados de las manos salimos de la casa a su camioneta, nunca antes habíamos hecho eso. En el viaje a casa mi tío me preguntó por cómo me había ido en el vuelo pero yo estaba en un estado de ardor incontrolable.
“Quiero darle un besito.” le dije agarrandole la verga sobre el pantalón otra vez, con ojos risueños mi tio me jalo la cabeza bruscamente a su entrepierna. Su verga tenía un sabor a hombre que había estado trabajando todo el día y me encantó. Aproveche que llegamos a una luz roja y le quite las botas de trabajo incluyendo los calcetines. Ver como mi tío usaba los pedales del carro con sus pies descalzos me dieron ganas de sacarme la verga y masturbarme pero con el cinturón de seguridad se me hizo muy complicado. Justo cuando iba a sentir su leche tibia en mi lengua después de un largo mes de tanta sed, este frenó bruscamente.
Entramos a nuestra casa de la mano, mi tío no tuvo la molestia de abotonarse el pantalón de regreso ni de ponerse las botas. Fuimos directo al cuarto, mi tío me desnudo y se desnudo así mismo de una manera desesperada. Me acosté boca abajo en la cama oliendo las sábanas que olían a él. Este me mordió las nalgas y me las nalgueo fuerte varias veces.
“Dele un besito.” dije entre suspiros.
Mi tío abrió mi culo dejando que un chorro de su saliva me lo humedeciera. “Tenlo abierto.” me pidió, abrí mis nalgas lo más que pude con ambas manos.
“Ay! que rico.” dije al sentir su lengua raspando contra mi abujero, mi tío se lo devoró con un hambre voraz. -“Ahh.” gemía más cuando este me la dejaba ir hasta el tope.
Besando mi espalda mi tío se subió encima de mí y me dejó ir su verga con todas sus fuerzas. Entre nalgadas y mordidas me culio hasta bañarnos de sudor.
Mi tío me volteo boca arriba colocando mis piernas sobre sus hombros dándome tan fuerte que empecé a sentir su pene quemando mi culo. “Ahhh!!!” sincronizamos ambos un grito, la leche de mi tío se esparció dentro de mí a una velocidad y cantidad récord de lo que yo estaba acostumbrado.
Aún me seguía masturbando, mi tío me jalo al borde de la cama y levantó mis piernas comiéndome el culo que chorreaba de su semen como grifo abierto.
“Empujala.” ordenó mi tío. Al empujar su semen de mi ano este lo absorbió como espagueti. -“Deme un besito.” grité rápido, mi tío me agarró de las mejillas con una mano y me besó pasándome su semen, al tragarmelo eyacule instantáneamente sobre mi estómago. La leche de mi tío tenía mejor sabor mezclada con su saliva después de haber salido de mi culo.
Gracias por leer!