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Barbara Juarez Sañudo


Tres chicos, tres chicas y un solo baile. ¿Creéis en el amor verdadero? si, ese amor que nunca vas buscando, te llega. Un amor natural sin sentimientos forzados, simplemente un chico y una chica sintiendo cosas muy fuertes e intensas a la vez el uno por el otro. Pues "El baile" y amor verdadero son palabras que no cuadran entre si. Esperad a que os cuente de que trata "El baile", de momento solo os diré Bastian, Nil y Yael...



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CAPITULO 1

Mi nombre es Zelda y solo llevo 16 años en el mundo, pensaréis "que inmadura", pero para mi defensa diré que he trabajado y me he ensuciado las manos mucho más que la gente que puede permitirse perder un billete de 500€. 

Un billetito de esos morados nos dan el mes entero a mi familia y a mi. Llevo trabajando desde los 14 años sin piedad.

Vivimos bien, no me puedo quejar, nos alcanza para comer y para cosas necesarias. El dinero justo. No voy a decir que voy pidiendo dinero, comida o ropa en la calle ya que no se da el caso.

Después de la guerra muchas familias de aquí, España, lo perdieron casi todo. La guerra arrasó con toda América, no pudo sobrevivir nadie ni nada a una de las bombas más destructivas que se habían creado a lo largo de toda la historia. Se llevaban a países enteros por delante, de ahí el fin de todo un gran continente, América.

Solo quedaban 3: Asia, Europa y Oceanía.

África estaba muy débil cuando la guerra terminó y Asia le ofreció unirse formando un único continente.

Y bueno...Oceanía se quedo sin más siendo Oceanía.

Europa...ya no ha vuelto a ser lo mismo de antes. No sabemos nada de Asia, nos dijeron que actuáramos como si estuvieran en otro planeta Tierra distinto. Cada uno por un lado para no crear más conflictos.

Yo no viví la guerra, pero mis padres si, eran pequeños. Me crié con miedo a la sociedad en la que vivo, el hecho de pensar que hay gente dispuesta a matar a todo un continente entero...de cargarse cientos y cientos de años de historia, de matar a millones de personas inocentes, sin culpa...

Cada vez que veo en la televisión algún desacuerdo entre políticos, me pone los pelos de punta de tan solo imaginarme lo que podría pasar con una simple tontería...

Cinco años de puro dolor y sufrimiento que duró la tercera guerra mundial.

Y todo empezó como en la primera, pero eso si, espero que sea la última.

El presidente de Estados Unidos y el presidente de Corea del norte, digamos que no mantenían muy buena relación, más bien una relación que se basa en simples enfrentamientos.

Un día, llegaron las noticias de que habían asesinado al presidente de Estados Unidos, la gente hablaba y sospechaba de que podía haber sido causa del presidente coreano ya que días antes le amenazó de muerte. Al día siguiente se encontraron también muerto al presidente coreano y los de este país empezaron a acusar a los estadounidenses, total, se lió una muy gorda...Y después de todo, todavía no saben quien mató a cada presidente...Ningún país consiguió pruebas para acusar al otro. Les cegó la rabia y el enfado y eso llevó a que se metieran más países de por medio.

Increíble ¿Verdad?

Cuando solo llevaban 4 años de guerra, mi padre, Joel, tenía 15 años y mi madre, Abril, tenía 10 años. Mi padre en la guerra solo se dedicó al país, como cualquier hombre y mi madre era una simple cría.

Acabó la guerra y con el paso del tiempo se conocieron, se enamoraron y se casaron, y siguieron juntos por bastantes años hasta que nació nada más ni nada menos que mi hermana mayor, Moira, me llevo unos cuatro años con ella. Para tener 20 años, aún vive con mi familia para ayudarnos más y ser...como decirlo, "una piña".

Bueno, el tema, que cuatro años después nací yo, la viva imagen de mi hermana mayor. Castañas, ojos miel, casi misma estatura, pero eso si, de carácter totalmente diferente.

Mi madre dice que tengo una personalidad un tanto fuerte...

Y mis hermanas mellizas, Nadia y Gala, nacieron cinco años más tarde...Si, tengo hermanas mellizas. Y las dos condenadamente rubias, maldita sea.

Y esta es mi familia...

Me metí en la ducha con el fin de saciar este calor. Es increíble lo que me puede relajar, notar las gotas frías resbalar por mi piel desnuda hasta colarse en el sumidero. Al mirar hacia allí vi un poco de sangre y me acorde de que me tenia que curar aquel corte de la mano que me había provocado mi trabajo. Yo recojo algodón y pues es normal hacerte pequeños cortes ya que tiene pinchos y demás. El corte no era grave, se curaría en dos días, pero si mi madre me veía con otro corte más...Odiaba que yo trabajara, decía que no tenía porque hacerlo, que papá, Moira y ella se las arreglarían para conseguir lo que yo conseguía. Pero yo me negaba, quería ayudar, realmente que quería...

Cierro el grifo y alcanzo mi toalla, me la enrollo por mi pecho y abro el armarito que hay en el lavabo para coger el alcohol con el fin de desinfectar esta herida. Escocía con ganas eh...Uf.

Pego un grito ahogado por el efecto que provoca al desinfectarse. Salgo del baño directa a mi habitación para ponerme algo de ropa, al llegar oigo una voz a través de la puerta, puedo distinguirla...es Moira y mi madre, pero ¿De que están hablando?

- En algún momento se lo tienes que decir mamá.- Dijo mi hermana mayor intentado hacerle entrar en razón a mi madre. ¿Pero en que?

Pego mi oreja a la puerta para poder oír mejor.

- Mañana mejor, enserio, hazme caso Moira. Conoces a tu hermana y sabes como se lo va a tomar, yo solo quiero lo mejor para ella.- ESPERA ¡¿QUE?! ¿Que me voy a tomar mal? No puedo contenerlo más y me decido por abrir la puerta fingiendo no saber nada sobre la conversación que han mantenido hace menos de un minuto.

- Perdón ¿He interrumpido algo importante?- A lo mejor consigo sacarles algo...

- No cielo, cosas de tu herm...¿Que tienes ahí?- Los ojos de mi madre se abren como platos al mirarme la mano. Genial.

- Un pequeño corte...Nada importante, nada de lo que te puedas preocupar.- Digo manteniendo la calma.

- Sabes que no me gusta que trabajes y menos me gusta que en ese trabajo te pase eso...encima que trabajas mucho y me vienes con eso a casa.- Dice de un tirón.- Siento si te molesta que me ponga así pero tienes que entender que soy tu madre y tengo una opinión como todo el mundo.

- Emmm sobre tener una opinión...- Habla ahora Moira. Había estado toda la conversación callada y de repente se mete.- Opino que se lo digas ya.- Espera ¿Que? Están volviendo a hablar de lo de antes...

- Moira, fuera ¡Ya!- mi madre intenta contener los nervios.

- No, quieta ahí, quiero saber de que hablabais antes sobre mi.- me pongo en medio de la puerta con el fin de impedir que nadie salga de esa habitación. Me tengo que agarrar la toalla ya que se estaba empezando a resbalar de mi cuerpo.

- Emmm...Mira escucha Zelda,  mejor lo hablamos mañana desayunando. Ahora ponte algo y baja a cenar.- Dijo acercándose a la puerta para salir y yo me hice a un lado para que así sea.

Antes de que se fuera por las escaleras le agarré del brazo.

- ¿Me tengo que preocupar...?- Le solté el brazo para esta vez mirarle a los ojos. Ella parecía dudar y me invadió la preocupación, tras varios segundos sin oír respuesta ella dijo:

- ¿Que? Claro que no, anda ve y ponte el pijama.- No me lo creí, por favor, conozco mucho a mi madre y se cuando miente, pero no quería seguir insistiendo ya que se enfadaría y así si que no le sacaría nada.

Me metí en la habitación con mi hermana mayor ahí dentro, dormía con ella ya que la casa no disponía de tantas habitaciones. Las mellizas tenían una habitación para las dos, obvio.

- Imagino que no me vas a decir nada.- dije quitándome la toalla para de una vez por todas vestirme.

-Mmmm...- Selló sus labios y levantó los brazos como si no tuviese más remedio.

En ese momento me hicieron salir de mis pensamientos dos gritos...Oh oh...Mellizas.

- ¡Has sido tú!- Gritó Nadia.

- ¿QUE?- Dijo ahora Gala sorprendida y enfadada.- Lo has manchado tu.-

- Ey ey, chicas, estoy segura de que no sera para tan...- NO PUEDE SER.- !¿QUEE?!- Iba a matarlas.

- Lo sentimos...- dijeron mientras sostenían mi camiseta favorita machada de barro.

- ¿Que habéis hecho?- estaba furiosa, más que furiosa.

- Se nos cayó sin querer...- Habló Gala.

Salí escopeteada de la habitación para salir a fuera y sentarme en uno de los bancos que habían por mi calle. Estaba agobiada, sabía que lo que me tenía que decir mi madre no iba a ser bueno...porque si lo fuera ya me lo habría dicho...¿No?

Entre eso y lo de Gala y Nadia ¿Se me viene todo lo peor ahora o que? 

*Atención, mañana a las 9:30 a.m se les comunicará una noticia muy especial. Algunos ya os lo imaginaréis, otros simplemente no habréis caído en ello...Recuerden, 9:30 a.m.*

Dios, cada vez que suenan los altavoces me pongo tensa hasta saber de que se trata, digamos que me temo lo peor. Después de lo que pasó...Me aterra que vuelva a pasar.

Miraba como las hojas caían al suelo. Cerré los ojos inconscientemente cuando el aire golpeó mi rostro, me encantaba esta sensación.

Estaba tan encandilada que no me di cuenta de cuando llegó mi mejor amiga.

- Ey, ¿Que le pasa a la chica más...más...-Genial Olena, así no ayudas.- maja de toda Mérida?- No pude evitar reír ante lo que había dicho.

- Uh, soy la chica más "maja" de todo una gran ciudad.- Ironicé.- Interesante, desde luego quiero que me recuerden aquí por eso eh...- reí.

Si, vivía en Mérida, no era una ciudad demasiado grande, pero para mi era perfecta. Yo vivía en las afueras como Olena, nunca me gustó vivir en el centro de la ciudad, así que, doy gracias a mis padres por comprar una casa aquí, en las afueras.

- Venga ya, contigo no se puede bromear- levantó las cejas y y se quedó a la nada mirando, estaría pensando, digo yo.- ¿Has oído el anuncio por el altavoz?...- No me dejó responder.- Claro que lo has escuchado, llevarás aquí toda la tarde.- 

- ¿En que piensas?- me sacó de mis pensamientos.

- Nada...nada importante.- dije mirándome los pies.

¿Que me pasaba? ¿Me estaba por venir la regla? Seguro que si.

- Mañana después del anuncio de megafonía, ¿hablamos...?- Dijo un tanto nerviosa.

- ¿Por que todo el mundo tiene que decirme algo mañana?- no me di cuenta de que subí el tono hasta que vi la mueca que había puesto.- Perdón, es solo que mi madre también anda con mucho secretismo con Moira y lo peor es que yo tengo algo que ver y mi madre me dice que no me preocupe que no es importante. Y también escuché una conversación con mis padres el otro día sobre temas económicos...Hago turnos dobles en mi trabajo desde que oí la discusión, turnos dobles Olena...Estamos en una situación...- Solté sin más.

- Ey Zelda, no quiero que te pongas así por esas cosas ¿si?, seguro que tu madre tiene buenos motivos para no decírtelo hoy y sobre lo otro...Seguro que solo es una mala racha, ya pasará...¿Tienes que estar bien vale?- me abrazó.

-Eres la mejor.- Le dije la verdad. Es a la única persona que quiero sin contar mi familia.

Hablamos sin parar hasta que se hicieron las once...¡Llevaba 2 horas fuera de casa! Me despedí de Olena y me fui pitando a mi casa...Madre mía la que me iba a caer.

Abrí la puerta y me encontré a mi madre recogiendo los platos. Caminé hasta ella.

- Se me pasó la hora...Perdón.- Dije mirándome los pies y con las manos entrelazadas. 

Se va a enfadar, se va a enfadar, se va enfadar...

- Por hoy no pasa nada...- Simuló una sonrisa un poco forzada. 

-¿Seguro...?- le miré a los ojos, buscaba esa mirada sincera que solo me daba mi madre.

- Cariño...- me dio un beso en la mejilla.- que si, que no pasa nada.

Le di un beso en la mejilla y me calenté mi cena. Cuando terminé me subí a mi habitación, me apetecía charlar un rato con Moira.

Entre en la habitación y la busqué con la mirada y la vi en el suelo ordenando zapatos.

- Moira...¿Charlamos un rato?- le mire con cara pícara y recibí una sonrisa de oreja a oreja por su parte y me lo tomé como un "¿No es obvio?".

Tenía muy buena relación con ella, que si, muchas veces tenemos nuestros piques y nuestros enfados, pero no le damos mucha importancia. Nuestras personalidades son totalmente diferentes, pero nos complementamos la una a la otra. Yo soy empática y ella una egoísta, ella tiene mucha paciencia y yo no.

Una vez Gala y Nadia estuvieron peleándose las dos contra ella y Moira en ningún momento perdió los nervios, yo hubiera saltado enseguida. Tengo mala leche, pero solo si me dan motivos para sacar mi mal genio, ella es súper pacífica. Yo soy más distraída, la gente de mi alrededor dice que es difícil que me concentre, me hablan y pienso en mis cosas. En cambio Moira le presta toda la atención del mundo a quien lo desee.

Como decía, más que diferentes...

- ¿Que tal...?- No sabía si había hecho bien preguntándole aquello. Noté que miró hacia el suelo y la sonrisa se le borró de la cara...¿Lo malo de preguntarle como estaba...? Su ex, ella sabía que me refería a eso.

Brais era su ex-novio. Llevaban como 1 año, pero la cosa se complicó cuando el se empezó a comportar de manera extraña con ella. El mundo se le cayó encima cuando el pronunció las dos palabras que todas las parejas evitan escuchar algún dia..."Tenemos que hablar". El le dijo que ya no era lo mismo del principio, que se había acabado la magia. Imbécil inmaduro. Mi hermana estuvo llorando dos semanas enteras, no había quien le sacara una sonrisa, no había nadie que le levantara el ánimo, ella ignoraba a todo el mundo. Hasta que un día dijo que salía fuera y a las 4 horas, cuando volvió tenía una sonrisa radiante y los ojos le brillaban más de normal. Todos nos preguntamos que le había sucedido como para volver así de cambiada en tan solo 4 horas. No tardó mucho en contarme lo sucedido, se había vuelto a enrollar con su ex, con Brais. El le había dicho que lo sentía y que le quería. Gran imbécil.

Al día siguiente le dijo que no quería que nadie lo supiera, que lo mantuvieran en secreto...A mi hermana le molestó muchísimo y se enteró de que era porque sus amigos se iban a enfadar con el si volvía con ella...¿Ridículo verdad? Mi hermana le dijo que la próxima vez le eligieran la novia sus amigos. Zas en toda la boca. Obviamente le dejó, pero aun así lo paso muy mal. Solo hace una semana de aquello.

- Bien...Supongo, Jane me cuenta que lo ve de vez en cuando, me dice que el está súper bien al parecer...- Jane era una amiga suya. Me duele ver a mi hermana ver así.

- Pero ya lo tengo superado, o eso creo. Es decir, no lloro ni nada de eso como lo hacía antes, pero de vez en cuando me vienen recuerdos y me pongo triste...- Me terminó de contar. Le entendía y le apoyaba en eso.

- Pero...¿tienes seguro que no vas a volver a recaer en el?- Pregunté.

- Por supuesto, es un auténtico gilip...- 

- Ey...esa boca- Apareció mi madre con un cesto vacío para empezar a meter ropa que había por la habitación.- Ya es tarde...¿No tendríais que dormir ya?-

- La verdad es que yo tengo sueño- dije metiéndome en las sabanas y acomodando la almohada.

Mi hermana copió mi acción y me deseó buenas noches, yo le dije lo mismo.

- Buenas noches chicas...- Mi madre cerró la puerta y el rayito de luz del pasillo que quedaba desapareció.

Pero yo no sabía si iba a pasar una buena noche, desde luego que no después de lo que me iban a contar mañana.

Me dormí pensando en eso...¿que me tendrían que decir?

1 de Octubre de 2017 a las 20:00 0 Reporte Insertar Seguir historia
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